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Chapter 4 - cambio de planes

maxwell sintió que su sangre hervía al ver tal escena estimulante. no deseaba nada más que sacar su verga también y unirseles. pero su cabeza giro incesantemente, al imaginar la diferentes escenarios que podrían suceder al hacer eso y como podía sacar mayor provecho de la escena frente a el.

María era completamente ajena al niño que los espiaba y cada cierto tiempo cambiaba de que verga chupar, mientras sacaba la lengua de manera obscena.

"¿Que creen que están haciendo?" sonó una voz inmadura y un poco incrédula. que hizo que tanto María como los guardias, saltarán del susto.

todos palidecieron de inmediato al reconocer al intruso.

maxwell magnar, el hijo numero 13 del señor del castillo.

el primero en salir de su pánico, fue el guardia mayor. levantó rápidamente sus pantalones y con la sonrisa más sincera que pudo reunir dijo:

"joven señor. buenas noches a usted, para responder a su pregunta. solo estábamos jugando un juego. es un juego muy popular que siempre jugué jajaja."

el guardia más joven siguió el ejemplo del mayor y asintió rápidamente para expresar su acuerdo ante lo dicho por el otro guardia.

"¿creen que soy estúpido?" preguntó max. " se muy bien lo que estaban haciendo y estoy seguro que mi señor padre estará muy interesado en escuchar lo que estaban haciendo." una sonrisa no pudo evitar dibujarse en su rostro al ver la expresión de los guardias.

"yo yo entonc-" el guardia mayor entró en pánico, no sabía que hacer. si en señor del castillo se enteraba lo que estaban haciendo, la muerte era la más pequeña de los castigos que se podía imaginar.

la locura empezaba a invadir sus pensamientos y antes de siquiera pensarlo, saco la daga que tenía en su cintura y se dirigió hacia en niño.

"¿estás seguro que deseas hacer eso?" preguntó max con una sonrisa confiada. " si estás pensando en matarme para silenciarme, déjame decirte que no será tan fácil."

"no eres más rápido que el sonido y a cualquier movimiento tuyo, gritaré con todas mis fuerzas. eso alertará a los demás guardias. e incluso si logras matarme, solo sería cuestión de tiempo para que descubran quienes eran los guardias a cargo de este pasillo." maxwell se encogió los hombros mientras veía a ambos guardias que parecían haber perdido todas sus esperanzas y cayeron a suelo con una mirada muerta.

pero unas simples palabras los sacaron de su desesperación.

"Aunque bien puedo guardar su secreto."

los guardias levantaron la cabeza con una pizca de esperanza en sus ojos.

"solo hay una condición." maxwell sonrió diabólicamente. " desde el día de hoy en adelante, serán mis esclavos personales."

las emociones de los dos guardias eran una montaña rusa de emociones, pero al fin y al cabo, acordaron ser los esclavos de maxwell, mientras esté siguiera manteniendo su secreto a salvó.

no podían hacer más nada, si no aceptaba, su muerte era segura.

poco tiempo después, cuando los guardias se habían ido. maxwell dirigió su mirada hacia María, que aún permanecía arrodillada con los ojos cerrados.

su boca no pudo evitar ensancharse con una sonrisa repugnante. agarro un pequeño banco que encontró y se montó para poder estar a la altura correcta.

su corazón palpitaba a mil por hora, al sacarse su pene de unos escasos 8 centímetros y lo coloco en el rostro de la dormida María.

el cálido tacto hizo estremecer a ambas personas. max se excitó con solo la idea de tener su pene en tan hermoso rostro, pero luego frunció el seño al darse cuenta de que María no chupaba su pene, como lo hacía con los dos guardias.

tomó su pene y lo puso en los carnosos y excitantes labios de María. con su otra mano agarró la cabeza de está y empujó. pero los dientes firmemente cerrados de María impidieron que su pene entrará.

aunque no había logrado nada. el pene de maxwell se puso completamente erecto al sentir los suaves labios de María, acariciar su pene.

ya completamente excitado, maxwell no pensó en nada más. con su mano izquierda, agarró los grandes y firmes senos de María y comenzó a acariciar con pasión. mientras que con su mano derecha agarraba el cabello de está y movía su cabeza en dirección de su entrepierna.

el pene y los testículos de maxwell violaron por completo el rastro de María. no había un solo lugar en el rostro de María que el pene y los huevos de max no hayan tocado y mancillado.

a tan solo unos dos minutos de su acción. maxwell pudo sentir como los picos de los senos de María se ponían erectos. algo que excitó por completo a max y lo hizo volver a intentarlo.

dejo de frotar los senos de María y con ambas manos sujetando su cabeza, acercó lentamente su verga a los carnosos labios de María.

para sorpresa de max, esta vez su verga no tubo ninguna obstrucción y entro de lleno en la cálida y babosa boca de María.

"humnnmm" max soltó un gemido ahogado al no poder soportar tanto placer repentino. sintió claramente como la lengua de María le lamía el pene de forma lenta y excitante.

sin poder controlarse, max tomo la cabeza de María y con gran brusquedad la movió hacia arriba y abajo. pero solo segundos después, max soltó sus manos al notar que María ya hacia este movimiento sin su ayuda. coloco sus dos manos en la nuca y miró hacia el techo mientras disfrutaba su primera mamada.

solo en este momento maxwell sintió una sensación de logro tal, que ni si quiera su graduación en su mundo anterior se podía comparar.

max bajo la cabeza para ver cómo María sacaba lentamente su lengua y lamía con gran deseó su verga. sus manos se movieron inconscientemente y retiraron el cabello de su rostro.

le encantó la imagen de tan bella mujer chupando su pene. sentía que se podía volver adicto.

pero solo cinco minutos después, maxwell frunció el ceño. incluso después de tanto tiempo y placer, no se había podido venir.

suspiro audiblemente al saber que no podía eyacular con su cuerpo aún de niño.

"vamos." bajando se del banco y tomando la mano de María. maxwell habló. " no cometamos el mismo error que esos guardia, vamos a tu cuarto."

maxwell no era tonto, desde un hace tiempo ya se había dado cuenta, que María no era ninguna sonámbula. solo era una mujer que vagaba por las noches buscado una verga que chupar y el la iba ayudar en eso.

tal como max creía María entendió lo que dijo y camino a su lado, pero aún mantenía los ojos cerrados.

parecía que pase lo que pase, no quería agotar su última carta.

maxwell sonrió para sus adentros, se acercó a María y con su mano agarró fuertemente una de sus firmes, redondas y gigantes nalgas. a lo que María saltó levemente, pero siguió caminando como si nada. algo que dibujo una enorme sonrisa en el rostro de maxwell.