Fue muchos días antes de que Yuzuki renaciera en este mundo.
"¿Lo entiendes? Los hombres son criaturas simples. Con una cara tan pura e inocente, no habrá hombre que no se enamore de ti."
Una ex-prostituta habló al interior de un cuarto pequeño en una compañía de ventas que se especializaba en la venta de esclavos.
Las ventanas estaban cerradas y las cortinas corridas. La única luz en el cuarto provenía de una pequeña lámpara. En una esquina del cuarto, Claudia estaba sentada recibiendo su primera clase como prostituta. Sería más preciso decir que ella estaba siendo obligada a aprender lo básico de la prostitución. Ella no mostró señales de estar escuchando las palabras de la antigua prostituta.
Claudia esperaba que al venderse a sí misma, sus padres serían capaces de pagar sus deudas. Por lo que a ella le importaba, ya había cumplido su papel. Ahora era una esclava y no tenía interés en aprender las habilidades de una prostituta.
"… ¿Estás escuchando, Claudia?"
"Estoy escuchando pero simplemente no me importa aprender."
"…Haa, supongo que no se puede evitar. Entiendo cómo te sientes, pero si no aprendes ahora cómo manejar de forma apropiada a un hombre, lo lamentarás."
"¿Eso es…una amenaza?"
Claudia seguía siendo una joven que estaba enamorada de la idea de enamorase. Así que no debería ser una sorpresa que ella se sintiera desesperada al saber que sería forzada a servir a un desconocido número de extraños.
Esta amenaza de su instructora acababa de añadirse a la miseria que ella ya sentía…
"No te estoy amenazando, en verdad, no necesito hacerlo."
"¿…Que significa eso?"
Ella podría haber elegido no responder, sin embargo, la ex-prostituta se apiado de Claudia.
"¿Acaso no entiendes tu posición? Ya ha sido decidido que serás vendida a un burdel. Entiendes que no tienes opción de escapar ¿Verdad?"
"Si, bueno…"
"Entiendo cómo te sientes ¿Acaso crees que ser forzada a dormir con extraños es lo más malo que puede volverse? Incluso si te niegas a aprender, tu destino no cambiara."
"… ¿Puede volverse peor?
"Mucho peor."
Claudia se dio cuenta de que esto no era un invento para motivarla. La ex-prostituta se quedó mirando a la nada mientras la tristeza invadía su rostro.
"¿Qué…qué te sucedió?"
"Fue el primer trabajo que alguna vez me dieron."
"El primer trabajo de Onee-san… ¿Cómo fue?"
"Es un recuerdo horrible, es algo que nunca me gustaría volver a recordar, pero…por ti, lo haré."
Ella le contó una experiencia realmente horrenda.
Ella fue vendida a un burdel para pagar su deuda. Una mujer sin experiencia nunca podría ser capaz de satisfacer a un hombre que visita un prostíbulo…ella fue trataba como una mera herramienta.
"A pesar de que mi primera experiencia fue horrible, no se volvió nada mejor. Cuando recién comencé, tenía valor como una chica inmaculada, pero luego de ser usada incontables veces… ¿Qué uso tiene una prostituta mancillada y sin habilidades en la cama?"
A pesar del miedo de Claudia sobre lo que podría escuchar, la inquietud que sentía ante la incertidumbre era mucho mayor. Ella necesitaba saber.
"Si ella es incapaz de satisfacer a los clientes con su técnica, entonces debes encontrar otra forma en que ella pueda satisfacerlos. Por ejemplo, fui dada a los clientes con pedidos especiales. Todos los días fui pasada entre cliente violento tras cliente violento."
"No puede haber personas…"
"Las hay y si llegas a ese punto, no importara cuanto ruegues, no hay regreso de eso. Si no quieres esto como tu futuro, comenzarás a aprender ahora."
"…Si lo hago ¿Eso significa que ellos serán gentiles?"
"No puedo asegurarlo, pero la probabilidad de que seas maltratada descenderá. Además, eres hermosa y tienes una rara habilidad para resistir la Yanderización. Si tienes suerte, alguien puede que se ofrezca a comprarte."
Compra…en otras palabras, ella sería vendida a una persona rica y tratada como alguien similar a una amante. Puede que sea mejor que ser una prostituta, pero de todas formas seguía sin ser el futuro que Claudia quería.
Incluso si ella no refinaba su técnica, su resistencia a la Yanderización era altamente buscada y probablemente sería comprada de todas formas.
…Y, con eso en mente, ella no se tomó sus clases en serio.
Y no mucho después…el burdel al que había sido vendida fue engullido en las llamas.
La cara y el cuerpo de Claudia se cubrieron por las quemaduras. La magia sanadora no tuvo efecto en sus heridas. Las horribles cicatrices en su cuerpo removieron cualquier valor que podría haber tenido como prostituta.
Claudia fue dada a un traficante de esclavos para ser vendida en nombre del burdel.
"Eso es…terrible. Por favor, muéstreme otra chica."
"Desde luego…regresa adentro."
"…Sí."
Claudia volvió a ponerse su túnica y salió del cuarto.
Luego de confirmar que el cliente y el dueño no estaban cerca, Claudia comenzó a llorar.
Había muchos clientes interesados en ella debido a su alta resistencia a la Yanderización…pero en el momento que ellos veían sus quemaduras, se veían asqueados.
Esto continúo día tras día, su trato se vio empeorado con cada cliente que la rechazaba.
Entonces, un día, todo se había vuelto demasiado para que ella soportara y cuando estaba lista para rendirse…
"Claudia, un cliente desea verte. Él es solo un chico, así que no esperes mucho, pero tienes la características que él anda buscando."
Lang, el traficante de esclavos, llamó en dirección del interior de la tienda. Claudia caminó hacia el área de espera y vio a un muchacho bastante joven.
Él era cercano a la edad de Claudia, no era feo…de hecho, en realidad era el tipo de Claudia.
"Claudia, preséntate a nuestro cliente."
"…Por supuesto. Un placer conocerlo, mi nombre es Claudia."
Ella dio una presentación cortante, no le importaba. Ella sabía que en el momento que este chico viera sus cicatrices, la apartaría como al resto.
Sin embargo…
"… ¿Qué opina? Luego de ver sus quemaduras ¿Todavía desea comprarla?"
"Ah, las quemaduras en verdad no me importan. Estoy más preocupado acerca del tipo de persona que es."
"… ¿Eh?"
Él dijo esto incluso luego de haber visto sus horribles quemaduras. Claudia no pudo evitar abrir sus ojos impactada y entonces, el chico continúo.
"Lo que estoy buscando es alguien en quien pueda confiar completamente. Eso es todo lo que quiero."
Nadie que hubiera visto sus cicatrices la había aceptado. Cuando el chico las vio, él se veía como si se compadeciera, pero no había asco en sus ojos.
Él todavía la quería. Esto hizo que Claudia quisiera volverse la esclava de este chico.
Y…
"Entonces, por favor permíteme comprarte."
"Sí, ahora tú eres mi Amo."
En ese día, Claudia eligió convertirse en la esclava de este chico.
Ella se volvió la esclava de…No, la esclava de Yuzuki por opción, pero eso no significaba que fuera devota de él desde un comienzo.
Yuzuki podría darle órdenes como su Amo, pero él eligió tratarla como una amiga…o incluso una amante…y respetar su voluntad.
Adicionalmente, cuando Yuzuki arriesgó todo para traerla de vuelta a la vida, Claudia ya no pudo seguir resistiendo sus sentimientos por él.
Y entonces, Yuzuki le contó sobre su sueño de algún día trabajar con ropa al igual que Claudia. No fue mucho más tarde cuando ella se enamoró completamente de él.
…Y aun así…
"Así que ¿Exactamente qué estás haciendo, Amo?"
Dentro de la Tienda de Ropa Wells, el amado Amo de Claudia yacía en el piso y su preciosa hermana sentada arriba de él.
"¿Qué…?"
Cuando Claudia vio por primera vez el rostro de Yuzuki, él se veía como si estuviera en problemas. Cuando él la vio a ella, su rostro se volvió blanco. Por un momento, Claudia pensó que esto podría ser un malentendido.
"E he he…Onii-chan, eso se sintió genial."
"…Oh…"
La voz de Claudia bajó de tono luego de escuchar los dulces gemidos escapando de la boca de Lythtis.
"N…No, por favor no malentiendas."
"Oh, no he malentendido nada. Me estás engañando ¿Verdad? Me engañaste con mi hermana."
"¡No, te equivocas!"
Yuzuki rogó desesperadamente para que entendiera. Por supuesto, esto en realidad fue todo un desafortunado malentendido y esto sería explicado a Claudia más tarde, pero…en ese momento, a Claudia no le interesaba escuchar sus explicaciones.
Y así…
(Si no aprendes como tratar de forma apropiada a un hombre, lo lamentarás)
Las palabras de la antigua prostituta hicieron eco en su mente.