Macaria estaba tan feliz y concentrada en aquél relato que en un abrir y cerrar de párpados, una lágrima suya caía lentamente hacia el libro, Macaria comenzó a sentir un dolor extraño y ajeno en su pecho como si una punzada estaría hiriendo su corazón y se preguntaba ¿qué era lo que sentía? ella no dejaba de lagrimear, pues a los pocos segundos su expresión ya no era la misma a la que fuese antes, Macaria no podía soportar de aquella profunda angustia y hecho a llorar como una niña inocente, sus manos temblaban más sus lágrimas no dejaban de caer... aquel colorido campo donde se encontraba Macaria, se paralizó por completo y en cada fragmento de tiempo que transcurría, un pedazo de tierra se iba desintegrando paulatinamente en el tiempo, lo ocurrente no era más que una coincidencia...
Macaria secaba de aquellas lágrimas, más no se daba cuenta de aquél extraño suceso, aún llorosa quería saber mucho más del aquel libro tan extraño y reconfortante para ella... Pero por lastima no podía expresar las siguientes palabras del texto, le eran difíciles poder leer de la historia, más porque sus sentimientos le impedían hacerlo, estaba tan desconcertada a lo sucedido que enfatizó la pérdida de alguien, pareciera que Macaria sintiese el mismísimo dolor que expresaba el libro, asimiló, y comprendió la empatía.
Cabizbaja se levanto de aquel prado embellecido, más sus lágrimas no se contuvieron por aquel instante...
...
Unos pasos firmes y contínuos se aproximaban, las brisas fuertes se calmaron y como si tocaran tambores en manifestación de cantos órficos, se podía sentir la presencia de alguien estruendoso.
—¿Qué sucede Macaria, por qué lloras? —dijo con voz fría y el ambiente gélido en su llegada no hacía falta.
—Es extraño señor Thanatos, el libro que encontré es muy desventurado, no puedo dejar de sentirme mal -musitaba Macaria, con una voz débil y melancólica.
—Con que es eso, ya veo, pero es solo una historia pequeña, un relato que el hombre creó para transmitir su soledad o sentimiento, los humanos son tan osados y astutos qué por su indocilidad manipulan la voluntad de otros y de la misma existencia, más deciden si quieren ser felices o terminar en desgracia.
—¿Por qué señor Thanatos?
—El humano es la basura del cosmos que no tiene aspiración más que por sus propio interese y bienestar, sus actos por juzgar y condenar lo conllevan a la insolencia, la soberbia y la desgracia... su ambición por el poder los convierte en seres miserables y despreciables... ¡humanos! No ameritan el perdón de los dioses, insensatos, insignificantes ¿qué sabrán del significado de su existencia? vuestro tiempo es tan valioso, que omiten el valor de sus vidas y así ¿se hacéis llamar seres racionales? ¡Vuestra esencia es como un enfermedad que pudre la vida de los demás! ¡Es una deshonra para los dioses saber que existe una raza tan repugnante!!! -Una fuerte brisa traía consigo las palabras de Thanatos.