Mi nombre Alexandra, tengo 18 años, estudio actualmente en una universidad privada, en la cual estudio la carrera Químico Farmacéutico Biotecnólogo (QFBT), por ahora mi vida ha tenido muchos cambio, buenos y malos, todo comenzó en cuanto termine la primaria, ya que me tuve que mudar a Chimalhuacán, a pesar de que no me gustaba la idea de mudarme, el lugar era muy hermoso, así que trate de adaptarme a ese lugar, siempre me esforcé para salir adelante ya que mi familia siempre me exigió buenas calificaciones, me esforcé para tener la mejores notas y mi familia estuviera muy orgullosa de mi, pero nunca recibí esa cara de aceptación ante mis esfuerzos, cuando ingrese a la secundaria que tenía cerca de mí casa aprendí que no puedes confiar con las demás persona, el primer día que estuve en secundaria me quede en el turno de la tarde ya que ya no había espacio para mí en el turno de la mañana así que tarde un año completo en él turno de la tarde, ahí conocí a Ricardo Mancilla un chico demasiado creído para el poco conocimiento que tenía, era muy alto y algo guapo, y su único defecto era cuando hablaba. Todo sucedió cuando era el receso, ese día vestía de una blusa rosas y un pantalón de mezclilla azul oscuro, estaba sentada felizmente en un banco solo ya que nadie me hablaba por el momento, yo estaba observando a las demás personas cuando él aparece:
--¡Hola!, ¿Quieres un poco de pastel de chocolate? –me dijo- está muy bueno.
--No muchas gracias –le sonreí- casi no como pastel.
--¿Te mantienes en forma? –me dijo-.
Pero en esos momentos no le había entendido a lo que se refería, pero tampoco le di mucha importancia a su comentario, así que lo ignore y seguí observando a las personas que jugaban en el patio de la escuela.
--Casi no te gusta hablar ¿verdad? –me preguntó- es que parece que casi no te gusta convivir con las demás personas.
--Como llegue 3 días después de que iniciaran las clases, ya casi todos tienen a su grupito de amigos, por eso es que no me uno a ninguno ya que no me molesta estar sola por el momento.
--Pero no es muy bueno que estés sola, no es algo normal en una chica.
--No importa, a mi tampoco me interesa mucho el estar con las demás personas.
Me levante y lo dejé solo, en lo que me dirija al salón, pero al parecer le di quédate conmigo por que me siguió hablando y se sentó a un lado de mi, por un tiempo, se quedo conmigo, pero conocí a otro chico, pero para mi él era un chico demasiado raro, su nombre es Christian López, a decir verdad su personalidad era un poco graciosa se creía mas que los demás y siempre se peleaba con Ricardo por todo, sabia mucho ingles, me encantaba los pensamientos que tenia, me gustaba que decía que el era como un dios y que nadie estaba a su altura, y yo por lo menos estaba un poco debajo de el, era un chico que muy fácilmente se lastimaba y tenias la piel muy sensible, me alegro mucho estar con el por un tiempo, cuando pase a segundo de secundaria, me pase al turno dela mañana así que deje de verlo, el turno de la mañana era algo así como muy rara, pero cuando empecé a verlos con mas detalle hubo un chico que me llamo la atención desde el primer día aunque no sabe nada de eso actualmente, porque nunca tuve el valor para decirle lo que sentía por él, ya que temía a que se terminara la relación de amigos que teníamos, ese año aprendí que ese tipo de personas en verdad no vale la pena mencionarlos, así que poco a poco empecé a alejarme de ellos, y me refugie en los libros, aquellos libros que llenaba el vacío que sentía por dentro, no me importaba el tipo de historia que tuviera el libro, solo que no fuera aburrida. Aunque, más que nada no me junto con nadie por el miedo que tengo de hace tiempo, solo sé que esa persona fue muy importante para mí y jamás voy a olvidarlo.
~ 4 años antes~
Sucedió cuando iba en 5to de primaria, conocí a Erwin Garduño, un chico muy tímido, de test clara y ojos color verde, era muy alto y delgado era mayor para mí como 4 años, pero aun así era un buen chico, siempre fue muy atento conmigo, el primer día que lo conocí, lo vi vendiendo tortillas aún lo recuerdo como si fuera ayer:
--¡Hola! -me saludó- ¿Quieres tortillas?
--¿Eh? ¿Tortillas? Jejeje –me reí- jeje no muchas gracias, eres muy amable pero hoy solo voy a la escuela.
Cuando me saludo, estaba muy distraída viendo el cielo, pero al ver su sonrisa me parecía muy linda, me le quedé viendo uno segundos.
--¡Disculpa! -me dijo- ¿Podrías decirme tu nombre?, espero que no te importe.
--¡Claro! -le dije- me llamo Alexandra, pero puedes decirme Alexa, encantada de conocerte.
--El gusto es mío Alexa, mi nombre es Erwin.
--¿Erwin? Que nombre más raro le dije.
-- ¿Enserio? A mí me parece más extraño el tuyo.
En ese entonces, solo hablamos por poco tiempo, pero desde ese día me lo topaba más seguido, y me encantaba hablar de cualquier cosa. Un día solo hablamos de ¡comida! Imagínense, hablábamos de comida, pero bueno... me daba risa, porque me la pasaba muy bien, jeje recuerdo cuando nos fuimos en bicicleta a un cerro que teníamos cerca, nos reunimos en mí casa como a las 10:00 am y el regreso era hasta las 14:00 pm, no se imaginan que trabajo nos costó convencer a mi mamá para que me dejara ir con él, tuvimos que hacer de todo para poder convencerla, al final nos dio el permiso, ese día se veía nublado, con poco viento, ¡era perfecto! Cuando se llegó la hora, Erwin se encontraba en la puerta de mi casa con su bicicleta y una mochila de color café, entonces tomé mi bicicleta y me despedí de mí mamá, cuando íbamos en el camino, nos topamos con un ganado, yo estaba sorprendida hace mucho que no veía un ganado así que estaba muy feliz, pero eso no me duró muchos tiempo ya que como a la hora de que nos habíamos ido, empezó a llover demasiado fuerte, y ni para regresar porque en donde nos encontrábamos en esos momentos, era demasiado peligroso, y como no llevamos ninguno de los 2 un paraguas, nos fuimos a refugiar a una pequeña cueva que encontramos en el camino, en ese entonces tenía mucho miedo, y mucho frío, quería regresar a mí casa, la lluvia no me gustaba, ¡para nada!, le temía por los truenos, relámpagos.
--¿Estás bien? –Me pregunto- ¿tienes frío?
-- No es eso, lo que pasa es que no me gusta la lluvia.
En cuando se lo dije, empezó a reír, aun sabiendo que no era gracioso, y lo miraba con cara de enojo y miedo, se reía.
--¡No es para que te rías Erwin! –Le dije, ya un poco molesta- no es gracioso es serio.
-- No es eso, lo que pasa –siguió- es que eres la primera persona que me dice que le da miedo algo tan insignificante como la lluvia.
-- Tal vez, para ti sea gracioso, pero para mí no.
¿Saben que hizo después? Pues salió de la cueva, como un loco se estaba mojando, gritaba y saltaba como una cabra loca, luego se revolcó en el lodo, ¡realmente estaba loco!, después que hizo todo eso me invitó a mojarme junto con él, era obvio que no quería hacerlo, pero el simple hecho de ver como se divertía, me animé a estar con él en la lluvia.
--¡Ves!, no hay nada que temer –me dijo- la lluvia no es tan mala, en un momento muy hermoso que puedes vivir.
Lo miré a los ojos, recuerdo muy bien, que en esos momentos me abrazó, y me dijo: "Siempre cuenta conmigo, siempre estaré para ti, no lo olvides", después de eso, seguimos jugando en la lluvia por un rato más, poco después se despejó, todo a mi alrededor se veía hermoso por la luz del sol que reflejaba las gotas de la lluvia, mi día favorito cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde, así que bajamos del cerro, je mi mamá estaba entre preocupada y enojada, cuando llegamos me pregunto si estaba bien, si me había pasado algo, pero a todo eso le contesté, que estaba muy bien, me dio una regañiza, y me castigo por un mes completo, solo me dejó despedirme de Erwin y enseguida de me metió a la casa, pero eso sí me enfermé por una semana completa, así que no fui a la escuela, Erwin todos los días iba a visitarme y siempre me preguntaba por mí salud, y nos poníamos a jugar cartas, lotería, en esos días que me iba a visitar no las pasábamos jugando, él decía que para que no me aburriera de tanto estar en la cama, después de una semana de estar en la cama, ya me sentía mejor, así que regrese a la escuela, ¡dios mío!, no ir a la escuela por una semana es agotador, no tienen idea cuanta tarea dejan cuando no vas, así que por unos día no salí de casa, no porque estaba castiga si no porque, tenía mucha tarea que realizar, lo más triste es que no podía ver a Erwin, a pesar de que poco después ya estaba al corriente con todo, no había visto a Erwin hace mes y medio, y me asusté, le preguntaba mucho a mi mamá si lo había visto pero, siempre me contestaba que no lo había visto, faltaba como un mes para que saliera de la secundaria, así que quería verlo, para contárselo, me di cuanta de algo cuando estaba enferma y fue que de alguna manera me enamore de Erwin, el solo pensar su mirada, sus gesto, su sonrisa, los momentos que estuve con él, la falta que me hacía cuando no estaba cerca, ¡lo extraño!, hay por dios es mi primer amor.
~Dos semanas después~
Hace un tiempo que no veo a Erwin, quise buscarlo pero me di cuenta que nunca había ido a su casa, por lo tanto no sabía dónde vivía, pero al día siguiente fue a mí casa, ¡por fin!, estaba muy feliz de verlo.
--¡Lo siento mucho Alexa!, no te preocupes estoy bien.
-- ¿Por qué te ausentaste por tanto tiempo? –le pregunté-.
-- Tuve un problema, pero ya todo se arregló, así que no te preocupes por eso.
--¡De acuerdo!, ¿Qué crees? –Le pregunté- dentro de poco pasó a la secundaria y me gustaría que estés en mi graduación. ¿Puedes ir?
-- Mmm, si podré mi querida amiga, estaré ahí contigo, pero por el momento tengo que regresar a mi casa ya que es muy tarde, así que descansa, luego nos vemos.
Estaba de verdad, ya que Erwin se encontraba muy bien, pero también triste, ya que mis padres me comentaron que después de la graduación nos tendríamos que mudar a Toluca, así que me sentía muy triste, porque tendríamos que mudarnos, me preguntaba qué diría Erwin sobre esta situación, aun no me armaba de valor para decirle lo que sentía por él, al día siguiente Erwin llegó temprano a mí casa, y le dijo a mí mamá si podía salir con él un momento, a lo que ella respondió que sí, así que me fui con él, lo cual me dio la oportunidad, de comentarle sobre mi situación, pero no me dijo nada, así que mejor trate de divertirme con él por el reto del día.
Y así llegó el peor día de mi vida, para empezar tuve que ponerme un vestido largo y lo peor de color rosa con brillos, lo que de verdad más odio, es como si mis compañeras se hubieran puesto de acuerdo para molestarme justo en este momento. Pero como ya era mi graduación no podía cambiar el color de mi vestido, así que no tuve de otra, me lo tuve que poner, pero cuando ya me dirigía a la escuela...
--¡Te ves hermosa!, pensé que te verías rara vistiendo de vestido, pero me gusta cómo te ves.
--¡Gr...Gracias! –Estaba muy apenada- tú te vez muy guapo. Erwin... quiero decirte algo es que tú me... me...
De verdad ya estaba lista para decirle lo que sentía, pero mi familia apareció como si supieran que estaba en una situación importante para interrumpirla, así que no se lo pude decir, y pues como íbamos todos juntos no pude decirle nada en esos momentos, mi ceremonia comenzó como mi vals con una canción que hoy en día no olvido, se llama What dreams are made of? Es muy bonita la canción, de hecho no es mi favorita pero hace que recuerde muchas cosas.
En fin, no puede decirle nada realmente, así que lo deje de lado, al día siguiente me fui temprano así que ya no me pude despedir de él, poco después me entere que lo habían matado, lo ahorcaron en su casa. No saben mi tristeza, pero le agradezco muchas cosas a Erwin, me hizo pensar de otra manera y me hizo ser fuerte, no olvidare lo que me dijo, "El tiempo no espera a nadie".