Cuando maxwell vió a la dueña del local... Quedó anonadado.
Era casi como si la mujer de sus sueños se presentará físicamente frente a él. Maxwell nunca había Sido alguien particularmente exigente en su gustos en mujeres, principalmente por su anterior vida.
Pero la mujer en frente de él, era uno de los tipos de mujeres con el que siempre soñó estar. Tez extremadamente blanca pero con claros tintes rosados que la hacían ver un poco sonrojada. Labios rosados y un poco carnosos, ojos azules y cabello anaranjado, acompañado con una asimetría de rostro perfecto, ni demasiado delgada, mi demasiado hinchado.
No podía observar su cuerpo gracias al largo y grueso vestido que llevaba, pero su abundante pecho aún era visible.
¡¡Gluppp!!
Maxwell trago saliva sin querer, por mucho que lo intentó no pudo dejar de mirar hipnotizado a la mujer.
"¿Hay algún problema?" La mujer frunció el ceño al verlo mirarla fijamente. Colocó ambas de sus manos en su cadera haciendo que sus tetas rebotarán un poco, lo que hizo que el corazón de maxwell latiera con más fuerza, su garganta se reseco y sus labios temblaron un poco.
Main se adelantó y le contó todo lo sucedido a la dueña del bar que lo miraba todo el tiempo con el ceño fruncido.
"¿No tienes con que pagar?" Preguntó la mujer.
"No señora." Maxwell bajo la cabeza avergonzado. Cómo nunca antes desde que llegó a este mundo, maxwell se sintió tímido y estúpido al hacer el ridículo frente a tan hermosa mujer.
Se sentía como en su antiguo mundo al estar en frente de su crush. Tímido, nervioso pero a la vez emocionado.
La mujer lo miro con frialdad y le pregunto: "¿Cómo piensas pagarme?"
Una voz en su interior lo instaba a responder: con mi cuerpo y salta encima de ella. Pero bajo la cabeza y respondió: "puedo trabajar para usted y así pagar mi deuda. He Sido muy fuerte desde pequeño."
La mujer lo pensó detenidamente mientras revisaba su cocina y los alimentos en el fogón.
"Ok. Trabajarás aquí por hoy y veremos qué tan bueno eres." La mujer asintió con la cabeza. "Tráeme dos tanques de agua para empezar. Mi nombre es sigrit pero debes de llamarme señora sigrit ¿entendido?"
"Si señora." Maxwell asintió con la cabeza, le pregunto a Main dónde estaba el agua y corrió a traerlo.
Maxwell ayudo mucho moviendo las cosas pesadas en la cocina y limpiando un poco, gracias a qué su brazo derecho ganó un poco de movilidad pudo hacerlo con más facilidad.
Cuando el local se llenó más allá de la capacidad de Main, maxwell se ofreció a servir de camarero para el lugar.
Gracias a su muy buena apariencia y que la mayoría de los clientes eran mujeres, maxwell fue muy bien recibido. Regularmente recibía elogios y miradas de las mujeres lo cual le resultaba extraño e incómodo pero se acostumbró después de un tiempo.
Gracias a que maxwell les servía pudo también escuchar sus conversaciones.
"¿Escuchaste que hay un nuevo caballero a cargó de nuestra zona?"
"Si, lo escuché. Solo espero que no sea igual al anterior, los elevados impuestos nos están matando."
"Tienes razón el anterior caballero era un inútil que solo se llevaba nuestro dinero y nos dejaba a Merced de los matones."
"¡¡Shhh!! ¿Estás loca? ¿Acaso quieres que te corten la cabeza?"
La primera mujer sacudió la cabeza indefensa.
"Escuché que otro niño desapareció."
"Si. La hija menor del panadero."
"¿Porque nadie hace nada al respecto de estás desapariciones?"
"¡Aishhh! Espero que eso no nos pase a nosotros."
Maxwell pasó el mediodía sirviendo y recopilando información que de otra manera no se hubiera enterado. Tenía la sensación que Mary no se lo habría contado.
"¡Oye guapo, por aquí!" Una mujer de unos 30 años, cabello negro y corto le gritó para que se acercará a su mesa. Una vez allí la mujer no ordenó nada solo se quedó mirando lo con una sonrisa. "¿Que hace un chico guapo como tú por estos lares?"
Maxwell sonrió un poco incómodo.
"Solo trabajo señora."
"No me digas señora, me haces sentir vieja." La mujer se rió con fuerza y bromeó. "¿Sabes? tengo a una hija de tu edad, estoy segura que ambos harían una linda pareja."
Maxwell sonrió muy educadamente y dijo: "lo siento señora pero ahora mismo no estoy en busca de una pareja."
Sin embargo...
Maxwell se inclinó hacia la oreja de la señora y susurró.
"Si no hay ningún compromiso de por medio, no veo el porque no podamos disfrutar un poco juntos. Es más... Podría incluso darle un servicio especial a usted también." Maxwell sonrió y paso lu lengua por el lóbulo de la oreja de la señora.
"¡¡Huppp!!" La señora casi grita de la sorpresa antes de taparse la boca y mirar alrededor buscando si alguien los había visto. Su expresión estaba un poco sonrojada y lentamente una sonrisa comenzó aparecer en su rostro.
"¿A qué hora sales chico?"
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Después de que todas las mesas se desocuparon y Main limpió las mesas, sigrit dejo ir a maxwell pero le advirtió que tenía que presentarse antes del atardecer que era cuando abrían el bar.
Saliendo del restaurante-bar maxwell miró a su alrededor buscando a la señora de cabello corto. La encontró en la esquina de la calle mirándolo con atención.
Aunque la señora ya tenía sus años encima, tenía un muy buen cuerpo con caderas anchas y cintura pequeña.
Haciéndole señas con las manos, la señora llamo a Maxwell. Sin pensarlo mucho siguió de cerca a la mujer hasta que llegaron a un gran edificio de unos 5 pisos.
Parecía un complejo de apartamentos a simple vista, una vez que entro en este pudo confirmar que así era. No era para nada parecido a un complejo de apartamentos de la edad moderna, mas bien parecía una posada de la época. Muy grande pero al fin y al cabo una posada.
Maxwell y la señora no tuvieron que caminar mucho, solo subieron hasta la tercera planta antes de que está abriera un puerta en el pasillo y entrará. Maxwell la siguió detrás y miró con curiosidad.
El apartamento era de madera y sencillo con una sala de estar, una cocina al lado y dos habitaciones.
"Si tienes una hija, supongo que tienes marido. ¿No estará por aquí o si?" Preguntó maxwell mientras se sentaba en una silla con comodidad.
"El está trabajando ahora mismo, no vendrá hasta el atardecer." Respondió la mujer al dedicarle una sonrisa de complicidad. "Espérame un momento aquí, tengo que hablar primero con mi hija."
Maxwell asintió y prosiguió a esperar mientras la mujer entraba a una de las habitaciones.
Maxwell echó la cabeza hacia atrás y miró hacia el techo.
"¡Fiuuuuuuu!" al final no pude resistirme a la tentación, solo espero que no se me caiga el pito.
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