Había pasado un mes, y para ser sincera no me había ido muy bien que digamos, el dinero se me acababa, no conseguía un trabajo y no tenía un techo donde dormir. Suspiré y me encogí en mi abrigo mientras caminaba en las frías calles de Bruselas, me obligue a recordar porque estaba en esta situación.
Mi familia es adinerada tanto en el mundo humano como en el mágico, y hasta ese punto no había problema pues vivía con todas las comodidades, había recibido una educación de primera, tenía todo lo que pedía, joyas, ropa de marca, carros y todos los lujos que una chica adinerada pudiera desear, pero no todo era color de rosa. Para el día de mi cumpleaños, hace un mes atrás, había tenido la fiesta de ensueño por mis 17 años, lo que no sabía era que mi padre, Bernard Lambert, me había comprometido con un socio suyo, como era de suponerse también era un cambiaformas de leopardo de las nieves de sangre pura, el problema era que era que no me había avisado, solo lo había anunciado en medio de mi fiesta y cuando vi a mi supuesto prometido casi vomito frente a todos, era un viejo verde que tranquilamente podría ser mi abuelo, cuando mi padre me lo presento, no dejaba de mirar mis pechos, fue sin dudas una situación muy incómoda. Yo sabía el porqué de la decisión de mi padre, nuestra especie estaba en peligro de extinción y el hombre era probablemente asquerosamente rico, nada mejor que matar a dos pájaros de un tiro. Esa misma noche vi mi futuro, iba a terminar viviendo en una jaula de oro, procreando tantos hijos como me sea posible y complaciendo los caprichos de un viejo verde, así que decidí irme, tome todas las joyas y dinero en efectivo que tenía una muda de ropa y me escape.
Así que aquí estaba ahora, con el culo congelado en medio de la calle y sabiendo que sería otra noche dura.
No me había percatado de los dos señores que andaban detrás de mí, ni de la camioneta negra que estaba cuadrada a pocos metros de donde me encontraba. Para cuando me di cuenta ya tenía un trapo sobre mi rostro, traté de gritar, transformé mis manos en garras y arañé, pero ninguno de los 2 hombres cedió, ni por la sangre que goteaba de sus brazos ni por los golpes que habían recibido de mi parte. Poco a poco, la droga entro a mi sistema y mi cuerpo comenzó a sentirse cansado y pesado, lo último que escuche fue a unos de los hombres decir:
Maldita puta, sino fuera porque vales un buen precio en el mercado de sombras ya estarías muerta –
Cuando desperté me encontraba dentro de una jaula, la cabeza me dolía a horrores y llevaba puesto un collar, probablemente era mágico, ya que no podía cambiar a mi forma felina, suspiré pesadamente, era lo último que me faltaba, terminar en el mercado de sombras, tenía ganas de llorar, era una tonta ahora como le haría para salir de ahí, sino lo hacía probablemente terminaría subastada y en las manos de quien sabe quién como una esclava más, ¿Qué diferencia había entre el futuro que se me avecinaba con el futuro que me ofrecía mi padre?, la respuesta era simple, ninguna puta diferencia.
Los segundos se volvieron minutos y los minutos horas y yo ya estaba histérica, nadie había venido en lo que parecían horas. Había estado analizando la situación en donde me encontraba tratando de buscar una solución, mirando alrededor si encontraba algo a mi alcance que me pudiera ayudar a salir de ahí, pero había sido inútil.
El mercado de sombras era algo así como un mercado negro en donde vendían cosas de magia oscura o criaturas mágicas como era mi caso, todo el mundo sabía que si te atrapaban era casi imposible escapar, la única forma de salir de ahí era si alguien te compraba o en peor de los casos la muerte.
Los días pasaron y poco a poco el almacén se fue llenando de criaturas mágicas y de extraños objetos, lo primero que llego fue un extraño espejo de plata, luego una pequeña hada del bosque que al igual que yo estaba dentro de una jaula, después un huevo de dragón y así sucesivamente. Para cuando llego fin de mes el almacén se encontraba lleno y yo había perdido toda esperanza, en esas semanas el silencio se había vuelto mi mejor amiga y para mi mala suerte ninguna de las criaturas que habían llegado al almacén hablaba lenguas humanas así que había caído en una triste depresión en donde mi única interacción había sido de mis captores que solo me daban un mísero plato de comida al día y luego de unas horas me sacaban a un mugriento baño para que haga mis necesidades. Había perdido peso, mucho peso y mis músculos se sentían atrofiados por la falta de uso, me sentía patética.
Para mi suerte, no sabía si buena o mala, llego el día de la subasta. Me sacaron de mi jaula y me desnudaron a la fuerza, no puede hacer mucho al respecto para evitarlo, con una manguera me bañaron con agua helada, una parte de mi lo agradecía porque ni yo soportaba mi hedor, pero por otro lado los maldecía, probablemente terminaría con hipotermia o resfriada. Lo siguiente que paso fue que amarraron mis manos y engancharon una correa a mi collar, me sentía como un animal, lo siguiente que paso es que me jalaron hacia lo que parecía un escenario, las luces deslumbraban tan fuerte que me era imposible distinguir algún rostro del público. Me sentía humillada, desnuda frente a extraños, tratada como un pedazo de carne, no puede evitar llorar en silencio, deje de escuchar lo que pasaba a mi alrededor, deje de mirar al público que levantaba sus manos para pujar por mí, en algún momento me condujeron hasta una sala aparte y un señor chasqueo sus dedos frente a mí para llamar mi atención, restregué mis manos sobre mis ojos para limpiar mis lágrimas y levante la mirada encontrándome con unos intensos ojos violetas.
Me gustaría saber cómo la princesa Catherina de la familia Lambert termino en una subasta del mercado de sombras, pero creo que esa historia será para otro momento. Me llamo Alexander Ajax y de ahora en adelante seré tu Amo –
Yo conocía ese nombre, hasta el rostro se me hacía vagamente conocido de una de las muchas reuniones de negocio de mi padre, y era que Ajax era un poderoso y antiguo hechicero con mucha influencia en el mundo mágico. Era conocido por realizar poderosos hechizos, maldiciones y encontrar extraños objetos mágicos, no me extrañaba que se encontrara en esta subasta. Por otro lado, Ajax era muy apuesto con su pelo oscuro su piel blanca y esos ojos violetas, tenía fama de rompecorazones y yo me encontraba desnuda frente a él y este no me quitaba la mirada de encima, me sonrojé y retrocedí dos pasos, me pareció ver en su rostro una sonrisa lobuna. El no tardo en jalar de mi correa para luego sujetarme del brazo y darme dos palmadas en trasero.
Creo haberte dejado claro que soy tu Amo y no te he ordenado moverte – dijo en voz amenazante.
"Tampoco me has ordenado quedarme quieta idiota" pensé en decir, pero me ahorré mis palabras, no quería recibir más palmadas en mi trasero. Ajax sonrió de lado como si hubiere escuchado mis pensamientos, para luego hacer sonar su bastón contra el suelo, inmediatamente los amarres de mis manos se desvanecieron y apareció una bolsa en el suelo.
Te quiero cambiada para cuando vuelva, y creo que está por demás decir que si intentas escapar esas palmadas parecerán nada en comparación con lo que te hare – dijo Ajax para luego salir de la habitación.
Mire la bolsa en el suelo y no dude en ponerme la ropa que había dentro, parecía recién planchada porque estaba tibia, lo que agradecí internamente por el pequeño detalle ya que me estaba muriendo de frio. Ajax no tardo en volver.
Bien, creo que es hora de irnos – dijo a nadie en particular, para después coger mi correa y guiarme fuera de este espantoso lugar.
No espere a que el collar me ahorcara, sino que le seguí el paso, para cuando salimos del recinto el frio choco contra mi delgado cuerpo congelándome los dedos y las puntas de las orejas, para mi buena suerte un elegante auto negro ya nos esperaba, la puerta de este se abrió e ingresamos a su cálido interior. Para mi sorpresa no había chofer alguno y por un momento pensé que Ajax se iba a pasar a la parte de adelante para manejar el carro, pero gran fue mi sorpresa cuando el carro comenzó a conducirse solo, Ajax pareció darse cuenta de ese detalle.
El auto esta hechizado – dijo simplemente.
"Tuve que haberlo previsto" pensé, al fin y al cabo, era un hechicero. Me acurruque en el otro extremo del auto y trate de pensar en posibles planes de escape con la información que tenía, podía tratar de abrir la puerta del auto y saltar fuera pero probablemente esta tenía algún tipo de seguro y aun si, si lograra salir del auto lo más probable es que me lanzara un hechizo y terminara en más problemas, después pensé en tomar su celular cuando este distraído y contactar a la policía pero también sería inútil, humanos contra un poderoso hechicero, no terminaría bien. Odia sentirme tan impotente, solo tenía 2 opciones, o hacía este viaje en silencio o le hablaba y veía que información podía conseguir, me decidí rápidamente por la segunda opción.
¿Porque me compraste? – pregunte
Mi voz salió más rasposa de lo que esperaba, al fin y al cabo, no había dicho palabra alguna en 2 meses. Ajax al notar mi voz chasqueo sus dedos e hizo aparecer una botella de agua para entregármela, le susurre unas gracias mientras abría la botella para tomar de su interior.
Bueno quitando de lado tu belleza mi pequeña gatita, eres la tercera hija nacida en el tercer mes y tercer día de ese mes, y que convenientemente aun eres virgen, eres por así decirlo una fuente de magia andando, magia que yo necesito- contesto el hechicero
Entonces pensaba tenerme como una especie de generador de energía o ¿algo por el estilo?, bueno, no sonaba tan malo, sonaba mejor que volver con mi padre, pregunte de todos modos para estar segura.
¿Entonces no piensas pedir una recompensa a mi familia o devolver a mi padre? –
Él se rio por la pregunta y me miro de forma divertida para luego contestar:
Dudo que tu padre pagara lo que pague por ti en la subasta, por otro lado, no tengo el mas mínimo interés en hacer un trato con los Lambert. Esto me hace preguntarme gatita ¿Por qué no quieres volver con tu familia o porque escapaste en primer lugar? –
En ese momento me di cuenta que el hechicero era inteligente y perspicaz, era de esperarse después de todo, pensé en las consecuencias de decir la verdad o inventarme alguna mentira, pero me di cuenta que no iba a ganar nada mintiendo, se notaba que no me iba a liberar y si lo hacía probablemente me entregara a mis padres así que le dije la verdad.
Mi padre me quería comprometer con un viejo – dije sin dar muchos detalles
Pues suerte la mía que te escapaste – dijo Ajax
¿Por qué? – pregunte
Yo ya había pedido tu mano con anterioridad a tu padre, al fin y al cabo, eres valiosa querida, más de lo que te imaginas, él se había negado dando una vaga escusa de mantener la pureza de sangre, poco después me entere de tu compromiso y o sorpresa mía que también estabas desaparecida, coincidencias de la vida ¿no? –
Me sentía como un maldito trozo de carne, no más que un objeto, ni mi propia familia me valoraba, me aguante las lágrimas, solo era una moneda de cambio al parecer. No percate que Alexander se había acercado a mí y me había envuelto en un abrazo, se sintió cálido y me di cuenta de lo mucho que había extrañado el calor de un ser vivo.
Duerme – dijo, poniendo una de sus manos sobre mi frente.
Inmediatamente me sentí muy cansada como si no hubiera descansado en mucho, mucho tiempo, no luche contra ese cansancio y me deje llevar por la inconciencia.