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Chapter 35 - Un demonio que lleva un ángel al cielo

Al tocar la puerta lo oí tenso y nervioso, le pregunté si no podía dormir, luego de decirme que tenía cosas que le preocupaba le pedí que habláramos un rato y le di el vaso con agua, me abrió la puerta y me dejó pasar, aunque cuando iba a cerrar mis 3 tremendos se fueron a mi cuarto, eso indicaba que Max, Tigre y mi colmillos dormirán en mi cama.

Me senté en el borde de la cama y mientras calmaba mis nervios le dije que debíamos hablar de un tema delicado, cuando le vi que decía cosas que ya habíamos resuelto le dije claramente que había escuchado su debate interno.

Intento disculparse y le expliqué que a mi me pasaba igual, también tenía las mismas dudas que el ahora se fórmula, lo vi asombrarse y en tono suave me explicó que aún no entiende el porqué, pero si me incomodaba el haría lo imposible por calmar dichos impulsos.

Mi cuerpo, mi mente y corazón crearon un corto circuito y por instinto lo hale y lo abrace, le expliqué que no estaba enojada, estaba con muchas mezclas de asombró, ilusión, admiración, curiosidad y deseo, tenía curiosidad por que quería saber que imaginaba.

Era hombre a pesar de todo y era normal si me imaginaba en mil poses, estaba curiosa como el porque quería saber si sólo era intimidad o había algo más allá y hacía dicha mezcla, asombró por lo que pensaba el de mi, admiración porque yo también lo respetaba y tenía miedo de cruzar dicha línea.

Beso mi frente y luego se alzó, apago la luz y me invitó a estar con en la cama, por un momento me quedé en ¿Qué?, pero luego me dije que tal vez quería descartar algunas dudas o intrigas, me dijo que si dormimos juntos tal ves se le quitaba, así que cubrió nuestros pies me abrazo e intentamos dormir, por un rato estuvimos tranquilos y me abrazaba fuerte, cuando movió su cabeza a mi cuello y soltó aire se me escapo un leve jadeo y lo vi abrir los ojos, me volví a disculpar porque creí que estaba dormido.

Lo que logramos con esos minutos así fue una excitación en ambos, así que me volvió abrazar como hace rato en el piso y beso mi cuello de manera lenta, luego beso mis labios de manera lenta, me sentía extraña pero a la vez genial, el iba lento pero se hacía notar, no era como Héctor que era rápido en casi todo, sentir las caricias de el era como subir el volumen de tu música favorita, me tocaba de manera suave, sentía que podia oir todos sus besos y en una pausa dijo

Alejandro: la ultima ex novia que he tenido, dice que soy muy delicado, ella me pedía algo de prisa y eso a veces me incomodaba, incluso lo notaba sin que lo dijera, pero contigo es distinto, noto que no tienes prisa y te gusta esta pausa.

Karla: ¿Con qué apodo te llamaban tus ex?

Alejandro: siempre eran apodos tiernos, sólo una me dijo que parecía un ángel, ¿Qué apodo te han dado a ti?

Reí con algo de picardía y le expliqué que a mi solían decirme insaciable o golosa, conmigo también eran rápidos, había poca pasión en besos, pero cuando deseaba más pero no a nivel íntimo, siempre daban una excusa y me dejaban con ganas de cariño, luego de una pausa pregunté

Karla: ¿Quieres que está demonio te lleve al cielo?

Alejandro: no te digas así, yo no te veo como un demonio, además… esos hombres fueron unos imbéciles, ni todo es con prisa o sólo sexo.

Lo abrace y le di la razón, el no quería que aún lo hiciéramos pero yo quería relajarlo, así que con caricias le di su placer deseado, por estar agotado cayó rendido y yo luego de lavar mis manos dormí al lado de el, sólo que no sabía que con eso había dejado un ángel travieso en libertad.

Al apenas despertar me lleno de besos y por un largo rato beso mis labios, su lengua era juguetona pero de manera lenta teníamos largos besos, según el como agradecimiento me daría placer, beso mi cuello y le dio lamidas suaves, bajo mi short y el se quitó el short junto con su boxer, rozó su pene entre mi vagina mientras besaba mi cuello y masajeaba mi pecho, su movimiento fue suave pero profundo, cuando sintió mi intimidad mojada me volvió a besar y con su tono picaron me hizo entender que me haría sentir placer de muchas maneras y no necesariamente teniendo su pene dentro de mi.