(PD: Nota al final del capitulo, por favor leerla, contiene una sorpresa)
Varasloth miró decepcionado al demonio, era evidente que deseaba continuar jugando con su nuevo juguete, en especial cuando acababa de mostrar una habilidad tan curiosa, más lentamente negó con su cabeza la propuesta del demonio.
No cometería el mismo error que con Zarintial, no podía dejar escapar a un miembro de la familia imperial y sus memorias, hermosas y deliciosas fuentes de información.
El demonio entendió el rechazo y levantó su alabarda preparado para luchar hasta la muerte, su mirada se volvió feroz y sus músculos se contrajeron, sin mayor reparo se abalanzó contra Varasloth como un rayo intentando perforar en el abdomen al monstruo con el que luchaba.
Varasloth esquivó velozmente y de manera muy hábil el ataque con unos centímetros de distancia, no obstante, en ese momento volvió a presenciar la extraña sensación, la alabarda contra las leyes de la física se movió ligeramente rozando sus poderosas escamas y generando un choqué que hizo retroceder a Varasloth.
El demonio pareció decepcionado de que su arma no hubiese podido a travesar la natural armadura de su contrincante, más Varasloth empezó a sonreír demencialmente —Qué interesante, es como si tu arma fuera otra parte de tu cuerpo, puedes moverla a voluntad con una precisión anormal. ¿Es una especie de técnica de combate? ¿Es un arma mágica? No siento fluctuaciones de mana, no debería ser así. —
Los ojos del demonio se entrecerraron, al notar claramente que su adversario continuaba sin tomarlo en serio, en vez de enfurecerse y caer cegado por la arrogancia, optó por ser aún más cauteloso.
Su alabarda se movió como un dragón del mar danzante y arremetió con toda su fuerza contra Varasloth arrasando con todo a su paso. La tierra y el aire temblaron, el demonio avanzaba imponente en un flujo y ritmo imparable, Varasloth asumió una postura de defensa al verse sorprendentemente imposibilitado de esquivar la lluvia de ataques a la perfección, más el daño que los pocos ataques que lograban a travesar sus bloqueos simplemente arremetía contra su monstruosa armadura natural.
La batalla se encontraba parcialmente equiparada, más Varasloth no podía continuar perdiendo tiempo, rápidamente durante un ataque frontal optó por abrir su boca e inesperadamente lanzó una veloz llamarada de fuego draconiano. Esta era una habilidad que anteriormente no había poseído, dado lo diluido que su linaje draconiaco era, más recordando, uno de los efectos de la bendición brindada por Kolacris, era la purificación de su sangre draconiana. Con el paso del tiempo, Varasloth había notado que poco a poco ciertas habilidades draconianas habían empezado a notarse más, aunque el cambio era mínimo dado que regularme ya poseía dichas habilidades solo que provenían por otros linajes.
Varasloth pudo haber lanzado una bola de fuego con magia y hubiera sido técnicamente más poderosa, pero prefirió resguardar de cualquier forma la ausencia de limitación elemental que poseía. Si el demonio lo vincularía con la raza de los dragones por su habilidad de utilizar magia sin encantamientos, una llamarada más no haría diferencia.
El demonio en efecto, pareció sorprendido y no pudo bloquear a tiempo el horrible fuego que emanó de la boca de Varasloth el cual empezó a incinerarlo, por lo que se retiró fugazmente para intentar tomar algún tipo de medicamento de su bolsillo. No obstante, creer que Varasloth le daría la oportunidad de hacerlo era ridículo, el monstruo se acercó rápidamente de nuevo y apuntando a su brazo derecho, con el que empuñaba principalmente su alabarda, de un feroz mordisco atrapó la extremidad con firmeza mientras sus tres filosas colas se volvían a juntar en una sola y contrayéndose para generar una descomunal fuerza, azotó bestialmente contra el demonio mandándolo a volar por los aires, arrancándole de esta manera el brazo derecho.
El demonio aulló de dolor al perder su brazo principal, más aún podía verse resolución en su mirada, la cual empezaba a desvanecerse, Varasloth miró con respeto al demonio, merecía una muerte digna, claro que ello sería luego de saciar su curiosidad tras leer su mente.
Sin embargo, cuando Varasloth se preparaba para finalizar la batalla, del cielo una enorme sombra descendió velozmente. Un enorme halcón de aspecto metálico rugió enfurecido y arremetió contra Varasloth, quien esquivó el ataque y se preparó para contraatacar. No obstante, la bestia no había continuado el asedió, rápidamente con una de sus garras recogió al demonio mientras que sus alas formaban una extraña pose y observaba al cielo, como si rezará o adorará algo. De pronto, un signo de oscuridad se formó en la frente de la bestia y por sus ojos sangre corrió, era evidente que estaba realizando un sacrificio.
—¿Ah? ¿Acaso...? ¡NO ESTÁ VEZ!— rugió Varasloth, ya tenía suficiente con que Zarintial haya escapado luego de engañarlo, si su padre también lo hacía, probablemente su presencia se volvería un chiste familiar entre los miembros de la familia imperial demoniaca.
Utilizando toda su fuerza, Varasloth intentó alcanzar al ave quien, con el poder oscuro recibido tras el sacrificio, empezaba prepararse para salir volando. Más todo fue inútil, el ave en evidente dolor junto al demonio herido e inconsciente, salieron disparados en dirección al este a una velocidad descomunal e indescriptible, dejando a Varasloth solo en el territorio totalmente destruido tras la ardua batalla que acababa de realizarse.
Varasloth solo pudo observar por unos segundos un punto negro en el horizonte hasta que finalmente el ave y el demonio desaparecieron de su vista. Por alguna razón el humor del demonio se turnó agrio, —La familia imperial demoniaca es interesante. — murmuró seca y fríamente.
Luego se acercó a la sangre que el ave y el demonio habían dejado en el suelo tras la batalla y el sacrificio, y sonriendo diabólicamente la utilizó para empezar a dibujar diferentes pentagramas mientras emanaba mana constante a un nivel escalofriante.
Como había dicho antes, no podía dejar a quienes lo engañasen o se opusiesen a él sin castigo alguno, daría un mal ejemplo a su reputación y buen nombre.
Finalizada la conjuración de las maldiciones, volvió a comprimirse hasta recuperar su aspecto infantil y regresó aún mal humorado a sus aposentos, donde procedió a meditar para calmar sus fluctuosas emociones así como a planear los diferentes rumbos de acciones que podría tomar para llegar con el emperador demoniaco.
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En un barco que cruzaba velozmente el mar, Zarintial sollozaba desesperadamente de rodillas junto a la cama en la que su padre descansaba, —P-p-padre, todo es m-mi culpa, aun no entiendo como fui capturada. T-todo es mi culpa, debí ser más precavida, debí correr en el primer momento que vimos a ese monstruo, ese maldito bastardo las pagará, junto con el maldito continente! — rugió la joven entre llantos de dolor e ira.
Su padre, la miró cariñosamente, — Ya no llores, lo hecho, hecho está. Necesito que seas fuerte, tu primo continua sin ser un digno heredero, es casi seguro que la sangre correrá dentro de nuestra familia, sino eres fuerte, estarás en las bajas cuando todo termine. Aún tengo un brazo, sabré defenderme, ya no te preocupes.—
No obstante, cuando el padre de Zarintial estaba por continuar con las pocas palabras de animó que podía brindarle a su hija, un horrible y atroz dolor empezó a recorrer su cuerpo, retorciéndolo y haciéndolo gritar de dolor.
Zarintial se alarmó y rápidamente trajo nuevamente a los sanadores, quienes le solicitaron que saliese de la habitación temporalmente para que pudiesen hacer su labor.
Al cabo de varios minutos, uno de los sanadores demoniacos salió nerviosamente para hablar con Zarintial, —Mi señora, el Archiduque Thestros se encuentra bajo una terrible maldición, hemos confirmado que su bestia compañera se encuentra en similares condiciones. Logramos pausar el dolor temporalmente pero es un trabajo constante y agotador para los sanadores, no sabemos cuánto más podremos soportar haciendo turnos para aliviar el pesar del archiduque hasta que lleguemos a la capital, sería conveniente enviar un mensaje de auxilio para que sanadores imperiales nos esperen en la costa y nos apoyen en el tratamiento.—
Zarintial asintió y luego miró con angustia al cuarto donde su padre yacía en dolor constante. Todo era su culpa y debía solucionarlo, y la raíz de todo aquel mal y su actual pesar se encontraba aún en el Reino de Rantoria, debía eliminar al monstruo. —"Pero no podré hacerlo sola, cuando llegué a la capital solicitaré apoyo de mi imperial tío, cuando vea a mi padre en ese estado incluso podría comandar a mi imperial tía su caza, una vez ella se mueva, el demonio morirá sin duda alguna."— pensó la muchacha amargamente.
En efecto, Varasloth no solo representaba un mortal enemigo a la familia imperial demoniaca por los ataques y el deplorable estado en el cual había dejado a un miembro de dicha familia, sino también una peligrosa variable en el plan de la invasión, el cual obviamente tendría que reprogramarse gracias a su intervención. Por lo que era sabio, eliminarlo con anticipación.
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Los días transcurrieron y en una habitación oscura y oculta del mundo, tres figuras encapuchadas conversaban cautelosamente.
—Hay noticias del Archiduque Thestros, al parecer regresa junto con su hija del continente de Iludria, dicen los espías que fueron atacados por una bestia humanoide que le causó la pérdida de un brazo.— dijo una de las figuras con voz masculina.
—¿Existe alguien capaz de hacer eso? ¿Habrán sido las cabezas de las familias elementales o las familias imperiales de Iludria? — preguntó otra de las figuras, con voz femenina.
—No, fue alguien desconocido, no hemos logrado obtener mayor información de la bestia, los únicos que han visto al monstruo personalmente son el mismo archiduque y su hija. — respondió el hombre
Esto como todos sabemos, nos es bastante beneficioso, sin embargo, el problema reside en que la invasión a las costas este y oeste de Rantoria se han pospuesto. — dijo la tercera figura, también de voz femenina.
—¿QUÉEEE? Los bulbos están plantados, necesitan nutrientes ¿Qué haremos? Si madre se entera nos regañara, si alguno de los bulbos muere, morirás con ellos pequeño elfo, usa tu cabeza y piensa una solución. — dijo la segunda voz femenina.
El hombre pareció incomodo ante la sutil amenaza y simplemente respondió, —Ya se me ocurrirá algo, los asuntos internos del palacio poco a poco empiezan a salir a flote, hay mucha oposición con el príncipe heredero, podemos utilizar esto a nuestro favor, todos necesitan algo para desahogar su frustración. —
Las mujeres asintieron complacidas con la opción. Luego la segunda reformuló la pregunta, —Entonces mientras arreglas lo de la invasión, ¿Cómo podemos hacer para alimentar los bulbos hasta entonces? —
La otra mujer simplemente sonrió escalofriantemente, —Simplemente lo haremos de la forma manual y directa, tu y yo iremos para allá a regar aquellas áridas tierras de rojo. — dijo apuntando a la otra mujer.
El elfo que presenció el terrorífico acuerdo, solo pudo temblar de pavor. —"Nunca debo enfurecer a estás dos hermanas."— se dijo asimismo silenciosamente.