Cuando Sach subió, pudo ver a alrededor de 10 chicos y chicas de entre 12 y 16 años. Sach ya había vivido esto una vez cuando se lo llevaron de huérfano. Esa vez el era muy tímido y a pocos les importó su existencia.
"Hola" Dijo Sach tranquilamente y se sentó en un espacio vacío.
Miró alrededor y vio que algunos estaban con trajes de nobles, otros tenían armas y parecían guerreros, y había algunas niñas que hasta llevaban sus vestidos elegantes. Sach negó con la cabeza, ya había visto esta situación, lo mejor en este momento es estar con un traje que sea flexible y te permita estar listo para luchar. A menos que esos vestidos sean encantados-cosa que no creía-podrían servir.
`Esa vez fue una masacre, ¿esta vez será lo mismo?´ pensó Sach.
"Ho-Hola" Una chica tímida a su costado lo saludó. Sach la miró, una chica hermosa con cabello y ojos marrones, su delgada cintura acentuaba su bien desarrollado cuerpo y su altura era unos centímetros más baja que Sach, llevaba un vestido plateado y algunas joyas en sus brazos y cabeza. Se notaba que era una noble.
La chica se llamaba Lyna y tenía 15 años, le contó acerca de por qué está en el carruaje, un poco lamentable diría Sach. Resulta que Nina era la hija de un noble de la parte oeste de este reino, a ella gustaba su familia y sus padres eran todo lo que tenía. Un día sus padres fueron a una fiesta en otro pueblo, pero a pesar de que estaban bien resguardados fueron emboscados por bandidos y asesinados. Ella sola durante meses tuvo que soportar la administración de lo que quedaba en la familia, pero los demás nobles la presionaron y sus deudas crecieron. Sus amigos desaparecieron y los ayudantes de los padres también, parece que esto estaba planeado. Un noble "bondadoso" se ofreció ayudarla, le dijo que se casara con su él y podría vivir feliz y tranquila. Nina no creía eso, porque ni bien vino al castillo con su hijo la comieron con su mirada y ya sabía que no sería tan feliz como dijo. A pesar de que era un niña que no salía mucho, sabía de la crueldad de la sociedad y sus padres le advirtieron de ello. Ella era tímida, pero no ingenua.
Lyna quería fuerza. Así que cuando se enteró de que un Brujo había venido al reino y quería reclutar sangre nueva, sin pensarlo dos veces fue a su encuentro. Sus padres vagamente le habían dicho acerca de los Brujos y que eran muy respetados, hasta el Rey tenía que bajar su cabeza. Para su alivio tuvo un poco de talento, tenía nivel 5. Dejó todo atrás y se enrumbó en un camino desconocido.
Sach no sabía si decirle que su decisión no era tan buena como pensaba. Solo atinó a decirle "te doy un consejo, guarda tus joyas y trata de ponerte algo te permita moverte con facilidad"
"¿Por qué?"
Sach la miró y no respondió.
Lyna se había había armado de valor para hablarle a Sach, porque él se veía fuerte y exudaba un aura de tranquilidad, como si todo lo que sucediera fuera normal. Nina era inteligente y sabía que juntarse con personas fuertes le traería mayores posibilidades de sobrevivir.
Sach sabía lo que pensaba, pero lo trató como normal. Si hay algo que ha aprendido es que tener conexiones a veces te hace la vida más fácil y si logras crear vínculos con otros Brujos podrían ayudarte en algún momento de tu vida. Claro que la regla siempre se basa en el intercambio equivalente, nadie da algo por nada y menos en el mundo Brujo… ¿y qué podría ofrecerle Nina?…
…
Cuando ya era de noche los carruajes se detuvieron, y todos empezaron a bajar, menos el Brujo. Cada carruaje mediano traía alrededor de 10 a 15 chicos y chicas. En total éramos como unos 50.
Habían parado porque se tenían que prepararse para dormir, pero en los carruajes no podías echarte, por eso es que los dejaban dormir en el bosque cerca de los carruajes y acostarse en el suelo. Aquí nadie tenía vara, a excepción del Brujo que tenía su propio carruaje.
Hubo un caso en el que un niño mimado quiso quedarse en el carruaje cuando todos bajaron y dormir tranquilo, pero el Brujo no se lo permitió, el niño le reclamó y la cabeza del chico explotó en presencia de todos.
Esto ocurrió en los primeros días de viaje, ahora ya iban 10 días y ya sabían parcialmente qué hacer y qué no.
Sach se bajó y caminó hacia un árbol. A él no le importaba dormir en el suelo. Solo llevaba un bolso con sus cosas necesarias. Unos cambios de ropa, un poco de oro, el folleto del bisabuelo y lo más importante que era una caja pequeña llena de brebajes para lesiones, venenos, intoxicación, entre otros. Sach preparó todo esto con las hierbas y materiales que tenía disponibles, por eso es que estos medicamentos eran los más sencillos y sin necesidad de usar magia. Todo lo demás lo traía sobre sí mismo, ropa de cuero negra, una espada y algunas dagas en su cinturón. Los soldados empezaron a repartir dos panes duros por cada persona.
Sach desde que reencarnó quería avanzar en su camino para convertirse en Brujo. Pero eso era imposible en este momento. El sabía que solo podría comenzar cuando le den el Líquido del Despertar. Este líquido era especial y esencial para comenzar a entrenar tu energía mágica. La receta de esto estaba bastante resguardada, no tuvo la oportunidad de saberlo en su anterior vida. Las escuelas, Organizaciones y las Familias de Brujos son las únicas que sabían y proporcionaban este Líquido. Si hubiera avanzado a Brujo oficial hubiera tenido el poder y el rango para obtener esta receta siendo un Maestro de pociones, pero no llegó a serlo.
Así que lo único que Sach podía hacer por el momento es practicar sus técnicas de caballero. Sacó su espada y comenzó a entrenar las diferentes posturas. Su velocidad, fuerza, destreza y percepción habían aumentado.
*slash* *slash*
Sin dejar de moverse, Sach se dio cuenta de que Lyna se había acercado y estaba a unos metros de él viéndolo.
Sus movimientos no se detuvieron y luego de medio hora fue cada vez más lento hasta que metió la espada en su funda. Respiró hondo, se sentó con la espalda en el árbol y empezó a comer sus panes.
Los demás chicos y chicas estaban en grupos dos o tres y algunos solitarios. No hablaban fuerte, apenas y se escuchaban murmullos. Era lógico pues no estaban en una fiesta de campo.
De repente, una voz llegó a los oídos de Sach.
"¿Quieres?"
Sach dobló la cabeza y en la mano de Lyna había un bolso de cuero donde se guardaba agua. La verdad él tenía sed después del entrenamiento, su boca estaba seca. Se acercó , se sentó junto a ella y agarró el bolso.
"Gracias"