Luego de la larga charla o mejor dicho debate con mis padres decidí mudarme al este de Bilbao, sentí que lo mejor era empezar de cero y olvidar todo, había sacrificado mucho por una mujer la cual ni valía la pena, aunque el dolor fuera grande sólo decidí mirar al frente y no ver atrás.
Logré hacer socios en mi área con algunos amigos de universidad y secundaria, una empresa de constructores muy bien preparados, socios y trabajadores de dicha empresa, note que el cambio era para bien y para mejor, aún me perseguían mujeres por título u estatus con mis padres, lógicamente las ignoraba y dejaba hablando solas, aunque mi madre insistirá que ya un hombre de 40 años debe sentar cabeza y formar un hogar.
Yo sólo me limite a oir y no decir nada, estaba arto de que sólo vieran eso, así que solamente dije en la reunión familiar *oficialmente seré un solterón, sino puedes con ello adopta un niño y críalo como tu nieto*, sentía que ya no podía más y lo mejor era esa decisión.
Nuestra empresa prosperaba, luego de terminar el proyecto aceptaba una celebración, algunos de mis amigos evitaban ese tema de mujeres o pareja y otros sólo decían
Empleado 1: lo más hermoso de la vida es con quien tener compartirla.
Mateo: puede que sea cierto, pero muchas mujeres sólo ven cuantos ceros hay en tu cuenta.
Mientras comentaba Mateo algo pasado de tragos miraba su vaso mientras le explicaba a Roger que el había tenido suerte y que debía ser agradecido.
Yo: Ja! Dudo mucho que acá consigamos una mujer así, realmente crees que una mujer de su casa, sería y estable, se la pase por acá.
No paraba de reír mientras veía a dos mujeres guapas entrar al bar, luego de ver a Mateo y Rubén ver como las miraban de arriba abajo.
Yo: oigan sean discretos.
Mientras tomaba mi última copa decidí irme, justo cuanto abría la puerta me topé con una mujer, aunque ambos nos disculpáramos me dio curiosidad detallarla, reí luego al darme cuenta que miraba una chica que sería igual a las demás.
Subí a mi carro y tome la carretera principal rumbo a mi departamento, era grande ya que lo tenía distribuido para un cuarto de proyectos y más, conseguí el apartamento donde había menos ruido posible, aunque en estos tiempos es difícil más viviendo en Albia.
Me despertaba siempre a las 6:00 am para hacer mi desayuno con calma y salir a un cuarto para las 7:00 am, si no había mucho tráfico llegaba justo a las 7:30 am, otras a las 7:50 am; de allí directo a la reunión del nuevo proyecto de un resort, sería un hotel lujoso y extranjero, no podía permitirme perder dicha inversión; luego de reunirme con ellos me reuniría con el equipo para ver sus planos y revisarlos, el encargado de este proyecto sería Esteban mi otro socio.
Mi secretaria llamada Amanda hacía más que ser sólo una recepcionista, iba con nosotros hasta el lugar de la construcción y pasaba lo que necesitábamos, realmente era una mujer de gran ayuda, me gustaba tomar las fotos de los alrededores donde se harán dicha construcción y así nos asegurábamos de los posibles riesgos, de si era apto o no el terreno para dichas construcciones.