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Chapter 4 - Capítulo 4

Empecé mi día con un rico desayuno, omelett de huevo con queso y jamón, café tinto unas tostadas con mantequilla y dulce, para terminar un jugo de manzana.

Fui a la ducha estuve allí un par de horas, al salir me empecé a poner mi ropa, una bermuda de jean color negro una polera blanca y tenis negro los más viejos que tenía, me recogí el cabello. Y así salí de casa con dirección a la concesionaria una hora más tarde de lo acordado.

Al llegar a la concesionaria todas las personas empezaron a hablar en voz baja criticando mi vestir.

- Como pueden permitir el ingreso de personas así - decían unos.

- Que barbaridad no le da vergüenza salir a la calle así - decían otros.

Rous me vio y se acerco, su cara me dio a entender que ella también sería una más del montón de las personas que hablaban a mis espaldas.

- Buenos días - exclamó en tono seco.

- Buenos días señorita- exclamé.

- Te dije que no vuelvas aquí, harás que me despida.

- Esta vez no vine por ti, rous. Así que bajale a ese tono tuyo.

- Si no viniste por mi ¿entonces a que viniste?

- Estoy buscando al dueño de la concesionaria.

- ¿Y tú para que quieres hablar con el Sr. Uzumaki?

- Eso es entre el Sr. Uzumaki y yo.

- Dudo mucho que te atienda, Andrea.

- ¿Y porque crees eso? rous.

- No te has visto al espejo, andrea.  Esas no son manera de vestirse y mucho menos para entrar a una concesionaria tan respetable como está.

- Vaya y yo pensé que tu serías diferente, pero me equivoqué rous.

- ¿A qué te refieres con éso?

- Yo pensé que tú serías diferente que no te fijarias en la ropa sino en la persona.

- Claro que soy diferente, andrea. Pero hay reglas para entrar a un establecimiento como esté.

-¿Reglas?

- Si, Andrea reglas.

- Al ingresar no he visto ningún cartel donde diga esas reglas.

- Pero igual las hay, debes usar tu criterio.  Fíjate aquí todas las personas están bien vestidas, y tú no.

- Yo también estoy bien vestida.  Me siento muy cómoda con la ropa que me puse y eso para mi cuenta como bien vestida.

- Ya me hiciste reír, Andrea.  Te voy a pedir que te retires o me veré obligada a llamar a seguridad para que te saquen.

En eso el Sr.  Uzumaki se acerca con la llave del BMW en la mano.

-¿Todo bien por aquí?

- Si, sr. Sólo le estaba diciendo a ella que esas no es la manera para estar en un establecimiento tan respetable como esté.

- Buenos días señora.

- Buenos días Señor Uzumaki.

- Pasé por aquí, señora ya tenemos su pedido listo para que se lo lleve sólo faltaría su firma.

- Claro que si, caballero.

- ¿Pedido? De que pedido está hablando sr. Acaso no la ve como está vestida, lo dudo mucho que tenga ni para comprar un chicle - rous exclamó.

- Srta Rous le voy a pedir que tenga más respeto hacia la Sra Andrea.

- Tranquilo Sr Uzumaki, no le de importancia - exclamé con voz firme.

Pasamos a la oficina para arreglar los papeles de comprar y para ultimar algunos detalles de la compra.

- Señora Andrea ¿De dónde la conoce a la srta rous?

- La conocí en un café, nos hicimos amigas.

- ¿Amigas?

- Si, caballero.

Ya salimos de la oficina con dirección a donde estaba rous.

- Señorita rous acompañenos.

- ¿Dónde? Sr Uzumaki.

- vamos a entregar el BMW ya se hizo la venta y la comisión es para usted.

-¿En serio?

- Si, srta es en serio.

- ¿Y quién lo compró?

- La está viendo, srta.

- ¿Es una broma verdad?

- No srta, no es broma. Quien compró el BMW es la Señora Andrea.

- ja ja ja ya me hizo reir, Sr.  Acaso no la ve , yo no le daría un peso.

- Wow, rous me dejas perpleja y yo que pensé que éramos amigas.

- Una cosa es que seamos amigas, andrea,  otra es que  vengas a mi trabajo y me hagas la peor broma del mundo al decir que tú fuiste quien compraste el BMW.  ¿cuántos libros tuviste que vender para comprartelo?

- Señora Andrea ¿usted es escritora?

- Lo hago sólo para pasar el tiempo, Sr Uzumaki.

- Ve señor ni siquiera lo toma en serio. Ya en serio andrea deja tus bromas pesadas y te ruego que te vayas del establecimiento.

- No sabes la sopresota que te vas a llevar, rous.

- Aquí tiene las llaves, sra Andrea.  Gracias por su preferencia.

- Gracias, caballero.

Abro la puerta del carro me meto, enciendo el motor y me lo llevo. Por el retrovisor veo la cara de asombro de rous.