Al abrir los ojos me di cuenta que estaba en un lugar desconocido. Se sentía la brisa marina recorrer aquella especie de choza pequeña. Miré a mí alrededor y lo único que observe fue una habitación vacía. Incluso me encontraba acostado sobre un monto de paja. Lo único bueno para mí fue que al parecer mi cuerpo estaba acostumbrado a esa clase de situación.
Recuerdo que iba caminando por una calle de mi ciudad, estaba revisando las últimas actualizaciones del juego al cual me había hecho adicto durante los últimos dos meses y no me percate que crucé la pista sin fijarme si venía carro o no. En mi oído esta fresco el sonido de las llantas del carro tratando de frenar para evitar impactarme pero fue en vano. Solo sentí un ligero dolor en mi cuerpo mientras veía mi cuerpo salir volando y caer pesadamente en el pavimento.
Al abrir los ojos ya estaba aquí, los únicos recuerdos que tengo es que ahora soy un joven de casi 17 años que vive en una especie de tierra prehistórica. La diferencia es que tengo el conocimiento de que aqui existen criaturas tan fascinantes como son los ángeles, demonios y seres del tipo que solo encuentras en los libros de fantasía.
Al salir de la casa el aire impacto en mi rostro despertandome por completo. Miré a mí alrededor y pude notar que estaba en una pequeña aldea de casi 50 casas. Así que camine directo al río para poder bañarme y empezar muy bien mi día, ya me había hecho a la idea de que ahora estaba en un lugar distinto y lo único que lamentaba era que aquí no había celular ni Internet para poder divertirme, así que supongo debo buscar una nueva forma de diversión.
Fue recorriendo el sendero que había en mi memoria y miraba siempre a mi alrededor tratando de adaptarme rápidamente al lugar donde estaba. Lo único bueno es que según mis recuerdos la aldea recién llevaba unos cinco días de formación.
Al llegar al río revise primero que ni haya ninguna criatura salvaje que pusiera en riesgo mi vida. Después de eso por fin entre a aquellas aguas, el placer de bañarse es algo incomparable, el agua estaba fresca, justo en su punto, por así decirlo, pues no estaba ni fría ni caliente.
Mientras mi cuerpo se perdía en aquella sensación escuche un poqueño movimiento, mire a mi alrededor y pude ver que en un arbusto había algo que se movía, pensé que lo más probable era el viento pero una criatura parecida a una iguana apareció de aquel sitio.
Aquella criatura se acercó al río y cuando estaba a un par de metros del agua abrió su boca y pude ver como una esfera aparecía en su boca.
Naturalmente como toda persona inteligente lo primero que hice fue correr, traté de alejarme todo lo posible de aquella criatura mientras que a la vez intentaba salir del río. La esfera tardó unos 10 segundos en tomar forma y entonces salió disparada hacia mí.
Les juro que no sé cómo lo hizo, pero aquella esfera logró seguirme a pesar de que ya no me encontraba en el punto de vista de la iguana.
Mi mente empezó a trabajar como nunca mientras que trataba de pensar en un forma de deshacerme de aquella criatura que ahora había empezado a perseguirme.
Después de un minuto de haber corrido el ataque de aquella iguana desapareció. Así que dí media vuelta dispuesto a enfrentar a la iguana que me perseguía.
Al instante aquella criatura empezó a abrir la boca y es en ese momento que cogi la piedra más cercana y procedí a lanzarla con todas mis fuerzas. Logrando hacer un tiro preciso al interior de su boca.
Grande fue mi sorpresa cuando aquella piedra ingresó hasta el estómago de aquella iguana y luego vi como esta explotaba en mil pedazos.
—Felicidades has matado a una iguana mágica de nivel uno. Activando sistema.
Les juro que cuando escuche aquellas palabras empecé a celebrar de alegría. Por fin mi más preciado sueño se iba a cumplir.
La única duda que tenía era que clase de sistema iba a adquirir. Esperaba un sistema que me permita lograr conquistar todo el planeta o mejor aún, un sistema que me vuelva en un Dios.
Volví al río mientras esperaba recibir la notificación del sistema. Tenía que recoger mi ropa, que por cierto es solo unas hojas de una planta desconocida que están unidas mediante lo que parece ser una especia de hilo.
Les confieso que primero me pareció algo extraño e incómodo pero no sé cómo hacen que cuando uno se pone la ropa se siente igual a la tela que se usa en la tierra, es muy comoda. Después de volver a la casa, descubrí que había algo de actividad en la aldea. Un grupo de adultos eran rodeados por unos niños de entre 7 a 13 años.
En aquel grupo habían 7 varones y 3 mujeres, que llevaban entre sus pertenencias una especie de venado atado en unos troncos. Cuando el grupo me vio llegar uno de ellos me sonrió y me dijo que era bueno que ya me encontrara despierto. Mientras que una de las mujeres me preguntó cómo me sentía.
Les dije que estaba bien.
—Eso es bueno. Mañana puedes acompañarnos a cazar de nuevo. —me dijo una de las mujeres, a lo cual solo asentí con la cabeza y me fui rápidamente a la que era mi casa, pues había recibido la notificación de que el sistema ya estaba por fin en funcionamiento...