"𝕰𝖑 𝕬𝖈𝖙𝖔 𝖒á𝖘 𝖎𝖒𝖕𝖔𝖗𝖙𝖆𝖓𝖙𝖊 𝖖𝖚𝖊 𝖗𝖊𝖆𝖑𝖎𝖟𝖆𝖒𝖔𝖘 𝖈𝖆𝖉𝖆 𝖉í𝖆 𝖊𝖘 𝖙𝖔𝖒𝖆𝖗 𝖑𝖆 𝖉𝖊𝖈𝖎𝖘𝖎ó𝖓 𝖉𝖊 𝖓𝖔 𝖘𝖚𝖎𝖈𝖎𝖉𝖆𝖗𝖓𝖔𝖘."
𝕬𝕷𝕭𝕰𝕽𝕿 𝕮𝕬𝕸𝖀𝕾.
Los días comenzaron a volverse cada vez más negros que antes. Pensaba que todo ya estaba solucionado, ya había superado todo este caos que algún día comenzó a consumirme, pero resultó que no fue así. El tiempo pasaba muy lento, de hecho habían demasiadas razones para estar mal, tantas cosas… un exceso. Cada una de ellas era importante para mí, pero nunca quise dar explicaciones. ¿Qué me dolía más? Resultó que esa pregunta para mí era muy difícil de contestar. ¿Qué era lo que me había lastimado más?¿Qué cosa, acaso, recordaba con más dolor? Esto ahora, es testigo de lo que me sucede, tú eres testigo de lo que padezco, esta es la misma razón de mi ser, sin esto… Sin esto no soy nada. Aún así, ¿Qué podría ser yo?
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Lo siento por esto. Créeme, no es mi intención acabar con todo lo que me queda. Me ganaron mis emociones y este es el momento de decirte a ti, y al mundo adiós. ¿Qué no lo haga? Bueno, es algo que no tomé a la ligera, llevo años, muchos años pensando en ello… Mucho antes de conocerte. Y fue bonito, fue hermoso pensar al principio de conocernos que no lo haría, me cegaste y me hiciste ver la felicidad, y te amo por eso, pero solo me estaba engañando, pensando que de todos modos no tenía una deuda que pagarle a la muerte. Esto es así, he cometido muchos errores, por suerte, ese error no fuiste tú. Lo he pensado, y he llegado a la conclusión de que no quiero herirte, pero si sigo aquí, seguiré lastimando a las personas a las que les importo. Tú me amas, pero tranquilo, con el pasar del tiempo lo superarás. Estarás con alguien que te de mucho más de lo que pude darte, y solo quedaré siendo recuerdos efímeros de los momentos que pasamos juntos. Estaré bien, aunque no mejor que cuando estoy junto a ti, pero estaré bien. El tiempo y mi pasado me degollan lentamente y me dan puñaladas en el corazón cuando estoy de vuelta en la realidad. Créeme, no por eso piensas que duermo, te mentí, nunca duermo más de 4 horas, porque cuando lo hago, vienen a mi pesadillas que me hacen despertar asustada y llorando, y sé que no mereces vivir con alguien así. No me imagino levantándote a las 3 A.M y asustándote por mi llanto. O llegar a casa y encontrarme llorando en el piso del baño sin razón alguna. Eres motivo de mi llanto, porque sé que no te merezco, porque sé que no debo estar en tu vida, no quiero hacerte daño, y por eso me voy, eso si, esta decisión no la tomé por ti, tú eres la razón de que aplazara todo esto por mucho tiempo, pero no quiero seguir alargando esta tortura. ¿Qué haré con los demás? Es algo difícil. Supongo que me despediré, sin el menor cariño que les pude tener. Me dolió, callé, me herí, sabes que así fue… Siempre hice tormentas en vasos de agua, vasos tan pequeñitos… Sin embargo dolía. Dolían las cortadas, también dolían los golpes, pero no dolían mucho más que las palabras. Con una sola podría derrumbarme. Siempre imaginé cómo te verías emocionalmente si eso fuera material. Mi yo interno debería estar lleno de podredumbre, un vacío que apestaba a mierda con vómito, cada error, cada ilusión, cada rechazo, una, y otra, y otra vez… Estaba jodida, para mi ya no hay cura; había... ¿Crees que la habría?
Lo siento, no paro de pensar, si no soy capaz de hacer esto, sé que nadie lo va a leer, pero quiero huir, sabes que me acongoja mucho tener miedo, ojalá fuera como tú; tienes una forma de ser… Eres valiente, fuerte, a pesar de todo siempre me haces feliz, me gustaría ser como tú, eras mi inspiración para seguir viva. Bien, ¿ahora qué hago? Necesito tu ayuda, pero no quiero hundirte en esto, no lo sé… Jamás le conté a nadie nada. Nadie nunca lo supo, y como siempre, me guardé las cosas. Perdóname, pero no estaba dispuesta a hacerte sufrir por mis problemas… Estabas repleto con los tuyos y no quería hacerte sentir mal. Una vez, recuerdo que me dijiste que no dependiera de ti… Fue muy tarde para eso, ya eras mi vida cuando aquello salió de tu boca…