No es necesario andar muy lejos para saber que el secreto siempre estuvo contigo.
Hay noches en que la vida te regresa hacia el lugar donde luchaste tanto por no volver...
¿Será que ciertamente la mente humana es tan complicada?
O
¿Seremos solo nosotros los que deseamos complicar la simpleza?
Mi vida era muy simple. Me gusta decir que era de ese modo para olvidar los tantos secretos desconocidos que habitaban en mi sombra y solo con la muerte rasgándome la garganta pude conocer.
Te contaré mi primer secreto: no recordaba quién era, nada de lo que tenía amueblado en mi cabeza era real...
Parece no tener sentido... ¿cierto?
No lo tuvo por mucho tiempo, hasta el día en que regresé sobre los pasos perdidos de las mentiras y me hallé escondida detrás de toda su preciosa oscuridad...
Un poco de aquello terminó quedándose conmigo y, aunque tildes mi final de infeliz...
No hay uno más sano que la verdad...