Unas semanas después, muy temprano, mientras Abby estudiaba en su dormitorio para un examen de Literatura, sonó el teléfono.
Su madre exaltada entró a la habitación con el aparato inalámbrico en la mano.
— Es para vos! Es la rectora de la Facultad, es por el concurso!— dijo tapando el micrófono del teléfono.
El corazón de Abby se aceleró rápidamente. Sus manos le temblaban y casi no podía sostener el teléfono.
— Hola?
— ¿Señorita Abigail Torres?
— Si ella habla— respondió.
— Queremos informarle que su colección de poemas ha sido seleccionada junto con otras cinco para ser publicadas en el libro de Poesía Juvenil Cordobesa, necesitamos que esta tarde se presente en las instalaciones de la facultad para explicarle cómo será la selección del ganador, ya que todos los trabajos han sido muy buenos y queremos ser justos en premiar al mejor escritor juvenil. ¿Podrá venir a las 17 hs?
— Si, allí estaré! — respondió emocionada.
— Por favor traiga su documento y libreta universitaria. Y felicitaciones, es usted una de las seis ganadoras!
Abby colgó el teléfono y su madre la miró interrogante…
— ¿Qué pasó?
— Soy una de las seis ganadoras!!
Las dos gritaron y se abrazaron.
Pronto llegaron a la pieza Tiziana y Paula que no entendían nada de lo que sucedía.
— Ganó el concurso! Salió elegida entre los seis mejores escritores!— grito Claudia a sus hijas.
— Felicidades!!!— exclamaron mientras todas se abrazaban como un equipo que anota un gol en el último minuto.
— Llamaré a papá para contarle— dijo Paula tomando su celular.
— Todavía no puedo creerlo! Estoy tan feliz!— dijo Abby exaltada— Tengo que avisarle a Nico, tengo que contarle.
— Papá quiere hablarte— interrumpió Paula extendiendo el teléfono.
— Hola papá!...
— Hija estoy muy orgulloso de vos, te mereces este reconocimiento!
— Gracias!! Muchas Gracias!! Si estoy muy feliz!!
— ¿Y cómo sigue esto?
—Esta tarde debo presentarme a las cinco, nos explicarán como será la elección del ganador!... Me da muchos nervios!
— Todo saldrá bien!! Debemos festejar por este premio!!
— Esta noche celebraremos todos juntos!
— Te quiero mucho, hija!
— Yo también papá! Nos vemos a la noche!
Abby terminó la llamada y sonrió feliz.
— Mamá, ¿podrías llevarme hasta la casa de Nico? Quiero contarle.
— Ok te dejaré de paso, porque tengo turno al médico en media hora.
…
Nicolás había apagado el despertador y seguía acostado en su cama.
La noche anterior había estudiado hasta tarde. Era época de exámenes y tenía posibilidad de promocionar algunas materias, así que estaba decidido a sacar un siete como mínimo, para no tener que rendir los finales.
Bajó entusiasmada del auto y corrió hacia la puerta.
Estaba ansiosa por contarle a su amigo la gran noticia.
Toco el timbre y se acercó a la ventana, esperando que Nico la atendiera. Pero en su lugar, Thiago caminaba lentamente hacia la puerta.
— ¡Qué grata sorpresa!— exclamó sonriendo— me encanta comenzar el día recibiendo una bella visita.
— Hola Thiago
— ¿Cómo estás Abby? Hace bastante que no nos veíamos, pasa por favor… ¿Quieres tomar algo?
— No gracias, solo quería… ¿Está Nico?
Thiago cambió la expresión de su rostro.
— Pensé que venías a verme a mí… debí suponer que…
— Lo siento, no quiero que te sientas mal… es solo que quiero hablar un momento con Nico.
— Todavía duerme.
— ¿Puedes despertarlo?
Thiago se mostró un poco reacio a su pedido.
— Creo que anoche estudió hasta tarde y es mejor dejarlo dormir.
— ¿Desde cuándo eres tan considerado con tu hermano? ¿A caso estás celoso?
— La verdad que si, no tengo porque negarlo— respondió Thiago con voz firme— me molesta demasiado que siempre tengas cosas que hablar con mi hermano y no compartas esas cosas conmigo.
— Thiago… todavía no somos nada… es decir… te dije que me caías bien y que en este tiempo nos estaríamos conociendo, pero eso no te da derecho a reclamar nada.
— Si es cierto… vos me preguntaste… y yo te respondí.
— Ok, si no vas a despertarlo entonces… voy yo— dijo caminando hacía el dormitorio de Nico.
— Como quieras!
La luz de la habitación se encendió repentinamente. Nico que todavía estaba medio dormido pensó que era su hermano.
— Apagá esa luz!— le gritó tirando una almohadón hacía la puerta.
— Lo siento pero necesito hablarte y tu hermano no quiso despertarte.
Nico reconoció inmediatamente aquella voz. Se refregó los ojos mientras levantaba su cabeza de la almohada para ver a Abby que se había sentado al costado de la cama.
— ¿Qué hora es?— preguntó confundido
— Son las ocho y media!
— ¿Y qué haces a esta hora en mi casa? ¿A caso no respetas la privacidad de las personas?
— Es que no podía esperar para contarte…
Él la miró intrigado.
Sin más rodeos ella continuó diciendo: — Me eligieron entre los seis mejores escritores juveniles de Córdoba! Estoy tan feliz!
— ¿Y por eso me despertaste? — respondió Nicolás acomodándose para seguir durmiendo— pensé que era algo realmente importante!
Abby se sorprendió ante la reacción de su amigo. Se cruzó de brazos molesta y desilusionada por aquella actitud.
— Pensé que te alegrarías por mi!
— Si Abby, estoy feliz… muy feliz… y también estoy cansado
Ella se levantó de la cama con su rostro confundido y hasta un poco triste.
— Lo siento… no quería molestarte… te dejo que sigas durmiendo.
Caminó hasta la puerta y estaba por salir de la habitación cuando Nico le dijo:
— Antes de irte, podrías revisar sobre mi escritorio, hay un paquete para vos.
Volteó hacía una pequeña mesa repleta de libros, lápices y hojas, y a un costado había un envoltorio de regalo.
Lo abrió lentamente y en su interior había un cuaderno hermoso de muchos colores, encuadernado con espirales.
Abrió y la primera hoja decía:
—Nunca lo dudé! ¡Sabía que lo lograrías!... Espero que estás hojas en blanco sean llenas de tus poemas y escritos! Te quiere, tu amigo Nico.
Abby sonrió. Sus ojos se llenaron de lágrimas de emoción.
Volteó hacía la cama donde Nico la espiaba por sobre las colchas mientras ella terminaba de leer la dedicatoria.
— ¿Y si no ganaba?— preguntó secándose las lágrimas
— Tenía otro guardado que decía: Ánimo la próxima vez será!
— ¿En serio?!— exclamó riendo
— No! Claro que no!... estaba seguro de que ganarías. Lo compré el día después que me contaste lo del concurso.
— ¡Eres increíble!... realmente me asusté cuando te mostraste tan indiferente— comentó Abby.
— Te felicito, eres una gran escritora, y ahora lo sabrá todo el mundo, eso sí! Quiero tener una copia del libro apenas se imprima! Y una dedicatoria personalizada de la mejor escritora!
— Por supuesto! — respondió sonriendo.
— Sabes que saltaría de la cama y te daría un abrazo, pero no puedo… es que hace bastante que dejé de usar pijama.
Los dos rieron.
— Bueno pero me debes ese abrazo! Ahora me voy, porque debo seguir estudiando.
— Abby, ¿Quién ganó el viaje a España?
— Todavía no lo decidieron, hoy a las cinco tengo que presentarme en la facultad y nos explicarán como sigue el concurso.
— Creo que deberías ir tramitando el pasaporte…
— Siempre tan optimista!
— Haceme caso! Sé que ganarás ese viaje!
Abby tomó aquel bello cuaderno entre sus manos y se acercó nuevamente al borde de la cama.
— ¿Realmente crees en mí?
— No conozco a otra persona que le ponga tanta pasión y dedicación a lo que hace, cuando tienes un lápiz en las manos, tu mundo se limita a un papel, y tu imaginación es infinita.
—Tus palabras siempre me alientan, siempre sabés que decir y cuando decirlo.
— Así soy yo…
— Gracias Nico.