Hoshino había estado mirando a los muchachos que se estaban acercando, por lo que había notado antes de que Asier su presencia, ahora podría ver con mucha más claridad que en la fiesta, la luz del sol hacía que todos sus rasgos brillaran tal cual bello diamante, usaba ropa casual, pantalones y camiseta, junto a una cinta negra de un centímetro de grosor apegada a su cuello , que provocaba un contraste aún mayor con su tez y color de pelo, haciéndolas aún más llamativas, esta vez también podría ser el color de sus ojos, al verlos en la oscuridad la vez anterior pensado que eran de un tono negro o algún color muy oscuro, pero al verlos iluminados con la luz del sol, podría ver cuán equivocado estado , un color dorado que jamás había visto en toda su vida lo dejó entumecido y sin aire por unos segundos. Cuando finalmente recuperó la razón, ya que tenía un paso adelante frente a él, Asier estaba conversando animadamente con un chico de cabello celeste junto a un él y no había notado aún su presencia. Tenía curiosidad por cómo reaccionaría y si lo reconocí, nunca había sido lo que pensaron otras personas de él ni como reaccionaban cada vez que les hablaban o la ignoraba, pero había algo diferente en el pequeño gatito que le hizo quedar hipnotizado esperando sus expresiones.
Finalmente, cuando todos se dieron vuelta habló.
"Buenos días a todos, mi nombre es Hoshino Moreau y seré el encargado de la supervisión de la búsqueda del tesoro"
Hoshino vio como Asier se daba vuelta bruscamente y lo miraba con los ojos abiertos de par en par, era claro que lo que había reconocido, pero antes de que alguien más notara su conmoción escondió rápidamente su sorpresa tras una mirada de niño aplicado escuchando las presentaciones.
Un resumen de una de las voces que se encuentran en una chica pelirroja parada a un metro detrás de Asier que conversaba con otro de cabello marrón y corte pixie, intercambiado un saludo corto con ellas anteriormente, la primera era Chantal Kito, tenía 18 años y era una cantante entrenada por la agencia que aún no había tenido su debut. La segunda era Tara Boyer una chica de la misma edad que debutó en solitario un año como bailarina en un grupo de chicas, pero que había ganado una enorme popularidad gracias a sus increíbles habilidades.
Exclamó Chantal.
"¿Trabajas en su compañía, nunca lo habías había?", contestó Tara Cuchicheándole al oído para que nadie la escuchara.
"Ni una sola vez, una persona como él no pasaría por una pequeña sucursal donde están los aprendices. Toda mi gran espera ha valido la pena, ojalá pueda sacarle una foto para mandarla a mis amigas, en línea no hay ni una sola, es una lástima, con esa belleza podría ser modelo, compraría todas sus revistas" suspiró llena de pesar en su corazón.
"Cierto, siempre pienso lo mismo, yo lo encontré un par de veces, solo lo vi desde lejos en los eventos, pero su belleza cegaba a todos alrededor, además de ser tan alto, es imposible que no llame la atención" la secundó Tara con ojos brillantes, mientras recuerdo esos momentos.
"Realmente tenemos suerte para que un hombre como él nos supervise", sonrió Chantal.
"Escuche que fue un arreglo de última hora, debido a una pelea interna" susurró Tara bajando aún más la voz.
"¿Una pelea interna? ¿Qué fue lo que sucedió?", la miró Chantal llena de curiosidad por los chismes sobre su Dios masculino.
"No lo sé bien, solo lo que escuchamos cuando estaba visitando a un amigo de otra empresa, estaban diciendo que había sido debido a una pelea entre nuestro Dios y su novia"
"¿Tiene novia?", exclamó agraviada.
"Al parecer es una joven señorita de una familia adinerada" gruñó abuso.
"No puede ser, que suerte debe tener" suspiró.
Mientras las chicas continuaban hablando había llegado el director a explicarles brevemente el itinerario del día y la distribución del hotel, dormirían en piezas dobles y serían grabados en todo momento para mayor emoción del público.
"Las habitaciones ya fueron asignadas, cuando lleguemos pueden decir su nombre en la recepción y les entregaran una llave, nos volveremos a juntar a las dos en punto en el restaurante que verán frente al hotel para el almuerzo, luego son libres el resto de la tarde hasta la noche, la fiesta de inauguración comenzará a las nueve en punto, espero que sean puntuales, esto también es parte de su trabajo"
Todos asintieron en señal de aprobación y comenzaron a subir a los automóviles, eran coches de niñera con asiento para ocho personas contando al chofer, por lo que tuvieron que dividirse en tres automóviles.
Asier compró una botella de agua a la salida del lugar, por lo que cuando volvió tuvo que subirse al último auto que quedaba con los cuatro rezagados que aún esperaban su turno.
"Asier, muchacho ven aquí estábamos esperándote para partir, los otros están dentro del auto" Celia lo instó a acercarse mientras estaba sentada en el asiento del copiloto.
"Oh, voy, ¿me subo en la parte de atrás?"
"Si, si, vamos"
Asier se montó en la parte de atrás del coche, solo había dos personas junto a él, el primer sostenía una gran cámara entre sus manos mientras le sonreía en señal de saludo, el segundo… era alguien a quien no quería encontrarse tan pronto…
¡Y menos con tan poca gente alrededor!
Se sentó en el asiento frente a él y se dedicó a mirar por la ventana, ignorándolo completamente en un intento de parecer relajado, sin embargo, luego de 5 minutos seguía sintiendo su mirada penetrante, mirándolo fijamente sin apartar la mirada en ningún momento, Asier comenzó a ponerse nervioso, no es que tuviera miedo de enfrentarlo, sino que no sabía de qué podría hablarle, si mencionaba cualquier cosa relacionada con el incidente solo haría el ambiente más incómodo ¡además habían personas presentes!, y del mismo modo tampoco podía simplemente hablar cosas simples como preguntarle cómo estaba el clima, o el vuelo, etc., sería demasiado vergonzoso y poco acertado.
¡Lamentaba tanto haber ido a comprar un agua!
¡Debería haberse subido al primer auto que partió junto con todos los demás!
¡¿Por qué tenía que deshidratarse en un momento tan inoportuno?!
Cuando el ambiente no podía ser más incómodo, su estómago gruñó de hambre retumbando en el silencioso auto.
¡¿Por qué no pusieron música en este auto?!
Podía sentir como su rostro se enrojecía, la maldición de tener un rostro tan claro y delgado como el suyo.
Hoshino sonrió "¿Hambre?".
"No" murmuró Asier en voz baja increíblemente avergonzado.
"Oh, con que es así" Hoshino asintió.
Sin embargo, como si su estómago no estuviera de acuerdo con su respuesta volvió a gruñir.
"Creo que tú y tu cuerpo no están en la misma sintonía" Hoshino soltó una leve risa.
"No he comido nada en todo el día" Asier murmuro en voz baja, aún sin dar vuelta la vista hacia él.
"Esas no son buenas prácticas para un niño en crecimiento, en especial uno tan pequeño" Hoshino le sonrió.
"¡Oye!" Asier finalmente se dio la vuelta para encararlo, mientras le gruñía.
"¿Mmm?" Mmm… realmente gruñe como un gatito.
"Soy muy alto" Asier le soltó lleno de orgullo por su nueva estatura.
Hoshino se burló "Oh… ¿enserio? ¿Y cómo es que cuando estoy de pie no puedo verte?", realmente sentía la necesidad de seguir molestando al pequeño animal, era interesante y divertido de observar, cada una de las expresiones que ponía solo hacía que quisiera ver más, había sentido lo mismo el día de la fiesta luego de verlo, sus reacciones eran muy lindas.
"Quizás estas ciego, ¿has pensado en usar lentes?" soltó con sarcasmo taladrándolo con navajas en los ojos.
"Mmm" pensó por unos segundos "no se vería mal el look intelectual" sonrió.
"Sabes que ¡Sí! Tengo hambre, quiero algo de comer" Asier le sonrió descaradamente, si esconderte no funciona, ataca con aún más fuerza que el contrincante.
¡Esta es la ley de la supervivencia!
Mientras tanto, el resto de los pasajeros, miraban con la boca abierta a su jefe, en especial su secretario, quien sabía mejor que nadie sobre el carácter distante y silencioso de su Joven maestro, nunca lo había visto dirigirle tantas palabras seguidas a una persona, con excepción de su padre y sus amigos cercanos.
¡Pero ahora hasta había bromeado con este chico!
Podía ver a través del espejo retrovisor como sus ojos se iluminaban con diversión, era una imagen impactante.
¡Tenía que contarle sobre esto al señor Kaleb!
Hoshino estaba totalmente ajeno a lo que se estaba gestando a su alrededor, solo tenía ojos para el muchacho que había comenzado a actuar descaradamente como el día en que se habían conocido, claramente su nivel de vergüenza no era lo suficientemente alto, tenía intención de seguir molestándolo un poco más, pero el estómago de Asier volvió a gruñir, no era bueno que un niño en crecimiento sufriera de hambre.
"Secretario Kim"
"Si señor" respondió rápidamente.
"¿Cuánto falta para llegar al hotel?"
"Unos treinta minutos Joven maestro, el hotel está a cuarenta minutos del aeropuerto" respondió ansiosamente el secretario, aunque su señor nunca había sido irrazonable, aun hacía que uno se sintiera reprimido con solo su presencia, a veces pensaba que realmente el dinero puede comprar el aura de una persona.
¡El aura de su señor era definitivamente una de un billón de dólares!
¡Un aura tan opresiva no puede nacer de forma natural!
"Detente en el primer café que veas" exigió.
"¿Perdón?" lo miró asombrado.
"Un café, rápido" lo miró molesto.
"Si, si, por supuesto" contestó rápidamente.
Y en tan solo dos minutos estaban estacionados frente a un café de lujo.
"Vamos, bájate del auto" Hoshino indicó a Asier mientras salía a través de la puerta.
"¿Ah?" Hoshino había vuelto a su estatura completa, por lo que ahora Asier debía doblar el cuello para poder mirarlo al rostro, en especial desde su posición sentada.
"¿No tenías hambre?" lo miró frunciendo el ceño, impaciente, a los ojos de los demás parecía que estuviera molesto por la pérdida de tiempo, sin embargo, solo él sabía que la verdadera razón, la tez pálida y enfermiza que estaba comenzando a mostrar el muchacho por la ayuna prolongada.
"¿Me compraras comida?" le sonrió Asier desvergonzadamente, como si pudiera estar leyendo lo que había estado pensando hace unos minutos, aunque era solo imaginación suya, ya que en la mente de Asier solo había espacio para los deliciosos pasteles y postres que podría comer, la abrumadora fragancia que salía del local hacía que perdiera los sentidos y su estómago ya había perdido toda la timidez y cortesía anteriores, gruñendo cada dos segundos, como si instara a su dueño a apresurarse.
"Cómpratela solo, ahora baja debes elegir" Hoshino apartó la mirada avergonzado, por la línea de sus propios pensamientos.
"Oh… bien, ¿gracias?" contestó Asier totalmente ajeno a lo que estaba diciendo Hoshino, solo podía escuchar las palabras comprar y comida.
Al entrar en la tienda, el olor lo golpeo de manera intensa, Asier se paró frente a la enorme vitrina llena de delicias, sus ojos brillaban intensamente de emoción, esta mirada fue vista desde un lado por Hoshino, quien había continuado observando al muchacho todo el tiempo, con miedo a que no le gustaran las cosas que se vendían y que solo comprara por cortesía, pero con solo echarle una ojeada podías notar que se veía igual que su gato cada vez que estaba abriendo un tarro de algún tipo de pescado, enamorado y salivando de expectación.
Hoshino soltó un suspiro de alivio.
"¿Qué desea ordenar caballero?" habló la cajera a Asier parado frente a ella.
"Quiero uno de cada cosa que tenga chocolate" soltó Asier emocionado.
"¿Perdón?" lo miró sorprendida la cajera, ¿estaba bromeando con ella? ¿había una cámara oculta? Viendo la apariencia de los dos hombres que habían entrado podía ser posible.
Luego de un momento de silencio, asintió en dirección a Asier.
Oh, bueno, si eran de una cámara oculta, no le importaba que estas hermosuras la molestaran.
"¿Para servir o para llevar?" sonrió amablemente, mientras buscaba sigilosamente alrededor con la mirada alguna cámara escondida. Justo en ese momento, el camarógrafo que había estado todo el tiempo sentado en el auto entró en la tienda a comprar un café, la cajera quien seguía imaginando la situación de manera totalmente distorsionada, había terminado de confirmar la idea en lo más profundo de su mente y comenzó a arreglar de manera silenciosa su cabello para aparecer bella ante la cámara.
En ese momento, Asier miró a Hoshino, con la pregunta en sus ojos, Hoshino quien había estado escuchando desde una esquina toda la conversación, supo inmediatamente lo que estaba preguntándole el joven gatito.
"Tenemos que llegar al hotel lo antes posible"
"Está bien, entonces señorita lo quiero para llevar" le dijo a la joven muchacha, quien había dejado volar su imaginación, pensando en la cara que pondrían su reciente ex al verla tan linda en la televisión y junto a dos hombres tan guapos.
"¿Señorita?" volvió a hablar Asier esta vez elevando un poco la voz.
La cajera por fin volvió a la realidad "Oh si, si, inmediatamente" con esto le hizo un gesto a otro trabajador junto a ella para que envolviera el pedido.
Mientras tanto Hoshino se había acortado la distancia que los separaba.
"A mi dame dos tés de canela" pidió Hoshino a la cajera, quien volvió a quedar paralizada nuevamente, esta vez por la voz ronca del otro chico guapo.
¡Esta voz debería ser censurada!
¡Es para un contenido +18!
El otro trabajador quien había terminado de preparar el pedido de Asier notó que su compañera se había petrificado nuevamente, no podía culparla, hasta él había sentido un entumecimiento en todo el cuerpo al escucharlo, ¡y eso que no le gustaban los hombres!, por lo que tomó el pedido del hombre.
"Se los serviremos en un momento señor"
"Gracias" asintió.
"¿Por qué pediste dos?" murmuro Asier mientras abría la bolsa en sus manos, con la vista totalmente enfocada en las delicias, sacando una para pegarle un gran mordisco.
"Con todos los pasteles que compraste, ¿no crees que te dará sed?" Hoshino arqueó una ceja.
Asier abrió los ojos asombrados, como si hubiera descubierto una de las maravillas del mundo "Tienes razón" había estado tan concentrado en la hermosa vista frente a él, que había olvidado algo tan importante como un delicioso té, quería darse un golpe en la frente.
"Tómalo como que me debes un favor" lo miró Hoshino con los labios levemente levantados.
"¿Un favor? ¿no es mejor pagártelo?" Asier sintió que lo engañando, en especial al ver la mirada de depredador que le estaban lanzando.
¡Esta era un completa estafa!
¡Sentía que se estaba metiendo en la guarida del lobo!
"Pero no necesito dinero" le contesto Hoshino de manera indiferente, mientras tomaba las dos bebidas que le estaban entregando.
"¿Y a quién le importa? Te lo pagaré de todas maneras" Asier le gruñó en respuesta.
"Bueno, si logras hacer que alguien te revele mi número de cuenta, me lo puedes pagar" sonrió de manera desvergonzada en su dirección antes de darse vuelta y salir de la tienda.
¡¿Qué clase de lógica era esta?!
El secretario Kim quien había estado esperando a su señor en la entrada del café había visto toda la escena.
¡Se había quedado sin palabras!
¡¿Desde cuándo su joven maestro era tan coqueto y desvergonzado?!
¿Y desde cuando permitía que alguien le quedara debiendo?
Siempre se había dedicado a despachar a las personas lo más rápido posible.
¿Y ahora estaba cambiando el precio de un té por un favor?
¡Imposible!
Debía informar de esto a su anciano padre.
¡Cuando se enterará de que su hijo estaba interactuando tan amablemente estaría feliz!