Al llegar a la herrería a penas y conseguí entrar, había cerca de 50 personas amontonadas en la puerta peleando por entrar, tanto nobles como aventureros o simples plebeyos.
Cuando el recepcionista vio hizo una seña de que subiera, Fui hasta la oficina y toque la puerta.
Valmir: quien es, estoy ocupado.
Satou: soy yo, vengo a ver si necesitas más metal.
La puerta se abrió instantáneo, fui jalando y sentado .
Valmir: dime que traes mucho, lo que nos diste para una semana ya se vendió y sólo ha pasado un día, las armas que hicimos desde que salieron al mercado he tenido que contratar guardias para proteger este sitio, hasta los lingotes tuvimos que venderlos por la presión de unos nobles.
Satou: claro, tengo todo el que necesites, mientras tengas el dinero , tendrás el metal.
Valmir: quiero 2000 lingotes de cada metal, aquí tengo el dinero.
Satou: valla, no me esperaba está cantidad, si me das unos minutos te los traigo.
Salí de al habitación, corrí fuera de la ciudad en pocos segundos gracias a mi velocidad, puse unas cuantas toneladas de tierra en el inventario y regrese. Pero esta ves no está solo Valmir, hacia un noble hablando con el , parecía de los más adinerados, teniendo en cuenta que la espada que que portaba tenía su empuñadura en oro.
Satou: estoy aquí. Donde te dejo los lingotes.
Valmir: ahora arreglamos eso, te presento al señor Claudius Beljai, asesor del Rey.
No creí que conocería a alguien de la realeza tan rápido...
Claudius: o, ustede debe de ser Satou, quien ha proporcionado a la herrería de Valmir y a Augustos ,hierro y este espléndido metal llamado acero, vengo específicamente a hablar con usted, tenga, es una situación real , la princesa está interesada en conocerle.
Dijo esto último mirando a mi pecho, donde está la insignia de aventurero, tengo la impresión de que me van a ofrecer trabajo, ya veré como lo rechaso.
Satou: si soy yo, es un placer.
Claudius: a si , igual, bueno me retiro, tengo importantes asuntos que atender.
Diciendo esto salió de la habitación.
Valmir: sigueme, te llevaré a los nuevos almacenes que hemos creado.
Lo seguir hasta la parte trasera, había unos almacenes que parecían los hangares de aviones.
Valmir: puedes dejarlo aquí.
Empece a sacar lingotes tras lingotes.
Satou: listo.
Valmir: o claro, tenga , y vuelva antes de tres días por si necesitamos más.
Satou: bien, nos vemos.
Tome los dos sacos de monedas, los guarde y me fui a ver a Augustos, a este casi se le sale el corazón al verme , aunque trataba de mantener su cara de poker se le notaba la felicidad. Al parecer la casa Real había comprado casi todo el acero y se habían quedado sin reservas, todos los pueblos y sucursales estaban llenas de pedido de las forjas de las herrería, recogí mi parte y entregue 20000 lingotes de hacer y 1000 de hierro, así me retiré, de tanto sacar lingotes ya se ha hecho de noche, de camino a casa compre carne asada en palitos en un puesto para las chicas, también otras cosas ligeras, mañana ya encargaré a alguna que compre comida , supongo que al menos lía sabrá cocinar, no quiero contratar sirvientas.
Satou: ya llegue.
Lía y Elizabeth: Bienvenido a casa Satou.
Satou: aquí les traigo la cena, no es muy lujosa, lo siento, mañana les daré el dinero para que compren lo necesario tengo un compromiso y necesito asistir.
La tristeza estaba en sus rostros.
Lía: no hemos podido pasar casi tiempo contigo, no es que nos interese claro está, pero como somos compañeros deberíamos de estar más tiempo juntos.
Elizabeth:, creo lo mismo que lía.
Cuando se hicieron tan amigas?
Satou: esta bien, mañana cuando termine el compromiso saldremos de paseo y comeremos fuera.
Ahí, ahí, no se pero puede que me halla apresurado a Dora un harén, no me arrepiento, es sólo que tener a personas que me sean cercanas puede ser peligroso.
Nos fuimos a dormir, en la mañana le entregue 20 monedas de oro a las chicas para que comprarán ingredientes para cocinar, cocinar yo, puso me confesaron que ellas no saben, aaaa, este no es un buen comienzo, se preguntarán si yo se, pues si, y se me da muy bien, yo eran quien preparaba la cena en casa.
Aún faltaban unas horas para el reencuentro en el castillo, así que se me ocurrió ir a la zona de los pobres , quiero tener una idea de cómo se encuentra este reino realmente, hasta ahora sólo he visto lo bonito.
Satou: esto, esto no está bien.
Fue nada mas entrar y me asaltaron dos tipos, las calles son de tierra, más bien charcos de desechos , las casas parecen tropas de madera amarrados uno encima de otro, a penas y hay algunos lugares un poco decentes.
Las persona tienen la visión pérdida, hay algún que otro cadáver en las cunetas, hasta ahora sólo he visto dos o tres humanos, la mayoría son hombres bestia, al parecer son excesivamente discriminados.
Hay unas pequeñas tiendas que a pena su tiene suministros, también hay un puesto de carne seca, siempre me he gustado.
Satou: buenas , me da dos porciones.
Vendedor: son 2 cobres por cada una, primero pague.
No parece que confíe no en su sombra. No estraña con como esta la cosa aquí, haber, yo no soy insensible, pero particularmente no me precipicio por los demás que sean ajenos a mi familia y aquí sólo puedo tratar como tal a lía y Elizabeth.
Pague y seguí caminado con los dos trozos de carne saca, uno en cada mano, tenía poco sabor pero no está mal, de un callejón salió una pequeña niña, a lo más tendría 6 años, me cogió un pedazo de carne y salió corriendo, podía haberlo evitado, pero a esa pequeña parece hacerle más falta, mejor sigo caminando.
Satou: espera, por que estoy caminado en dirección a donde se fue la niña.
Jeje, a quien engañó, me preocupa el estado que tenía, bien, le daré un poco más de comida y algo de dinero, es sólo un poco pero se parece a mi hermanita, además esas orejas de gato son adorables.
Regrese y compre toda la carne seca del puesto por una moneda de oro, al sacarla el vendedor casi se desmaya, no me dio hasta la mantas que poseía el si lo porque sólo quería la carne. Me fui en la dirección en la que estaba la niña, entre en el callejón bastante oscuro donde a penas y se veía.
Niña: Mami, traje comida, estarás bien, Mami, Mami .
Estalló en llanto , su madre estaba muerta , o eso creí, se escuchó una leve voz.
Madre: Cara, eres una buena niña, pero come lo tu, debes crecer fuerte.
Luego comenzó a toser
Cara: Mami comérselo tu , así te pondras bien.
Tengo un nudo en la garganta. Como pueden permitir que este reino este así.
Satou: oigan
Cara se volteó hacia mi, a pesar de que estaba un poco oscuro me reconoció, corrió y se puso delante de la madre que estaba en el suelo.
Cara: no dejaré que lastimen más a Mami, no lo permitiré.
Me decía con lágrimas en los ojos, por cuanto habrán pasado para que reaccione así.
Madre: que pasa cara.
Cara: esa carne era del el, no le hacía falta así que la tomé...
La madre con la poca fuerza que le quedaba se arrastró y sujeto a la niña, comenzó a llorar y quitarse lo poco de ropa que traía.
Madre: por favor señor haga lo que desea conmigo pero no le haga nada a mi hija , ella sólo es una pequeña inocente, por pavor.
No puedo más, esto, esto, diablos.
Satou: señora tenga.
Estire ni mando con una bolsa, la tomó y vio que estaba llena de carne seca.
Satou: no bien ha hacerles daño. Pueden comérselo todo.
La niña estaba tan asombrada que sólo atinó a abrir la bolsa y comer todo lo que podía , la madre la siguió pero con pesar en la mirada, en unos pocos minutos habían comido cerca de 20 porciones.
Madre: hija puedes irte , tengo que pagarle al señor.
Tenía una mirada de dolor, no necesito que nadie me diga que está pensando.
Satou: Alto
La detuve cuando la vi que siguió desbistiendose.
Satou: no les cobraré nada, pero a Cambio quiero que tenga esto.
Saque unas monedas de plata y una de oro.
Satou: mire con esto podrá alquilar una habitación, en la posada que está al lado, no diga nada.
La madre aparecí asustada, no entendíamos motivos al detenerla cuando se desestima, sospechaba de que querría , cuáles serían mis motivos.
Satou: mire tengo que irme , alquilen una habitación , en la noche pasaré a verlas , también tenga otra bolsa de carne.
Me levanté y come se a caminar, correr, hacia el castillo, sino fuera porque traería problemas me llevaría a casa pero no tengo tiempo, al menos así estarán bien hasta que termine todo lo que tengo que hacer.
Llegué al castillo, los guardias de la puerta no parecían muy amigables.
Guardia1: Plebeyo, a partir de aquí no está permitido el paso.
Lo está diciendo con asco, si no fuera porque sólo quiero terminar para ir a ver a esa pequeña les partiría la cara.
Guardia2: espera, mira su pecho.
Guardia1: de que hablas que puede tener en el pech... disculpe mi insolencia aventurero, no fue mi intención nación tratarle de esa manera, perdóneme por favor.
Joder de actuar , oye tu basura, a perdóneme por favor, el rango S tiene poder.
Satou: déjalo ya ,aquí tengo la invitación , si no les importa tengo prisa.
Guardia1: por supuesto.
Al entrar pasamos por una puerta de 5 metros de altura, fui llevado a una habitación donde habían una docena de maid , había varios nobles de alto rango, desde que me vieron entrar empezaron a decir.
Noble1: que hace una rata como esta aquí, Guardias.
Noble2: pero que vergüenza, un plebeyo así dentro del Castillo.
En eso apareció de entre ellos Augustos, no sabía que era noble, bien, tenía el porte pero como era comerciante?.
Augusto: buenas más señor Satou, me alegro de verle, no semestral que este aquí, el Reino entero está detrás de sus productos, además de que por lo que veo es un rango S.
En eso interrumpió un hombre mayor con traje de mayordomo.
Mayordomo: buenas noches damas y caballeros, soy Sebastian el mayordomo de la princesa lilian. Por favor todos atentos .
Diciendo eso entró en la habitación una dama con un vestidos con encajes de oro, la verdad es que tampoco está mal, puede que no sea tan mala la charlita.
Liliana: buenas noches a todos, he convocado está reunión para llevar a cabo dos dos cosas, uno, un tratado con el señor Satou, que ha de encontrarse ente ustedes y dos , que ustedes puedan arreglar los asuntos que tenían con el vendedor del acero , se que lo han estado buscando, ahora me retiro.
Luego de irse se armó un revuelo en la habitación, todos estaban buscando al señor Satou, vamos a mi, pero quien pensarían que sería yo el vendedor de acero, sólo los pocos que escucharon antes a Augusto lo sabían y me miraban con una cara de preocupación palpable.
Sebastián: señor Satou, sería tan amable de pasar a delante.
Camine entre los nobles que se quitaban como si tuviera una enfermedad contagiosa.
Satou: aquí estoy.
Sebastian: es justo como lo describió el señor Claudios. Todos , con ustedes el señor Satou.
Todos volverán la mirada, al verme y confiando en las palabras del mayordomo de la princesa , a algunos casi parecía que les daría un infarto, específicamente a los que me querían echar a penas llegar.
Noble1: perdone la forma en la que le hable antes, no sabía que era un noble señor Satou.
Miren quien tomó la iniciativa.
Satou: ajam ,bien, que asuntos tiene conmigo.
Noble2: disculpame a mi también, lo que queríamos en firmar un contrato con usted para que nos proporcione acero e hierro a menor precio para, como puede que halla escuchado el Reino no tiene buenas relaciones con el país vecino y como va todo en unos meses podíamos entrar en guerra.
Noble1 : como dice mi compañero, necesitamos de su acero para forjar armas y armaduras para nuestras tropas, así tendríamos una oportunidad bastante amplia ya que ahora estamos en desventaja.
Satou: cual es su oferta.
Noble2: lo hemos discutido entre todos y creernos que como compañeros nobles usted podía vendernos a mitad de precio.
Una pequeña risita se me escapó al escuchar eso.
Satou: por supuesto, si lo que está en peligro es el Reino, y como es para ustedes la respuesta está clara.
Noble1: o en ese caso necesitamos un total de 100 mil lingotes cada uno.
Satou: no me ha entendido bien, la respuesta está clara, es no a las dos cosas.
Nobles: ¿Que?.
Satou: primero , no soy noble y segundo , me la sudan sus problemas, así que nos les voy a vender nada, si quieren pueden comprar como todos los demás, en las tiendas, auque claro los nobles tendrán una tarifa diferenciada.
Al escuchar esto último sus caras que estaban tensas se rebajaron un poco.
Satou: diferenciada por que está de 25 monedas de oro por lingotes.
Noble1: pero que , eso es absurdo.
Satou: tiene razón, que sean treinta.
Nadie decía una palabra, le pedí a Sebastián que me llevará donde la princesa,iré a Augustos, estaba en una esquina con una cara de risa que parecía que iba a explotar.
Así nos dirigimos hacia otro cuarto donde esperaba la princesa.