La joven tenía una edad similar a la de Su Mu, pero por la forma en que caminaba tan seductoramente balanceando sus caderas, la hacía parecer más madura de lo que en realidad era. Sin mencionar esas curvas de sus pechos, causando que nadie le quite la mirada de encima. Siendo tan joven ya tenía el aire de una mujer madura, pero aún no se desarrollaba por completo, lo que la hacía parecer un poco forzada.
"¡Hu Mei Er!" Cuando la vio, la expresión de Su Mu no pudo evitar cambiar, con una gran sonrisa, recorrió todo su cuerpo con su mirada. Inconscientemente tragó un bocado de saliva.
Incluso Su Mu reacciono de esa forma, los otros discípulos con menos autocontrol como Li Yun Tian estaban peor. Cada par de ojos eran como libélulas y langostas pegados al cuerpo de Hu Mei Er. Mientras miraban su hermosa figura desarrollada, sus respiraciones gradualmente se volvieron irregulares y sus vergonzosos interiores se revelaron. Aunque en todos lados hay niños y niñas bonitas, la belleza excepcional de ella era extremadamente rara. Sin mencionar que solo tiene a lo mucho dieciséis años. Con una piel tan linda que causaría la envidia de incluso aquellos que usan cremas. Era una joven con un cuerpo letal.
Li Yun Tian y los demás son niños que todavía están el la pubertad y añadiendo su vigorosa energía, al ver esta estimulante escena, su reacción fue imaginable. Pero las diversas reacciones de los chicos del Pabellón Cielo Alto no enfurecieron ni disgustaron a Hu Mei Er, por el contrario, ella parecía disfrutarlo. Colocando su mano sobre sus lindos labios, ella habló: "Parece que el hermano menor Su reconoce a esta hermana mayor"
Su Mu tosió un poco y se obligó a enderezar su expresión. Con su cara roja respondió: "Naturalmente te conozco".
Cheng Shao Feng era el líder de los practicantes del Reino Cuerpo Templado en la Casa de la Tormenta, mientras que Hu Mei Er era la líder en la Secta de Sangre. Además su estatus no es normal, ella es la hija de la Maestra de Secta, de la Secta de Sangre. Con aquella persona respaldándola, Hu Mei Er es una chica infame, que hace lo que quiere. Aunque aún es joven, controla a una gran cantidad de personas.
Solo había una razón para que estuviese caminando junto a Cheng Shao Feng. Seguramente él estaba también bajo su ala. Anteriormente Su Mu sentía envidia de él, por la suerte que tenía con las mujeres. Pensar que ahora había sido sometido por una. Al darse cuenta de aquello, una extraña sonrisa apareció en el rostro de Su Mu, cuando miró a Cheng Shao Feng su mirada estaba llena de despreció y burla.
Esto hizo que Cheng Shao Feng se sintiera extremadamente incómodo, mientras que los ojos del resto de discípulos del Pabellón Cielo Alto todavía contemplaban el cuerpo de la chica. Su Mu lo miraba y lo ponía de mal humor. En ese momento dio unos pasos adelante, interponiéndose entre la chica, cortando así la vista. Ese movimiento aparentemente casual, hizo que Hu Mei Er frunciera los labios como gesto de diversión.
"Su Mu, dile a tu gente que me abran paso", dijo Cheng Shao Feng con una cara sombría, ni siquiera se molestó en decir palabras de cortesía.
Su Mu se burlo: "¿Cómo podríamos estar bloqueando tu camino?"
"¡Hazte a un lado!" Respondió enojado.
"¿Qué pasa si no me muevo?" Su Mu sabía que esperar, así que no tenía nada que temer.
"El hermano menor Cheng y el hermano menor Su están aquí parados, no es nada importante. Tomemos un desvió, nadie te juzgará si eliges hacerlo" Hu Mei Er de repente intervino y habló. Parecía que intentaba resolver pacíficamente el problema, la verdad es que estaba avivando las llamas.
Su Mu la maldijo en secreto, la mente de esta mujer es demasiado siniestra. Siendo un miembro de la Secta de Sangre, estaba muy ansiosa por la animosidad entre el Pabellón Cielo Alto y la Casa de la Tormenta, hasta el punto de provocar una pelea.
Cuando Cheng Shao Feng escuchó esas palabras, su expresión inicialmente vacilante se endureció al instante y se volvió decisiva. Burlándose de Su Mu, le advirtió: "¡Si no te mueves ahora, te arrepentirás". A propósito intentaba actuar duro frente a Hu Mei Er, no había marcha atrás.
Las comisuras de la boca de la chica se torcieron en una sonrisa, mientras miraba a los dos llena de interés para ver que sucedía.
"Si tienes las agallas, ¡ven!" Su Mu se río fríamente de él, mientras Li Yun Tian y los demás se ponían en guardia.
"¡Fuiste tú quien lo pidió!" Riendo, agitó su brazo hacia adelante, "¡Háganlos pedazos!" Después de su grito, corrió hacía Su Mu.
Cheng Shao Feng lanzó un puñetazo a la cara de Su Mu, este se rió respondiendo con una palma, bloqueando el puño. En el momento de la colisión, Su Mu fue lanzado una docena de pasos hacia atrás, hasta que logro estabilizarse. Mientras que Cheng Shao Feng tenía una mirada tranquila, permaneció quieto como una roca.
"¿Tu cultivo se abrió paso al Reino Fundación Inicial?" La cara de Su Mu se transformo. Ya que al intercambiar el golpe se dio cuenta de lo poderoso que se había vuelto su rival y esto solo se podía conseguir si había avanzado de Reino.
Cheng Shao Feng cargo hacía adelante, mientras sonreía sin cesar. "Su Mu, tú y yo comenzamos a cultivar al mismo tiempo, pero hay grandes diferencias entre las personas. De ahora en adelante solo te queda contemplar mi espalda. Solo puedes soñar eternamente que me superaras".
Su Mu se puso pálido por la desesperación. El sentimiento de derrota que experimentaba es mucho peor que el que le producía Yang Kai. Un cultivador de la Novena Etapa del Reino Cuerpo Templado claramente es muy inferior a la fuerza del Reino Fundación Inicial. Estaba asustado.
Antes de que Yang Kai llegara al Bosque Viento Negro, ya podía escuchar los sonidos de una batalla a lo lejos. Mezclado con esos sonidos se escuchaban los insultos y las palabrotas de Li Yun Tian. Tuvo un extraño presentimiento de que algo andaba mal. Parecía que Su Mu y su grupo estaban en problemas. Con esa sensación, aceleró el paso. Cuando llegó a la intersección de cuatro vías se encontró con Su Mu ensangrentado, con la cara hinchada, tirado en el suelo. Mientras un joven estaba sentado sobre él golpeándolo. Li Yun Tian y el resto estaban a su alrededor, pero no podían acercarse, el numero de contrincantes era muy superior. Estaban preocupados por el estado de Su Mu pero no podían hacer nada para ayudarlo.
"¿Te rindes o no?" Cheng Shao Feng golpeó con su puño el ojo de Su Mu. La sangre goteaba.
"¡No me rendiré ni en el infierno!" Escupió una delgada línea de sangre a la cara de Cheng Shao Feng.
"¿Te rindes o no?" Preuntó nuevamente mientras le daba otro puñetazo en el mismo lugar haciendo que su ojo se hinche.
"Me rindo... ¡Ni mierda me rindo, ni siquiera ante tus antepasados" Estaba sin aliento, pero aún escupía frases agudas.
"¿Te rindes o no?" Otro golpe al mismo lugar.
"Me rendiré en el trasero de tu abuela!"
Esta vez Chen Shao Feng golpeo antes de preguntar. "¿Te rindes o no?" Mientras que Su Mu respondía continuamente con frases y maldiciones venenosas, haciendo que los puños de Chen Shao Feng se hicieran cada vez mas pesados, cada vez más viciosos.
Yang Kai observaba tranquilamente la escena. Descubrió las agallas y el coraje que poseía Su Mu. Al mirarlo se recordó a su antiguo yo, cuando se enfrentaba a enemigos que sabía que no podía vencer, aunque su cuerpo estuviese lleno de heridas, no se rendía. ¡Esto no es de un tonto, esto es ser inflexible! Originalmente no planeaba interferir. No sabía a quién había ofendido Su Mu y eso podía tener represalias. pero el inquebrantable carácter de Su Mu hizo que la impresión que tenía de él cambiara.
Cheng Shao Feng ya estaba cansado de golpear constantemente a Su Mu, aunque estaba ensangrentado, con el rostro hinchado y las cuencas de los ojos y boca llenos de sangre, el desprecio en su rostro no había disminuido en absoluto.
Hu Mei Er una vez más intervino. "Hermano menor Cheng, ¿por qué no lo perdonas? El hermano menor Su tiene un carácter inquebrantable y yo simplemente adoro este tipo de personas".
Tan pronto como dijo eso, Su Mu giró su cabeza y le dijo: "¡Puta desvergonzada!"
Chen Shao Feng se burló, riéndose dijo: "¿Una persona inquebrantable? ¡A mi también me gusta!" Mientras decía eso, recogió una piedra del suelo y la apuntó a la cabeza de Su Mu.