Me encontraba en la calle caminando sin rumbo alguno, llevaba un sudadera, no recordaba como era, solo la había tomado. Me encontraba solo como siempre, suspiré alzando la vista al pequeño parque que había ahí, estaba desolado me quedé unos momentos ahí, observando, hasta que sentí una mano tocar la mía, la quité de inmediato volteando a ver, me tranquilicé al observalo a él.
"¿Qué pasa? Perdón si llegué a asustarte pequeño."
Oh, no te preocupes solo...me tomaste desprevenido.—Susurré extendiendo mi mano hacía él para que la tomara, sentí su tacto cálido, me ruboricé.
"Ven, vamos a los columpios, quiero columpiarme contigo, ¿Si?"
Está bien, vamos niño pequeño...—Sonreí con un toque de diversión, al verlo emocionado, comencé a caminar hacía el parque.
"Ey, no soy un niño pequeño, pero, quien llegue primero gana, ¿Okay?"
Ey, eso no se vale.— Sentí que soltó mi mano, lo observé correr, sonreí y comencé a correr de igual manera.
"Así no podrás ganarme, ¡Lev, te ganaré!."
¿Eso crees? Ya verás.—Relamí mis labios comenzando a correr más rápido. Al mirar yo ya estaba en los columpios, él apenas venía, mi pecho subía y bajaba rápidamente.
"No es justo, renuncio."
—Lo miré, sonreí, me perdí en su sonrisa, me senté en uno de los columpios, comenzando a balancearme.—Si fué justo, no seas mamón.—Murmuré para después observarlo, tenía el entrecejo fruncido, solté una corta risa.
"Bueno, bueno, no me hables así y segundo, ya, cállate."
Si, ¿Por qué no me vienes a callar entonces?—Susurré, observandolo, tenía las mejillas teñidas de color carmín y mis cabellos se encontraban revueltos.
Había observado como él se paraba y se acercaba a mí, sentí sus labios impactar los míos, llevé una de mis manos a su mejilla, acunandola, el beso se prolongó más. Nos apartamos una vez nos faltó oxígeno, se sentó en el columpio de nuevo, comenzamos a balancearnos, una vez tomamos buena altura solo disfrutaba del aire, de su presencia, solté una risa. Volteé a mirarlo.
¿Encerio, es tan bueno estar muerto? Dios, quisiera ir contigo, ¿Podría...?—Lo miré columpiarse, volteo a mirarme, asintió con la cabeza.
"Es la señal de los tiempos, ¿Lo captas? Todo tiene un motivo, tú tienes muchos y a la vez ningunos."
Solté una risa, cerré los ojos volviendo a disfrutar de la existencia, negué con la cabeza y sonreí, creía que por fin en mi solitaria vida alguien me entendía, era sensacional, me sentía vacío y a la vez lleno, estaba completo, ¿Está sensación era posible...?
¿Has visto a ese chico y ese columpio? El otro parece moverse solo, ¿Por qué sonríe y ríe tan alegre?—Preguntó un joven a su madre, ambos observaban la escena con cierto temor.
Lev los había escuchado, observando a su lado, no había nadie y el columpio de hace unos momentos ahora se balanceaba muy poco, tal vez por la brisa que había. Quedó totalmente impactado, ¿A dónde se había ido? Un vacío volvía a hacerse presente en él, una vez el columpio paro se levantó y comenzó a caminar hacía casa.