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Chapter 11 - Capítulo 10

—No… no… no… no está pasando, no otra vez…— decía el barbudo, agitado mientras entraba en el auto, listo para huir del lugar a toda velocidad. —No otra vez, no otra vez…— se repetía a si mismo mientras que sus memorias felices con Zoe inundaban su mente. —Concéntrate… Concéntrate… ¡Concéntrate maldición!— seguía repitiéndose, ésta vez más fuerte. —Carajo…— soltó algunas lágrimas mientras que su mente le jugaba sucio, recordando todos aquellos momentos en los que se sentía completo, feliz.

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—Sabes, estaba pensando en… ¿Qué lugar sería bueno para una Luna de miel?— preguntó Mike mientras metía una caja de cereal en el carrito de supermercado. Zoe giró a verlo con una expresión de asombro. —Solo es una pregunta, no se, sería bueno salir para celebrar un momento así… ¿No?— Zoe levanto una ceja, sonrió.

—No lo se, supongo que tendremos que descubrirlo con el tiempo, tal vez el lugar que yo escoja no te guste completamente, debería ser algo que ambos podamos disfrutar.— respondió con una sonrisa. —¿A ti que lugar te gustaría?— devolvió la pregunta.

—Creo que, cualquier lugar. Siempre y cuando estemos juntos, cualquier lugar será perfecto…— dijo mientras caminaba hacia la chica, la tomó de la cintura con una sonrisa, un momento de silencio para después darse un pequeño y tierno beso.

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—¡Suéltalo, suéltalo, suéltalo!— se gritaba Mike con ira. Ya no quería seguir sufriendo por ella, ya no estaba sufriendo por ella, había comenzado a ser feliz sin ella. Lágrimas de frustración salieron de sus ojos mientras tomaba el volante con fuerza.

—¿Mike?— escuchó su nombre, justo antes de que encendiera el auto. La chica tocó la ventana del auto con su puño, como si de una puerta se tratara, intentando llamar la atención de Mike. El giró la cabeza levemente para poder ver a la chica que lo había llamado. —¿Podemos hablar?— preguntó Mérida al ver los ojos llorosos del hombre. Mike con salió del auto, sentía débiles sus piernas, cada movimiento que hacia se sentía pesado y cansado. Solo salió del auto, no caminó hacia ella, se quedó ahí parado, mirándola fijamente.

—¿Sabias que la habían llamado?— preguntó Mike, Mérida tragó saliva.

—No, no lo sabía.— respondió después de soltar un leve suspiro.

—¿Cómo la contactaron tan rápido? ¿Cómo?— Mérida soltó un suspiro más pesado.

—Cuando veníamos de regreso a Eclipse en el Jet. Le dije a Adrien lo que había ocurrido en el tren, así que me dijo que la llamaría, por que necesitaríamos ayuda para esto…—

—¿Sabías que vendría y no me lo dijiste?— interrumpió Mike, mientras que su respiración se agitaba.

—No me pidió opinión, solo me dijo que la contactaría, yo…—

—Eso no responde mi pregunta…— volvió a interrumpir. Un silencio incómodo se hizo presente, Mérida podía ver la molestia, tristeza y decepción en los ojos llorosos de Mike. Volvió a tragar saliva.

—No te lo dije… por que no sabía como reaccionarias, ahora entiendo que si te lo hubiera dicho, al menos hubieras tenido tiempo para prepararte mentalmente… Fue un error, como mejor amiga habértelo ocultado y lo siento. Pero también pensé, que ya lo habías superado, ¿No fue por eso que festejamos ayer?— Mike no respondió. Solo negó con la cabeza.

—No pensé que volvería a verla, nunca.— dijo, con seriedad.

—¿Entonces no la superaste? ¿No avanzaste?— preguntó la pelirroja.

—Claro que lo hice, y me ayudó la idea de que no la volvería a ver. Es por eso que dejé de pensarlo tanto. Ya no quería…—

—Es ridículo…— interrumpió la pelirroja. —Zoe no murió, solo te dejó Mike.— dijo con molestia. —Harry si murió y pude superarlo, con tú ayuda. No tienes ni la menor idea de lo que se siente perder a alguien que amas. Y cuando por fin logras sanar y piensas que eres correspondida en tus sentimientos nuevamente, resulta que no. Que todo es una mentira.— continuó, esta vez con la voz entrecortada, aún así se podía notar que estaba molesta. —¿Sabes qué? Te hace falta madurar, ella se fue, por que no sentía lo mismo que tú, no te amaba de la misma manera que tú. Y tú sigues tirado y molesto con la vida como si no hubiera algo mejor por lo que vivir, una fiesta, un trabajo, un gato, una amiga… Algo o alguien más para querer, para vivir…— lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. —¿No has pensado que tal vez eso tenía que pasar para pudieras mejorar? ¿Que tal vez, eso crearía una mejor versión de ti mismo?— Mike cerró los ojos con frustración, escuchando aquellas palabras. —Yo pensé que… Ya había una nueva versión de ti. Pero solo sigues siendo un niño asustado, con miedo de quedarse solo.— dijo entre lágrimas, molesta, decepcionada, para después dar media vuelta y volver a entrar en eclipse. Dejando a Mike solo frente a la puerta del auto.

Todos vieron aquella escena por una de las decenas de ventanas de las instalaciones. Todos menos Zoe, que estaba sentada frente a un computador.

—Ouch… eso debió doler— dijo Dylan con una mirada de incomodidad.

—Bueno, creo que deberíamos considerar que Mike no… No nos ayudará con Khaled.— dijo Hiro entre pausas.

—Pero nos hizo añicos a todos juntos, Mike fue el único que pudo darle pelea, lo necesitamos.— dijo la pelinegra.

—No, no lo necesitamos, averiguaremos lo que Khaled trama y lo detendremos juntos.— dijo Zoe con seguridad, como si nada de lo que acabara de pasar importara.

—Bien, hay que trabajar, tenemos que encontrarlo, averiguar qué trama y detenerlo. O en su defecto acabar con el.— ordenó Adrien. Mérida entró a la sala, todos la miraron al instante. Se había limpiado las lágrimas, pero aún así sus ojos hinchados la delataban. Solo caminó hacia su escritorio y comenzó a teclear en su teclado, haciendo lo mismo que Zoe.

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El timbre de la puerta sonó. Mike abrió la puerta y pudo ver a la pelinegra más baja que el parada del otro lado. —¿Qué haces aquí?— preguntó Mike confundido al verla.

—Creí que tal vez quisieras hablar…— respondió la chica.

—No hay nada de que hablar, Sky. No volveré a Eclipse. Estoy fuera.— dijo con seriedad.

—Bueno… pues yo si necesito hablar contigo, creo que todo el tema de Khaled me tiene abrumada y necesito despejar mi mente, quiero que me recomiendes música.— escuchó que en el fondo de la casa se escuchaba "Sad" de Maaron 5. —De preferencia que no sea música triste.— El barbudo la miró con desaprobación. —Por favor, solo quiero respirar un poco de aire fresco…— Mike cerró los ojos, con frustración, para después sacar sus audífonos y salir de la casa en compañía de Sky, ambos caminaron unos cuantos kilómetros sin decir ni una palabra, con los audífonos sincronizados de manera que ambos escuchaban la misma canción.

Caminaban por la ciudad, mirando y sintiendo como la música que escuchaban le daba un toque diferente a su recorrido. A pesar de todo el tiempo que había pasado con Mérida, intentando superar su ruptura, nunca habían hecho algo así, salir a pasear sin ninguna interrupción. Solo sintiendo lo bien que se sentía la música recorrer su cuerpo y el aire entrar en sus pulmones conforme caminaba. Ambos chicos se sentaron en una pequeña banca en un parque, después de casi 3 horas de estar caminando. Mike soltó un gran suspiro, no había sido pesado o de molestia, fue un suspiro de pura paz. Se sintió bien.

—Creo que esto es más purificador que 6 meses de terapia.— dijo el hombre de manera bromista.

—No lo creo tanto así, pero si ayuda mucho.— dijo después de soltar una pequeña risa.

—Gracias por esto.— volvió a decir mientras miraba a Sky. La chica solo asintió con una sonrisa. Volteo la mirada para ver el parque. —Se por qué estas aquí…— la chica giró la mirada también. —Pero no creo poder ayudarlos con Khaled. Mérida tiene razón, necesito madurar, solo lo haré si dejó de hacer esto. No puedo comenzar de cero si ella está ahí.—

—Pues yo creo que es ridículo como te llamó.— Mike la miró al escucharla decir eso. —Solo digo… Todos amamos de manera distinta, algunos más que otros, no amamos igual. Que salvemos al mundo no te quita el derecho de sentirte mal o triste. Todos amamos, sufrimos, superamos y… perdonamos de manera diferente, a tiempos diferentes. Eso no está mal. Y si me lo preguntas a mi. Eres más valiente de lo que crees. Muchas personas no viven después de una ruptura. Deciden acabar con sus vidas. Y aunque has sufrido mucho, se que aún quieres superarte, puede verse como hay más de ti ahí adentro, algo que tienes que ayudar a salir. Puedes dar más, eres más, mucho más fuerte de lo que crees.— terminó de decir la chica, con una sonrisa. Mike soltó una lágrima. "The Goo goo dolls" de Iris comenzó a sonar en los audífonos.

Las palabras de Sky no eran nuevas para Mike, las había escuchado un par de veces en algunas ocasiones, una vez con un psicólogo y una vez con Mérida, pero le sorprendía que aunque Sky nunca lo haya conocido o supiera con detalle lo que pasó con Zoe, le brindaba apoyo y lo hacia sentir especial y fuerte, tal vez solo era lo que necesitaba. No lo sabía ni él.

—Sabes que te necesitaremos, creo que tenemos más posibilidades de encontrar a Khaled con tu ayuda, el equipo necesita un líder. Aunque Dylan sea bueno, no está listo, ninguno de nosotros lo estamos. Te necesitamos. Y algo me hace creer que… Tal vez Khaled también te necesita.— dijo la chica sin dejar de mirarlo.

—Estamos hablando de que literalmente me enfrentare al pasado que muchas noches me ha atormentado.— Mike había soñado con el día en el que Khaled murió en aquella explosión, deseando que hubiera sido él en su lugar. Debía enfrentarse a su pasado, a sus errores. Zoe estaría ahí también. El pasado que se había estado enfocando tanto en olvidar, estaba tocando la puerta, con fuerza, intentando destruirlo.

—Estoy segura de que dominaras la tormenta.— Mike la miró, con los ojos llorosos. —No la enfrentarás solo. Cuentas conmigo.— dijo para después recargar su cabeza en el hombro del barbudo. —Se que hay mucho más de ti, que aún no dejas salir. Es el momento.— Mike miró nuevamente el parque mientras la chica recargaba la cabeza en su hombro, soltó una lágrima para después soltar un suspiro. Cerró los ojos mientras la canción terminaba. —Es el momento…—