Caminaron por otro rato, hasta llegar a una enorme sala.
Allí habían cientos de cúpulas de batalla, en cada cúpula, varios participantes se conectaban para entrar en una realidad virtual, donde batallaban.
Las batallas no eran combates típicos, eso era otra zona de entrenamiento, aquí se usaba la tecnología neuronal para poder controlar varios avatares en equipos o incluso flotas enteras, para practicar la administración, la estrategia y la velocidad neuronal.
Las batallas constaban de pelotones de diferentes soldados, tanques, aviones, naves, mechs, incluso animales.
Cada batalla se transmitía al exterior por grandes pantallas holográficas que flotaban encima de cada cúpula.
En la sala, también existía una zona de bar, junto a una cantina, donde se podía comer, mientras en la mesa, se reproducía la batalla de la cúpula que el comensal gustara ver.
Gracias a la explicación de Arso, Dariel comenzó a gustarle mucho la idea.
Si fuera como pensaba, entonces, es como cuando el controlaba sus creaciones.
Dariel estaba enfurruñado por su cuerpo, haber fallado todos los blancos en el campo de tiro le había tocado su orgullo.
- Quiero probar - Sin que ninguno de los tres lo esperara, Dariel dijo, mas parecia una orden en vez de una petición.
Los tres miraron sorprendido al pequeño, pero Trisio y Angela, miraron a Arso.
Este miro a Dariel a los ojos y asintió.
- Claro, por que no - Quitando quien era Dariel o lo que representaba, Arso vio una fuerte llama en la mirada de Dariel, esta le gusto, le recordaba a sus soldados cuando se veían superados, pero se levantaban solo con determinación.
Arso sonreía pensando sus batallas anteriores, los buenos tiempos.
Pero tampoco se perdió en sus recuerdos, miro a una de las cámaras y hizo un gesto.
Al poco un administrador llego.
- Dominus Arso, ¿Qué ordena? - Cuando llego un hombre de apariencia joven, dio una reverencia mientras preguntaba.
- Quiero una cúpula para este joven - Arso ordeno, mientras el administrador asentía, hasta que vio que el joven que iba a pelear no era otro, que el pequeño niño que sujetaba una hidra igual de pequeña.
El administrador se quedo petrificado, las cúpulas de batalla no eran juguetes, eran herramientas militares en toda regla con valor de varios millos de créditos cada una.
La sensación de dolor era casi 100% equivalente a la real, en algunos modos, además que el requerimiento neuronal era muy exigente, una persona tendría que dividir su concentración en varios puntos de vista, acciones y estimulaciones a la vez.
Quería sugerir que no era adecuado para el niño, pero la orden de un superior era incuestionable, mas, si la orden te la da el administrador de la propia familia que dirige la fortaleza.
Solo asintió y espero que el joven no sufriera mucho.
- Jovencito, cuando entre en la capsula, le pedirá poner un usuario o contraseña, necesita recordar estos para volver a conectarte, además le sugiero no decírselo a nadie para evitar problemas - El administrador comenzó a dar lo detalles mientras Dariel asentía.
Al poco, volvió a dejar a la pequeña hidra en el suelo.
- Quédate con Arso y no crees problemas - Dariel le dijo serio a la Hidra, mientras sus cuatro cabezas asentían.
Esta imagen fue adorable desde el exterior, ganándose un par de miradas de algunos soldados.
- Dariel, haz lo que puedas, pero no te exijas de mas, los simuladores son cosa seria - Trisio aviso, mientras Angela asentía.
Dariel, los miro, pero todos podían notar que no les hizo mucho caso, tenia muchas ganas de intentarlo, sobre todo, probar si la conexión seria parecida a su propio poder.
- Por aquí - El administrador guio al pequeño a una cúpula cercana, mientras muchos soldados se sorprendían al ver al pequeño entrando, dentro había ocho capsulas, donde soldados esperaban al siguiente participante.
Lo que les sorprendió fue ver a un administrador, ayudando a un niño de apenas ocho o diez años, a conectarse.
Solo cuando el niño se conecto y se adentro en el sueño, los soldados miraron al administrador.
- Son ordenes del administrador de la casa, Dominus Arso, ademas les sugiero que den todo de ustedes, pues es muy probable, que el vea el partido - El administrador de la sala, les advirtió, mientras que el entusiasmo de los soldados se elevo como un cohete.
Entre ellos se conocían un poco, por lo que su trabajo en equipo no era tan malo. Solo suspiraron al ver al pequeño con los ojos cerrados, pensaron que seria una dura batalla 7vs8.
En la cantina, Arso, junto a Trisio y Angela, se sentaron en una esquina, donde todo era sofá.
Dejaron a la pequeña hidra en medio, para que no pudiera moverse mucho, mientras pedían unas bebidas y conectaban la pantalla de la mesa, a la cúpula de Dariel.
- ¿ Que pensáis ? - Arso pregunto.
- ¿ Muy apresurado, administrador Arso, aunque no conocemos sus capacidades reales, dudo que pueda dar una batalla adecuada, el costo neuronal es muy elevado, además, si uno no esta acostumbrado, solo teniendo que controlar dos soldados, será muy difícil. Todo esto sin poner en la bandeja, tanto la estrategia, como la coordinación - Trisio dio su punto de vista, siendo lo mas objetivo.
- Pienso igual que mi hermano - Angela dijo segura.
Arso miro a ambos y luego asintió, bien, vamos ha hacer una apuesta.
Arso sonrió mientras los jóvenes lo miraron extrañados.
Arso saco un aparato para llamar a alguien, lo dejo encima de la mesa y llamo.
Al poco un anciano apareció.
- Dime Arso, a que se debe la llamada, ¿ha pasado algo? - Para sorpresa de los jovenes, a quien llamo Arso, no era otro que Darcaloun, el patriarca Blancofilo.
- Patriarca, lamento llamarlo para una tonteria, pero me gustaría pedirle permiso para hacer una apuesta con estos jóvenes - Darcaloun miro a los jóvenes y luego a Arso.
- Me encuentro viajando actualmente, por lo que tengo tiempo libre. ¿ De que se trata ? - El anciano miro a Arso con cierta expectativa, pocos sabían que el Magnus Dominus Hiems, era alguien propenso a apostar con sus familiares.
Arso, que obviamente conocía este factor del anciano, no dudo en llamarlo.
- El joven Dariel a entrado en una cúpula de batalla. Trisio y Angela apuesta en contra, diciendo que es demasiado apresurado. ¿ Que piensa el patriarca ? - Darcaloun miro sorprendido a Arso y luego a los jóvenes. Sonrió y sin dudarlo mucho dio su respuesta.
- Mientras escoja animales como sus avatares, apuesto a que ganara - Trisio y Angela estaban sorprendidos, pero era tarde para echarse atrás.
- Bien jóvenes, si ganáis la apuesta, la familia subvencionará, un arma hecha por la propia Magnus Dominus Aestiva a cada uno - Los ojos de Trisio y Angela, estaban abiertos de par en par, con una codiciosa mirada, las armas hechas por Brunilda en persona, eran las mejores de toda la Teocracia y las mas caras.
Pero la codicia en Trisio no tardo en desaparecer, mientras miraba serio al patriarca.
- ¿ Que ocurre si perdemos ? - Viendo que su patriarca habia apostado tan fuerte, un miedo intenso se formo en los huesos de Trisio. Cuando Angela escucho a su hermano preguntar, también obtuvo esta mala sensación.