—Eres la violinista —dijo con asombro —¿Qué? —exclamó sorprendido y ofendido al ver el cabello rubio de Ethel —¿Quién eres? ¿Y esas alas?
—Ah... Amm —dijo antes de comenzar a reír nerviosamente —Hola, no nos hemos presentado —dijo poniendo su arco en la mano izquierda para ofrecerle la mano derecha a Tremblemet —Soy... ah... Dorina. ¡No! Soy... Symphonix —dijo sin poder evitar sonreír nerviosamente mientras le daba su mano. —Y tú eres Markian ¿No?
—¿Qué dijiste ? —pregunto algo sorprendido y con voz molesta.
—Ah —exclamó alejando su mano y retrocediendo —Perdón-perdón —dijo muy apenada —Quise decir Tremblemet, es que... no sé porque lo dije.
—¿Por qué me llamaste así?
—Me confundí —dijo antes de sonreírle tratando de entrar en su papel de chica misteriosa, segura y fuerte —O tal vez... no.
—¿Qué sabes?
—Yo...
—¡MUEVETE! —le advirtió antes de empujarla hacia atrás y ponerse frente a ella, y activar su poder para poder detener por unos escasos 2 segundos tres balas que se dirigían hacia ellos y luego regresarlas sin apuntar —¡Vete de aquí! —le gritó a Ethel haciendo un gesto con el brazo para que se alejara.
—¿Quienes son? —quiso saber Ethel al verlos.
—No es tu asunto —le dijo antes de volver a hacerla a un lado y avanzar cinco pasos al frente.
Había 5 hombres con extraños uniformes negros, con chalecos antibalas en la entrada del callejón, y definitivamente buscaban matar a alguien con sus enormes y raras pistolas.
—¿Qué pasa Tremblemet? ¿Tienes pésima puntería o te asusta lastimarnos? —dijo uno de ellos burlándose del joven mientras sus compañeros permanecían atrás.
—Bishop, que bueno es verte —habló Tremblemet de manera casi relajada mientras mantenía su mano extendida en su dirección —Creí que te habían ascendido, que te encargabas de cosas grandes ahora.
—Eso hago —respondió sonriendo mientras se acercaba al joven y sacaba de su brazo izquierdo una especie de espada de metal que estiró para ponerla en alto, mientras que con la mano derecha creaba un extraño látigo de energía naranja que dirigió al cuello de Tremblemet y lo atrapó con facilidad, para luego jalarlo hasta él —Dame la esfera o haré algo que de verdad no quiero hacer, muchacho —dijo de modo amenazante dispuesto a herirlo con la espada.
— Estas muy cerca —le hizo saber Tremblemet, mientras sonreía con diversión antes de juntar sus manos levemente y activar su poder para alejar al hombre y desconcentrarlo, y así quedar libre.
El poder de Tremblemet solo le había causado un ligero dolor de pecho al extraño hombre, pues su cuerpo era más resistente de lo que parecía. El hombre se puso de pie rápidamente dando un salto hacia atrás y preparándose para volver a atacar, al igual que Tremblemet, quien quiso dar el primer golpe acercándose con rapidez para soltarle un fuerte puñetazo en la cara seguido de un gancho derecho. El joven intentó darle un golpe en la cabeza, pero el hombre, finalmente agarrando fuerza, logró cubrirse del golpe con su brazo y responderle con tres golpes en el abdomen y una apuñalada cerca del pecho, causándole un tremendo dolor a nuestro superhéroe, logrando que se arrodillara
—Lo repetiré, cosquilleos —se burló de él mientras acercaba la espada al cuello de Tremblemet —Dame la esfera.
—Deja... de subestimarme —le dijo antes de extender su mano derecha y usar su poder para romperle la pierna izquierda al hombre, haciendo que este igual terminara arrodillado, tratando de controlar su dolor, para luego soltarle otro golpe en la cara y en el pecho seguido de una patada en el brazo.
Treblemet creia que eso era todo, pero por un momento había olvidado la presencia de los cuatro hombres que acompañaban a Bishop. Los cuatro, fueron de inmediato en su ayuda, golpeando al joven superhéroe por la espalda, haciendo que pusiera su atención en ellos y no en Bishop, el supuesto líder del pequeño grupo.
Eran cuatro contra uno, con la única ventaja de que ninguno intentaba matarlo, solo querían herirlo para que les entregara la dichosa esfera.
—¡Oigan! —el grito y la pequeña melodía del violín de Ethel llamaron la atención de todos, haciendo que todos la miraran por unos instantes, mientras la joven comenzaba a tocar una rápida y casi violenta melodía, como si tratara de musicalizar la pelea.
Bishop rió al verla, aunque aun se quejaba por su pierna —¿Quien es? ¿Entrenas a una ayudante, cosquillas?
—Él es el ayudante —dijo Ethel acercándose un poco y dirigiendo el violín hacia todos, provocando que la extraña magia azul saliera de este logrando aturdir a los cuatro hombres, quienes terminaron de inmediato en el suelo cubriendo sus oídos, como si fueran torturados por un horrible sonido.
Ethel dejóde tocar y, con ayuda sus alas. se acercó con rapidez hasta Tremblemet, lo agarró de la mano y lo sacó volando del lugar, llevándolo a un lugar alejado, en el edificio más alto de la ciudad.
—Gracias — le dijo finalmente. El joven no dejaba de tocar sus extrañas muñequeras de metal, como si sintiera dolor —No tenias que hacerlo.
—No fue nada, en verdad fue... muy fácil —dijo con algo de decepción, pues verdaderamente había ganado con gran facilidad a diferencia de su compañero, quien parecía exhausto de tanto golpear.
—No lo diría así. Solo me los quitaste de encima, no... los metiste a la carcel o los mataste —dijo acercándose a Ethel —Ellos no son como los ladrones de tiendas, no puedes dispararles con magia y esperar que salgan corriendo, niña. Hablamos de... chicos malos.
—¿Niña? Tenemos la misma edad —dijo algo disgustada.
—Solo digo que... me los quitaste de encima, te lo agradezco, pero este no es el fin. Volverán por mí —dijo aún tocando sus muñequeras.
—¿Quienes son? ¿Que buscan?
—Un arma que les robé —confeso —Son agentes de... Killer Shadow —soltó el nombre viendo como las pupilas de Ethel se dilataban por la sorpresa de escucharlo.
—¿K-Killer Shadow? Ah, quieres decir que... el mayor villano del mundo los entrenó, y yo los vencí más rápido que tú —dijo como si se sintiera orgullosa antes de soltar una risa satisfecha, haciendo que Tremblemet cruzara los brazos —Oh, eso es genial... Ah, y peligroso, muy peligroso.
—Si, así es, te arriesgaste mucho hoy y no tenias porque, esta no es tu pelea, es mía —le dijo de manera seria —Y no debo recibir ayuda.
—¿Por?
—Porque quiero irme de aquí y unirme a los Cryfder Wolves, pero estoy a prueba —soltó de repente, como si de verdad quisiera decirle a alguien los raros secretos e inseguridades que guardaba en su ser. Tremblemet sacó un suspiro cansado al ver la cara de Ethel llena de confusión —No me dejarán entrar a menos que pruebe que soy un buen superhéroe en esta ciudad, y para hacerlo debo hacer algunas misiones por ellos aquí, eso incluye robarle a los agentes de Killer Shadow, proteger ciertas armas que tengo en mi guarida y esas cosas, pero no puedo recibir ayuda, mucho menos de una novata extraña con alas.
—¿Quienes son los Cryfder Wolves? —quiso saber Ethel.
—No eres una super ¿Cierto? —le dijo como si fuera un insulto, a lo que Ethel negó —Son... un equipo de héroes, trabajan en secreto de forma extra-oficial, muchos los ven como prófugos de la ley, y lo son, pero... ellos se encargan de protegernos de ciertas amenazas y de evitar que GLYNIS acabe con los nuestros. El fundador es Peter Shane, el...
—El experimento TCO 14, el super más poderoso del mundo, si, sé quien es —interrumpió Ethel —Es de los más buscados desde lo que paso en esa ciudad de America ¿No?
—Si, es mi héroe —dijo finalmente sacando una honesta sonrisa, haciendo que Ethel sonriera también y comenzara a flotar un poco al creer que se veía encantador —¿Que haces? —dijo al verla elevarse de repente, por suerte Ethel logró volver al suelo al escuchar su pregunta.
—Nada, es que... nada —comento a negar —Espera, si haces todo esto para impresionar a tu héroe y entrar en su equipo ¿Por que no usaste tus poderes para enfrentar a esos cuatro hombres?
—Un buen héroe no se confía tanto de sus poderes, debe usar su cuerpo y su ingenio —dijo mientras volvía a tocarse las muñequeras —Ademas... cuando uso mucho mis poderes mis huesos... se lastiman un poco a la hora de frenarlos —dijo mientras aun tocaba sus muñequeras —Nunca aprendí a controlarlos correctamente. No detengo mi poder, solo... lo mantengo en mi interior y me... lastimo.
—Eso suena horrible.
—Solo un poco —dijo antes de quejarse —¿Por que te digo esto? Ni siquiera te conozco ni sé que quieres o porque me ayudas.
—Ok, creo que comenzamos mal —dijo Ethel poniendo el arco de su violín en su mano izquierda para poder ofrecerle su mano a Tremblemet —Hola, soy Symphonix.
—Tremblemet —dijo dandole la mano y sonriendo un poco —Y esto me recuerda ¿Como supiste mi nombre?
—Es un secreto, acércate —le pedido antes de susurrarle al oido —Soy maga —bromeó antes de comenzar a reír, haciendo que Tremblemet se alejara de ella mientras trataba de no reírse también.
—Tu sabes quien soy en verdad ¿No crees que yo debería saber quien eres?
—Mmm, Nop —dijo honestamente negando levemente.
—Oh, vamos.
—Oye, creo que tu sabes bien quien soy.
—¿De veras?
—Claro, soy tu nueva compañera de trabajo, quieras o no —dijo antes acomodarse el violín y comenzar a tocar, logrando que Tremblemet desapareciera del lugar, dejándola a ella sola, esperando.
—Veo que todo salió bien —la voz de Tom la tomó por sorpresa, haciéndola voltear para verlo de repente.
—Usted sabía que chocaría con él ¿No? —dedujo Ethel.
—Esperaba que lo hicieras —confeso de manera amistosa —Pero eso no es lo importante aquí. ¿Qué decides? ¿Quieres quedarte el violín o prefieres devolverlo al bosque?
—Detuve a cuatro hombres entrenados con solo tocarlo —dijo como pensamiento en voz alta —Y... volar... es de las mejor experiencias que he tenido. Quiero saber como funciona y... saber que más puedo hacer —las palabras de Ethel le sacaron una tierna sonrisa a Tom.
—Entonces necesitarás esto —dijo mientras sacaba una hoja de papel de la nada y se la entregaba —Son las reglas y ciertos consejos que deberían ayudarte a controlar la magia del violín —dijo mientras se alejaba —Si me necesitas solo usa el violín y apareceré para ayudarte. Suerte, Symphonix —y con eso desapareció.