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Chapter 123 - Reglas y historia

Gustavo extendió la mano con rapidez, tomando la daga sin sufrir herida alguna y, con un solo paso, llegó ante una silueta ilusoria, justo en el umbral de la puerta de entrada, apuntando con la daga conseguida la yugular del individuo, mientras una igual apuntaba su mismo punto fatal.

--Por favor --Dijo Irtar de inmediato, colocándose de pie--, no es necesario está disputa. Yukio, baja tu arma --La dama estaba claramente impresionada por la velocidad demostrada del joven, sintiendo que podía hasta rivalizar con la suya y, eso claramente era un halago para el muchacho--. Yukio, tu arma. --Repitió, pero su mirada fue dirigida a la dama del escudo, quién le apuntaba con la punta de su espada, mientras Meriel protegía la espalda de su señor.

--Como usted ordene --Envainó de vuelta sus dos dagas con rapidez--, señor. --Bajó el rostro, mostrando una ligera infelicidad en su mirada, estaba deseosa de probar al joven, desde pequeña había sido competitiva y, sentía que el muchacho de aspecto tranquilo podía darle una buena batalla.

--No me malinterpreten --Animó a la dama a bajar su arma con unos suaves ademanes de manos--, no poseo ninguna hostilidad hacia a ti, seas del reino que seas, o hayas pertenecido a otro gremio. --Explicó.

--Envaina. --Ordenó el joven, apareciendo de vuelta al lado de su asiento, algo que imitó Yukio, quién apareció al lado de su señor. Xinia asintió, guardando de vuelta su arma, al igual que Meriel.

--Provengo de una familia aristócrata de alto rango --Señaló de vuelta los asientos, pidiéndoles sin palabras que volvieran a sentarse--, pero mis prioridad principal es el gremio y, estoy seguro que teniéndola a usted cómo integrante del mismo, será un beneficio.

Gustavo asintió, tomó asiento y, con rapidez colocó sobre la mesa la daga que anteriormente había atrapado.

--Sus palabras suenan honestas, sin embargo --Su ojo derecho se tornó negro azabache, congelando con su intención asesina el recinto--, si miente y desea ocupar alguna táctica en contra de mi compañera, no optaré por la paz ¿Entiende?

Irtar asintió, su rostro por primera vez había experimentado una emoción, una que, aunque era difícil de percibir, para los ojos expertos claramente se trataba de: temor. Yukio agarró por instinto las dagas de sus fundas, pero no las desfundó, pues su intuición le gritaba que hacerlo era mala idea.

--Lo comprendo. --Dijo, retomando su actitud calmada.

Gustavo se alejó de la mesa, recargándose sobre el respaldo de su silla y, suprimiendo de vuelta su sed de sangre.

--Coloque Xin --Dijo después de un momento de silencio--, así me llamaban mis padres. --Irtar asintió, escribiendo el nombre dado por la dama en su identificación.

--Son suyas. --Les entregó sus nuevas identificaciones.

--¿Cuatro estrellas? --Preguntó Xinia impresionada--, pensaba que el máximo eran tres.

--Su exámen fue algo particular y, la demostración de su fuerza tampoco fue menor, aunque --Miró a Gustavo--, si lo pienso bien, sus rangos no corresponden a sus poderes reales... Pero es la cantidad máxima de estrellas que puedo darles, si desean un mejor rango, cumplan con las peticiones del gremio. --Explicó.

--Por el momento es suficiente.

--Ahora que son integrantes oficiales del gremio de aventureros, déjenme explicarles un poco sobre las reglas y obligaciones --Gustavo y compañía asintieron--. En primera --Colocó sus brazos sobre la mesa--: cualquier petición que se acepte, debe cumplirse en un plazo de treinta lunas, exceptuando por los contratos que exijan más tiempo. Segundo: no está aprobado robar solicitudes ya aceptadas, si descubrimos que el grupo quiere cobrar por una petición que aceptó otro aventurero, su remuneración será menor a la acordada, entregándole un porcentaje al aventurero afectado. Tercero: queda completamente prohibido aceptar trabajos de los gremios oscuros. Cuarto...

--Disculpe --Interrumpió Gustavo-- ¿Qué son los gremios oscuros?

--Mmm --Meditó por un momento, creyendo que aquella información era algo común para los individuos poderosos--. Los gremios oscuros, o también conocidos como: los gremios del submundo, son organizaciones que operan con una temática muy similar a la nuestra, solo que con reglas y estándares completamente opuestas a nuestra ideología. Para darte un ejemplo --Sacó un papel maltratado de uno de sus cajones--, los contratos que ofrecen son en su mayoría sobre asesinatos, secuestro, espionaje, falsificación, venta de plantas alucinógenas y, otros actos ilegales.

Gustavo asintió, por el propio nombre podía entender lo que ofrecía un lugar así, solo quería estar seguro. Tomó el papel, leyendo su contenido.

--Deseaban matarte.

--Así fue --Asintió--, unos bastardos sedientos de riqueza aceptaron el peor contrato de sus vidas --Sonrió de manera oscura-- y, aquello los llevó a las manos de nuestro señor Carnatk --Hizo una señal con la mano izquierda, en honor al Dios de la muerte. Meriel se sintió algo curiosa, no conocía a nadie que adorara a la deidad de los muertos y, menos en presencia de otros, por lo que sintió que el hombre joven era alguien demasiado peculiar--. ¿No es así, Yukio? --La dama afirmó con la cabeza, sonriendo con frialdad.

--¿Tengo una pregunta? --Le entregó de vuelta el papel.

--Por favor, hable. --Aceptó de vuelta la prueba del atentado en contra suya.

--Mis recuerdos son vagos sobre eso, pero en una ciudad en la que estuve, fui el blanco de un contrato similar por parte de un gremio de aventureros.

Irtar frunció el ceño de inmediato, no era que dudara de las palabras del joven, era solo que aquello que decía, iba en contra de todo lo que representaba su gremio.

--¿En este reino? --Preguntó después de un tiempo de reflexión. El joven asintió-- ¿Puedes decirme que ciudad?

--Agucris.

Irtar tronó la boca, conocía todas las sucursales de su gremio en el reino y, sabía que el gremio oscuro no estaba presente en aquella ciudad, por lo que se sintió molesto, en realidad era furia, pero la suprimió, no era el momento adecuado para ser dominado por sus emociones.

--Lo investigaré, tienes mi palabra. Pero te pediré que me des un poco de información --Tomó un palillo de metal con tinta regando de su punta y, un trozo de papel--, lo mejor sería que me brindes el nombre de quién hizo el contrato y, de quién lo aceptó.

Gustavo endureció el semblante, le parecía extraño que cada vez que tratara de recordar algo sobre alguna persona de Agucris, todo se volviera borroso. Wityer observó a su compañero, por el extraño vínculo que poseían, podía intuir la razón de su duda y, aunque deseaba ayudarle, sabía que lo tenía prohibido.

--Lo lamento, no lo sé.

--Es algo que dificultara el trabajo, pero buscaré al o los responsables --Dejó el palillo a un lado, levantándose de la silla por un momento para ir a servirse una bebida de un recipiente parecido al cristal--. Por cierto ¿Conocen la historia sobre la fundación de los gremios de aventureros? --Terminó de servirse, observando a los individuos sentados, quienes negaron con la cabeza--. Es una historia hermosa --Bebió para aclarar su garganta, se acercó a su silla y se sentó-- y, triste... El año no lo conozco --Comenzó--, pero sé que fue a principios de la Era de los Años Perdidos --Dejó su vaso en la mesa, entrelazando sus dedos y recargándose en el respaldo de su cómoda silla--. La gran guerra en contra de aquellos que no deben ser nombrados, dejó en un completo caos los cinco continentes, casi provocando que la raza humana fuera desterrada de la tierra superior. Los sobrevivientes de la guerra entendían mejor que nadie que las criaturas y los sirvientes de esas cosas no nos dejarían en paz, por lo que, con la ayuda de muchos héroes de los tiempos antiguos, optaron por construir la sede de un lugar que se encargara de prevenir que eso sucediera... Aquel lugar sagrado fue construido en el continente Este, en el antiguo reino de Ziena "Recinto de héroes", creo que traduce --Gustavo quiso negar con la cabeza, ya que en el idioma antiguo traducía algo completamente diferente, sin embargo, no quiso interrumpir la cautivante historia del hombre joven-- y, fue el lugar donde se establecieron todos los individuos dispuestos a seguir peleando... Cómo es de conocimiento común, las bestias que habitan en ese continente son criaturas espantosamente fuertes y brutales y, en ese tiempo, lo eran más --Guió sus ojos hacia una pintura pegada en la pared de su flanco izquierdo. Era una pieza de arte sublime, épica y devastadoramente sangrienta--. Hay un gran agujero en la historia sobre los sobrevivientes, pero por la información que poseo del antiguo manuscrito del Iluminado historiador Clante de Rinkler, he llegado a la conclusión de que aquellos héroes fueron asesinados por aquellas bestias --Su mirada se complicó--, perdiendo el último reino humano del continente y, provocando su expulsión del mismo... Marci , fue uno de los fundadores de los gremios de nuestro continente, estableciendo el primero en el reino de Talul, ahora también inexistente y, como él y bajo su bandera, comenzaron a construir en otros reinos la ideología del gremio, con el lema de: Humanos y hermanos, teniendo como única misión el proteger y exterminar a todas las criaturas hostiles hacia nuestra raza...

--Una muy bella historia. --Comentó Gustavo al escuchar el silencio.

--Lo es --Asintió, al igual que la dama a su lado--. Lamentablemente los ideales de su creación y el honor de los aventureros se han ido esfumando, nos hemos convertido en nada menos que mercenarios, ocupados nobles avariciosos y, reyes perezosos --Miró a Xinia--. Las guerras entre reinos, aunque prohibidas por las reglas de los Dioses, han existido, pero, mientras cumplas con las reglas del gremio, no me importa si eres de Rodur, Atguila, Thergon, Tinoc, Beelzot, o cualquier reino del continente, para mí eres una hermana y, como tal, te protegeré con mi vida. --Bajó el rostro, algo que fue imitado por Yukio.

--Gracias. --Dijo Xinia, no era una mujer emocional, pero notaba la sinceridad en las palabras del administrador, por lo que se sintió ligeramente agradecida.

--Por favor, mencione las otras reglas. --Interrumpió el silencio, no era que fuera impaciente, era solo que no deseaba permanecer mucho tiempo en la sala, ya que el sello de contención en su brazo derecho estaba perdiendo efecto, por lo que tiempo, era lo último que poseía.

--Es verdad --Asintió con una tenue sonrisa--. La cuarta regla del gremio es --Su expresión se tornó seria--: cualquier objeto encontrado en una misión hecha por la propia institución, deberá ser revisada antes de venderse, si nos enteramos que lo ha vendido antes de ser verificada por nosotros, el castigo serán cincuenta monedas doradas. Quinta: las disputas entre integrantes queda prohibida en territorio del gremio y, última --Su mirada se afiló--: el gremio siempre es primero.

--Tendré en cuenta sus palabras. --Asintió, colocó sus manos en los descansabrazos, colocándose de pie.

--Bienvenidos al gremio. --Sonrió y estiró su mano.

Gustavo asintió y por instinto la tomó, formalizando el acuerdo cómo en su antigua patria. Algo que provocó confusión en todos los presentes.

--Gracias. --Sonrió, soltando su mano en el acto.

--Claro. --Asintió.