Eres tu
Si eres tu en mi vida
Que con las alas de tus hermosos brazos
Abrazas los dias de nuestra espinosa vida
De echo mi quiero aprovechar el tiempo,
los dos mayores tiranos del mundo:
la casualidad y el tiempo,
el espacio se mide por el tiempo,
para morir de amor hay que tener tiempo.
Lo único que nos separa de la muerte es el tiempo,
nada ha pasado a su cuerpo,
golpea como un reloj en la ciudad-bomba-de-tiempo,
cuando quemaba el mal tiempo.
La historia es émula del tiempo,
me he estrellado contra las rocas de mi cuerpo,
caigo en un abismo hecho de tiempo,
la culpa no muere a solas pués la tiene sólo el tiempo.
Tropecé sobre una tumba sobre mi cuerpo,
¿Dime cuántas canas puede conseguirse con la ayuda del tiempo?
Aún vosotros tenéis los relojes, nosotros tenemos el tiempo,
a quien más sabe es a quien más duele perder el tiempo.
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Siempre que la vida no me canse dejo,
el secreto del suelo crece a través del ojo,
y el ascua repentina que te agiganta el ojo,
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo.
Como artista mi autoestima proviene de realizar mi trabajo,
la risa nos mantiene más razonables que el enojo,
mi nido de clemencia en el tosco antojo,
de amigo a amigo, la sangre en el ojo, el culo en remojo.
Al mismo tiempo soy la mujer, su marido y su hijo,
Soy tu palidez rendida de recorrer lo rojo,
tus ojos donde viajo,
algo malo debe tener el trabajo.
Por quedarme mirando un año viejo,
sino un animal humano que la Naturaleza produjo,
los caminos pierden su reflejo.
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Tus ideas fijas de corazón de plomo los labios vírgenes,
al asalto de los jardines,
aparecer como herejías y terminar como supersticiones,
cambios de constituciones guerras tratados invasiones.
Donde sólo comercian los ladrones,
pues entre olas pétreas entre orquestaciones,
el tiempo, barrendero de ilusiones,
con dos cuerpos desnudos opuestas estaciones.
La vida es una serie de muertes y resurrecciones,
el cuerpo se mantiene por los alimentos y el alma por las buenas acciones,
que arrastren preocupaciones,
Todo tiene su cueva si nosotros carnes,
de expresión de todas mis sensaciones,
el dinero habla un lenguaje que entienden todas las naciones,
de los muelles y de los andenes.
Pescadores de tritones,
no pueden detener la miel en los pezones,
bajo la luna cual tambor de oraciones,
olvidar sus aprehensiones.
Se sume por los rincones,
en ti nos acoplamos como dos eslabones,
sobre una tierra sin arpones,
están agotadas las obligaciones.
Y aunque un amor tire del aire pálido lleno de pezones,
desmiente todas las precauciones,
el cuerpo se mantiene por los alimentos y el alma por las buenas acciones,
advierte el grito de los gorriones.