Hace muchísimo tiempo, cuando no avía nada, una luz trajo la vida a este mundo, grandes océanos se formaron, bosques, fauna, contienes enteros llenos de vida.
Cuatro especies nacieron, fundadores de los primeros asentamientos.
Pronto esos pequeños poblados, se convirtieron en grandes ciudades, reinos, imperios.
La magia, llegaría después, dejando solo a los más sabios a su merced.
Reinó de lordmod
En una enorme sala, ya hacen personas discutiendo, el lugar es dignó de reyes, estatuas de lo que parece ser personas que alguna vez en vida fueron importantes.
– ¡Se lo advierto rey Rimorig, no podemos producir armas a marchas forzadas!
Todos los presentes en la sala tomaron asiento.
– Calma, "suspiró aquel hombre"– yo sé que las forjas trabajan a máxima capacidad, pero necesitamos estar preparados para una guerrera.
Al escuchar eso, un presente se levantó de su asiento, dirigiéndose al rey.
– Mi señor, con todo respeto, nuestro reino no ah tenido ninguna amenaza en cien años, no es momento para hacer armas.
La sala se quedó en silencio por un momento, esperando la respuesta de la persona al mando.
El rey Rimorig tomo su copa de vino, bebió un sorbo miro a los presentes, de su ropa saco un rollo, lo extendió sobre la mesa echa de oro puro.
– Por ahora no hemos tenido una amenaza de guerra, las cuatro especies han colonia tierras, el territorio cada vez es menor.
¡Estamos rodeados ¡dijo, un miembro del consejo, la sala una vez más se quedó en silencio.
– Esta bien majestad, haremos lo que pide.
En el interior de la ciudad, donde las murallas no se ven, lino el hijo de un humilde campesino, propietario de pocas tierras.
– ¡Oye tú, deja la holgazanería y ve por tu hermano!
Lino subió a su caballo, no sin antes asegurar la montura vieja dónde esta sentado, puso rumbo a donde creía que su hermano podría estar.
– «La taberna es el mejor lugar donde buscar»
La gente de este lugar nunca necesito de oro, o de los lujos que el castillo real pose, aprendieron a sobrevivir con lo mucho o poco que tuvieron.
Al llegar, a una estructura completamente echa de madera, donde el hedor a cerveza y tabaco, podía penetrar la nariz, se encuentra el hermano de lino.
Un joven un poco mayor de 18 años, con una pequeña barba, una larga cabellera que llegaba a los Hombros.
– Delast– lino puso su mano en el hombro de su hermano.
Aquella persona que aparentemente, da confianza y secundaria a quién se encuentra con el, volteó para percatarse que era lino su hermano menor, aquel chico llamado Delast, se puso de pie para observar a su hermano.
– ¡Hermano mío! Ven toma asiento, toma algo con nosotros.
Lino tomo asiento, dirigiéndose a su hermano tal vez el ya sabía a lo que venía.
– ¿Sabes a lo que vengo no es cierto?
– No me digas, volvieron a escapar las gallinas del coral.
Lino y Delast callaron un momento, y después unas cuentas carcajadas se escucharon.
– No Delast, no es eso, padre te necesita.
– Esta bien lino, vamos, el último en salir paga las bebidas.
Los dos tomaron sus caballos y galoparon lo más rápido posible, a la granja de su padre, enormes construcciones de pierda, un enorme castillo. Con una muralla propia, echa de la mejor piedra que se podía encontrar en este continente, su interior echo de oro y plata que deja deslumbrado con su belleza a cualquiera.
Dentro del enorme castillo, que esta rodeado por las edificaciones, un grupo de 4 personas, con la bandera del reino, en el pecho de la armadura, se dirigieron a la cámara del rey.
– Señor…ya han llegado.
– déjalos pasar climor
Las 4 misteriosas personas se hincaron ante su rey, dejando sus armas en el suelo, se pusieron de pie, uno de ellos le entrego a Rimorig un pergamino, el rey lo extendió ansioso de leer su contenido.
Mi señor hemos exploradora los bosques de avalon y más allá de nuestros territorios, las montañas de lordus se encuentran tomadas por los orcos. Mi señor, a pocos kilómetros de la ciudad fronteriza de corft un batallón de orcos, ya hacen asentados.
– Lo que me temía ¡CLIMOR CONVOCA AL CONSEJO!
En toda esta ciudad, no hay lugar inigualable a los campos de cultivo: los pájaros cantaban, la vida se extendía por todos lados. Lino y Delast llegaron al lugar donde avían nacido y crecido.
Entraron a la pequeña casa, su madre cocina algo delicioso, las narices de los dos lo notaron enseguida, sin dudar se sentaron en la mesa esperando esa exquisita comida.
– Hijo….
Llaman a la puerta, Delast se levantó y abrió, un soldado de armadura brillante con un estandarte rojo entrego lo que parece una carta, y luego aclaro su voz y anuncio.
– El rey Rimorig solicita, que todos los hombres aptos, y capaces de portar un arma, se presente en el campo militar de la zona norte ¡Larga vida al rey!
Hace más de 100 años tres de las cuatro razas se enfrentaron en batalla, la guerra llegó a poblados, aldeas, nadie ni nada se salvo, la oscuridad sucumbió a el mundo, dejándolo en ruinas.