Rogelio ni sabía que hacer y Hugo por su lado estaba harto de sólo hablar así que intento lastimarme y mientras forcejamos Rogelio también tomo un cuchillo y se puso detrás de mi, de una patada aleje a Rogelio pero Hugo logró lastimarme y luego de una patada lo aleje de mi, por alguna razón recordé una nota que decía en caso de emergencia llama a Elvis y eso hice, le pedí que se apurara a venir por mi y que luego le explicaba.
Como pude busque una maleta y guarde todo lo que pude, cuando sacaba la maleta llamaron a la puerta y era Elvis un chico de contextura robusta y de piel oscura, tenía muy acentuado los rasgos de su padre, aunque su nariz y ojos eran de su madre de rasgos perfilados, media casi 1.80, sus ojos eran grises y su cabello castaño claro, llamo una ambulancia y dio la dirección, al ver mi sangre se quitó su camisa de cuadros rojos con blanco y azul y la enrollo para que hiciera presión, lo vi confuso pero entendió que allí no podíamos hablar con calma.
Así que me logré lavar rápido las manos y salimos de allí, me costaba caminar así que me tubo que cargar, luego me bajo de sus brazos y abrió la puerta y luego el maletero, así que entre con cuidado y me dijo
Elvis: Ama tranquila, te llevaré donde mi médico de confianza.
Por alguna razón agradecí que no dijera el nombre sino el diminutivo, me llevo a su médico de confianza y le dijo una mentira de que nos iban a robar y el sujeto me apuñaló.
Luego de curar mis heridas y hacerle unos puntos, Elvis me llevo a su otra casa, yo no confiaba en el pero escuche la voz de Ama quien me decía
Voz de Amanda: confía en el y gracias Zafiro.
Sonreí un poco y accedí descansar la vista pero estar atenta, sentí como el chico buscaba un abrigo detrás de él y mientras había cola en la carretera lo estiraba y lo colocaba en mis brazos hasta oí que susurro
Elvis: ¿Tienes un tatuaje?.
No me despertó en ningún momento, de hecho encendió la radio y la dejo en un tono bajo con música suave. Cuando llegamos a su casa me pidió esperarlo así que saco la maleta primero y luego me abrió la puerta mientras extendía su mano y decía
Elvis: baja con cuidado, avísame si te cuesta caminar.
Le sonreí y le di las gracias, podía caminar pero algo lento, llegamos a el apartamento que heredó de sus padres, así de esa manera yo no miraría a esa mujer que decía ser mi madre y a los gemelos.