Asiento pensando qué habría sucedido con el joven y quién es el sujeto que entró a la casa sin permiso, ninguno de aquellos hombres había respondido mis preguntas y ahora estoy llena de muchas más.
La simple idea de no saber nada me está volviendo completamente loca, no me gusta no enterarme de las cosas o ser la última en saber. Esas cosas me hacen pensar que nadie puede confiar en mí, quizás solo sea una tontería, pero para mí era muy importante estar enterada de todo tipo de noticias y mucho más cuando esas noticias tienen que ver con mi familia y amigos.
Me dirijo hacia la cocina sin poder dejar aquellos pensamientos, observo que el suelo se encontraba seco y yo no lo había secado. Niego con la cabeza, eso no es posible; yo no lo había limpiado. No le doy mucha importancia y abro el refrigerador para ver que puedo encontrar para la cena de hoy, tomo una botella de agua, ya que me encuentro sedienta.
Siento como si estuviera en un déjà vu, pero no importa, no le doy importancia alguna como a muchas otras cosas que pasaban por mi vida.
—Katy...
Oigo mi nombre y giro con rapidez. Pienso que es Paul, ya que aquel acento retumba dentro de mi cabeza, una, dos y tres veces.
Niego con la cabeza tan solo una vez y siento un frío recorrer todo mi cuerpo.
—¿Qué sucede?—Pregunto sosteniendo la botella de agua con mis manos.
Observo el rostro del joven nuevamente, un grito sale de mis labios reiteradamente.
Mis manos tiemblan, siento como muy despacio la botella de agua se va resbalando por mi mano sudada, pero esta vez soy yo la que dejo caer la botella y el contenido de ella en el suelo.
Observo el agua en el piso y luego levanto la mirada para ver los ojos del joven frente a mí, es él.
—No grites...
—¿Quién eres?, ¿qué haces aquí?—Pregunto sin comprender absolutamente nada de lo que está sucediendo.
Él me mira fijamente a los ojos y niega con la cabeza. Yo no comprendo lo que aquello quiere decir.
—Respóndeme.
Giro para tomar un trapo y secar aquella agua en el suelo. Cuando termino de hacerlo oigo pisadas y levanto la mirada con la espera de que él responda aquellas simples preguntas que para muchas personas podían ser demasiado filosóficas.
—¿Qué quieres que responda, Katy?—Aquella voz si es la de Paul.
Lo miro fijamente a los ojos y niego con una sonrisa amplia.
—¿Pollo con ensalada o pollo con papas?—Es lo único que se me ocurre en un momento como ese.
Ahora que lo pienso, realmente tengo que buscar mejores excusas para una buena respuesta.
—Con ensalada.
Asiento con la cabeza y me acerco a Paul con delicadeza. Dejo un cálido beso sobre su mejilla, aquella mandíbula prominente que él posee y observo a los lados al notar que el joven que estaba antes ya no se encuentra en la cocina y creo que tampoco en la casa, es como si mágicamente desapareciera cuando personas llegan
«¿Dónde estará?», me pregunto.
Me alejo de él. Me dirijo nuevamente a preparar la cena, no me gusta mucho la idea de que él pasara tanto tiempo con su amiga Laby. De vez en cuando, al esperar que las verduras eliminen su agua, me acerco al living para comentar las conversaciones que ellos se encuentran manteniendo.
—La comida muy pronto va a estar, lamento mucho si tienen hambre.
Laby me observa y niega con la cabeza, no le da mucha importancia a lo que dije y se puso a continuar con su dialogo interesante. Aquel que mantiene con mi prometido, sé que no debería de poseer celos, pero me resulta imposible.
Para no parecer una desquiciada, regreso a la cocina soltando un fuerte bufido de mis labios y cierro la puerta esperando que, por lo menos, se den cuenta de lo que me hacen sentir en ese preciso instante.
El pollo ya se encuentra en perfectas condiciones para llevar a la mesa, pero prefiero esperar un poquito para la ensalada. Me gusta que todo el plato se viera con una excelente presentación y, por ello, espero tan solo unos segundos más para llevarlo después a la mesa.
Vi como Paul se acerca a mí con una pequeña sonrisa sobre sus labios. La sonrisa que adorna sus labios lo hace ver mucho más hermoso y feliz, se queda parado cómodamente mirándome hacer los preparativos finales para poder visualizar una perfecta mesa todos juntos.
—Te ves hermosa haciendo la cena—susurra.
Suelto una pequeña risita de mis labios al oír su comentario halagador y niego con la cabeza, logro sentir como mechones de mi cabello se mueven al compás de la negociación.
Ni siquiera puedo ver a Paul en ese momento, pero aún así debo seguir con la presentación de los platos.
—No tienes que mentirme. Sé que no es así, tú no deberías dejar a la invitada sola y aburrida —digo tomando la bandeja de pollo con ambas manos, espero llevarla a la mesa.
—Deja que te ayudo con eso, tú lleva la de ensalada.
Asiento con la cabeza y le dejo la bandeja sobre la mesada para que él la tome. Me percato de que a la ensalada le falta un poco de sal y aceite, por suerte, Paul ya llevó al comedor el pollo.
Me quedo unos segundos más en la cocina para terminar de condimentar la ensalada. Cuando ya está lista me dirijo al comedor con una gran sonrisa sobre mis labios, coloco la gran bandeja de ensalada sobre la mesa y me dispongo a tomar asiento en mi lugar correspondiente, siempre me siento en el mismo lugar, pero esta vez Laby se encuentra allí. Tengo que sentarme en otro asiento y mucho más lejos de Paul.
—Espero que no hayan esperado demasiado, no quiero qu... —Al notar que solo hay una pata de pollo me doy cuenta que ni siquiera me habían esperado para cenar—. ¿Eso es pizza?
Me percato que a un lado del pollo se encuentra una caja de pizza vacía.