Susurró nuevamente con una sonrisa en su rostro y un pequeño sonrojo al saber que su jefe a pesar de ser tan frío en realidad se preocupaba por él, era algo realmente lindo que le hacía sentir muy feliz. Terminando su desayuno completo, exhausto camino hasta la cama y se acurrucó sobre las sábanas en las que gimió de placer para su jefe.
Era como si aún pudiera oler su perfume y su piel lo acurrucara como un pequeño bebé. Le gustaba esa sensación y sinceramente jamás creyó que el sexo fuera tan satisfactorio para él, pero ahora que lo había probado de una manera distinta, le gustaba.
El fin de semana para Jimin había sido un respiro del trabajo, había salido a la playa, solo porque no hay nadie que quiera acompañarlo ni pasar el día con él, a veces ese hecho era un poco angustioso para él, se sentía solo y la depresión lo invadía por completo.
—¿Qué estará haciendo Yoongi ahora?
Pregunto con curiosidad a la nada mientras caminaba dentro del agua de la playa sumergiendo se un poco en el agua salada bronceándose bajó el sol observando a las demás personas, familias, parejas, amigos juntos chapoteando y riendo en el agua.
Había algo en su vida que no le gustaba, la enorme soledad y la sensación de no tener a nadie en su vida.
El glorioso lunes llegó. Jimin se levantó muy temprano, Hizo su rutina de ejercicio, se dio una ducha y se maquillo muy bonito resaltando unas ojeras que lo hacían ver aún más joven.