Año 1930, Salt Lake City, Utah
-¿Crees que los niños están bien? Creo que hemos demorado mucho en volver a casa, deben estar preocupados –dijo Ruby -No es que desconfíe de la tranquilidad de esta ciudad, solo no quiero que estén solos con mi madre, jajaja
– Te comprendo, cariño –dijo John, sonriendo
- Mejor tomemos un tren para llegar más rápido, yo pagaré el pasaje.
–Claro.
Unos minutos después, John y Ruby estaban en la casa, 2 niños salieron corriendo de una habitación y abrazaron a los recién llegados.
–Como los extrañamos mamá y papá- dijo uno de los niños, de cabello negro y marcas rojas
- Nosotros también los extrañamos, Felix, y mucho – dijo John
-¿Y qué hacían tanto por allá?-dijo el otro niño, de cabello castaño y ojos azules como su madre.
–Pues... yo y tu madre veíamos las montañas desde un edificio, luego fuimos al... al parque, si. Eso fue lo que hicimos, Alex- dijo John, finalizando con una sonrisa algo nerviosa. Alex lo miró por un momento directo a la cara.
–Oh, pues qué bien, papá, ¿quieres venir a cenar? Mi abuela preparó la cena pero se quedo dormida, mamá ¿puedes despertarla ahora que llegaron? Felix pensaba en echarle agua jajaja- contó Alex
-Jajaja, enseguida voy hijo... quizá fue muy agotador cuidarlos para ella.
En un par de minutos, la familia estaba reunida en la mesa cenando.
–Mamá, ¿puedes explicarme que son las luces que veo por la noche? En el cielo, siempre van hacia arriba-dijo Alex
-Son naves espaciales saliendo a hacer visitas a otros planetas y a nuestra luna. Parecen estrellas fugaces ¿verdad?
-Jajaja si lo parecen, sabes mamá, viajar en una de ellas me gustaría en un futuro
-¿Sabes que sería mejor, Blue?- dijo Felix- Pilotar una, viajar a través de la estrellas, a otros mundos, bueno... ese es mi sueño.
– Es un sueño muy bonito, Felix, pero tendrías que entrenar mucho, pero solo se entrena para piloto de guerra- dijo John
- Cuando acaben estos tiempos, entonces –dijo Felix
-Papá, ¿alguna vez has pilotado alguna nave? John compartió una mirada con Ruby
-No, hijo, aunque me gustaría no creo que ser capaz de pilotar una. He oído que es muy complicado, hijo.
–Espero que sea una exageración –dijo Felix, sonriendo.
– ¿Alguno de ustedes dos sabe porque mis nietos ahora se llaman por sus segundos nombres? –añadió finalmente la abuela de los chicos, Jane.
–Me gusta más Blue, abuela, aunque no tengo nada en contra de mi primer nombre- dijo Alex
- Y a Felix le gusta más Darkus, suena como si fuera algo de una serie animada, jajaja
–Jajaja, que gusto saber que les gustan los nombres que me toco darles- dijo John-¿Quieren saber que significan en nuestra lengua olvidada?
-Oh, por supuesto, papá-dijo emocionadamente Felix
-Bien, Blue es una abreviación de la palabra Buruk, que significa voluntad. A ti te lo puse porque presentía que serias un chico que jamás se rinde. Y Darkus es una combinación de la palabra humana "Dark" y otra de nuestra lengua "Usu", esta última significa puro, el nombre se me ocurrió por la pureza de tus ojos castaño oscuro, je, disculpa si sueno algo loco, es la verdad. Felix tenía los ojos llenos de emoción, se levantó de su silla y abrazó a su padre, luego Alex repitió lo que hizo su hermano mayor. Luego Felix hablo
-Buenas elecciones, papá, gracias.
–De nada, Darkus, cuando terminen de cenar vayan a dormir, saldremos muy temprano a visitar a un amigo mío, tiene un hijo algo "extrovertido".
Alex y Felix se acostaron emocionados esa noche, no conocían a muchos chicos varones, además las niñas de su escuela no eran muy abiertas con ellos, los discriminaban en cierto aspecto por su raza, los homo-reptilius o como son vulgarmente conocidos: Raptores. Este nombre fue popularizado debido a la creencia de que la llegada de esta raza a La Tierra hace poco más de un siglo gracias a una guerra con los llamados schímakléftis (ladrones de formas). Sin embargo, gracias a su llegada, la humanidad ha logrado avanzar tecnológica y socialmente.
Al día siguiente, Alex se despertó muy temprano, eran como las 3 de la madrugada. Salió de su cuarto y empezó a bajar las escaleras, pero noto algo peculiar, la luz de la sala estaba encendida, y a esa hora. Bajo con más discreción, su padre estaba acomodando unos objetos y aparatos en su mochila. Luego este se volteo.
-¿Blue? ¿Qué haces despierto tan temprano? ¿Fue alguna pesadilla?-dijo John, susurrando.
– Yo también me pregunto lo mismo, papá ¿Es para la visita de hoy?
- Em, si, hijo, son cosas que quiero mostrarles a mi amigo. No nos vemos hace mucho.
– ¿y por qué? ¿Se pelearon?
- Nada de eso, solo estaba ocupado en su trabajo.
–Uhh vale, me iré a acostar de nuevo, quiero estar completamente recargado para más tarde.
–Jajaja, está bien, hijo, anda, yo me acostaré también.
Alex subió las escaleras nuevamente y entró a su cuarto, Felix aún seguía profundamente dormido. Se volvió a acostar en su cama y en cuestión de unos minutos se durmió nuevamente. Al despertar, Alex hizo su rutina de mañana normal, se lavó la cara, desayuno y se baño. Luego de esto, se vistió para salir. Todos ya estaban listos, se despidieron de su abuela Jane y tomaron un monorraíl que los llevaría a las afueras de la ciudad, a Alex y a Felix les encantaba ver el paisaje intacto del trayecto, la mayoría de las personas vivían plataformas elevadas que tenían viviendas, dejando la mayor parte de los ecosistemas saludables. La familia se dirigía a West Valley Village, un lugar más rural donde la gente vivía en casas normales u hoteles de al menos 7 pisos. El clima era fresco. El viaje duraba unos 15 min, pasados este tiempo, la familia se bajó en la estación del monorraíl y salió de esta, decidieron ir caminando en vez de pedir un taxi, iniciativa que sugirió Ruby, cerca de la estación habían tiendas, oficinas y hoteles en edificios altos pero conforme se alejaban de la estación el número de edificios altos iba disminuyendo, otra cosa eran las carreteras, las cuales eran poco transitadas por autotransportes aéreos, los cuales eran muy costosos, pero más costosas aún eran las naves de transporte personales, la que solo podían obtener la gente rica o agentes especiales de La Coalición, de los cuales ya no se ha sabido nada. Luego de unos 20 minutos de caminar, la familia llegó a su destino, era una casa a unos 50 metros de la carretera, tenia 2 pisos y un garaje enorme. John fue el primero en seguir el camino, se veía emocionado, el resto del grupo le siguió el paso casi corriendo, en menos de un minuto John había llegado a la puerta y presiono el timbre casi de inmediato, se paró firme frente a la puerta, el grupo se hizo detrás del. Pasaron unos 15 segundos y aún no había respuesta, John volvió a tocar el timbre, esta vez repetidas veces, parecía un niño impaciente. Casi de una vez, la puerta se abrió y se asomó un hombre de edad mayor de su padre, tenía cabello negro con canas y una barba completa larga, observó con una expresión seca a John durante unos segundos, Blue se sentía incómodo, luego el hombre hablo en un tono sorprendido
-¿John? ¿Eres tú de verdad?
John asintió, el hombre sonrió alegremente y abrazo cordialmente a John
- Linda barba, Thomas- dijo John, riendo.
– ¿Y estos son tus hijos? – Thomas cambió su expresión por un segundo.
–Así es, Alex y Félix ¿y el tuyo?
-Durmiendo, pasó una noche agotadora con sus clases de defensa personal. ¿Tus hijos también entrenan con eso? Ya sabes... por si algo pasa.
– Jajaja, no, quizá con tu ayuda lo haga.
– Je, bueno..., pasen, pónganse cómodos.- dijo Thomas, luego de haber dicho esto, Thomas se hizo a un lado y dejo que la familia pasará, al entrar, una mujer de pelo corto rubio estaba en la sala de estar viendo entretenimiento digital, se volteo y miro con sorpresa al grupo.
-¿John?, Thomas, es este ¿no?- dijo la mujer, que se levantó y se acercó con precaución a John, Alex y Felix miraban nerviosos, al igual que Ruby. Thomas no dijo nada.
– Tú debes ser Samantha ¿no?, descuida, soy el verdadero.- dijo John, en voz calmada. Samantha se alejó y relajo su rostro.
–Thomas me ha contado mucho de ti, lleva esperando tu llegada desde que te reportaste en privado con él. Es un placer conocerte- luego esta inclinó su rostro para ver a los niños que estaban detrás de su padre, que aún seguían algo nerviosos, Samantha sonrió cálidamente y los saludo.
– Hola, niños, no tienen por qué temerme jajaja, yo no muerdo, vengan, despertaré a Andrew, deben estar ansiosos por jugar.