Mes de Fuego Bajo (9no Mes), Día 3, 04:35
El lugar al que se dirigía era una sala enorme. Un piso entero de la torre había sido dejado vacío para ser usado como sala de entrenamiento.
Por lo general el lugar estaría irradiando el calor de los soldados mientras entrenaban. Sin embargo, estaba desierto a esta hora de la mañana. El espacio vacío estaba silencioso; uno casi podía oír el silencio. Debido a que la sala de entrenamiento había sido construida con paredes de piedra, los pasos de Climb resonaron con fuerza.
La sala estaba iluminada por la luz proveniente del fuego mágico semi-permanente.
Dentro de la sala, había armaduras montadas sobre estacas y muñecos de paja para ser usados como blancos durante las prácticas de tiro con arco. Las paredes estaban cubiertas con estantes llenos de diversas armas sin filo.
Por lo general, un área de entrenamiento debería de estar ubicada en el exterior. Pero había una razón para que ésta se encontrase dentro.
El castillo de Ro-Lente era el lugar donde se ubicaba el Palacio Valencia. Tener a los soldados entrenando en el exterior significaría que serían vistos por los embajadores extranjeros. Para evitar el riesgo de ser vistos como vulgares, numerosas salas dentro de las torres se había preparadas para servir como áreas de entrenamiento.
Una demostración de los fuertes soldados practicando valientemente sus maniobras tendría beneficios diplomáticos, pero el Reino no lo veía así. Más que nada, querían ser vistos como elegantes, esplendidos y de alta cuna.
Aun así, había ejercicios militares imposibles de realizar dentro de las torres. Estos tipos de ejercicios eran hechos discretamente en una esquina o en un campo fuera del palacio, aunque fuera de la capital.
Climb ingresó a la silenciosa sala como si estuviera cortando a través del aire frío y lentamente comenzó a hacer estiramientos en una esquina.
Treinta minutos después, luego de una completa sesión de estiramientos, la cara de Climb estaba enrojecida, su frente estaba cubierta de sudor y su dificultosa respiración estaba llena de calor.
Climb se secó el sudor de la frente y se acercó al estante de armas. Comprobando la empuñadura, se aseguró de que el arma se ajustaba de forma segura en sus manos. Sus palmas eran ásperas y duras por las numerosas ampollas que había tenido.
Luego, se llenó los bolsillos con pedazos de metal y los abotonó firmemente para a evitar que los metales se caigan.
Los numerosos pedazos de metal con los que había llenado su chaleco lo hacían tan pesado como una armadura de cuerpo completo. Una armadura de cuerpo completo regular, sin ningún encantamiento mágico, proveía una excelente defensa pero restringía el movimiento. Teniendo en cuenta las batallas reales, entrenar equipándose una armadura real sería lo correcto.
Pero aun así, sería extraño utilizar una armadura real para un simple entrenamiento, por no mencionar la armadura blanca que se le había concedido. Era por eso que estaba usando los pedazos de metal como alternativa.
Climb cogió el arma de hierro que excedía el tamaño de una gran espada y la sostuvo en alto sobre su cabeza. Lentamente bajó la espada, exhalando mientras lo hacía. Deteniéndose justo antes de tocar el suelo, inhaló aire y levantó la espada a su posición original sobre su cabeza. Observaba el espacio vacío ante él con ojos agudos, completamente absorto en su entrenamiento, al mismo tiempo que incrementaba la velocidad de sus movimientos.
Había terminado 300 repeticiones.
El sudor le caía por el rostro completamente enrojecido. Su aliento estaba caliente, como si estuviera expulsando el calor acumulado en su cuerpo.
Aunque Climb se entrenaba arduamente como un soldado, era difícil manejar el peso de la gran espada. Detener la espada justo antes de que tocara el suelo era un reto especialmente difícil. Tal hazaña requería de una gran cantidad de fuerza.
Cuando el número de repeticiones llegaron a las 500, sus brazos comenzaron a acalambrarse mientras sentía como si estuvieran gritando de dolor. El sudor le caía por la cara como una cascada.
Climb sabía muy bien que éste era su límite. A pesar de esto, no mostró signos de detenerse.
Sin embargo—
«—Tal vez eso es suficiente.»
Oyendo la voz de otra persona, Climb rápidamente se volvió en dirección de la voz y sus ojos reflejaron la figura de un hombre.
Llamarlo corpulento sería quedarse corto. El hombre era como la personificación del acero. Las arrugas en su rostro, que daba la impresión de una roca, le hacían verse de mayor edad de la que tenía en realidad. Sus abultados músculos hacían evidente que éste no era un hombre ordinario.
No había un solo solado en el Reino que no supiera quién era.
«—Stronoff-sama.»
El Capitán Guerrero Gazef Stronoff, alabado como el más fuerte en el Reino y sin rival incluso entre las naciones vecinas.
«Hacer más sería sobre-entrenarte. No tiene sentido que te esfuerces hasta ese punto.»
Climb bajó su espada y miró sus temblorosas manos.
«Tiene razón. Me excedí un poco.»
Viendo el rostro falto de expresión de Climb mientras le daba las gracias, Gazef se encogió de hombros.
«Si realmente piensas eso, ¿por qué haces que lo repita tantas veces? ¿Cuántas veces van con ésta…?»
«Me disculpo.»
Gazef se encogió de hombros una vez más mientras Climb agachaba la cabeza.
Ésta era una conversación que había sido repetida incontables veces entre ellos, como un saludo de algún tipo. Usualmente, en este punto terminaría el intercambio y cada uno de ellos seguiría con su propio entrenamiento. Pero hoy era diferente.
«Qué opinas Climb. ¿Te gustaría que cruzáramos espadas?»
Ante las palabras de Gazef, la expresión en blanco de Climb casi vaciló por un instante.
Hasta ahora, nunca habían cruzado espadas luego de encontrarse en este lugar. Era una regla no escrita que ambos tenían.
No había nada que ganar incluso si entrenaban juntos. No, no sería completamente inútil, pero las desventajas superaban a las ventajas.
Actualmente había una lucha de poder entre la facción del Rey y la alianza entre tres de las seis grandes familias de nobles. La situación era lo suficientemente peligrosa como para que se oyeran rumores de que lo único que mantenía unido al Reino era la guerra anual en contra del Imperio.
En medio de esa lucha, si la persona de confianza del Rey, Gazef Stronoff —aunque altamente improbable— fuese a perder, la facción de los nobles se regocijaría de alegría.
Por otro lado, los nobles se aferrarían a la derrota de Climb, que era el desenlace obvio, y murmurarían que él no era capaz de proteger a Renner. Había muchos a los que les disgustaba la idea de que la hermosa y soltera princesa confiara en un solo soldado para su protección, y encima uno del cual se desconocía su procedencia.
Ambos estaban en una posición ante la cual no podían permitirse perder.
No podían mostrar debilidad, no podían mostrar un punto débil que podría ser explotado en un ataque. Ambos estaban de acuerdo en que debían ser cuidadosos para no dañar a sus respectivos amos.
¿Por qué razón querría él romper la regla no escrita?
Climb miró a su alrededor.
¿Porque no había nadie más presente? Eso era impensable. Ésta era una guarida de demonios.
No había fin a las personas que podrían observarlos desde lejos u observarlos ocultos. Pero Climb no podía pensar en ninguna otra razón.
Incapaz de poder adivinar sus intenciones, Climb no permitió que esta desconcertante inquietud se mostrara en su rostro.
El hombre parado ante él era un guerrero considerado como el más fuerte en el Reino. Habiendo sentido hábilmente el corto instante de emociones que una persona común ignoraría, habló.
«Hace poco, algo ocurrió que me hizo darme cuenta que mi habilidad era deficiente. Me gustaría entrenar con alguien competente.»
«¿Eso le pasó a Stronoff-sama?»
Gazef, el guerrero más fuerte del Reino, ¿simplemente qué tipo de incidente podría hacerle sentir deficiente?
Climb recordó de pronto que el número de tropas en la unidad de Gazef se había reducido.
Climb no tenía ningún camarada cercano así que lo había oído de un rumor circulando en el comedor. De acuerdo a la historia, había perdido una cantidad de soldados luego de verse envueltos en un incidente.
«Sí. Si no hubiera conocido a ese compasivo lanzador de magia, si él no nos hubiera prestado su fuerza, yo no estaría aquí ahora—»
Al oír esto, Climb sintió que su máscara de hierro se desmoronaba. No, ¿quién podría permanecer calmado? Antes de que se diera cuenta, su curiosidad pudo más que él y le formuló una pregunta.
«¿Quién era ese compasivo lanzador de magia?»
«…Se hizo llamar Ainz Ooal Gown. Esto es sólo una corazonada, pero siento que incluso podría rivalizar con ese monstruoso lanzador de magia del Imperio.»
Nunca había oído ese nombre.
Climb admiraba a los héroes y tenía el pasatiempo de coleccionar historias de sus hazañas. No le daba importancia a sus razas e incluso había coleccionado historias de aventureros famosos de los países cercanos. Pero aun así, el nombre que Gazef había pronunciado en ese momento le era desconocido.
Por supuesto, siempre existía la posibilidad de que se tratase de un alias.
«E-entonces— ¡Cof!»
Climb contuvo su deseo de seguir preguntando.
(Intentar preguntarle sobre un incidente que le costó la vida a sus soldados… incluso la falta de respeto tiene sus límites.)
«Grabaré ese nombre en mi corazón… Pero, ¿realmente está bien que tengamos un encuentro amistoso?»
«No es una práctica, simplemente cruzaremos espadas. Lo que obtengas de ello dependerá de ti… Tú mismo eres un soldado de primera clase entre las tropas del país. También debería ser beneficioso para mí.»
Aunque era un gran elogio, para Climb, eran sólo palabras vacías.
No era que Climb fuera particularmente fuerte, sólo que el nivel de los soldados era bajo. La habilidad de un soldado del Reino era apenas un poco mejor que la sus ciudadanos comunes. Incluso comparados a los 'Caballeros', los soldados del Reino, eran débiles. Tampoco había distinciones militares entre los países vecinos. Las tropas de Gazef en verdad eran fuertes, pero aun así, a comparación Climb era un poco mejor. Si Climb fuera a evaluarse a sí mismo de acuerdo a los rangos que tenían los aventureros, él sería de oro. No era débil, pero había muchos por encima de él.
¿Podría alguien como él ser considerado lo suficientemente bueno por un hombre como Gazef? Un hombre, que sin ninguna duda, pertenecía a la clase de adamantita.
Climb alejó tales pensamientos débiles.
El hombre más fuerte del Reino le estaba ofreciendo entrenarlo. Este tipo de experiencia no era algo que sucedería muy a menudo. Incluso si el resultado final decepcionaría a Gazef, no habría nada que lamentar.
«Entonces, le pido su ayuda.»
Gazef sonrió y asintió con la cabeza con impaciencia.
Ambos se acercaron al estante de armas y tomaron una espada acorde a su tamaño. Gazef escogió una espada bastarda, Climb un escudo pequeño y una espada ancha.
Luego Climb sacó los pedazos de metal fuera de sus bolsillos. Usarlos al enfrentar a alguien más fuerte que él mismo sería una descortesía. No era sólo eso, tendría que luchar con todo lo que tuviera para que el entrenamiento le beneficiara. Su oponente era el guerrero más fuerte en el Reino. Una pared alta y ancha debía sentirse usando toda la fuerza de uno.
Ahora que Climb había terminado sus preparativos, Gazef preguntó.
«¿Cómo están tus brazos? ¿Siguen adoloridos?»
«Sí, ahora estoy bien. Aunque están ligeramente cansados pero no será un problema para que pueda sostener mi espada.»
Climb flexionó ambas manos. Viendo que decía la verdad, Gazef asintió una vez más.
«Ya veo… De cierta forma es una pena. Uno rara vez se encontrará en condiciones perfectas en el campo de batalla. Si tu agarre no es sólido entonces debes luchar para compensarlo. ¿Alguna vez has entrenado bajo esas condiciones?»
«Hm, no. No le he hecho. Entonces voy a retomar mis ejercicios y…»
«Ah, no. No hay necesidad de ir tan lejos. Pero ya que eres responsable por la seguridad de la princesa, harías bien en aprender a cómo luchar en situaciones en las cuales llevar una espada está prohibido. Tal vez también deberías aprender a manejar varios tipos de armas.»
«¡Sí!»
«… Espada, escudo, lanza, hacha, daga, guanteletes, arco, garrote y armas arrojadizas. El entrenamiento en los nueve tipos de armas es el que sirve como base para el combate armado, sin embargo… si tratas de abarcarlas todas entonces todo lo demás se verá afectado. Sería mejor que aprendieras el manejo de dos o tres armas. Hmm. Parece que he dicho algo innecesario.»
«De ninguna forma, Stronoff-sama. ¡Se lo agradezco mucho!»
Gazef mostraba una sonrisa amarga y respondió agitando la mano.
«Si estás listo entonces comencemos. Primero, trata de atacarme en esa postura. Pronto… sí, no seré capaz de entrenar contigo pero puedo enseñarte algunas tácticas usando las nueve armas.»
«¡Sí! Entonces estoy en sus manos.»
«Ven, pero no tengo intenciones de tratar esto como un entrenamiento. Considera que será algo real y ataca.»
Climb bajó lentamente su espada y volvió el lado izquierdo de su cuerpo, cubriéndolo con el escudo, en dirección de Gazef. Su mirada era aguda y sus sentidos sabían que no era un entrenamiento. Del mismo modo, Gazef despedía una presencia que le advertía que era una batalla real.
Los dos se miraron una al otro, pero Climb no podía hacer el primer movimiento.
Incluso si remover los pedazos de metal le permitía moverse con más facilidad, Climb no pensaba que podría derrotar a Gazef. Tanto en fuerza como en experiencia, Gazef era abrumadoramente superior a él.
Acortar la distancia sería recibido inmediatamente con un contraataque. Su oponente era un maestro que estaba ligas por sobre él así que no había remedio. Pero si ésta era una batalla real, ¿podría entonces simplemente acercarse y morir debido a esto?
Entonces, ¿qué podía hacer?
Tenía que enfrentarlo con algo que Gazef no poseía.
Cuerpo, experiencia, y mente, Climb era superado en todo lo que era necesario para un guerrero. La diferencia estaba en sus equipos.
Gazef estaba utilizando una espada bastarda. Por otro lado, Climb tenía una espada ancha y un pequeño escudo. Si fueran armas mágicas entonces sería diferente, pero estas armas eran utilizadas durante los entrenamientos, por lo que no había diferencias en ellas.
Gazef sólo tenía un arma mientras que Climb poseía dos, ya que un escudo también se podía usar de manera ofensiva. Esto significaba que él tenía más formas de atacar aunque el costo sería que dividiera su fuerza.
Bloquear el primer ataque con el escudo y atacar con la espada. Bloquear con la espada y atacar con el escudo.
Habiendo decidido que un contraataque sería su estrategia, Climb se enfocó en observar los movimientos de Gazef.
Después de algunos segundos, Gazef mostró una sonrisa.
«¿Así que no piensas venir? Entonces atacaré justo— ahora.»
Con tranquilidad absoluta, Gazef preparó su postura. Con las caderas ligeramente bajas, su fuerza comenzó a acumularse en su cuerpo como en un resorte. Climb también; reunió fuerza en su cuerpo para poder bloquear la espada, sin importar en qué momento viniera.
Gazef se acercó y blandió su espada hacia abajo con el escudo de Climb como objetivo.
(—¡Rápido!)
Climb abandonó la idea de mover su escudo para desviar el golpe. Concentró toda su mente y cuerpo en defenderse, simplemente bloqueando el ataque.
En el siguiente instante – su escudo recibió un enorme impacto.
La fuerza del impacto fue tal que le hizo pensar que el escudo había sido destrozado. Era un ataque lo suficientemente poderoso como para paralizar la mano que sostenía el escudo. Soportar tal impacto requeriría de toda la fuerza en el cuerpo de uno.
(¡¿Desviarlo?! ¡¿Cómo podría moverme en el momento exacto para algo como eso?! Sólo el impacto es lo suficientemente fuerte como para…)
Los pensamientos ingenuos de Climb lo dejaron vulnerable; sintió otro impacto en el abdomen.
«¡Gah!»
Su cuerpo voló hacia atrás, su espalda colisionó contra la dura roca y expulsó todo el aire de sus pulmones. Al mirar a Gazef, fue obvio lo que había pasado.
En ese momento, Gazef se encontraba bajando la pierna con la que había pateado fuertemente a Climb.
«…Incluso si es la única arma en mi mano, es peligroso enfocarse solamente en la espada. Como ahora, podrías ser golpeado por una patada. Ahora mi objetivo fue tu estomago, pero normalmente sería un lugar donde la armadura provee menos protección. Podría romper tus rodillas… y aun si llevas protección sobre tu entrepierna, una bota de armadura podría aplastarla. Observa todo el cuerpo de tu oponente y concéntrate en cada movimiento.»
«… Sí.»
Climb soportó el dolor punzante en su abdomen y se puso de pie lentamente.
La fuerza física del más fuerte en el Reino, Gazef Stronoff, era realmente formidable. Si él hubiera pateado en serio, no hubiera tenido problemas en romper sus costillas a través de su cota de malla y dejarlo incapacitado para seguir luchando. La razón por la que no lo había hecho era porque Gazef se había contenido y simplemente había tocado el estomago de Climb con el pie y lo había empujado con la intención de hacerle caer.
(Está tratando de entrenarme después de todo… gracias.)
Dándose cuenta de que el guerrero más fuerte del Reino estaba entrenando con él, Climb se sintió agradecido mientras retomaba su postura.
Tenía que tener cuidado para que este momento precioso no terminara abruptamente.
Climb levantó su escudo una vez más y lentamente se acercó de lado hacia Gazef. Gazef lo miraba sin decir nada mientras se acercaba. Si esto continuaba, se repetiría lo que acababa de pasar. Climb tenía que formular un nuevo plan mientras se acercaba.
Gazef esperaba, exudando un aura de tranquilidad sobrecogedora. Simplemente no había forma de hacer que peleara en serio.
Sería arrogante incluso sentirse enojado.
Los límites de las habilidades de Climb ya eran visibles. A pesar de levantarse temprano como ahora y venir a entrenar el manejo de la espada, su progreso era más lento que el de un caracol. Comparado con la primera vez en que comenzó a entrenar, era demasiado lento.
Si siguiera de esta forma, aun si entrenaba su cuerpo e incrementaba la velocidad y el peso de su espada, las habilidades como las artes marciales estarían fuera de su alcance.
Sería una falta de respeto que alguien como Climb se enfadara porque el hombre que era la personificación del talento no peleara en serio con él. Climb, que era incapaz de hacer surgir toda la fuerza de aquel hombre, sólo podía culpar a su propia falta de habilidad.
Las palabras dichas por Gazef, de no tomar esto como un entrenamiento sino como una batalla real, eran una advertencia. Significaban «ataca con la intención de matar o no tendrás ninguna oportunidad.» Una advertencia que venía de un hombre que se encontraba en un lugar muy por encima de él.
Climb apretó los dientes.
Odiaba ser débil. Si sólo fuera más fuerte, entonces podría ser más útil. Podría convertirse en el arma de su ama y luchar directamente contra aquellos que manchaban al Reino y que dañaban a su gente.
El hecho de que la única espada de su ama era tan débil que ella tenía que ser cuidadosa de adonde la apuntaba lo llenaba de culpa.
Sin embargo, inmediatamente hizo a un lado tales pensamientos. Éste no era el momento para dejarse llevar por los pensamientos negativos. Era el momento de dar todo de sí para luchar contra el hombre que se encontraba en el mundo de los fuertes, para que así él mismo se hiciera más fuerte, sin importar que tan poco.
Un solo pensamiento llenaba su corazón.
Serle de ayuda a la princesa—
«Oh—»
Gazef dejó escapar un suspiró y cambió ligeramente su expresión.
Era porque el rostro de la persona frente a él, que era tanto el de un hombre y el de un niño, había cambiado. Si fuera a compararlo, hasta ahora, había sido como el de un niño que había conocido a una celebridad y no podía contener la emoción. Esa inquietud se había desvanecido luego de la patada y había sido reemplazada por el rostro de un guerrero.
Gazef elevó su nivel de alerta.
Más de lo que Climb se daba cuenta, Gazef lo tenía en alta estima. En particular, su inquebrantable y avariciosa búsqueda de hacerse más fuerte, su lealtad que bordeaba en el fervor religioso, y su manejo de la espada.
La habilidad con la espada que poseía Climb no era algo que alguien le hubiera enseñado. La había obtenido mirando a otros mientras se encontraban en medio de su entrenamiento. Era antiestética y llena de movimientos excesivos. Pero a diferencia de aquellos que entrenaban sin pensar, cada movimiento de su espada estaba meticulosamente pensado y desarrollado para un uso práctico. En pocas palabras, se había convertido en una espada para matar.
Gazef pensó que era algo espléndido.
Al final una espada era una herramienta para matar. Alguien que hubiese entrenado de forma casual no sería capaz de demostrar su efectividad en una batalla real. No sería capaz de proteger a aquellos que debían ser protegidos. No sería capaz de salvar a aquellos que debían ser salvados.
Pero Climb era diferente. Climb mataría a sus enemigos y protegería a la persona importante para él.
Sin embargo—
«—Incluso si has fortalecido tu determinación, la diferencia en habilidad con tu oponente aún es grande. ¿Qué harás ahora?»
Sin duda, Climb no poseía talento. Incluso si trabajaba más duro que todos— sin importar cuánto esforzara su cuerpo, sin talento, no sería capaz de volverse más fuerte. No sería capaz de alcanzar a hombres como Gazef o Brain Unglaus.
Aun si Climb quisiera ser más fuerte que todos, eso sólo podría ocurrir en sus sueños y fantasías.
Entonces, ¿por qué estaba entrenando con Climb? ¿No sería más útil utilizar su tiempo en alguien con más talento?
La respuesta era simple. Gazef no quería simplemente quedarse de pie viendo como Climb repetía sin cesar su inútil esfuerzo. Si el talento era un muro que decidía los límites de los humanos, entonces él sentía piedad del chico y de los interminables e insensatos golpes que se daba contra ese muro.
Por eso quería enseñarle un método diferente.
Creía que si bien había un límite en el talento, no había un límite en la experiencia.
Y también se debía a la ira que sintió ante la lamentable imagen de su alguna vez mayor rival.
(Pero incluso así, intentar obtener satisfacción de algún otro lugar… Le debo una disculpa a Climb… Pero enfrentarse a mí también debería de serle útil a él también.)
«—Atácame, Climb.»
Ante las palabras que dijo para sí mismo, un poderoso grito surgió en respuesta.
«¡Sí!»
Climb corrió ni bien respondió.
Gazef, con una expresión diferente a la que había tenido antes, levantó lentamente la espada sobre su hombro.
Era una postura para un ataque vertical por encima de la cintura.
Bloquearla con el escudo restringiría por completo sus propios movimientos y hacerlo con la espada lo enviaría volando hacia atrás. Era un ataque que hacía inútil el acto de defenderse. Bloquearlo era una insensatez. Pero la espada ancha de Climb era más corta que su espada bastarda.
La única opción era correr hacia adelante. Sabiendo esto, Gazef estaba esperando para contraatacar.
Era lo mismo que saltar hacia la boca de un tigre, pero su vacilación sólo duró un instante.
Climb se lanzó dentro del rango de la espada de Gazef.
Como si estuviera esperando este momento, la espada de Gazef se movió hacia abajo y se estrelló contra el escudo de Climb. El tremendo impacto fue incluso más fuerte que antes. Climb torció la cara por el dolor transmitido a su brazo.
«Una pena. Es el mismo resultado que antes. »
Con un ligero toque de decepción, el pie de Gazef se movió hacia el abdomen de Climb—
«¡「Fortaleza」!»
Ante el grito de Climb, Gazef mostraba una expresión de ligera sorpresa.
La activación del arte marcial 「Fortaleza」 no estaba limitada sólo a la espada o al escudo. Era posible utilizarla en cualquier parte del cuerpo. La razón por la que normalmente se activaba cuando se bloqueaba con las armas, era porque simplemente era difícil encontrar otro momento mejor que ése. Su uso en la armadura conllevaba el riesgo de recibir el ataque del oponente sin ninguna defensa. Reservar la habilidad para el bloqueo con la espada o el escudo era simple sentido común.
Sin embargo, el problema quedaba resuelto si se pudiera predecir el siguiente movimiento de su oponente como Climb lo hizo con la patada de Gazef.
«¡¿Estabas planeando esto?!»
«¡Sí!»
El poder detrás de la patada de Gazef desapareció como si hubiera sido absorbido por algo suave. Incapaz de canalizar su fuerza a su pierna extendida, Gazef renunció a la idea e intentó regresar su pie de vuelta al suelo. Habiendo atrapando a Gazef en una posición desventajosa, Climb atacó.
«¡「Corte」 (Slash)!»
Un arte marcial, un corte desde arriba.
Sólo una, ten una sola habilidad que puedas usar con confianza.
Habiendo tomado muy en serio las palabras que oyó de cierto guerrero, éste era el ataque que alguien sin talento como Climb practicaba día tras día.
El cuerpo de Climb no poseía grandes músculos. Desde un principio, su constitución nunca fue para ese tipo de figura. Además, incluso si intentaba aumentar sus músculos, no podría mantener su agilidad.
Debido a esto, su cuerpo había sido esculpido para una especialización a través de las incontables repeticiones.
El resultado era un corte vertical, un ataque a gran velocidad que bordeaba en el reino de lo absurdo. Como un destello de luz, era un corte que parecía invocar un vendaval.
Este ataque estaba acercándose desde arriba a la cabeza de Gazef.
En la mente de Climb, la idea de que su ataque conectaría con el cuerpo de Gazef provocándole una herida fatal había desaparecido. Era una técnica que sólo era posible debido a la confianza inquebrantable de que el hombre conocido como Gazef no moriría por algo de este nivel.
Con el sonido rugiente del metal, la espada bastarda fue levantada para interceptar el ataque viniendo desde arriba.
Todo hasta ahora era de esperar.
Climb utilizó toda la fuerza de su cuerpo para intentar romper el equilibrio de Gazef.
Sin embrago— el cuerpo de Gazef no se inmutó.
Incluso si Gazef estaba incómodamente parado sobre una pierna, fácilmente bloqueó el ataque que tenía toda la fuerza de Climb detrás. Era como un árbol gigantesco con raíces gruesas incrustadas en la tierra.
Su ataque más fuerte junto a toda su fuerza, combinado con dos artes marciales, y aun así Climb no era rival para Gazef parado sobre una pierna. A pesar de su sorpresa, los ojos de Climb se trasladaron a su abdomen.
El hecho de haber atacado con su espada ancha, significaba que la distancia entre ambos se había acortado. Y también significaba que Gazef podía patear a su estómago nuevamente.
La patada aterrizó en el cuerpo de Climb tan pronto como él dio un salto hacia atrás.
Hubo un pequeño dolor. Los dos se quedaron cara a cara a pocos pasos de separación.
Gazef relajó un poco los ojos y los labios.
Aunque sonreía, no era desagradable, sino refrescante. Hizo que Climb se sintiera ligeramente avergonzado. Para él, se veía como la sonrisa de un padre viendo que su hijo había crecido.
«Eso fue espléndido. Voy a ser un poco más serio, entonces».
La expresión de Gazef cambió.
Climb sintió la piel de gallina en todo el cuerpo. El más fuerte en el Reino finalmente se estaba mostrando.
«Tengo una poción conmigo así que no hay necesidad de preocuparse. Puede curar fracturas.»
«…Gracias.»
La forma en que Gazef implicaba que debía prepararse para huesos rotos hizo que el corazón de Climb latiera fuertemente en su pecho. Estaba acostumbrado a las lesiones, pero eso no significaba que las disfrutara.
Gazef se acercó al doble de la velocidad de Climb.
La espada bastarda dibujó un arco tan bajo como para derrapar el suelo y atacó a las piernas de Climb. Su velocidad estaba llena de fuerza de rotación, y Climb rápidamente clavó su espada en el suelo, en un intento de proteger sus piernas.
Las dos partes chocaron, por lo menos, eso fue lo que Climb creyó. En ese instante— la espada de Gazef cambió de rumbo y subió por un lado de de la espada ancha.
«¡Kuh!»
Climb inclinó su cuerpo hacia atrás y la espada voló pulgadas delante de su cara. El viento del ataque cortó unas cuantas hebras de su cabello mientras pasaba de largo.
Temeroso ante el hecho de que Gazef lo había acorralado con tanta rapidez, Climb vió que la espada bastarda se había detenido y estaba regresando rápidamente.
Antes de que pudiera pensar siguiera, su instinto de supervivencia hizo que utilizara su pequeño escudo. La espada bastarda chocó contra el escudo y un fuerte sonido metálico se oyó.
Y—
«—¡Ugh!»
Climb sintió un dolor intenso mientras era lanzado hacia un lado. El impacto hizo que soltara la espada al mismo tiempo que su cuerpo chocaba violentamente contra el suelo.
La espada bastarda que había chocado con el pequeño escudo se había movido hacia arriba y luego había golpeado fuertemente a un costado de Climb.
«Es el flujo, no se trata de simplemente atacar y defenderse. Tienes que moverte para que cada acción pueda fluir hacia el siguiente ataque. Tu defensa deber servir como parte de tu siguiente ataque.»
Gazef le habló con voz suave mientras Climb cogía su espada e intentaba ponerse de pie al mismo tiempo que sostenía un lado de su cuerpo.
«Controlé mi fuerza para no romper tus huesos. Aún deberías ser capaz de continuar …. ¿Qué harás?»
Gazef, ni siquiera parecía cansado, y Climb estaba tenso y agitado por el dolor.
Este feo espectáculo de no poder siquiera soportar unos cuantos ataques, le hizo pensar a Climb que sólo estaba perdiendo el tiempo de Gazef. Aun así, quería ser más fuerte, sin importar cuán poco pudiera mejorar.
Levantando su espada, asintió hacia Gazef y volvió a asumir su postura.
«Muy bien, continuemos.»
«¡Sí!»
Con un grito ronco, Climb atacó.
Golpeado, arrojado e incluso a veces habiendo recibido puñetazos y patadas, Climb cayó al suelo con dificultad para respirar. El frio del suelo se sentía agradable mientras absorbía el calor de su cuerpo a través de la cota de malla.
«Ja, ja, ja…»
Ni siquiera trató de limpiarse el sudor. No, ni siquiera tenía la energía para hacerlo.
Soportando las punzadas de dolor, Climb, fue incapaz de resistir la fatiga surgiendo a través de todo su cuerpo, y cerró los ojos ligeramente.
«Buen trabajo. Traté de no romper o agrietar nada, pero ¿estás bien?»
«...»
Echado en el suelo, Climb movió sus manos y tocó las partes que aún le dolían.
«No creo que haya problemas. Es doloroso, pero sólo son contusiones.»
El dolor que sentía era ligero, no sería un obstáculo para la seguridad de la princesa.
«Bien… Entonces no vamos a necesitar la poción.»
«Sí. Después de todo, usarla descuidadamente anularía los efectos del entrenamiento muscular.»
«Así es. Los músculos deben curarse de forma natural, la magia terminaría restaurándolos a su estado original. ¿Asumo que regresarás a tus deberes como el guardia de la princesa?»
«Sí.»
«Entonces lleva esto contigo, úsalo cuando sea necesario.»
Con un pequeño tintineo, la botella de la poción fue puesta al lado de Climb.
«Gracias.»
Se incorporó y miró a Gazef, al hombre al cual su espada no pudo tocar ni una sola vez.
El hombre sin un rasguño lo miró con extrañeza, y habló.
«¿Qué pasa?»
«Nada… Sólo pensaba que usted es increíble.»
Su respiración era firme, si ningún rastro de sudor en su frente. Climb suspiró; se dio cuenta de que ésta era la diferencia entre él, que estaba en el suelo, y el más fuerte en el Reino. Al otro lado, Gazef mostraba una sonrisa amarga.
«… Ya veo.»
«Cómo—»
«—Incluso si me preguntas cómo soy tan fuerte, no tengo respuesta para darte. Se trata simplemente de talento. Aprendí a luchar durante mis días como mercenario. Estas patadas que los nobles llaman vulgares, las aprendí también durante esos días.»
No hay truco para ganar fuerza, declaró Gazef. La esperanza de que usar el mismo entrenamiento, hasta cierto punto, le ayudaría a volverse más fuerte fue fácilmente tachada.
«Climb, tienes potencial en ese sentido. Puñetazos y patadas, utilizando tus puños para pelear.»
«¿Es… eso así?»
«Ciertamente. De hecho, es más bien una suerte que no fuiste entrenado como espadachín o soldado. Cuando estos sostienen una espada, tienden a centrarse en la lucha pero sólo usan esa arma. Creo que esto está mal. Cambiar nuestra visión de la espada y verla simplemente como otra manera de atacar y al mismo tiempo incorporar los puños y las piernas, ¿no sería más eficaz en una batalla real? Bueno… mi espada es más adecuada para los aventureros.»
La cara usualmente inexpresiva de Climb había desaparecido sustituida por una sonrisa. No esperaba que el más fuerte en el Reino alabara sus habilidades tan altamente; sus movimientos poco ortodoxos y habilidades carentes de base.
La espada de la que los nobles se burlaban a sus espaldas estaba siendo alabada. Su alegría era inmensa.
«Pues bien, me despido. No debo llegar tarde al desayuno del Rey. ¿También regresarás?»
«No. Supuestamente hoy hay un invitado.»
«¿Un invitado? ¿Un noble, tal vez?»
Mientras Gazef pensaba que era extraño que la princesa recibiera a un invitado, Climb respondió.
«Sí. Aindra-sama vendrá de visita.»
«¿Aindra?… ¡Ah! ¿Pero a cuál de los Aindra te estás refiriendo? ¿A la azul, cierto? No al rojo.»
«Sí. Rosa Azul.»
El alivio en el rostro de Gazef era evidente a simple vista.
«Bien… Así que de eso se trataba. Su una amiga viene de visita…»
Gazef debía de haber pensado que la razón por la que Climb no fue invitado al desayuno era porque una amiga de la princesa iba a asistir. En realidad, fue Climb quien rechazó la oferta de la princesa. Incluso si él estaba en una posición en la que se le permitía tal cosa, rechazar a la familia real, era algo que haría que incluso Gazef frunciera el ceño. Fue por eso que Climb permaneció callado sobre el asunto y lo dejó a la imaginación del hombre.
Incluso la misma Aindra, que había conocido a Climb a través de Renner, pidió que él las acompañara. Ella no compartiría la misma reacción adversa de los otros nobles aun si Climb fuera a unirse a su comida.
Ésta era una consideración de Climb hacia su ama, que no tenía muchas amigas. Una princesa casi no tenía la oportunidad de participar en una conversación de damas y Climb sintió que su ausencia sería lo mejor.
«Gracias por los consejos de hoy, Gazef-sama.»
«No, en absoluto, no te preocupes. También lo disfruté.»
«…Si no es mucha molestia, ¿podría pedirle que supervise mi entrenamiento la próxima vez también?»
Gazef se detuvo brevemente— y antes de que Climb pudiera disculparse, habló.
«No veo ningún problema con eso si entrenamos cuando todos estén ausentes.»
Climb no abrió la boca, entendió claramente la razón por la que Gazef había dudado. Luego obligó a su adolorido cuerpo a ponerse de pie con el fin de mostrar su sinceridad.
«¡Muchas gracias!»
Gazef movió lentamente su mano y se dio la vuelta.
«Voy a dejar la limpieza en tus manos. Será problemático si se me olvida el desayuno del Rey. …Ah, cierto. Ese corte vertical no era malo, pero tienes que tener en cuenta tu siguiente movimiento. Piensa sobre qué pasará luego si tu oponente bloquea o evade tu ataque.»
«¡Sí!»