Desperte recordando la sensación de la guillotina atravesando mi cuello, las lágrimas caían de mis ojos, pero al instante me di cuenta de que eso no debería de ser posible, abri mis ojos y me encontré en un lugar familiar, las sábanas suaves de seda me estaban fabricando, vi el dosel celeste que cubre mi cama, las decoraciones celestes en las paredes, los crisantemos que siempre solía recoger en mi escritorio, junto con las plumas y las hojas para cartas que solía enviar a mi prometido.
Mientras observaba todo escuche un sonido de sorpresa que venía de la puerta que se acababa de abrir, ahí vi a la doncella que siempre me había cuidado, Regil, su cabello castaño estaba sujeto hacia atrás y sus ojos café estaban llenos de lágrimas haciéndo que se vean mucho más brillantes de lo normal, en ese momento entro corriendo mientras gritaba mi nombre, — Mi señorita Danica, mi señ-señorita... uk-k — en ese momento me di cuenta que se veía 10 años más joven de lo normal, así que baje la mirada a mis manos y me di cuenta que era mucho más pequeña de lo normal.
— Regil... ¿Porqué lloras? ¿que fecha es hoy?.
— Mi señorita no recuerda lo que pasó, es tan triste, tan lamentable, pero no se preocupe esta Regil ira a buscar al mayordomo para traer al doctor, no se preocupe y espere ahi— dijo mientras se secaba las lágrimas con las mangas de su uniforme, y se alejaba rápidamente en busca del mayordomo.
—Pe-pero Regil, que fecha es hoy... — dije mientras me di cuenta que no me podía escuchar por lo preocupada que estaba, solté un suspiro mientras bajaba de mi cama, y me acercaba al espejo que se encontraba en el baño de mi cuarto.
Cuando abrí la puerta me paralizó la imagen que vi frente a mi, piel blanca como la porcelana, mejillas regordetas rosadas, labios rosados, ojos rojos como rubíes, y cabello suave ondulado a más no poder rojo brillante, mis brazos y piernas eran delgados, era la imagen de cuando tenía 10 o 9 años, el reflejo del espejo mostraba mi expresión completamente sorprendida, en ese momento tuve un repentino dolor de cabeza que me hizo arrodillarme en el piso, y escuché una voz grave y profunda que no podía reconocer de donde venía.
— Soy Bryn, Dios de la creación, yo y los demás dioses te hemos dado la segunda oportunidad que deseaba tu corazón Danica Michelson de Retuo, ahora dime, que es lo que vas a hacer.
Temblando me arrodillo y digo — Oh, Dios de la creación Bryn, le agradezco que cumpliera mi deseo, voy a vengarme y evitar que vuelvan a ocurrir todas las desgracias pasadas.
— Eso no es suficiente— dijo mientras hacía temblar todo el aire— mira con tus propios ojos lo que paso después de tu muerte, gracias al demonio que poseyó el cuerpo de Reia— sentí un toque suave en mi cabeza, cuando oleadas de información llenaron mi mente, mis ojos se cerraron automáticamente y comenze a observar lo que se mostraba ante mi.
***
El palacio imperial, se había derrumbado, en el centro de la ciudad hordas de monstruos caminaban mientras rastrean los pocos humanos que lograron esconderse, montañas de cadáveres humanos en proceso de putrefacción, con sus brazos o piernas amputados, en la pared de que rodeaba el palacio, se encontraban las cabezas de los nobles empaladas por lanzas, como si fueran decoración, y por último la cabeza del emperador estaba sobre la parte más alta del trono, con una expresión de terror absoluto, y en el trono una mujer de cabello rosa, rodeada de hombres entre los que estaba el segundo principe Nil, quienes la tocaban e intentaban complacerla sexualmente, luego una criada con ojos nublados se acercó con un bebé de cabello rojo como el mío y con ojos de diferentes colores, el bebé tendría 1 año más o menos, su cabello era un poco largo, y extendia sus manitos hacia la mujer que se encontraba en el trono con un hombre sobre ella penetrandola, la mujer con el rostro de Reia empujó al hombre y se levantó para sujetar al bebé, a continuación lo llevó a un altar, que se encontraba en el centro de la sala del trono y lo colocó en medio de una estrella de un círculo mágico hecho con la sangre del emperador rodeado con velas negras, salió del círculo mágico y se arrodilló y comenzó a recitar, — Oh gran □□□□□ te llamo ofreciéndote la mezcla de la familia imperial y □□□□, acepta la ofrenda y trae destrucción a todo el mundo... — en ese momento se escuchó un sonido de ruptura por toda la ciudad, el suelo en el círculo mágico se rompió y el altar junto con el bebé cayó al fondo del abismo, al momento siguiente una mano negra con garras se observó sujetarse del borde del suelo y se escuchó una voz que albergaba todo el odio y la maldad del mundo decir, — yo □□□□□□ es□□□ p□□□ □□□□...
***
En ese momento la información se corto y no pude ver nada más, mi mente repetía el momento en el que mi hijo cayó al abismo garantizando su muerte, mientras me encontraba en estado de shock, el dios volvió a hablar — Ahora que ya viste que paso después de tu muerte, que es lo que harás
—Yo... me vengare y evitare que el pasado y el futuro vuelvan a ocurrir.
— Eso es suficiente, no olvides tu pasado, y no olvides el futuro, úsalo para cambiar tu situación, pero principalmente obra de manera en la que nunca te arrepentirás en un futuro.
— Si, gran Dios Bryn, muchas gracias por la oportunidad.
Deje de escuchar la voz del Dios y me obligue a levantarme, más o menos habrán pasado unos 5 minutos desde que Regil se fue por lo que ya debería estar regresando, considerando que fue corriendo, me lavé la cara rápidamente y regrese a mi cama, en ese momento la puerta se volvió a abrir y entro el mayordomo junto a un médico, y Regil que venía preocupada desde atrás.
— Señorita Danica, he traído el médico para revisar su estado, ¿tiene alguna pregunta?— dijo el mayordomo, era una persona alta, vestida de traje pulcramente limpio, tenía el cabello recogido hacia atrás y unos lentes sobre el puente de su nariz, su nombre era Mils, como era un mayordomo no tenía apellido, había servido al marquesado de Retua durante 40 años por lo que su cabello tenía tantas canas que se veía plateado.
— Mayordomo Mils, ¿que fue lo que me sucedió?, ¿que fecha es hoy?...
—Señorita la fecha actual es 24 de Diciembre del 154 aniversario de nuestro glorioso imperio de Alani, con respecto a lo que paso... debido a la temprana muerte de la marquesa Helia, que en paz descanse, usted dejó de comer adecuadamente y se desmayó mientras estaba en sus clases de equitación, se golpeó la cabeza en la caída y estuvo durmiendo por 4 días hasta ahora.
—... Ya veo, gracias por la información mayordomo Mils— dije mientras cerraba los ojos al recordar a mi madre.
— Señorita Danica, mi nombre es Allan, soy el doctor de la familia Retua, permítame revisar su muñeca por favor.
Le extendí mi muñeca para que pudiera examinarme, mientras lo miraba fijamente, recordé que el fue una de las personas que me cuidó durante el sufrimiento que vivía diariamente cuando estaba embarazada, hasta que un caballero que juró proteger a Reia lo mató frente a mis ojos. En el momento en que sentí su toque cálido en mi mano, sentí ganas de pedirle perdón por todo, pero mantuve la compostura y espere al diagnóstico.
— La señorita se encuentra algo estable, necesita descansar un poco y que se vaya alimentando poco a poco para volver a acostumbrar su estomago a la comida, dare una receta de unas hierbas para mejorar su apetito, eso sería todo, espero que se mejore señorita Danica— dijo mientras se inclinaba ante mi.
— Gracias doctor, puede retirarse.— Dije dándole una suave sonrisa, voltee a ver al mayordomo y le comunique— Quisiera descansar después de comer, ¿podría avisarle al cocinero por favor?.
— Por supuesto señorita, también le diré al señor que ya se recuperó... le traeré noticias pronto. Paso a retirarme.
—Ha, esta bien mayordomo.— dije mientras volteaba a ver a Regil, quien se veía tensa por las palabras del mayordomo.
Cuando se retiró el mayordomo ella se acercó a mi y me abrazó, intentando consolarme porque sabía que mi padre nunca vendría a verme.