— ¿Estás bien? — preguntó Julia mirando a Jake. No dijo nada. — Entiendo. Si no quieres decir algo no lo digas amigo mío.
Jake se quedó callado pero miró de reojo a Julia quien le acariciaba su pierna, él iba a decir algo pero un alboroto lo interrumpió, un bullicio en el centro del valle, ambos salieron a ver que pasaba y vieron a la multitud viendo algo al horizonte, vieron a una hembra de mandíbula de roca exhausta implorando hablar con Dough, rápidamente él llegó.
— ¡Bianca! — dijo Dough. — ¿Qué sucede, te ves terrible?
— ¡Es Brandon! — dijo ella y llorando dijo. — ¡Murió!
— ¿Cómo que murió? — preguntó Dough.
La multitud se sorprendió, Brandon era el carnívoro mas grande de esos lares, no sabían que había pasado, mientras tanto Jake y Julia se acercaron más para escuchar mejor.
— Él perdió una batalla. — respondió Bianca con fuertes respiraciones. — Sus heridas… él…
— ¿Pero cómo? — preguntó alarmado. Entonces Bianca notó entre la multitud a Jake, Albert y a Julia quienes también la notaron, Jake ya se estaba poniendo nervioso.
— ¡TÚ! — gritó Bianca a Jake corriendo con intenciones de matar a Jake. El quedó atónito al ver a Bianca mordiendo y arañando la pata izquierda de Jake cada vez más débil mientras lloraba. Todos miraban a Jake, quien estaba visiblemente confundido, Dough se les acercó mientras tanto Allison, quien estaba entre la multitud, permanecía atenta a lo que dirían.
— Jake. — dijo Dough. — ¿Mataste a Brandon?
— ¿Qué? — dijo sorprendido. — ¡Yo no maté a nadie!
— Cálmate — le decía tratando de tranquilizarlo. Jake empezaba a calmarse cuando vio que todos las demás criaturas dudaban de él.
— ¡YO NO MATÉ A BRANDON! — les gritó Jake a todos quienes retrocedían alejándose de él.
— ¡TÚ LO HICISTE! — respondió Bianca.
— ¡Ni siquiera le clavé mis colmillos para que estés diciendo que yo lo hice!
El ambiente estaba tenso, por un lado las criaturas espectadoras le creían a Bianca y por otro Julia, quien había visto todo, no podía decir nada, solo era una pequeña humana y Albert, quien no podía comunicarse con otros. Entonces Allison saltó al lomo de Dough, saltó a su cuello y lo escaló hasta llegar a su cabeza, se acercó a su oído y habló.
— Él no lo hizo. — le susurró.
— Lo sé. — le contestó.
— Entonces haz algo.
— No puedo.
— Si no lo puedes defender entonces detén esta pelea.
Dough se levantó en sus patas traseras rugiendo y cayendo poniendo su peso en sus patas delanteras y al impactar el suelo este se agrietó, todos se quedaron callados, Jake y Bianca se separaron dando paso al titán.
— Jake — dijo Dough. —, ve a tu cueva, mañana a primera hora ven a verme en la montaña del este. — Jake procedió a irse a su cueva mientras Julia seguía pensando en lo que había pasado.
— Y tú. — dirigiéndose a Bianca. — Busca un lugar para dormir. — Bianca se marchó.
— ¡Y todos ustedes! — gritó a la muchedumbre. — ¡No hay nada que ver aquí, dispersarse!
Todos se fueron a hacer sus rutinas mientras el sol se ocultaba en el horizonte.
Los minutos pasaron en un lúgubre silencio, los brillantes ojos amarillos de Jake ahora eran de color anaranjado, Julia seguía deseando que esto solo fuera un mal sueño.
Llegaron a la cueva, la noche calló, un helado recorría el valle, los padres les daban calor a sus crías y los vulcanos patrullaban los alrededores, Julia miró a Jake, quien tenía la vista perdida a la oscuridad de la cueva.
— Oye — dijo Julia. —, yo sé que no fuiste tú.
— ¿Qué vas a saber tú? — respondió molesto. — Nadie está en tu contra, tus amigos no te quieren muerto, solo eres una humana.
— Si, solo soy una humana, una humana cuyos padres nunca estaban en casa y guardaba mis pensamientos en un cofre, una humana a quien nadie quería hablar. — Y empezando a sollozar dijo. — ¡Una humana que solo fue aceptada cuando corrió con una roca detrás del tipo que me molestó durante años solo por temor a que un día llegara con una maldita arma y matara a todos! ¡Yo nunca hice nada para merecer eso!
— ¡YO TAMPOCO! — rugió Jake. — ¡Solo nací y mi propio padre me repudiaba, mi madre me escondía de él algunas veces pues aparentemente no quería descendencia, ambos murieron en una estampida y ni siquiera me importó, casi muero de hambre más veces de las que recuerdo, tras más de veinte años de buscar y llamar por las noches por mi madre o alguien más de mi especie no recibí respuesta alguna, mis mejores amigos ahora me quieren matar, una maniática psicópata, un egocéntrico brabucón y un inútil que cree que por tener varias criaturas bajo su protección ya es un líder, todos ellos y quien sabe cuantos animales más me ven con asco¡ ¡No sabes cuantas veces no quería comer o simplemente quería saltar de una montaña solo para morir de una vez!
Ambos se miraron a los ojos, lágrimas brotaron de los ojos de Julia y comenzó a llorar, Jake solo gruñó y apartó la mirada molesto. Los sollozos de Julia no lo dejaban en paz, tanto que quiso matarla en ése instante para que se callara, pero, al verla, él sintió lástima. Se vio de pequeño en el lugar de ella, llorando sin ningún apoyo, pero esta vez, ella lo tendría.
Jake la miró con pesar, luego comenzó a tocarla con su nariz, Julia lo miró entre lágrimas con confusión.
— Humana… — dijo él. — Yo… yo… l… lo.. yo… — cada letra era dicha con dificultad, entonces, él gruñó suavemente. — Yo lo siento… No… debí haber dicho eso… la verdad es… que… tú eres muy especial…
— ¿J… Jake? — preguntó Julia confundida. Albert voló hasta el cuerno de Jake.
— Es que… el estar solo… me hizo esto… no confío en nadie, menos en dos seres: Albert… y… tú.
— ¿Y… yo?
— Si, eres el primer animal al que considero… mi familia… Pero si dices que yo dije eso, lo negaré y te comeré. — Julia se limpió los mocos con su sudadera y miró con una sonrisa a Jake.
— Yo… también te quiero… gracias por salvarme todas esas veces. — dijo abrazándolo como podía, Jake la miró confundido, pero luego solo sonrió.