-¿Qué haces aquí y por qué estás tomando del brazo?- dijo para después soltarse de mi agarre.
-¿Estabas consciente?- hija de..
-Estaba aguantando la respiración. Ahora responde ¿Qué haces aquí y por qué estás tomando del brazo?.
En eso momento un pensamiento pasó por mi cabeza, "¿Me vengaré de ella? Pues claro". La tomé de la nuca y la hundí en el agua, pasaron unos cuantos segundos y la saqué a la superficie.
-¡¡¡¿QUÉ TE PASA?!!!- gritó ella con una furia notable. Pero qué una persona de menos de 1.60 te grite al contrario de hacerlo aterrador lo hace adorable.
-Mi venganza.- dije soltándola de la nuca y nadando hacia la orilla.
-¿Qué te hice?- dijo ella que ahora nadaba atrás de mi.
-Creo que ya lo sabes.
-Si, ya lo sé.
-Descarada.
Salimos del agua y nos pusimos a buscar nuestras ropas.
-¿Qué persona viene a un bosque a media noche? - pregunté una vez me vestí.
-Tú y yo- respondió poniéndose los zapatos.
-Tú, querrás decir.- la corregí.
-¿Entonces que haces tú aquí?- deja de preguntar.
-¿Por qué haces tantas preguntas?- contrarreste.
-Es de mala educación responder a una pregunta con otra pregunta, siendo mayor pensé que lo sabías- ¿Me está diciendo ignorante?
-Primero me dices idiota y ahora ignorante ¿Qué sigue?- pregunté intentando mantener la compostura.
-Otras palabras con "I" que se me ocurran.- dijo restándole importancia y dirigiéndose a la salida del bosque.
-Sigo sin entender que haces tú aquí.- dije siguiéndole el paso hasta caminar a su lado.
-Eso debería decirte yo a ti.
- Por mi ego. ¿Tan difícil es contestar una pregunta?
-Debería preguntarte lo mismo.
-¿Por qué no dejas de evadir mis preguntas?- pregunté ya cansado.
-¿Por qué no dejas de hacer preguntas?
-Es de mala educación responder a una pregunta con otra pregunta- dije con una sonrisa de suficiencia.
-¿Tan poca creatividad tienes que te hace falta robar mis frases?- Para tener quince es muy insoportable.
-Igualada- le dije ya con rabia y ella solo me ignoró.- ¿Por qué me ignoras?
-Ignorar es la manera más inteligente de responder a un insulto.- ese comentario bastó para ya no poder contener mi ira.
La tomé de los hombros, obviamente de manera un tanto delicada, no soy un monstruo. Y la volteé para mirarnos directamente a los ojos.
-¿Quién te crees que eres? ¿Sabes con quién estás hablando?- pregunté en un tono bastante enojado.
-No me creo absolutamente nada y si, si se con quién estoy hablando. Estoy hablando con una persona lo suficientemente cobarde que es capaz de amenazar a otras por el simple hecho de exigir respeto, dime, ¿No es con esa persona con la que estoy hablando?.
-¿Lady "L" acabas de llamarme cobarde?- pregunté, mi enojo claramente fue sustituido por incredulidad. En un día esa niña ya me ha insultado tres veces.
-Cobarde y muchas cosas más, pero tú intelecto solo te ha permitido encontrar ese insulto.
-Eres una descarada- le dije soltándola y empezando a caminar de nuevo hacia la salida.
-Descarada más no hipócrita. Es mejor mostrar una sola cara, dime, ¿Por qué debería mostrar una cara frente a ti solo para caerte bien cuando hablo mal de ti a tus espaldas?
-Porque es lo que todo el mundo hace.- dije simplemente, ya casi llegando a la salida del bosque.
-¿Y porque todo el mundo lo hace yo tengo que hacerlo?
-Eso queda a tu criterio- respondí secamente dándome la vuelta para no verla, pero escuché un golpe que venía de la parte de atrás. Estaba levantándose del suelo, aparentemente se había tropezado con una raíz. Le tendí mi mano para que se apoyara en ella pero solo siguió tratando de pararse por su cuenta.- Vamos, tómala.
-Puedo hacerlo por mi cuenta.
-Eres una orgullosa- después de demasiados intentos por fin se puso de pie.
-Tú también eres orgulloso.
-¿Cómo lo sabes?- no es que no se notara pero quería escuchar su respuesta.
-Lo sé porque hasta aquí me llega el olor a orgullo.- ante ese comentario di una pequeña, casi microscópica, sonrisa.
-¿Y a qué huele el orgullo?- dije divertido por el rumbo de la conversación.
-A un L'Oréal para hombres.- eso bastó para hacerme sacar una de las carcajadas más sinceras de mi vida.