Recuerdo esa mañana como si fuera ayer, seguí mi rutina de todos los dias: Desperté a las cinco de la mañana, hice ejercicio por una hora y media, me duche y me cambié para finalmente bajar a desayunar, allí abajo mi madre ya estaba desayunando junto a Kyle.
Salude y bese a mi madre, recibiendo ese calor maternal que tanto me calmaba y agradaba, quizás el único en esta vida que lograba que la ira dentro de mi se dispara con tan solo un toque.
A Kyle solo le revolví el pelo.
—¡Oye! —Se quejo haciéndome una mala cara. Odiaba que le hicieran eso, pero no importaba, yo amaba hacerle enojar como un buen hermano mayor.
—¿Quién está más grande hoy día? —Le hablé con voz de abuelita.
Kyle solo me miró por breves segundos y luego me ignoro.
Típico.
Kyle era un chico de 14 años que podía leer a una persona tan, pero tan bien que realmente causaba escalofríos estar en su radar por más de dos segundos, sus ojos tan lindos te escrudriñaban y evalúaban en cuestión de segundos, con solo verte podía leer hasta el alma. Era la razón por la cual evitaba ver a las personas a los ojos, él veía cosas que no le gustaban y sus instintos salian a flote, desencadenando lo que tanto le había costado a nuestros padres dormir.
—Déjalo en paz. —Hablo Madre con una sonrisa encantadora.
Inmediatamente me relaje. Era un cachorro domado ante ella.
—Buenos días, madre. —La juguetona voz de Devon se escucho a mis espaldas.
Tome asiento esperando mi desayuno, Landy sirvió casi de inmediato. Devon se sentó frente a mi después de besar las mejillas de Madre.
—¿Donde esta Padre? —Pregunto viendo la silla principal vacía.
Había notado su ausencia también, pero él solía hacer eso casi todos los días. Su trabajo no le permitía desayunar con nosotros con frecuencia, sin embargo llegaba temprano y pasaba las tardes en casa. En cambio Devon siempre preguntaba, supongo porque el lazo que él compartía era mayor con nuestra figura paterna.
—Bueno... —Eso no sonó muy bueno. Deje el café a un lado para mirarla.
Antes de que continuará, Zack apareció y sin pronunciar palabra alguna se sentó en su lugar prestando atención a las palabras de Madre.
Ella apretó los labios mirando con atención a Zack, esos segundos fueron suficientes para darnos una pista. Zack podía molestarse con la noticia o él tenía algo que ver. Compartí una mirada silenciosa con Devon. Él también se dio cuenta y elevo una ceja, curioso, intrigado y preocupado a la vez. Los temas que incluían a Zack, o el problema de Zack, era bastante delicados.
—¿Recuerdan a Joel?
Mi ceño se frunció, el nombre me sonó sin duda y asentí. Joel era el nombre del hermano menor de Padre. Mis hermanos también asintieron.
—Él... —Madre bajo la mirada y suspiro. —Él murió ayer.
Entendí de inmediato porque estaba así, los entendí a ambos. Padre amaba a su hermano, muchísimo, él sin duda era la persona más especial e importante de su vida, incluso sobre Madre. De igual forma, Madre también conocía a Joel y se llevaban muy bien.
Trague saliva dándole el pésame con la mirada. Devon, que estaba a su lado, tomó su mano y le dio un apretó. Ella nos sonrió otra vez.
—Su padre está encargándose de todo, ya saben que él vive en Centroamérica y no podremos ir a despedirnos.
Joel nos visito tan solo dos veces, lo conocía muy poco pero sin duda era una increíble persona. Sentía mucha pena por Madre y Padre que lo querían tanto.
—Además... —Madre volvió a darle una mirada a Zack. —Su hija a pasado a su cargo.
Fue como un golpe de gran impacto para Zack, él sin duda se puso pálido y su mirada se perdió. Yo que estaba a su lado note como sus puños se tensaron y su pierna izquierda se movió inquieta. Lo hacía siempre que no podía controlarse.
Zack había sufrido mucho, muchísimo, a manos de mujeres muy cercanas a él, la única que era inmune al odio y temor que él sentía hacia el sexo femenino era Madre, sin duda, él era el más afectado.
Más porque nosotros también resultabamos afectados, no nos salvabamos de nuestras dosis: Devon no puede controlar sus instintos con gente desconocida, menos con una que nunca hemos visto. Kyle se recluiria por un tiempo, hasta acostumbrarse a la nueva presencia y la desconfianza que todos le producen. Yo tendría que controlarme en exceso en caso de que algo que ella hiciera me enojara.
—Se que es difícil para ustedes pero... es la sobrina de su Padre y lo único que queda de su hermano, no puede dejarla desam...
—Madre. —Interrumpió Zack. —Ustedes no tienen que darnos explicaciones, esta bien que la traigan aquí, nosotros sabemos cuan grande es su amabilidad.
Asentí de acuerdo. Mis hermanos también lo hicieron.
Ella nos regalo otra sonrisa y acaricio la manos de Devon.
—No se preocupen, es una chica increíble y se que respetará su espacio.
—¿Es como nosotros? —No pude evitar preguntar.
Madre sacudió la cabeza de inmediato.
—Su Padre cuidaba muy bien de su hermano, no permitió que su familia lo introdujera en ese mundo, Joel era tan normal como cualquier otro, crío a su hija con los mismos valores.
Suspire levemente.
Me sentía aliviado, porque traer a una... igual a nosotros sería revivir todo, olvidar todo lo que nos había costado controlar. Porque...
Un psicópata despierta a otro.
(...)
—¿Estas bien? —Pregunte hacia Zack cuando cerró la puerta. La habitación de juegos era nuestro refugio en común, nuestro sitio de reuniones.
Dudo antes de asentir.
—Se que será difícil... Pero se que puedo hacerlo.
—Hora de poner en marcha lo aprendido. —Dijo Devon con su humor habitual.
Aún no comprendía si ese carácter era para ocultar las ganas tan locas que tenía de cortarnos la garganta a todos o porque era el carácter que nunca había podido sacar a relucir.
—¿Creen que sea bonita? —Hablo otra vez.
Todos lo miramos mal.
—Tiene 17 años, imbecil. —Le di un golpe en el brazo. —Le ganas con cinco años.
—Además... —Kyle lo fulmino. —Padre nos matará si te metes con su sobrina. ¿Acaso eres norteño?
Se río escandalosamente ante la pregunta.
—No somos primos sanguíneamente, nene.
—No me digas nene. —Se quejo.
—De igual forma, es nuestra prima, aunque no haya relación sanguínea. —Hablo Zack con un sonrisita. Al menos se había puesto de mejor humor.
—Tú y Caden tienen la edad para tener algo con ella. —Pronunció con una leve malicia.
De inmediato la pequeña sonrisa de Zack se borro. Casi, pero casi tomó la lapton sobre la mesa para romperla sobre la cabeza de Devon.
—No digas tonterías. —Kyle intervino. Luego cambio de tema. —¿Por qué creen que Joel nunca la trajo consigo?
—Quizás porque sabe lo que somos y solo quería buenas influencias para su nena. —Respondí.
Zack sacudió la cabeza en negación.
—Joel nunca supo nada de lo que su familia hacía, no lo iniciaron nunca así que no tiene como saberlo. Supongo que es porque viven lejos y el viaje es demasiado para una niña.
Era lo más fiable.
(...)
El día fue tan normal como otro además de la noticia, fui a la universidad y luego regrese a casa en la tarde, para cuando llegué Zack y Kyle ya habían vuelto del instituto, solo faltaba Devon, que salía una hora más tarde que yo.
Madre había vuelto temprano y estaba preparando la cena personalmente, solo lo hacía cuando algo verdaderamente importante sucedía como por ejemplo nuestros cumpleaños.
Me reuní con Zack en el gim de la casa para practicar boxeo, era mi forma de sacar cualquier indicio de ira y la de él de igual forma, una hora después llegó Devon y se unió a la práctica mientras Kyle ayudaba a Madre.
La hora de la cena llegó y con ello, la llegada de Savannah, la sobrina de Padre, esperamos viendo televisión o en caso de Kyle escuchando músicas a través de sus audífonos.
Recuerdo esa escena tan bien que podría describirla sin necesidad de mucho esfuerzo; Devon estaba jugando con Zack y yo hablaba con madre cuando se escucho un auto estacionarse, todos pusimos atención, minutos más tarde la puerta se abrió.
Padre pasó primero, arrastrando una gran maleta de color morado con flores blancas, también un bolso de lentejuelas. Le dio paso caballerosamente a Savannah, que avanzó decaída y tímida.
Recuerpo el escalofrío recorrerme la espalda y la nuca, erizado mis vellos también, cuando ella levantó la mirada y descubrió los ojos igual de oscuros que Padre, herencia Mikkelsen. Lo que sucedió después fue que un recuerdo llegó a mi; Manos sujetando las mías, arrastrándome mientras se escuchaban oraciones religiosas y luego oscuridad.
Sin darme cuenta, apreté el respaldo del sofá, lastimando mis dedos debido a la fuerza que no pude controlar.
—Savannah, te presento a Devon, —Él sonrió. —Caden, —Alcance a asentir en saludo. —Zack, —Él simplemente la miró, sin mostrar una sonrisa o reacción. —y Kyle.
Mi hermano más pequeño la miraba a los ojos y a pesar de que tenía los vellos erizados, no mostraba la ningún signo de encontrar algo malo. Entonces todo estaba bien.
—Bienvenida, querida.—Madre avanzo hasta ella y la abrazo como lo hacía con nosotros.
Ella se relajo, el efecto de siempre, y le devolvió el abrazo.
El pelo rubio de tamaño mediano cayó levemente cuando apoyo su frente al hombro de Madre. Se hablaron en susurros antes de que Madre tomara una de sus manos y la guiará escaleras arriba.
Savannah parecía aturdida y solo se dejó guiar, se notaba triste, todas sus bellas facciones lo demostraban, al igual que los ojos enrojecidos. Padre las siguió llevándo la maleta.
—¿Ustedes sintieron los mismo? —Pregunté aturdido, sin dejar de ver las escaleras.
—¿El escalofrío, los vellos erizados y los recuerdos? —Pregunto Devon.
Asentí al coro de mis demás hermanos.
—Es extraño... —Musito Kyle. —Lo sentí... Pero no es mala, solo percibí tristeza y dolor. Yo creo que recordamos eso porque sufrimos de igual manera.
Si... pero ¿Por qué no me fio en ella?