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Chapter 2 - Persecución (part.1)

— ¡Muévete rápido! — Exclamaba una voz por medio de un radio.

— ¡Calla! Esto es como andar de cacería — Respondió una voz femenina.

— Se está moviendo por tu lado izquierdo — Volvía hablar la voz por el radio.

— Entendido. Te tengo hijo de perra — Menciono la voz femenina.

La aparente mujer se levanta y empezó a saltar por varios contenedores de metal hasta llegar a una aparente puerta de servicio. Al llegar ahí miro a su alrededor y cuando vio a su objetivo una sonrisa se dibujo en su rostro.

— Es tu fin pequeño estúpido — Menciono para si misma mientas esperaba el momento oportuno para atacar.

Su presa se acercaba cada vez y ella sólo esperaba pacientemente. De repente ante su vista apareció un hombre de unos 30 años corriendo con miedo, como si huyera de alguien. Ella sólo sonrió de nueva cuenta.

Dió un salto y cayó frente a la puerta mientras que el hombre corría mirando hacia atrás sin percatarse de la presencia de aquella mujer.

— ¿Vas a algún lado? — Cuestionó la mujer.

— ¿Qué? — El hombre dijo mientras paraba en seco.

Al ver a aquella chica parada frente a él su reacción fue hostil ya que empezó a soltar una serie de golpes que no daban en el blanco.

— Es tonto pensar que puedes hacerme daño — Dijo con una risa burlona.

— ¿Qué esperas? ¡Acabalo! — Ordenó la voz por el radio.

— Siempre le quitan lo divertido a todo — Respondió la mujer.

De su aparente abrigo desfundo un arma que en un movimiento rápido colocó dentro de la boca del hombre y disparo. El hombre cayó de espaldas, y aún con la mitad de su cabeza destruida intento levantarse, pero 3 disparos más acabaron con su vida.

— Sólo eres un demonio de un nivel bajo, una escoria como todos — Exclamó.

El cuerpo de aquel hombre empezó a convertirse en cenizas para posteriormente evaporarse.

— Un disparo a la cabeza y listo — Dijo una voz masculina.

— Ustedes siempre son tan aburridos — Respondió la mujer.

La mujer se desprendió de la capucha que tenía y se quitó la máscara que ocultaba su rostro, detrás de ella apareció un hombre más alto y más robusto.

— Nos entrenaron para matar, no para jugar — Dijo el hombre.

— Ahí lo tienes, está muerto, listo — Respondió de mala manera la chica.

El hombre sólo la miro fijamente y dió la orden de retirará.

Después de un largo trayecto varios vehículos terrestres se introducían en lo más recondito de un bosque de árboles enormes y alejado de la civilización. Al llegar a lo más profundo se podía notar un gran edificio custodiado por varios soldados armados. Las puertas se abrieron y el comboy entro en fila.

— Sólo porque eres la consentida de los jerarcas no significa que puedas hacer lo que quieras — Dijo el hombre en un tono de molestia.

— No seas tan celoso, si te pones tetas quizás te den un rango más alto — Respondió la chica burlona.

— Si no fuera por ellos tú fueras mi prostituta personal — Respondió más molesto.

— La verdad, no eres mi tipo y aparte dicen por ahí que la única arma que te sirve para disparar es esa que cargas en tus manos — Respondió más agresiva la chica.

Las camionetas se detuvieron y de ellas descendieron varios soldados armados incluyendo a los dos que estaban discutiendo. Todos entraron a la fortaleza y se dirigieron a la sala principal donde se encontraba una gran pantalla y bastante gente trabajando monitoreando ubicaciones, entre otras cosas. De pronto en la pantalla entro una videoconferencia, en ella se mostraban 3 hombres ya de avanzada edad.

— Han hecho un gran trabajo — Decía uno de ellos — Han eliminado a un pecado más.

— Como siempre son nuestros mejores soldados quienes acaban con esas plagas — Dijo el tercer anciano.

— Pueden retirarse — Menciono el primer anciano que habló.

— Menos tú agente Dalmat — Dijo el segundo anciano.

Los demás salieron mientras que la chica se encontraba parada frente a la gran pantalla.

— ¿Ocurre algo nobles jerarcas? — Pregunto dudosa y con algo de temor la chica.

— Eres uno de nuestros mejores agentes y lo sabes — Dijo el tercer anciano.

— Por eso queremos encomendarte una misión sumamente importante — Dijo el primer anciano.

— ¿De qué se trata? — Preguntó.

— De él — Mencionó uno de los ancianos.

En la pantalla apareció fotos de un hombre de la misma edad que la chica.

—Su nombre es Rid y es... —

— Un portador del pecado — Exclamó el tercer anciano.

— Lo hemos investigado y probablemente sea uno de los enviados más cercanos al infierno — Terminó de decir el primer anciano.

— Queremos que lo encuentres y lo traigas ante nosostros — Menciono el segundo anciano.

— Pero eso sería peligroso — Exclamó la chica en tono de negativa.

— Lo necesitamos para poder llegar al su Dios — Dijo el primer anciano.

— Esta la tendrás que hacer tu sola — Dijo el tercer anciano.

— Si lo logras tendrás esa libertad que tanto anhelas — Dijo el segundo anciano.

— Cómo ordenen nobles jerarcas — Dijo resignada la chica.

La chica salió del lugar Para dirigirse al helicóptero que la llevaría a su destino. Mientras tanto los ancianos seguían platicando.

— Son insignificantes estos seres — Mencionaba el primer anciano.

— Son como los humanos, promete darles algo que tanto quieren y obedeceran como si de borregos se tratase — Respondió el tercer anciano.

— Pero a diferencia es que se cumplirá lo de su libertad, ya que morirá en el intento — Dijo el segundo anciano.

La chica llegó al hangar donde se encontraba el helicóptero que la llevaría. Era un helicóptero antiguo, viejo, casi oxidado a diferencia de los demás que tenían.

— Soy la agente D-010919 — Le menciono a la puerta frente a ella.

La puerta se abrió y delante de ella se encontraba listo el piloto que la llevaría.

— Estamos listos para despegar — Dijo el piloto.

— Bien, acabemos con esto — Susurro la chica.