Los orbes de aquel sujeto eran de un hermoso color violeta, su piel pálida y perfecta como si fuese de porcelana, dándole un aspecto irreal. El hombre vestía un traje negro con detalles dorados del cual de los hombros caía una cascada de cabellos blancos cual nieve.
Su mirada era enfocada en la chica que solo con fuerza se aferró a Kohei que temblaba de tan solo recordar el martirio que le había hecho pasar ese sujeto que estaba frente a ellos, solo soltó un suspiro y sin preocupación alguna les habló.
— Veo que ya no respetas ni siquiera a la máxima autoridad.— se acercó a ellos poco a poco mientras extendía su mano hacia él chico.— Kohei, vuelve a tu puesto si no quieres que...
Sus palabras fueron interrumpidas por un fuerte golpe que le propinó Amanda en la mano para evitar que siguiera atormentando a su compañero que por inercia solo soltó en un murmullo:
"Es Muerte"
Sabía perfectamente que estaban perdidos si no huían de ahí, porqué ese jinete era el más fuerte y capaz de asesinar sin remordimiento alguno, tal y como su nombre decía, habían encontrado a la muerte en persona.
La mente de Amanda comenzó a analizar el lugar para comenzar a buscar una forma de escapar del mayor, pero algo le decía que no iba a ser posible ya que el de cabellos blancos sólo sujetó con fuerza la mano de la elemental de aire para después liberar a Kohei y lanzarlo al suelo.
— Aire, debes saber que no me gustaría luchar otra vez contigo en esta vida.—la acercó a él aún sin mostrar expresión alguna.— padre no quiere luchar... solo dios quiere derramar la sangre de sus propios hijos. Por favor aire, no dejes que esos seres molestos arruinen la belleza que tú y tus hermanos han creado.
— Y si no quieren luchar...— la joven solo miró hacia su muñeca para luego dirigir su mirada hacia Kohei, quien observaba con miedo la escena.— ¿por qué los tenían atados a Agua y Tierra?.
La mirada color amatista del jinete se posó en elemento de agua para luego solo soltar un suspiro. Realmente se estaba cansando de la actitud de esos chicos, la verdad era que no tenía intensiones de luchar contra ellos pero le desesperaba la actitud de los cuatro.
— Quise hablar con ellos pero se resistieron. Ellos atacaron primero.— dirigió nuevamente la mirada hacia Amanda.— no me iba a quedar con los brazos cruzados mientras lastimaba a uno de mis hermanos.
— Muerte, pero no está correcto torturar a una persona.— frunció el ceño de tan solo pensar en las atrocidades que posiblemente le hicieron a Gaia y a Kohei. Pero aún así trató de sonar lo más tranquila posible.— ¿por qué no empezamos de nuevo?. Podemos arreglar juntos nuestros problemas y si no hay remedio para todo este teatro que crearon nuestros creadores... lucharemos.
— Ahg, está bien.— el jinete la liberó de su agarre para luego darles la espalda.— vayamos a un lugar más cómodo para poder hablar de...
Las palabras del jinete fueron interrumpidas por el jadeo de su compañero que se encontraba frente a él, aún con el antifaz puesto lograba visualizar los gestos de dolor del chico. Su mirada solo se nubló y sin pensarlo corrió hacia el pelirrojo para sostenerlo ya que este estaba tambaleando.
— Pobreza.— el jinete lo llamó mientras lo abrazaba para no dejarlo caer.— ¿qué te sucedió?.— le preguntó aún manteniendo su semblante neutro.— ¿acaso padre te mandó de nuevo al purgatorio o a resguardar la entrada de su templo?
— No.— respondió con una leve sonrisa.— es que no te escuchamos y... nos lastimaron. Lo siento mucho..
Los ojos de Muerte se abrieron como platos de la sorpresa, no pudo evitar que los sentimientos saliesen a flote de nuevo, derrumbando ese muro que contenía sus emociones y con el ceño fruncido giró su cabeza para mirar de reojo a los dos elementos que se preocuparon al ver el semblante del jinete.
— ¿Quién de ustedes fue?.— al no recibir una respuesta rápida, solo dejó a Pobreza sentado en el suelo para acto seguido girarse a ver a Amanda y a Kohei.— ¡¡hablen!!. ¡¿Quién se atrevió a lastimar a mis hermanos?!
— ¡Tu casi mataste a los mis compañeros!.- gritó en respuesta.- además... Pobreza y Plaga quisieron matar a mi compañero de vida. Tal y como lo dijiste: "No me iba a quedar con los brazos cruzados".
— Pero solo les hice unos rasguños... y tú... tú.. ¡Lo quisiste matar!. Aire... esto que hiciste es imperdonable, me duele decirte esto pero... ¡¡eso te costará la vida...!!
— ¡No!. Muerte, hermano... no la vayas a aniquilar. Recuerda que aún no es momento, y que necesitamos los cristales activados.— habló mientras se levantaba del suelo con dificultad.
— Pobreza, no los dejaré impunes... necesito castigarlos.
Pobreza sabía que no lograría hacer que Muerte le obedeciera, así que sin más solo soltó un suspiro y con dificultad dijo:
"El acto aún no concluye mis queridos
y repugnantes elementos. Cuando
menos se lo esperen... el telón volverá
a abrirse y para mostrar el clímax del
mundo que tanto aman"
Con una sonrisa débil, solo sacó del bolsillo de su pantalón un juego de cartas que lanzó al aire para luego desaparecer junto con estas, llevándose consigo a su testarudo compañero.
Ahora si, los chicos se encontraban solos en el pasillo procesando lo que había sucedido. Amanda al mirar al chico que se encontraba sentado en el suelo, solo lo ayudó a levantarse para después seguir su camino.
El pasillo parecía no tener fin, y eso les comenzaba a desesperar a ambos pero aún así no se rindieron y siguieron hasta encontrar una puerta, que al abrirla se encontraron con los guardianes dormidos en el suelo.
— ¡¡¡SEY!!!.— gritó la chica mientras se acercaba a su guardián.—me alegra mucho ver que estas bien.
Sus ojos se llenaron de lágrimas por la emoción que sentía en esos momentos, pero esa emoción desapareció al ver que no despertaba ninguno.
— Amy, Seraph tampoco no despierta.— la miró con suma preocupación.— ¿qué hacemos?.
— Kohei, tranquilo. Tal vez sea por que están cansados.— habló dudando de sus palabras .— es mejor que los dejemos dormir y salgamos de aquí, ya nos aseguramos de que están bien.
— No, yo no me iré sin la señorita Seraphine. Amy, no llegamos hasta aquí para nada.
— Kohei... se que debemos llevarlos con nosotros pero... somos débiles. Si estuviesen concientes sería una tarea más fácil pero ellos están en este estado que nos limitará salir de aquí ilesos.
— Amy, Muerte casi nos mata. No nos arriesgamos para nada.— habló Kohei mientras mantenía un semblante que rebosaba de determinación.
— Ahg, Ethan y Gaia nos van a castigar por desobedecer sus palabras.— suspiró de tan solo imaginar el sermón que les esperaba al encontrarse con los otros dos elementos.— y los necesitamos para que cada uno nos llevemos a nuestros guardianes.
— Tienes razón.— frunció el ceño.— pero debemos llevarlos con nosotros porque si no...
Interrumpió.— ¿Por qué si no que chiquillo insignificante?.— preguntó con un tono lleno de autoridad y superioridad que hizo retroceder a los dos elementos.— sabía que vendrían por ellos en cualquier momento.