"Señor Ken, ¿por qué camina tan raro?" preguntó Halley con curiosidad.
"Es que me dieron una patada en el estómago y me duele un poco" dije con tono calmado.
"¿Quién lo pateó señor Ken?, tiene que decirle a su mamá para que lo regañen" dijo Halley con preocupación y un poco molesta.
"No te preocupes le di con un bate en la cabeza" dije restándole importancia.
"Señor Ken la violencia solo trae más violencia, yo no lo eduqué de esa forma" dijo Halley molesta con Ken mientras se cruzaba de brazos.
Ok, esto es raro.
¿Desde cuándo la niña tiene la suficiente confianza conmigo para regañarme?, y lo peor es que por alguna razón, tengo miedo de que se enoje más conmigo.
"E-está bien, no lo volveré a hacer" dije patéticamente.
Nunca nadie me ha vencido en un debate, pero ahora ni siquiera puedo contestar a sus quejas.
¿Es así como se siente tener una hermana, madre, novia o hija?, me siento indefenso.
Definitivamente las mujeres son aterradoras.
La niña pareció aceptar mis disculpas y cambió a su actitud preocupada de antes.
"Señor Ken, ¿en verdad está bien?" dijo Halley mientras se acercaba a Ken.
"Si estoy bien, mañana estaré como nuevo" dije con una sonrisa.
Algo bueno de ser latinoamericano es tener un cuerpo resistente, he recibido golpes más fuertes por el estúpido balón de fútbol del recreo.
Nunca jugué fútbol, pero por alguna razón el estúpido balón me terminaba golpeando cada vez que me acercaba.
Al principio pensé que era porque estaban intentando golpearme a propósito, pero luego vi el balón rebotar 3 veces y aun así golpearme a mí, así que esa posibilidad queda descartada.
Bueno, es mejor dejar de pensar en mi odio mutuo con los deportes.
La niña aún parecía un poco preocupada así que intenté animarla.
"¿Por qué no me pones una curita otra vez?, la última vez me ayudó mucho" dije con una sonrisa.
"Señor Ken, las curitas son para cortes no para los golpes" dijo Halley con tono explicativo.
"¿Y qué debería hacer según usted Dr. Halley?" dije con tono de broma.
Ante eso la niña se acercó a mí y se puso a mi lado izquierdo.
Antes de que pudiera preguntar la niña hizo algo que no vi venir.
*Muac*
Así es, me dió un besito en la mejilla.
"Mi mami siempre dice que un beso cura cualquier golpe" dijo Halley mientras sonreía ampliamente.
Yo por el otro lado estoy en estado de shock.
Esto es demasiado dulce y tierno, sinceramente no creo que sobreviva la noche.
Voy a llorar, ¡No! se un hombre y aguanta no dejes que su ternura te venza.
Luego de una batalla interna, pude retener mis lágrimas de salir.
Esta vez gano yo.
Casi no la cuento, ese poder de ternura debería ser ilegal.
"Señor Ken, ¿se siente mejor?" dijo Halley con curiosidad.
"Sip, ya me siento mucho mejor" dije con una sonrisa.
¿Así que esto es cariño eh?.
Me agrada.
Tal vez, cuando todo esto termine, debería formar una familia.
Pero bueno, es mejor no pensar en eso por ahora, además es hora de cenar.
"Bueno es hora de cenar" dije mientras me levantaba lentamente para buscar la cena.
"Señor Ken, usted tiene que descansar, yo buscaré la mochila" dijo Halley sin esperar una respuesta de mi parte.
Yo solo la vi buscar la mochila con un poco de impotencia.
Me siento como un viejo de 90 años.
No me molesta la idea de ser viejo y sabio, pero esto de no poder moverse es bastante molesto.
Otra cosa, la niña es mucho más inteligente de lo que pensé, lo único que la detiene es su inocencia.
Sinceramente no quiero que pierda su inocencia.
Las personas inteligentes son, en su mayoría, frías y solo les importa ayudar a la humanidad y estupideces como esa.
Yo por el otro lado, solo estudié ingeniería por el dinero, tengo que ser sincero.
Yo solo quería un trabajo con buena paga para poder jugar videojuegos y ser flojo el mayor tiempo posible.
Y no me arrepiento.
El punto es que, las personas inteligentes son en su mayoría buenas, pero hay algunos que son arrogantes y bastante molestos.
Esos que solo se preocupan por el bien de la humanidad, que flojera.
En fin, la niña volvió luego de unos minutos con la mochila amarilla.
Luego de comer, recordé algo que tenía en mi bolsillo.
Al sacarlo se lo mostré a la niña y dije.
"Mira, te traje unos caramelos de fresa, espero que te gusten" dije con tono calmado.
"¡Muchas gracias señor Ken!" dijo Halley mientras comía algunos caramelos.
Luego de comer algunos, la niña se quedó mirándome por unos segundos para luego acercarse y abrazarme fuertemente.
"¿Sucede algo niña?" pregunté con confusión.
"Lo quiero señor Ken" dijo Halley con una gran sonrisa.
Yo solo pude quedar en shock por algunos segundos, para luego sonreír como nunca en mi vida y abrazarla gentilmente.
"Yo también te quiero, mi pequeña Halley" dije mientras lloraba un poco.
Creo que en verdad me agrada esto del cariño.