Cocytus se dirigía con pasos extremadamente pesados hacia la Cuarto del Trono. Como si estuvieran contagiados, los sirvientes detrás de él avanzaban del mismo modo, con pasos lentos y pesados.
La razón de sus pasos pesados se debía a la derrota que habían tenido que tragarse como resultado de la guerra contra los hombres lagarto. Como comandante del glorioso ejercito de Nazarick, él había permitido que el fracaso manchara su reputación.
Sí, ya que había sido creado como un guerrero, Cocytus mismo sentía mucho respeto por guerreros sobresalientes como los hombres lagarto.
Sin embargo, esto era un asunto completamente diferente.
Nazarick no tolera el fracaso. Es más, ésta no había sido una batalla defensiva como las del pasado, sino que era la primera expedición. Cualquiera que fuera derrotado en su primera batalla no podría encontrarse de buen humor.
Recordando las palabras de Demiurge, el ejército que le había sido asignado para esta tarea había sido en verdad débil, pero eso era sólo una excusa, incluso si existía la posibilidad de que su amo hubiera planeado el fracaso de esta expedición desde el mismo comienzo.
Eventualmente llegarían al Cuarto del Trono, y justo antes de éste, el cuarto llamado 'La Llave de Salomón', ya era visible. Como tal, mientras más se acercaba, más pesadas se volvían sus pisadas, como si estuvieran bajo la influencia de algún tipo de efecto mágico.
Incluso si él fuese culpado por su amo, no importaría. Incluso si lo mataran o le ordenaran que se suicide, él ya se había preparado mentalmente para cualquier acción necesaria para limpiar su honor.
Lo que Cocytus temía más, era decepcionar a su amo.
Si el último Ser Supremo fuera a abandonarlo, ¿Qué podría hacer él?
Cocytus pensaba en sí mismo como en una espada, una que estaba en las manos de su amo y que cortaría obedientemente cualquier cosa que se le ordenara. Ése era el porqué, el ser considerado inútil o ineficaz por su amo era lo más aterrador.
No sólo eso, si los otros Guardianes fueran abandonados por tener que compartir la responsabilidad con él, Cocytus no sabría como mirarlos a la cara.
(No hay forma de que esto sea perdonado si resulta ser tan serio hasta ese grado. Incluso si fuera a ofrecer mi vida, no sería suficiente para ser perdonado.)
Es más…
(Si el amo se decepciona debido a esto, y abandona este lugar al igual que los otros Seres Supremos, ¿entonces qué…?)
Cocytus tembló. Siendo alguien que tenía inmunidad completa contra el frío, la causa de su temblor por supuesto no fue debido a factores externos sino a lo que sentía interiormente. Estaba bajo tal estrés y tormento mental que, si fuese humano, fácilmente hubiera estado a punto de vomitar.
(No, eso no pasará. Ainz-sama definitivamente no puede… abandonarnos.)
El último Ser Supremo en esta gran tumba, donde todos los otros se habían marchado.
Incluso si él era el individuo con la autoridad más alta, él también era el pilar de apoyo de todos.
Cómo podría abandonarnos nuestro señor de tan buen corazón— Cocytus se consolaba a sí mismo con estas palabras, pero en su interior, él aún albergaba algunas dudas sobre si eso no llegaría a suceder.
Llegaron a la Llave de Salomón.
Normalmente, sin contar a los golems y a los monstruos de cristal que resguardaban los alrededores, este cuarto debería estar vacío, en este momento sin embargo, había muchas figuras presentes. Específicamente, los cuatro Guardianes de Piso— Demiurge, Aura, Mare, y Shalltear. Adicionalmente, los cuatro habían llevado a sus sirvientes escogidos de más alto rango.
Todos los espectadores tenían los ojos sobre Cocytus. La culpa permitió que una expresión de pánico se mostrara momentáneamente en su rostro.
Esto porque sentía que todos le apuntaban con el debo echándole la culpa por su fracaso. No, Cocytus sentía que tal vez todos se culpaban a sí mismos. Sus pensamientos de antes una vez más cruzaron su mente. ¿Podrían todos albergar el misto tipo de pensamientos?
Viendo más de cerca, vio que en los ojos de todos flotaba la culpa hacia sí mismos.
«Mis disculpas, he llegado tarde. Incluso Demiurge que se encontraba fuera ha llegado más temprano que yo.»
«No hay problema, no hay problema. No hay necesidad de que te disculpes por un asunto de tan poca importancia.»
Demiurge respondió de parte de todos.
Su tono voz no era diferente a su tono usual, sin emociones negativas en él. Sin embargo, Demiurge era un Guardián especializado en estrategia, en el control extenso de las emociones y en el ocultamiento de los pensamientos internos, por tanto era imposible de saber si sentía o no alguna molestia. Por tanto, tomando esto en cuenta, el exabrupto anterior mientras observaba la pelea entre Ainz y Shalltear había sido algo raro de ver. Aunque eso demostraba que tan leal era su corazón.
«Los otros Guardianes ya han sido informados del asunto. Esta vez permítanme sustituir a Albedo como el representante de los Guardias, ¿alguien más quiere discutir este punto?»
«No, no hay problemas con que te encargues de la responsabilidad.»
Albedo se encontraba actualmente substituyendo el rol de Sebas de servir a su amo, y por tanto no se encontraba con ellos.
«Muy bien. Entonces, luego de que llegue la última persona, nos dirigiremos al Cuarto del Trono juntos. Sin embargo, ya que Albedo no está presente, me gustaría discutir el orden en el que rendiremos homenaje. Originalmente habríamos practicado de antemano, pero no tenemos tiempo para eso, por tanto lo omitiremos esta vez. Sólo serán instrucciones verbales, por tanto todos escuchen con cuidado.»
Cada Guardián y sirviente expresaron su entendimiento. Sin embargo Cocytus, que había respondido de manera similar, tenía una pregunta. Todos los Guardianes ya se encontraban presentes, por tanto ¿a quién estaban esperando?
Sin embargo, la llegada de esa persona respondió inmediatamente su pregunta.
Cocytus súbitamente detectó a un ser vivo dirigiéndose hacia ese lugar.
Mirando en esa dirección, descubrió una criatura de aspecto muy extraño flotando en medio del aire dirigiéndose hacia la Llave de Salomón.
Su apariencia externa era la de un feto. No, podría ser mejor descrito como un embrión. Tenía cola, y su cuerpo era de un color extremadamente rosado. Sobre su cabeza había un halo y en su espalda había un par de alas sin plumas que parecían ramas.
«¿Ése es?»
Demiurge respondió a la pregunta de Aura.
«Éste es Victim, el Guardián del Octavo Piso.»
«Así que ése es Victim…»
Victim ve volvió haciendo un circulo luego de llegar a la Llave de Salomón. Cocytus sintió que estaba inspeccionando los alrededores.
Victim no tenía cuello, por tanto para inspeccionar sus alrededores le era necesario voltear su cuerpo completo.
«Uoy tresed dna dnuora nur annog reven ,nwod uoy tel annog reven ,pu uoy evig annog reven» 「¿Cómo les va?, soy Victim.」*
(* El lenguaje de Victim no tiene sentido en el original. Según entiendo habla usando colores, así: «Ocre rojo verde púrpura negro sándalo, naranja verde púrpura». Los traductores en ingles lo reemplazaron por frases conocidas al revés como broma.)
Demiurge se mostró completamente imperturbable por la extraña forma en que hablaba Victim, y respondió en nombre de todos:
«Bienvenido, Victim. Soy Demiurge, substituyendo a Albedo por primera vez como representante.»
«ssa latem ynihs ym etiB.» 「He oído sobre este asunto de parte de Ainz-sama.」
Luego de hablar, Victim volvió su cuerpo en un círculo completo y una vez más observó a todos.
«smaeb leets tlem t'nac leuf teJ» 「También he oído sobre la reputación de todos, por tanto, amablemente, saltémonos las introducciones.」
«Ya veo, entendido. Entonces ya que todos han llegado, aclaremos lo que estábamos discutiendo anteriormente.»
Todos escucharon atentamente la explicación de Demiurge, porque en un momento ellos visitarían a Ainz-sama, el representante de todos los Seres supremos, en el corazón de la Gran Tumba de Nazarick. Si había siquiera un solo error, seguramente la única manera aceptable de disculpa sería la muerte.
Luego de la explicación y de un rápido momento para que todos digirieran lo que había sido dicho, bajo la dirección de Demiurge, los Guardianes trajeron a sus sirvientes e ingresaron al Cuarto del Trono.
Mientras ingresaba, Cocytus, que sólo había estado en este cuarto unas cuantas veces antes, sintió una alegría incomparable.
Una arquitectura exquisita, así como las banderas que representaban a los Seres Supremos, y también el ítem de Clase Mundial colocado en lo más profundo del cuarto. Éste era en verdad digno de ser llamado el corazón de Nazarick. Era una vista llamativa, que causaría que cualquier persona momentáneamente olvidase sus tormentos internos.
Los Guardianes dejaron a sus sirvientes detrás en el camino y se reunieron en una fila mientras llegaban ante las escaleras debajo del trono. Seguido a esto, miraron al símbolo del gremio de Ainz Ooal Gown colgado en la pared y saludaron, expresando su propio respeto y lealtad.
Luego, todos se agacharon y se arrodillaron, con las cabezas inclinadas hacia abajo, y esperaron silenciosamente por la llegada de su amo.
En poco tiempo, el fuerte sonido de las puertas siendo abiertas resonó detrás de ellos, y un sólo par de pasos pudieron oírse ingresando al gran cuarto. Sin tener que voltear a ver, ellos sabían que esos pasos no pertenecían a su amo, porque era imposible que el amo de la Gran Tumba de Nazarick ingresara sólo.
«Todos saluden la llegada del más grande Ser Supremo de la Gran Tumba de Nazarick, Ainz Ooal Gown-sama, y también de la Supervisora de los Guardianes, Albedo-sama.»
Era la voz de la sirvienta de batalla, Yuri Alfa.
Una vez más las puertas hicieron ruido mientras eran abiertas, trayéndoles el sonido crujiente de zapatos y el repetitivo sonido del báculo golpeando el suelo. Desde detrás de esos sonidos venían también los sonidos de alguien caminando en tacones altos.
En general, cuando su amo ingresaba al cuarto, los que estaban dentro debían postrarse para demostrar su respeto sincero, pero nadie en la escena hizo ningún tipo de saludo. Esto era porque todos ya habían demostrado sus más sinceros respetos hacía mucho tiempo atrás.
Sin embargo, sólo Cocytus era diferente.
Estando completamente ocupado con su ansiedad interna no pudo evitar hacer un movimiento involuntario. El movimiento había sido extremadamente leve, pero en éste tipo de situación tuvo un gran impacto en la atmósfera.
A través de una habilidad especial, Cocytus detectó que los otros Guardianes habían dirigido su atención hacia él. A pesar de que se esforzaba por suprimir su ira, Albedo, que estaba caminando detrás de su amo, falló en esconderla. Sin embargo, en éste tipo de situación, nadie se atrevería a decirlo en voz alta.
Los pasos lentamente pasaron al lado de la fila de Guardianes, y los sonido de estos subiendo las escaleras y el del trono cuando alguien se sentó en él pudieron ser oídos. Luego de esto, la voz de Albedo sonó potente en el cuarto.
«Todos por favor levanten la cabeza para contemplar la noble presencia de Ainz Ooal Gown-sama.»
Todos los espectadores levantaron la cabeza simultáneamente para mirar al amo que se encontraba sentado en el trono, sus movimientos produjeron un sonido de fricción.
Cocytus también levantó la cabeza inmediatamente.
Sosteniendo el báculo que simbolizaba su rol de gobernante, una extraña y atemorizante aura cubría su cuerpo entero, y exudaba unos misteriosos rayos negros desde atrás de su espalda. Éste era en verdad el Ser Supremo de la Gran Tumba de Nazarick— Ainz Ooal Gown.
Luego de que Albedo, que estaba de pie junto a Ainz, hubiera inspeccionado a todos los Guardianes al pie de las escaleras incluyendo a Cocytus, asintió con satisfacción y se volvió hacia Ainz.
«Ainz-sama, los Guardianes de Nazarick se han reunidos ante usted. Por favor, denos sus órdenes.»
Luego de que Ainz hiciera en voz baja un sonido de 'un', golpeó el suelo fuertemente con el báculo en su mano. Esto atrajo las miradas de todos, y lentamente abrió la boca para hablar:
«Bienvenidos, todos los Guardianes ante mí. Primero, permíteme expresarte mi gratitud, ¡Demiurge!»
«¡Sí!»
«Cada vez que ocurre un problema, eres tú al que acudimos. Has trabajado duro, gracias por tu dedicación.»
«¡Oh, oh, sus palabras son muy amables, Ainz-sama! Soy su sirviente, por tanto cuando soy llamado debo por supuesto responder inmediatamente. Esto es de esperar.»
Demiurge estaba encantado a tal punto que temblaba ligeramente mientras hacía una profunda reverencia.
«¿Es así?. Bien, ¿ha aparecido cualquier individuo sospechoso por tu lado?
«Ninguno. He puesto cuidados especiales en los preparativos. Si una persona se acerca, él o ella deberían ser fácilmente detectables…»
«… Eso es bueno. Sin embargo, por sobre todo lo demás no debes confiarte durante los preparativos. Esto debido a que el oponente podría poseer métodos inconcebibles para nosotros. Aparte de ello, la piel que me diste… de acuerdo a las conclusiones del Bibliotecario Jefe, puede ser usada para la manufactura de pergaminos de bajo rango. ¿Hay un método para proveer un suministro estable?»
«¡Sí! No habrá ningún problema. Ya hemos acumulado una cantidad relativamente adecuada.»
«Ya veo… entonces, ¿cuál es el nombre de la bestia salvaje?»
«¿Bestia salvaje?… ¡Ah! Acerca del tipo de criatura a la que Ainz-sama se está refiriendo…»
Demiurge lo pensó por un momento, y luego continuó con su respuesta.
«Se trata de ovejas de dos piernas de la Teocracia. ¿Qué le parece si las llamamos Ovejas Aberion?»
El tono de voz eufórico de Demiurge hizo que Cocytus se sintiera algo confundido. Básicamente, Demiurge era una persona de buen carácter, incluso amable. Sin embargo, él era sólo de esa forma hacia sus camaradas que habían sido creados igualmente por los Seres Supremos. Hacia otros, era una persona extremadamente cruel.
Bajo su demostración superficial de buen humor, era posible darle un breve vistazo a su cruel personalidad. Aunque su profunda malicia había estado dirigida hacia las bestias salvajes que eran el tema de conversación hace un momento, ¿podría él mostrar ese tipo de actitud al hablar de seres que carecían de conciencia propia?
Juzgando con base en la personalidad de Demiurge, algo se sentía fuera de lugar. Sin embargo, la situación actual hacia que fuera inapropiado preguntarle esto.
«Entonces eso es lo que era… ovejas.»
Las palabras de Ainz llevaban un ligero tono de estar contento, provocando que Demiurge y Albedo rompieran en sonrisas.
«Aunque preferiría llamarlos cabras de montaña… pero ese nombre también es satisfactorio. Bueno entonces, por favor continua obteniendo la piel de esas ovejas… ¿la captura excesiva de las ovejas podría tener algún impacto en el ecosistema?»
«No debería. Es más, con sólo usar magia curativa, somos capaces de repetir inmediatamente el proceso de obtención de piel. Ése es el porqué, siempre y cuando no se requiera una gran cantidad de suministros, no será necesario llevar a cabo una captura a gran escala. Todo esto es resultado del sobresaliente trabajo de nuestro torturador.»
«¿Eh? Si se usa magia curativa, ¿no desaparecería la parte que fue cortada?»
«Sobre ese asunto… hay una cosa que entendemos ahora debido a nuestros experimentos de curación. Si antes de aplicar magia curativa, permitimos simplemente que la parte sufra un cambio de forma significativo —por ejemplo moliendo la carne— entonces esa parte de carne será preservada. Esto quiere decir que, si la magia se lanza luego de que la piel es removida, efectivamente la magia curativa la reconocerá como una entidad aparte, por tanto no desaparecerá incluso luego de aplicar la magia curativa. Esta también es la razón por la que no morían de hambre incluso si comían la carne. Adicionalmente, aunque esto puede ser ajeno al tema, si un aspecto de la magia de curación es rechazado por otro aspecto de la magia de curación, algunas veces es como si no pudiera funcionar del todo y resulta en una cicatriz. Del mismo modo, mientras más bajo sea el rango del hechizo, hay más posibilidades de que se formen cicatrices debido al paso del tiempo.»
«Entonces es así como es… la magia es poderosa… muy bien, continua con tu progreso.»
«Como ordene. De ahora en adelante procederé con las pruebas de acuerdo a la edad y genero. Con el tiempo, siento que sabré si las pieles de ciertas especies son o no las más adecuadas.»
«Con respecto a eso… esa parte estará a cargo del Bibliotecario Jefe. Victim es el siguiente.»
«snaem ti kniht uoy tahw snaem ti kniht ton od I .drow taht gnisu peek uoY.» 「Sí, Ainz-sama」
«Sólo hay una razón para haberte llamado aquí. Si fuera a ocurrir una situación de emergencia inconcebible, requeriremos de tu habilidad especial para protegernos a los otros Guardianes y a mí… lo siento por eso. Prometo ayudar inmediatamente en tu resurrección, mis disculpas de antemano.»
«siht naht reggib semit eerht …tsael ta eb ot sah gnidliub ehT ?stna rof retnec A ?siht si tahW» 「Demiurge ya me lo había dicho, por favor no se preocupe, Ainz-sama. También soy uno de sus sirvientes. Es más, la muerte es la razón de mi existencia. Si la modesta habilidad que poseo puede serle de ayuda al Ser Supremo, mi felicidad será incomparable.」
«Bien… Por favor discúlpame.»
Viendo al Ser Supremo agachar la cabeza, Victim exclamó:
«sihT ekaT !enolA oG oT suoregnaD s'tI» 「¡Éste humilde sirviente no se atrevería!」
«Si nos encontramos en una situación extraordinaria, para prevenir que nuestro oponente escape, tal vez incluso tengamos que matarte. Aunque estés de acuerdo con eso, quisiéramos que sepas que no es nada personal. Aunque también eres uno de mis preciosos niños, y desearía no causarte ningún daño, si permitimos que un enemigo al que no comprendemos del todo escape, podríamos experimentar un final desastroso, es por eso que…»
«tihs suoires emos ees annog er'uoy …ruoh rep selim 88 stih ybab siht nehw ,tcerroc era snoitaluclac ym fI» 「Por favor no diga más, Ainz-sama. Entiendo completamente sus sentimientos.」
«En Nazarick, algunos mecanismos son activados al pronunciar una sola frase. Aunque la tomamos de uno de los Evangelios, la frase es 「Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos.」 Esta frase se refiere directamente a ti. Muchas gracias por tu amor.»
La vista de Ainz se movió del Guardián que moriría por su lealtad, hacia otro de los Guardianes.
«La siguiente es Shalltear.»
Sin haber estado esperando ser llamada, los hombros de Shalltear dieron un salto por la sorpresa y dio su respuesta en un tono de voz anormalmente elevado.
«Si… ¡sí!»
«… Ven aquí.»
A diferencia de los otros Guardianes, sólo ella había sido llamada al lado de su amo. Shalltear se sorprendió y se puso de pie en una oleada de pánico. Por su espalda, uno podía ver que se encontraba evidentemente alterada, de manera similar a alguien que estaba apunto de ser enviado a la guillotina. Sin embargo, de todas formas se puso de pie atentamente, como si la gloria que deseaba se encontrara en ése lugar.
Luego de que Shalltear subiera las escaleras, inmediatamente se arrodilló a poca distancia del trono.
«Shalltear, deseo hablarte del asunto que te ha estado molestando.»
Sólo con oír estas palabras, Shalltear entendió inmediatamente a qué se refería su amo, y una expresión de vergüenza se mostró en su rostro.
«¡Ah! ¡Ainz-sama! Sobre ese asunto, ¡por favor deme un castigo! Incluso si soy una Guardian, aun así cometí un pecado tan grave y de manera tan estúpida, ¡por favor concédame el castigo más severo!»
La dolida voz de Shalltear resonó en el Cuarto del Trono, y Cocytus en especial pudo identificarse con sus sentimientos. No, todos los Guardianes y todos los que habían sido creados por los Seres Supremos serían capaces de hacerlo.
Incluso si ellos estuvieran bajo los efectos del control mental, serían incapaces de perdonarse a sí mismos si hubieran convertido al Ser Supremo en un enemigo.
«Es así… entonces, Shalltear, ven aquí.»
Viendo la mano de su amo llamándola, Shalltear se arrastró lentamente hacia el trono.
Hacia Shalltear, que había agachado la cabeza luego de llegar ante el trono, Ainz estiró su huesuda mano y le acarició la cabeza calurosamente.
«Ai-Ainz-sama…»
Casi muerta del susto, Shalltear levantó la cabeza y dejó escapar esto en voz baja.
«… El fracaso en esa ocasión fue debido a mi error de cálculo, aun más porque debido a que el oponente poseía un ítem de Clase Mundial las cosas comenzaron a salir mal desde el mismo comienzo. Shalltear… los amo a todos ustedes que son leales a Nazarick, a todos ustedes que fueron creados desde cero. Por supuesto, esto también te incluye a ti. A ti que deseas que te imponga un castigo severo por algo de lo que no eres culpable, ¿cómo podría hacerte algo así?
Fue como si su amo hubiera apartado la vista por la vergüenza. Cocytus no tenía forma de saber cuál era la dirección a la que su amo había dirigido la vista, pero parecía como si su amo tuviera la boca ligeramente abierta. La cara de su amo era completamente esquelética y no tenía labios, por tanto era imposible determinar esto con sólo la forma de su boca, pero parecía haber pronunciado un nombre.
«¡Oh, Ainz-sama! ¡En verdad dijo que me amaba!»
La voz llena de emociones de Shalltear resonó a través del cuarto entero.
Debido a que él estaba detrás de Shalltear, Cocytus no podía ver su rostro. Sin embargo, todo era evidente por su reacción. Su voz se entrecortaba por las lágrimas y sus hombros temblaban.
Era posible ver la mano de su amo acariciando cálidamente la cara de Shalltear, e incluso sostenía un pañuelo blanco.
«Muy bien, muy bien, Shalltear, deja de llorar. Eso arruinará tu bonita cara.»
Shalltear se quedó en silencio, y simplemente colocó su cara… probablemente sus labios… sobre el reverso de la mano que hasta hace un momento estaba acariciando su cabello.
Mare y Aura ya se encontraban llorando.
Demiurge también frotó ligeramente la esquina de los ojos. Cocytus sentía un poco de envidia de aquellos que eran capaces de llorar, y una vez más observó la espalda de su compañera que juraba lealtad de por vida.
Probablemente lo que Shalltear temía más era la probabilidad de que el último Ser Supremo hubiera perdido las esperanzas en alguien inútil, problemático y desleal como ella.
Sin embargo, su amo había hecho pedazos este motivo de preocupación.
Despedazándolo al usar la palabra 'amor'.
¿Cuánta sería la felicidad que Shalltear estaba sintiendo en su interior? Él, Cocytus, que estaba en una situación similar a la de ella… no… la situación de él era un poco peor que la de ella, y sólo pudo albergar una envidia incomparable en sus ojos mientras miraba en silencio la figura desde atrás.
«Entonces, Shalltear, ya puedes baj…»
«—Ainz-sama.»
Una gélida voz interrumpió el discurso de su amo. Este acto tan falto de respeto provocó que Cocytus mirara con rabia a Albedo. Lo siguiente a esto fue que sintió confusión en sus emociones y un sentimiento inquietante surgió en él.
«La recompensa y el castigo son partes naturales del sentido común. Aún siento que es necesario darle algún tipo de castigo.»
«… Albedo, sobre mi decisión, no estás…»
Las palabras de su amo se detuvieron a medio camino. Cocytus no tenía idea de qué tipo de razón provocaría que su amo detuviera su respuesta. Esto último hubiera dado por terminado el problema con Shalltear.
«Ainz-sama, yo también apoyo la opinión de Albedo. Por favor otórgueme un castigo. Esto también me permitirá alcanzar la felicidad a través de la lealtad.»
«… Entiendo. Dejemos la decisión sobre cuál será tu castigo para otro momento. Retírate.»
«Sí, Ainz-sama.»
Los ojos originalmente rojos de Shalltear se habían vuelto de un tono incluso más intenso mientras bajaba las escaleras y regresaba a su lugar a tomar nuevamente una postura respetuosa.
Luego—
«Cocytus, Ainz-sama tiene unas cuantas palabras para ti. Escucha con cuidado.»
Un escalofrío recorrió su espalda.
Finalmente era su turno.
Cocytus agachó increíblemente la cabeza. Ante la presencia de su amo, este tipo de postura que sólo le permitía mirar al suelo en verdad demostraba una actitud del más grande respeto. Sin embargo en esta ocasión, Cocytus había asumido esta postura por que no tenía el coraje de ver directamente a los ojos de su amo.
«Ya he visto tu batalla contra los hombres lagarto, Cocytus.»
«¡Sí!»
«Resultó en una derrota.»
«¡Sí! Este resultado es mi culpa, por la cual le ofrezco mis más sentidas disculpas. Por favor también castígueme—»
La confesión de Cocytus y su disculpa fueron interrumpidas por el sonido del báculo golpeando el suelo. Luego, la fría voz de Albedo inmediatamente estimuló sus órganos auditivos.
«… Tu actitud hacia Ainz-sama es demasiado irrespetuosa, Cocytus. Si deseas disculparte, entonces hazlo con la cabeza en alto.»
«¡Lo siento!»
Levantó la cabeza y miró a su amo sentado en el trono.
«… Cocytus, como general derrotado, ¿tienes algo que desearías decir? En esta ocasión no participaste personalmente de la batalla y sólo diste órdenes desde atrás. ¿Qué piensas sobre ello? »
«Sí, estuve a cargo del poderío militar. Ya que a pesar de eso fui incapaz de obtener la vitoria, e incluso perdí al comandante lich creado personalmente por Ainz-sama, ¡en verdad, lo lamento profundamente!»
«¿Eh? Ah, no hay que lamentarnos por perder a ese tipo de no-muerto desechable, no dejes que te moleste. Cocytus, lo que quiero saber es lo que piensas sobre luchar con un ejército. Has de esto el propósito principal de tu respuesta; no pretendo echarte la culpa por esta derrota.»
Todos los Guardianes y todos los sirvientes parados detrás de ellos que esperaban órdenes estaban profundamente confundidos.
(¡Oh! ¡Demiurge estaba en lo correcto!)
Cocytus sintió que su amo estaba a punto de seguir hablando, y frenéticamente compuso sus pensamientos.
«Porque la derrota era segura sin importar quien estuviera a cargo. Incluso si se tratara de mí.»
Una risa irónica resonó por un momento a través del Cuarto del Trono. Para el Ser Supremo, Ainz Ooal Gown, ¿Cómo sería posible una derrota? De hecho, hasta este punto él nunca había experimentado el fracaso. Con esto en mente, lo que estaba diciendo no eran más que palabras para reconfortar a Cocytus.
«Sin embargo, la pregunta es sobre si hemos o no obtenido algo de esa batalla. Cocytus, déjame refrasear la pregunta. ¿Qué crees que se necesitaría esta vez para obtener una victoria en batalla?»
Cocytus comenzó su análisis en silencio. Su yo presente sabía lo que era necesario para una victoria, por tanto dejó escapar lo que le había faltado.
«Subestimé demasiado a los hombres lagarto. Lo más prudentes sería ser más cauto con mis acciones.»
«¡Sí, eso es exactamente! Sin importan que tan débil sea tu oponente, no puedes subestimarlos… a Narberal también debería permitírsele observar esta batalla. ¿Qué más?»
«Sí, tampoco había suficiente información. A partir de esta batalla entiendo que en una situación en la que no estoy familiarizado con el alcance de la fuerza del oponente ni con el terreno, las oportunidades de obtener la vitoria ciertamente serán menores.»
«Muy bien, ¿qué más?»
«Tener un comandante incompetente también fue uno de los problemas. Debido a que los combatientes eran no-muertos de bajo nivel, el comandante que debió de haber sido enviado era alguien capaz de ser flexible de acuerdo a las circunstancias y capaz de dar las órdenes correctas en el momento adecuado. También, tomando en cuenta las armas usadas por los hombres lagarto, los zombis debieron haber sido usados como la fuerza principal para llevar a cabo el ataque, desgastando al oponente, o alternativamente hacer que todas las fuerzas actúen en conjunto y no por separado.»
«¿Qué más además de eso?»
«… Lo siendo realmente, por el momento es en lo único que puedo pensar…»
«No es necesario que te disculpes, lo que dijiste hasta con una percepción bastante destacable ha sido correcto. Por supuesto, hay otras áreas en las que aún debes mejorar, pero ya has entendido completamente algunas cosas. Para ser honestos, preferiría que no tuvieras que preguntarle a los otros y que descubrieras estos errores por ti mismo… pero eso aún está dentro de lo permisible. Bueno entonces, ¿por qué no hiciste esas cosas desde el comienzo?»
«… No las tomé en cuenta. Pensé que una fuerza militar abrumadora era suficiente para derrotar al enemigo.»
«Si es eso… Sin embargo, luego de sacrificar a esos no-muertos, ahora piensas diferente ¿cierto? ¡Muy bien! Mientras que seas capaz de mejorar constantemente, y evitar otro fracaso similar, entonces esto le da sentido a esta derrota.»
Cocytus pensó que vio a su amo mostrar una pequeña sonrisa.
«Hay muchos tipos de derrotas, pero tu derrota no es del tipo fatal. Aparte de ese lich, el resto eran soldados generados automáticamente. Incluso si esos no-muertos fueran a morir, Nazarick no se vería afectada. Por el contrario, si un Guardián fue capaz de aprender una lección, y ya no será derrotado, entonces esta derrota ha sido en realidad provechosa.»
«¡Mi profunda gratitud, Ainz-sama!»
«Sin embargo, la derrota en batalla todavía es un hecho, por tanto te castigaré junto a Shalltear…»
En ese momento, su amo dejó de hablar. Luego de un corto momento de silencio mientras esperaba que su amo le diera un castigo, Cocytus se sintió intranquilo, pero sabiendo que no había decepcionado a su amo, el hacha de la ansiedad colgando sobre su cabeza ya había desaparecido. Sin embargo, las siguientes palabras que oyó le provocaron un escalofrío.
«Originalmente, planeé que te mantuvieras en la retaguardia, sin embargo, tal vez sea mejor de ésta forma. Cocytus, te encargarás personalmente de borrar la vergüenza de tu derrota… ve y extermina a esos hombres lagarto. Esta vez no tienes permitido pedir la ayuda de nadie más.»
Si los hombres lagarto eran exterminados, sin permitirles esparcir las noticias de su derrota, entonces Nazarick permanecería invicta.
Si uno fuera a tratar a todos los seres vivos fuera de Nazarick como inferiores, entonces uno definitivamente disfrutaría la oportunidad de masacrarlos sin piedad con el único propósito de hacer desaparecer la derrota de Nazarick y la de uno mismo. Si se tratase del Cocytus del pasado, él también hubiera aceptado esta orden sin dudarlo, pero entonces—
El cuerpo de Cocytus tembló.
Porque sabía lo que representaría su próxima acción.
Inhalando profundamente varias veces, y luego exhalando.
Cocytus no respondió al pedido de su amo, provocando que todos los otros presentes se sintieran desconcertados antes de que Cocytus eventualmente respondiera.
«¡Hay un asunto que deseo pedirle a Ainz-sama!»
Fue como si el mundo entero se hubiera detenido, con todos los espectadores centrando su atención en el.
Cocytus era un Guardián. Incluso en Nazarick, él poseía el mayor nivel de autoridad y habilidad, con sólo unos cuantos otros capaces de compararse a él. A pesar de esto, sintió una ráfaga helada que hizo que su cuerpo entero temblara.
Aunque el arrepentimiento surgió como un torrente desde dentro de él, ya era demasiado tarde para tragarse sus palabras.
Aunque Cocytus poseía ojos compuestos que le permitían un campo de visión bastante amplio, su cabeza estaba completamente agachada y por tanto no tenía forma de ver la expresión de su amo. Esto se convirtió en su salvación, porque si su amo expresaba cólera o molestia, Cocytus se hubiera asustado al punto de convertirse en piedra.
«¡Se lo imploro, Ainz-sama—!»
Antes de que su amo pudiera responder, alguien interrumpió las palabras de Cocytus.
«¡Cómo te atreves!»
La que lo había denunciado era Albedo, con un ensordecedor grito, tan formidable como era de esperar de la Supervisora de los Guardianes. Cocytus, que no tenía fuerzas para moverse, sintió como si fuese un niño siendo duramente reñido por su madre, y no pudo dejar de temblar.
«Tú que permitiste que la gloria de Nazarick sufriera una derrota, ¡¿qué derecho tienes de hacerle un pedido a Ainz-sama?! ¡Simplemente indignante!»
Cocytus no dijo ni una palabra y decidió no levantar la cabeza sin antes obtener la aprobación de su amo. Incluso si la ira de Albedo aumentaba, él no se echaría atrás.
«Si no te—»
Sin embargo, la cólera de Albedo fue interrumpida por un hombre de voz tranquila, y se disipó como humo.
«— No seas así, Albedo.»
Su amo repitió estas palabras para tranquilizar a Albedo que se había desplazado rápidamente al frente.
«Levanta la cabeza, Cocytus. ¿Qué pedido quieres hacerme y podrías compartirlo con nosotros?»
La voz calmada estaba desprovista de toda ira, pero esto la hacía aún más aterradora. Ese miedo era bastante similar a estar observando un lago sin fondo y ser inmediatamente succionado a sus profundidades.
Debido al equipamiento que llevaba, Cocytus podía resistir los ataques mentales de fuerzas externas que inducían miedo. Era por eso que el miedo que atacaba su ser en este momento se originaba de su interior.
Luego de tragar un bocado de su propia saliva —que sería descrito más precisamente como un bocado de veneno— Cocytus levantó la cabeza lentamente, y miró al Ser Supremo que era su amo.
La luz que brillaba en las órbitas oculares vacías de su amo perecieron tornarse de un rojo más brillante.
«Lo repetiré de nuevo, ¿Cuál es el pedido que tienes, y podrías compartirlo con nosotros?»
No podía pronunciar ni una sola palabra. Aunque había intentado hablar muchas veces, lo tenía atascado en la garganta, y las palabras se negaban a salir.
«¿Qué sucede, Cocytus?»
Un pesado silencio cubrió el aire.
«… No estoy molesto, simplemente deseo conocer qué estás pensando, y cuál es tu pedido.»
Como si estuviera reconfortando a un niño que permanecía en silencio, su tono de voz era bastante amable. Bajo su gentil aliento, Cocytus eventualmente dijo:
«Me opongo a exterminar a todos los hombres lagarto, y pido su clemencia.»
Luego de sus decisivas palabras, Cocytus sintió como si la atmósfera estuviera temblando. No, la atmósfera en realidad convulsionaba.
La fuente principal provenía del frente— de las intenciones de matar de Albedo. Las fuentes secundarias provenían de la tambaleante confianza de los otros Guardianes. Sólo Demiurge y su amo se encontraban tan calmados como la superficie de un lago y no se vieron afectados por ninguna onda.
«… Cocytus, ¿tienes idea de lo que estas pidiendo?»
La fría voz de Albedo estaba llena de intensiones de matar, incluso provocando que Cocytus, cuyo cuerpo era completamente resistente al atributo de hielo, sintiera un escalofrío.
«Ainz-sama te ha dado la orden de exterminar a los hombres lagarto como castigo por tu crimen, incluso así te atreves a negarte… Guardián del Quinto Piso Cocytus, ¿acaso le temes a los hombres lagarto?»
El tono era de burla, pero Cocytus no refutó lo que había declarado.
Era natural que Albedo tuviera esa actitud. Si cambiaran de lugares, Cocytus sería probablemente el agraviado.
«Permaneces en sile—»
Lo que provocó que Albedo cerrara la boca no fue una voz, sino el sonido del golpe de algo. Era el sonido resonante hecho por el báculo al entrar en contacto con el suelo.
«Albedo, silencio. Soy yo el que se lo pregunta a Cocytus, no presumas.»
«¡Mis más profundas disculpas! ¡Por favor, perdóneme!»
Albedo agachó la cabeza como disculpa y regresó a su posición original.
Su amo paseó la vista por los alrededores, y miró a Cocytus con ojos perspicaces. Era imposible determinar las emociones de su amo. Parecía como si estuviera a punto de estallar de cólera, sin embargo también podía tratarse de una expresión divertida.
«Cocytus, ya que has hecho un pedido, la razón debe ser algún beneficio hacia la Gran Tumba de Nazarick, ¿correcto? Explícalo.»
«¡Sí! En el futuro, podrían aparecer guerreros tenaces entre ellos. Como tal, exterminarlos completamente en este punto sería un desperdicio. Este subordinado reconoce que es de nuestro interés que esperemos a que aparezcan hombres lagarto más tenaces en el futuro, y por ahora hagamos que juren lealtad a Nazarick y que acepten servirnos.»
«… Esta sugerencia en realidad no es nada mala. Los cadáveres de los hombres lagarto son de alta calidad cuando son usados para servir como no-muertos si los comparamos con cadáveres humanos. Si sólo fuera posible encontrar un método perfecto para recolectar los cadáveres enterrados en el cementerio de E-Rantel, entonces no habría necesidad de usar cadáveres de los hombres lagarto.»
Justo en el momento en que Cocytus estaba por decir «Así que entonces…», se dio cuenta que su amo no había terminado de hablar. Sintió una inquietante premonición que desafortunadamente se hizo realidad.
«Sin embargo, comparados a usar hombres lagarto, si yo fuera a usar sus cadáveres para crear no-muertos, la eficiencia en términos de costos de consumo sería más elevada. No sólo es posible garantizar su lealtad, sino que también no es necesario desperdiciar consumibles. La ventaja de los hombres lagarto es que eventualmente su población se incrementará, pero esta ventaja requerirá un prolongado periodo de tiempo para hacerse realidad… Si se me ha escapado algo, habla para que te oigamos. ¿Hay algún otro beneficio que podría convencerme?»
Si fuese posible obtener la clemencia de su amo, sus propios deseos se verían realizados. Sin embargo Cocytus no podía pensar en ningún otro beneficio.
Esto se debía a que él siempre se había considerado a sí mismo un arma, y sólo dependía de las ordenes de su amo, y precisamente era porque él mismo nunca había pensado por sí mismo, que no tenía otros medios para convencer a su amo. Él no había considerado de antemano qué debería hacerse para permitir que el grupo cosechara los beneficios como un todo.
Lo que es más, lo que su amo pedía era un beneficio en relación a la Gran Tumba de Nazarick. Cocytus no deseaba exterminar a los hombres lagarto porque eran individuos deslumbrantes y sobresalientes; se sentía atraído a aquellos que protegían a los suyos porque él mismo era un guerrero. Sin embargo, esos pensamientos eran sus sentimientos personales, y no una decisión hecha con el propósito de servir a un bien mayor.
Cocytus entró en pánico.
Su amo lo observaba en silencio. Si permitía que su amo se agitara o se molestara, entonces su milagrosa sugerencia carecería de sentido, y todo resultaría en la orden de antes de exterminar a los hombres lagarto.
Desesperadamente se devanaba el cerebro, pero aún así no se le ocurrió una respuesta.
«¿Qué sucede, Cocytus, no se te ocurre nada? ¿Entonces la decisión final será la de exterminación?»
La pregunta le fue repetida.
La mente de Cocytus estaba completamente en blanco, sus dientes se sentían pesados, y sólo sus pensamientos se movían sin cesar por todos lados regresando sin nada.
Una profunda voz resonó atreves del silencioso Cuarto del Trono.
«… Entonces es así… es una pena.»
Al mismo tiempo que las palabras de 'es una pena' estaban a punto de sofocar a Cocytus en el silencio, una voz tranquila le prestó ayuda.
«Ainz-sama, por favor permítame decir unas palabras como espectador.»
«… ¿De qué se trata Demiurge? ¿Tienes algo que agregar?»
«Sí. Sobre la anterior decisión de Ainz-sama, si fuera conveniente, ¿estaría dispuesto a oír mi humilde opinión?»
«… Entonces habla para que todos te oigamos.»
«¡Sí! Ainz-sama, usted entiende perfectamente la importancia de la experimentación, por tanto, ¿consideraría que unos cuantos hombres lagarto sean traídos aquí para hacer experimentos?»
«Oh, esa es una excelente sugerencia.»
Cocytus sintió como si su amo se inclinara hacia adelante desde el trono, esos dos ojos rojos casi parecían descansar sobre él mismo por un instante.
«Sí. Primero, sin importar como será Nazarick en el futuro, eventualmente llegará el día en el cual requeriremos una composición de fuerzas completamente diferente, o requeriremos tomar control sobre diferentes especies. Éste subordinado cree que en ese momento, haber hecho una cantidad de experimentos controlados y no haberlos hecho será el factor decisivo.»
Demiurge se irguió incluso más rígidamente y miró directamente al amo sentado sobre el trono antes de dar su conclusión.
«Creo que deberíamos controlar la tribu de hombres lagarto, y comenzar un experimento controlado que no se base en el miedo.»
El sonido de un báculo golpeando el suelo resonó a través de los alrededores.
«… Una sugerencia excelente, Demiurge.»
«Mil gracias.»
«Entonces, sobre el grupo de hombres lagarto, tomaré la sugerencia de Demiurge y cambiaré la orden de una de exterminación a una de liderazgo. ¿Alguien tiene alguna objeción? Si hay alguien, que levante la mano.»
Esos brillantes y profundos ojos rojos observaron a cada uno de los Guardianes.
«… Parece que no hay objeciones. Entonces está decidido.»
Todos los presentes agacharon las cabezas, demostrando que lo entendían.
«Sin embargo, Demiurge, tu sugerencia es notable, casi sorprendente.»
Demiurge sonrió ligeramente.
«No me atrevo a asumirlo, Ainz-sama. Usted ya debía estar consciente de esto hace mucho, y sólo esperaba a que Cocytus lo sugiriese, ¿correcto?»
Su amo no respondió, y sólo rebeló una sonrisa irónica. Sin embargo, la actitud de su amo ya había revelado todo.
Cocytus sintió que su cuerpo entero se relajaba inmediatamente.
Claramente era él el que había estado a cargo de comandar el glorioso ejército de Nazarick, y sin embargo había producido una derrota. Y cuando dejo oír una opinión diferente a la decisión de su amo, no había preparado una solución alternativa. ¿Cómo podría describir esto? Probablemente sería—
(Incompetente. Soy tan incompetente.)
«… No, ese no es caso, Demiurge. Me tienes demasiada consideración. Simplemente deseaba que fueran capaces de expresar sus propias ideas, sin importar de qué tipo de pensamientos de trataran.»
La vista de su amo una vez más se movió y se detuvo en Cocytus por el tiempo más largo. Entendiendo el significado detrás de las palabras de su amo, aunque Cocytus se sentía avergonzado, también fue incapaz de agachar la cabeza.
«La primera tarea es entender el significado real detrás de las ordenes. Luego de prestar mucha atención a entender las órdenes, entonces pueden tomar el plan de acción más adecuado. Guardianes, escuchen con cuidado, no deben seguir las ordenes ciegamente. Antes de pasar a la acción, deben pensarlo un poco para hacer lo que debería hacerse para el beneficio de Nazarick. Si piensan que hay algún error en el contenido de sus ordenes, o si se les ocurre un método incluso mejor, su tarea es venir ante mí, o ante aquel que hizo la sugerencia, a reportarlo— Entonces, Cocytus, volviendo al tema anterior, mencioné que serías castigado, ¿cierto?»
«Sí. Quería que exterminara al grupo de hombres lagarto.»
«Así es. Sin embargo, ahora no los exterminarás, sino que los controlarás. Por tanto, debo cambiar tu castigo. El grupo de hombres lagarto será tu responsabilidad, y deben desarrollar una profunda lealtad en sus corazones hacia Nazarick. Tienes prohibido usar el miedo para controlarlos, quisiera que el grupo de hombres lagarto fuera un modelo de un gobierno sin miedo.»
Cocytus nunca antes había tenido una responsabilidad tan pesada sobre los hombros— No, de entre todos los Guardianes, tal vez sólo Demiurge tenía ese tipo de experiencia.
«Esta es una tarea difícil de realizar.» Este pensamiento surgió brevemente en la mente de Cocytus, pero ¿cómo podría dar voz a unas palabras tan cobardes? Estas palabras que no podían ser dichas sin importar que tan tolerante era el Ser Supremo ante el que había jurado lealtad eterna, o a su colega que le había ayudado.
«Oigo y obedezco. Debido a que tengo muchas preocupaciones, estaría agradecido por cualquier ayuda y consejo de otros.»
«Por supuesto, este asunto requerirá necesariamente de materiales, raciones y mano de obra. Sobre estas cosas, la responsabilidad quedará en Nazarick.»
«Estoy profundamente agradecido. Yo, Cocytus, juro que obtendré buenos resultados y que no malgastaré la benevolencia de Ainz-sama.»
Cocytus gritó estas palabras desde su corazón.
Bien. Entonces a partir de ahora todos los Guardianes tienen la orden de atacar. Un equipo actuará como carnada, y el otro será responsable de demostrar nuestra verdadera fuerza, para que los hombres lagarto sepan que nuestra verdadera fuerza no era sólo esa. Por supuesto, si Cocytus piensa que esto producirá un efecto perjudicial que podría afectar el control de los hombres lagarto luego de la batalla, puedo rescindir mi orden.
Cocytus lo pensó cuidadosamente antes de responder:
«No deberían haber problemas.»
«¿Es así? Entonces, todos los Guardianes, prepárense para partir inmediatamente.»
Todos los Guardianes presentes expresaron su conformidad y su entendimiento al unísono.
«Albedo, también deseo dirigirme allá. Ayuda con los preparativos de los soldados.»
«Como ordene. Pensándolo un poco, también había algunos enemigos que preferían espiar. ¿Podría esto ser usado también con el objetivo de que malinterpreten nuestras intenciones?»
«De eso se trata precisamente. Sin embargo, no olvides que también tenemos el objetivo de hacer una demostración.»
«Entonces, podemos enviar a los Guardias Veteranos para que actúen como la fuerza principal. De ese modo la composición del ejército parecerá incluso más poderosa.»
Cocytus estuvo de acuerdo internamente con la sugerencia de Albedo.
Había un tipo de guardia no muerto conocido como Guardia Veterano.
Los Guardias Veteranos de Nazarick sólo existían entre los guardias de la Gran Tumba de Nazarick. Podría decirse que los Guardias Veteranos eran no-muertos de alto nivel. Estos poseían ítems con diferentes efectos mágicos, y estaban equipados con armaduras y escudos mágicos, y aún más, eran hábiles enfrentando habilidades especiales. Eran excelente guardias no-muertos.
«Con hay problemas con ello. ¿Cuántos necesitarás?»
«Tres mil.»
«¿No es número muy pequeño? Con ese tipo de números, será difícil conseguir un efecto que estremezca la tierra… esta vez queremos obtener una victoria aplastante, provocando que aquellos que subestimen a Nazarick sientan el terror verdadero. Si nuestros números son menores a la vez anterior, entonces no tiene sentido. Espero que podamos tener el doble de esa cantidad. ¿Qué otras unidades podemos usar?»
«Entonces, qué tal si movilizamos a los Guardias Ancianos y los Guardias Maestros de Nazarick, ¿Qué le parece? Con esto, nuestros números llegaran a seis mil.»
No era de sorprender que fuera la Supervisora de los Guardianes. La respuesta de Albedo había sido tan fluida como el agua. Ante esto, Ainz dio una respuesta concisa.
«¡Muy bien! Entonces, ¿hubieron problemas al activar a Gargantúa?»
«Ninguno, Ainz-sama. Gargantúa ya se encuentra operacional.»
«Entonces, Shalltear, usarás 「Transferencia」 para enviar a todas las fuerzas para allá.»
«Pero si lo hago yo sola, entonces mi magia será insuficiente.»
«Permite que Pestonia te ayude. Has que te transfiera poder mágico. Si aún así no es suficiente, busca a Lupusregina para que ayude.»
«Entendido.»
«Lo siguiente, has que las redes de vigilancia de Nigredo y Actor de Pandora sean transferidas a nuestro lado. Aunque esto hará que la red de vigilancia de Sebas se debilite ligeramente… lo único que podemos hacer es reforzar el monitoreo físico. ¡Muy bien! Entonces, ¡todos muévanse! Mañana les daremos a los hombres lagarto una muestra de la verdadera fuerza de la Gran Tumba de Nazarick.»