Margaret no entendía como la chica a pesar de todo en su contra podía seguir luchando más y más, había salido lastimada por Seth e incluso por los dragones y por ella misma.
Le frustraba verla como algunas veces se calmaba y lograba centrar su poder a pesar de que todo estaba en su contra; quería entender el porque, porque esa chica llamada Kathleen simplemente no se rendía.
Estaba enojada de que cada golpe fuera esquivado o anulado con facilidad, trato de calmar su furia y centrar su poder y volver a utilizar dos elementos, al ver como Kathleen podía incluso aumentar un elemento y cambiar a otro de manera tan natural entendió una cosa, no estaba peleando uno contra uno.
La pelea se había vuelto 2 vs 1, sentía como el poder de Zafiro protegió a aún más a Kathleen a un punto donde se sintio perdida y sin entender se preguntaba una y otra vez como era eso posible, Zafiro estaba muerta y los muertos por mucho que le rezara a sus Dioses jamás podrían hacer aquello.
¿Acaso Zafiro era tan buena y poderosa que los Dioses aceptaban sus peticiones?, mientras aún atacaba con todo su poder se preguntaba una y otra vez lo mismo, mientras utilizaba su último golpe y veía como este simplemente era consumido por el de ella por dicho poder, mientras se desvanecía poco a poco decía
Margaret: Mi amado oscuro, mi amor… ayúdame, salvame con tu poder… ¿Acaso me dejas morir así?, ¿Tan poco te importe? -ríe- si hubiera sabido que mi destino iba a ser tan frío y cruel… me habría quedado con el… Haidar.
Kathleen al oír tal confesión de aquella mujer que se volvía cenizas le causó tanta tristeza, había logrado entender que Margaret la hechicera de Oscuro se había enamorado de este, pero… ¿Real mente Oscuro llegó a amarla?; Mientras miraba como sólo quedaba la ropa y el brazalete que era de su madre.