CAPÍTULO 11- A una madre no se le insulta.
Es enorme... Y sus pechos también... G-genial.
—Oye, ¿me escuchas? ¿Por qué puedes hablar?
—Ah... S-sí... B-bueno... Esto... ¿Cómo puedo decirlo...? P-pues... No lo sé.
—¿No lo sabes?
—Me desperté un día como zombie, pero yo puedo controlarme y hablar.
—¿Zombie? ¿Qué es un zombie?
—... Los muertos vivientes.
—¿Te refieres a los No-Muertos?
—... Oh, sí, casi se me olvida preguntar... ¡¿Por qué hay Orcos, Duendes, Cíclopes y Elfas en este mundo?! ¡Se supone que ustedes son criaturas de fantasía! ¡Ustedes no existen!
—¿No existimos...? Lo sospechaba.
La mujer se alejó de mí y observó todo a su alrededor.
—Ya no estamos en nuestro mundo... Fuimos afectadas por la magia de invocación.
Justo el día en que los zombies aparecen, también aparecen criaturas de fantasía... ¿Por qué?
Observo a las chicas a mi alrededor... Una Elfa... Una mujer gato. Esa chica es adorable... Y una mujer lobo o perro.
Genial.
¿Se enojarán si intento acariciar sus colas?
—¿Magia de invocación? ¿A qué te refieres?
—Es la única explicación... Estamos en otro mundo... ¿Solo existen humanos y No-Muertos?
—Si te refieres a diferentes razas humanas, sí. Solo hay humanos. Aquí no existen los Elfos, hadas, semihumanos o gigantes.
—Soy una Titán, no un gigante.
Es la misma cosa.
—Los zombies aparecieron recientemente... Aparecieron al mismo tiempo que ustedes.
—... Esto se pone cada vez más extraño.
Bueno... Desearía quedarme, pero la Elfa me está observando con una mirada furiosa. Puedo sentir su sed de sangre. Si me quedo más tiempo, moriré.
—B-bueno, les deseo suerte.
Mi espada. No debo olvidarla... Ya la encontré.
Tomé mi espada del suelo.
—Me retiro.
—¡Espera!
La Elfa se acercó a mí.
—¡P-puedo controlarme! ¡No es necesario que me mates!
La Elfa me quitó mi espada.
—E-esta espada...
Me tomó del cuello... ¡Maldita loca! ¡¿Ahora qué hice?!
—¡¿En dónde conseguiste esta espada?!
—S-se la quité a un zombie... Oh...
Ya sé a qué se refiere... ¿Conocía al Cíclope?
—... Se la quité a un zombie Cíclope.
—¿C-Cíclope...? ¡¿Qué hiciste con ella?!
—¡Era un zombie! ¡No estaba viva, así que no te enojes! ¡La maté!
—¡¡Hijo de puta!!
Comenzó a golpearme y caí al suelo.
—¡¡Hijo de puta!!
—Celes, detente.
La enorme mujer alejó a esa Elfa de mí.
—¡¡¿Ahora qué le diré a sus hijas?!!
—¡Yo no la infecté! ¡Cuando la encontré ya era un zombie!
—¡Pero no tenías que matarla! ¡Podíamos eliminar su maldición!
—¡¿Maldición?! ¡¿Tienen maldiciones?!
¡Puedo salvar a mi madre!
—¡¿Sabes eliminar la maldición?!
—¡No, pero descubriré la manera de hacerlo!
... ¿Eres tonta?
—¿Al menos confirmaste que realmente tienen una maldición?
—... No, pero es obvio que tienen una. La maldición la transmiten por mordidas y rasguños. Cuando los No-Muertos muerden a alguien, le transmiten la maldición.
—... ¿En tu mundo hay tecnología o electricidad?
—¿Electricidad?
—... ¿En tu mundo existen presidentes o reyes?
—Reyes.
Son ignorantes.
—... ¡Estás confundiendo una maldición con un virus, idiota! ¡No tienen ninguna maldición! ¡Y cuando eres infectado, tu alma abandona...! Abandona...
Mis lágrimas comenzaron a salir... L-lo olvidé... Olvidé eso.
—Abandona tu cuerpo... Tu alma desaparece de este mundo... La cíclope no podía regresar a la normalidad...
Me senté en el suelo.
—Nadie podrá regresar a la normalidad.
Mis amigos... Mi madre... No podré recuperar a mi madre... No es necesario encontrar una cura, las personas no regresarán a la normalidad.
—Mi madre... Mi madre se convirtió en un zombie para siempre... No podré recuperarla.
—¡Eso te pasa por ser un asesino! ¡Espero que tu madre se pudra en el infierno!
... Mi madre era una persona muy buena.
Mi padre la abandonó y se fue con otra mujer cuando yo nací.
Ella era huérfana. No tenía a nadie... Ella se cuidaba sola desde que era pequeña... Ella trabajaba hasta el cansancio para poder pagar sus estudios y salir adelante.
Ella sufrió mucho. No tenía tiempo para salir con sus amigos... Toda su vida se la pasó trabajando.
Y cuando mi padre la abandonó, ella no se rindió y siguió adelante.
Gracias a su trabajo duro, tuve una buena vida.
Ella me enseñó los valores que tengo.
Ella era la persona más amable que he conocido... ¿Y tú dices que está en el infierno?
—... Cállate.
—¡¿Qué dijiste, idiota?!
—No insultes a mi madre.
—¿No quieres que insulte a esa puta? ¿Y cómo piensas evitar que me siga burlando de esa perra, hijo de puta?
—¡¡Cállate!!
Me levanté y la golpeé con el único puño que tengo.
—¡¡Maldita Elfa inútil y plana!! ¡No permitiré que la sigas insultando! ¡Puedo convertirte en un zombie con una simple mordida! ¡¡No me provoques!!
Recibí una patada en el estómago y salí volando.
Choqué contra un árbol y Kiasan se acercó a mí.
—Z-Zei...
—Mi madre no es ninguna puta... Es una mujer valiente y amable... ¡¡No es ninguna puta, idiota!!
—Ya basta. Fue suficiente.
Maldita gigante. Esa patada fue innecesaria.
—... No puedo confiar en ustedes.
—Digo lo mismo, fenómeno.
—¡Cállate, plana! ¡No me hables!
—¡No me digas plana, fenómeno!
Maldita sea... ¿Por qué los Elfos no son amables como en las novelas? O al menos con pechos gigantes como en las novelas.
—... Vámonos, Kiasan.
Me alejé caminando... Espera... Olvidé decirles algo importante.
Me detuve y volteé a verlas.
—No confíen en los humanos. Manténganse en grupo y no se separen. Ustedes son criaturas únicas. Serán muy valiosas para los humanos codiciosos y lujuriosos. No hablen con ningún humano... Ellos intentarán aprovecharse de ustedes de alguna forma... Hay humanos buenos, pero también hay malos. No confíen en alguien tan fácilmente... Y no se dejen engañar por palabras bonitas.
—Sabemos cuidarnos solas, fenómeno.
... Fenómeno... Sí... Lo soy.
—... Adiós.
Seguí mi camino y Kiasan me tomó de la mano.
—¿E-estás... b-bien?
... Sigo llorando... Me duele que insulten a la única mujer que admiro... Admiraba.
Madre, espero que tu alma descanse en paz... Algún día iré contigo.
—... Sí, estoy bien... ¿Y Sato? ¿E-estará bien?
—M-mujer g-grande... u-usó m-magia... c-curativa... P-pero... n-no fue... s-suficiente.
—... ¿Murió?
—... Sí.
...
...
...
—Kiasan, suéltame... Debo hacer algo.
—S-sí.
Kiasan me soltó y me alejé corriendo.
—¡Espérame, regresaré en un minuto!
•
•
Zei se alejó de mí... Puedo sentir su impotencia... Es un chico muy bueno... Tuve suerte de conocerlo.
—Zei...
Su personalidad le permitirá seguir adelante... Estoy segura de que esto no lo detendrá y seguirá adelante.
—¡¡Soy un inútil!! ¡¡Maldita sea!! ¡¡¡Otra vez le fallé a alguien!!!
—Z-Zei...
Sus gritos... Me duele escucharlo así.
Regresó corriendo y se paró frente a mí.
—Listo, vámonos.- Dijo sonriendo.
... Está llorando... Está sonriendo porque trata de no preocuparme.
Me tomó de la mano y comenzó a caminar.
—... Tengo magia de fuego... Si mejoro mi fuerza y mi magia, nuestras posibilidades de sobrevivir aumentarán... Kiasan, tal vez mi palabra no sea creíble, pero... Te prometo que intentaré protegerte... No dejaré que alguien vuelva a hacerte daño... Te protegeré con mi vida.
... Zei, acabas de arriesgar tu propia vida para salvarnos de ese Orco, ¿y sigues dispuesto a hacerlo?
... Y también me salvaste de los Duendes... Inconscientemente, aunque habías perdido el control de tu cuerpo, reaccionaste a mi grito de ayuda y me salvaste.
No seré un estorbo para ti.
Gracias a ti, tengo un cuerpo nuevo. Gracias a ti, dejé de ser un fantasma... Gracias a ti, tengo una vida nueva.
Te lo pagaré. Seré tu compañera. No seré una inútil... No quiero que siempre tengas que protegerme.
—Y-yo... q-quiero... m-mejorar mis... h-habilidades.
—Sí... Está bien... Vamos a matar zombies... Vamos a mejorar juntos.
Juntos... Un equipo... No... Zei es mi familia.
... ¿Así se siente tener una familia?
Cuando era un fantasma, miraba con envidia a las familias que se reunían a comer en el bosque.
Yo quería tener algo parecido... No quería estar sola... Y gracias a Zei, ya no estoy sola.
—G-gracias.
Aunque tengo el cuerpo de una niña, eso no evitará que sea útil para ti.
Me esforzaré para no ser un estorbo.
Gracias por mi nueva vida, Zei... Muchas gracias.