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KÓLASI [español]

Kevin_Gutierrez_0650
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Synopsis

Chapter 1 - Prologo

Las demacradas aves alzaron sus largas alas en aire, reaccionando a sus instintos, y emprendieron vuelo, dejando caer sus plumas negras.

La atmósfera daba un rotundo cambio, se torna de un profundo carmesí, absorbiendo toda la luz del anaranjado cielo atardecido, consumiendo hasta el ultimo vestigio de fulgor.

Un fuerte temblor sacudía la tierra, el mundo rugía y se estremecía con mucha violencia, advirtiendo la catástrofe venidera. Partiendo la tierra. Provocando enormes grietas sobre el suelo como si el mismo infierno se estaba levantando y abriéndose paso hacia la superficie.

Pánico, miedo y los gritos desesperados inundaban el lugar. Bajo el manto oscuro del cielo, el terror invadía los acelerados corazones de las personas.

Bajo sus pies por primera vez ellos, los demonios, abrían sus ojos después de siglos. Sus corazones resplandecían y palpitaban acorde al de él, emitiendo con mas vigor el rojo sangre. Despertando del eterno sueño, que tanto anhelaban terminar.

Las colosales criaturas se elevaban desde el suelo, a través de las grietas, de lo profundo de la tierra, con una descomunal e insaciable hambre. No tenían ojos ni oídos y tampoco poseían olfato, pero contaban con sus inmensas bocas y un incomparable sentido en sus corazones que les permitía percibir todo en su entorno, poder sentir la sangre caliente correr en los cuerpos de las personas, sus corazones palpitar y el miedo crecer dentro de cada ser vivo.

Consumido ante el inmenso deseo de sangre, el descontrol, la locura y la euforia dominaron su cuerpo por completo, ya no había vuelta atrás.

Una sincera y jubilosa sonrisa se dibujaba en su rostro, ocultándose de los ojos de las personas, tras la sucia y oxidada máscara de la armadura. Había perdido la cordura.

El oscuro carmesí brotaba de su cuerpo, expandiéndose, rodeándolo como un aura. La sed de sangre aumentaba drásticamente a cada segundo que pasaba, era incontenible.

La muerte y la destrucción se hacen presentes, azotando violentamente todo a su alrededor.

Estando en medio de todo este caos, literalmente en el centro, siendo el culpable y el protagonista de esta masacre. Las personas cruzaban por su lado, chocaban, tropezaban y se empujaban. No importaba si alguien necesitara ayuda, todos miraban por ellos mismos, pasando por encima de los demás. Sus caras estaban llenas de miedo y desesperación. Desesperados por escapar de la muerte, de la boca de las atroces bestias. Desesperados por sobrevivir.

Paralizado e inmóvil, presente como un espectador, observando, contemplando con una regocijante sonrisa como las personas eran descuartizadas y devoradas. Primero uno, después dos, luego tres, seguían sin parar, no se contuvieron ante el festín delante de ellos. Uno tras otro iban desapareciendo, dejando a tras nada más que sus órganos y sus miembros amputados desparramados sobre el suelo.

El sentimiento de compasión y la conmiseración no concurren en el, al verlos retorcerse de dolor, ver como arden por las abrasadoras llamas de este infierno, o al escuchar sus gritos de agonía, clamando ayuda, buscando desesperadamente que sus voces lleguen a oídos de alguien , pero sus voces se perdían entre los alaridos de miles de personas y la feroz devastación.

Cenizas y polvo cubrían el aire, formando una cortina de humo muy espesa, no podía divisar o distinguir nada en las inmediaciones, solo se llegaba escuchar los desgarradores gritos de las personas y los chillidos ensordecedores de las criaturas, saciando su hambre interminable, destruyendo todo a su paso y devorando hasta el ultimo rastro de vida, extinguiendo la vida en su totalidad.

Lo único que podía ver con claridad son sus manos y pies manchados de sangre, la sangre de personas infames y repulsivas, culpables e inocentes, atrapados en esta mortandad. No solo eran sus manos y pies, el suelo se encontró bañado completamente en sangre y entrañas, tiñendo todo de un puro, crudo y renegrido color.

Entre todo el caos, un sonido en particular llamaba su atención. Opacado por los gritos y chillidos, aquel sonido iba tomando mas fuerza, dejando de lado a todos los ruidos activos. Causando un silencio reducido en él. El sonido se volvía mas claro y definido en sus oídos. Alguien lloraba. Un llanto resonaba en su cabeza, el inocente y genuino llanto de un bebé, clamando ser consolado. Por alguna razón los llantos apaciguaban el duro corazón que tenia y la sed de sangre en su interior, despertando otros sentimientos en el.

Mirando sobre su hombro, de un lado a otro, como si hubiera perdido algo muy importante, buscaba de donde provenía aquel llanto.

Una fuerte ráfaga de viento lo descoloco de su entorno, al darse la vuelta, noto el cambio. Su ropa ya no se encontró manchada de sangre, ni un rastro de la masacre presenciado hace unos momentos. Todo a su alrededor había tomado otra forma.

El suelo se encontró plagado de pasto, y montañas en el horizonte, el atardecer aun seguía resplandeciendo los cálidos colores en el cielo.

Siente la gentil brisa del campo en su rostro, el pasto seguía al viento, casi siendo llevado por las corrientes del aire, algunas cedieron y, continuaron el camino del viento reposado.

A unos cuantos metros, al borde de una colina, se vieron aquellos responsables de los llantos inconsolables en los brazos de una bella mujer, aguardando con alegría la llegada de alguien, mientras mecía al bebé entre sus brazos.

Su largo cabello plateado ondeaba en el aire proveniente del sur, su sonrisa desbordaba de alegría al verlo, sin embargo, a un así, él, no lograba definir la cara de la mujer; su rostro era indistinguible.

De repente. Desde debajo de la colina, una criatura se asomaba, lentamente, él, veía como se alzaba y se colocaba por encima de la mujer y el bebé, abriendo su inmensa boca detrás de ellos, a punto de aplastarlos por las fauces repletas de filosos dientes .

Trato de advertirle, pero su vos no servía, las palabras que salían de su boca se desintegraban al entrar en contacto con el aire. Un extraño silencio dominaba el lugar.

Intento moverse, quiso avanzar, pero no pudo. Sus pies se encontraban anclados en el suelo, prisionero de las manos muertas cubiertas de sangre, que lo detenían y lo arrastraban hacia el abismo bajo sus pies. El miedo y la desesperación lo he consumido, invadieron su, ahora, vulnerable corazón.

El miedo de perder aquello que tanto deseaba salvar, desesperado por tomar su mano y quitarlos del camino de la.

Antes de poder ver el resultado final, es tragado y sumergido en la profunda e infinita oscuridad. Lo ultimo que logra ver son unas pequeñas gotas escarlatas esparciéndose del lugar donde se encuentran la mujer y el bebé.

Inmerso en la oscuridad, gritaba en silencio, lloraba en silencio, terminando lamentándose en silencio y dando un ultimo desgarrador grito en el vacío.

—¡¡Ah-Ahhh ... !!

Volviendo en si mismo, abrió sus ojos por completo repentinamente, sollozando, con lagrimas rebosando de sus ojos, respirando de forma acelera y torpe. Su corazón aun guardaba el sentimiento de angustia e impotencia padecidas hace unos instantes, que desaparecieron a pocos segundos. Encontrando la tranquilidad en su interior.

Recostado en su cama, escuchando el constante y continuo sonido de la alarma. Extendía su brazo hacia el techo blanco de la habitación, intentando alcanzar algo inalcanzable. Percatándose de lo que sucedió, comprendiendo y razonando: llega a una conclusión lógica.

—... Solo ... fue un sueño ...