Tiempo desconocido.
Lugar desconocido.
Dentro de una memoria.
Érase una vez, existía un lugar llamado Nido Primordial del Dios Dragón.
En lugar de lo que normalmente sería un país, o tan siquiera un Mundo Reino completo... con tan magnificiente nombre, se le llamaba así a la Unión de Tres planetas.
El Rey Dragón Xue Qi.
El Rey Dragón Long Qi.
El Rey Dios Dragón Nian Qi.
Cada uno de estos señores dragones eran los soberanos y principales protectores de su propio Reino.
Xue Qi, gobernaba entre el Planeta más alejado de la Tríada.
Se decía que sus guerreros eran tan fieros, que cada uno de ellos sólo tenían dos caminos en ese Reino.
Morir... O hacerse más fuerte.
La Técnica de Respiración que practicaban, les permitían a su ya increíblemente poderoso cuerpo, empoderarse con cada derrota... hasta que un día no fueran derrotados.
Long Qi, gobernaba en el Segundo Mundo e intermedio de la Tríada.
Allí todos practicaban la Técnica de Respiración del Desastre.
Cada uno de sus habitantes tenían el Desastre tallado con perfección en su alma. Se decía que estos eran las personas más poderosas de todo el Universo cognitivo en lo que a Poder de ataque se refiere.
Tales dos Grandes Mundos.
Tales dos Soberanos.
Ni siquiera tenían el 1% del Tercer Mundo de la Tríada Primordial de los Dragones Conocidos.
Nian Qi, era el ser más poderoso de todo un Universo. Por él, es que este lugar se llamaba Nido Primordial del Dios Dragón.
El tenía la Técnica de Respiración más simple, pero a la vez más celestial y abrumadora de todos los Cielos.
Una que fue creada sólo por el.
La Técnica Antigua del Dragón Celestial.
Tal era su poder, que no existía otro ser aparte de Nian Qi que pudiera cultivar esta Técnica de Respiración.
Viéndolo de otra forma, la Técnica de Respiración, a diferencia de las demás, que muestra la base de la vida, la Respiración, en su máximo esplendor y divino, de cada raza...
La Técnica Antigua del Dragón Celestial era una Técnica tan abrumadora que Nian Qi, sólo pudo aprenderla... luego de devorar el Núcleo de un Reino Sol.
O sea...
Un Sol entero.
Una Mega Estrella y todo su Energía.
Como sus súbditos y seguidores no podían cultivar tal Técnica, Nian Qi tuvo que conceder otra que el mismo había creado para esto.
La Técnica Antigua del Dragón Justo.
Tomando el poder de la Luz, de los Cielos mismos, refina el cuerpo a un estado que incluso permite elevar las restricciones de cada raza que la practicara.
Ya sean Dragones... o no.
Como sea.
Un día.
Nian Qi tuvo dos Hijos.
Su irremediablemente fiero cuerpo, le hacía difícil tener descendencia, casi imposible.
Pero un Milagro del Cielo ocurrió, y Nian Qi fue bendecido con dos Hijos varones.
Siendo los Príncipes del Nido Primordial del Dios Dragón, no sólo eran los Príncipes de la Tríada Primordial.
No.
También eran los Príncipes Magníficos de todo el Universo existente.
...
Por base de una buena cantidad de tiempo y sucesos...
Los dos Príncipes crecieron.
El Primero, el Príncipe Feng Qi, demostró la capacidad de Cultivar la Técnica de Respiración de su padre desde que estaba en el huevo.
Su crecimiento se vió bendecido por los mismos cielos, como si lo reconocieran sobre ellos en sí.
No se sabía si esto de debía a su Potencial, o si era una muestra de Respeto al Dios Dragón Nian Qi.
Sólo existía un pequeño percance, en Feng Shui...
Pues a pesar de poseer una de las mentes más brillantes del Universo, su vida se dedicaba al combate, a la guerra, a la masacre.
Forjó su camino de sangre... y expandió los límites de su Reino Dragón sobre todo el resto del Universo.
Llegó a tal punto en su propia Gloria, que incluso él mismo, llegó a pensar que por fin había alcanzado a tener tanto poder como su Padre.
Y así fue. No sólo lo había alcanzado, lo había superado...
Nian Qi, dió todo de sí, y perdió completamente y justamente en un combate con su propio hijo.
Sabía que el era la elección correcta.
Aún así...
Todavía no podía dejar de pensar en lo que soñaba diariamente...
Una de las ventajas, de tener más poder Real que una misma Ley... era que podía intervenir como quiera en la misma...
Y Nian Qi, ya sea por cualquier razón, miró el Destino de su Reino.
El futuro.
Un espacio terriblemente vacío.
Una "nada", tan espeluznante que no parecía Real...
Pero Nian Qi lo sabía, sabía que ese era su Reino, su propio Universo.
Reducido a... sólo... nada.
Justo cuando quedaban milésimas de la visión...
Vió a una figura, que de manera divina... se talló en sus ojos...
Sólo alcanzó a ver su Espalda.
Pero eso fue suficiente.
Se trataba de la familiar, pero también extremadamente... "Abrumadora" espalda de su segundo hijo inútil...
Que miraba al cuerpo de una mujer en sus brazos... o su cadáver... con melancolía en sus oscuros ojos...
En el momento que Nian Qi pudo empezar si quiera, a sorprenderse, la figura, los ojos de su hijo... miraron en su Dirección.
La Visión se acabó, y Nian Qi, con el Físico más poderoso, capas de doblar las leyes espacio-temporales a su antojo... escupió tanta sangre negra de su boca, deslizando su Divinidad poco a poco como si de fango se tratara... mientras calló en un sueño que duró millones de años.
Lo último que el tenía en la mente...
Era...
¿Cómo?
¿Cómo era posible que su Segundo Hijo, que ni siquiera tenía un cuerpo regular de Dragón, cultivar la Técnica Antigua del Dragón Celestial?
¿Tan siquiera era esa misma Técnica?
¿La que provocó tanta pesadumbre y maleficiencia en su visión?
No debería serlo, ya que la Técnica era una derivación de la Ley Celestial...
Sea como sea, a parte de la Inteligencia y la Divina Arte Especial para seducir... su Segundo Hijo no tenía nada extravagante sobre él.
No se destacaba de ninguna otra forma...
....