"Uaaaah…" -bostezó un chico de alta estatura, musculosa constitución; pero no demasiada, piel y pelo moreno y ojos rojos como la sangre.
Este chico se llamaba Koren, tenía 17 años y estaba cursando 1º de Bachillerato (el penúltimo año antes de poder ir a la universidad). Aunque vive en un pueblo del norte de España llamado Torre del Rey, su familia no es nativa de este país. Sus ancestros eran procedentes de una isla situada al noroeste del océano Atlántico. La isla era tan poco conocido que no aparecía ni en los mapas y se llamaba Enntis. Koren le había preguntado muchas veces a su madre si alguna vez podrían visitar su isla natal, pero su madre siempre se negaba.
Se estaba preparando para ir al instituto cuando vio que su madre y su padre no estaban en casa. También dejó de escuchar sonidos en la calle, los cuales estaban presente hasta hace poco.
Debido a esto salió de su casa para ver si había pasado algo. Para su sorpresa, no había nadie en la calle. Esto no era normal ya que siempre solía haber alguien en las calles de Torre del Rey. Pero no tuvo tiempo de buscar una respuesta a esto cuando de repente una pantalla holográfica parecida a las que se suelen ver en las series y los videojuegos apareció ante él.
Se podía leer en ella (la pantalla) un mensaje que decía:
『Bienvenido posible participante del [Torneo de Dios]. Tu planeta junto a todos sus habitantes ha sido seleccionado para participar en este torneo, pero nada es fácil en la vida. Tendrás que demostrar tu valor y capacidades para poder ser oficialmente considerado un participante. Será un largo camino seleccionado.』
Koren solo podía pensar en qué estaba sucediendo. Pero antes de que pudiera pensar apareció otra pantalla.
『El proceso de selección está dividido en muchas fases. En las primeras fases estarás solo; pero conforme estas avancen, te encontrarás con más y más participantes.
Te deseamos mucha suerte posible participante, en tu aventura hasta la selección oficial.
-Las Cuatro Estrellas Cardinales』