Narro Yo
En una mansión solamente se escuchaban pisadas...
Esas pisadas provenían de una chica que corría desesperada.
Sus primas se encontraban durmiendo...
Su amiga albina... no sabía donde estaba...
Su tía luego de esa conversación... no la vio más...
Y el pelinegro... se encontraba siguiéndola...
-Amaya: (por donde... por donde!!!)-corría por los pasillos, buscando salvación.
-Tsukasa: princesa... por qué la besaste???-preguntó al frente de ella haciendo que esta cayera.
-Amaya: a-ay.... Ts-tsukasa, f-fue un accidente-dijo apenas.
-Tsukasa: lo disfrutaste...???-preguntó y sus ojos se tornaron oscuros.
-Amaya: q-que n-no Tsukasa que dices...
-Tsukasa: en serio...
-Amaya: s-si...-dijo sentada en el piso.
-Tsukasa: princesa...-se sentó al frente de la pelinegra y sus ojos volvieron a la normalidad-estás segura???
-Amaya: m-muy segura-Tsukasa se acercó a la cara de la chica.
-Tsukasa: eso es bueno-dijo con una sonrisa-pero lo que no es bueno...
-Amaya: ??? Que no es bueno???-preguntó.
-Tsukasa: hueles a daikon-dijo oliéndola-si hueles a daikon, tus labios deben saber a daikon-miro los labios de la pelinegra.
-Amaya: q-que, estoy segura de que no saben a eso-dijo nerviosa.
-Tsukasa: por qué no averiguamos...-la miro de forma pícara.
Y se sentó arriba de la pelinegra dándole un beso.
Puso las manos en la cadera de la chica.
Y siguieron hasta que se le acabó el aire a la chica.
-Tsukasa: listo!!!-la abrazo.
-Amaya: huh.. bueno me tengo que ir a la cama aho-la chica no termino de hablar ya que se había quedado dormida.
Tsukasa se separó y la vio, sonrió y la abrazó.
-Tsukasa: no dejaré que me aparten de tu lado otra vez..
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¡Hola! Espero que les haya gustado y que se encuentren bien, sin nada más que decir.
Adiós!!!
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