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Chapter 3 - Capítulo 2

La ancestral familia Peverell, dueña de las tres reliquias, se había estinguido a través de la línea masculina. Su apellido había sucumbido al olvido. Una de las más reconocida familia sangre pura en muchos años quedo lentamente como un simple recuerdo entre los magos descendientes.

Ahora, un nuevo mago resurgirá. Nadie conoce sus orígenes o porque salió de la nada, aun así, nadie cuestiona. Harry Peverell es el último descendiente sangre pura de la ancestral casa Peverell. Su pelo rizado y corto siendo indomable para cualquiera. Ojos del color de un prado verdoso con largas pestañas. Una piel que se veía suave al tacto y de un color achocolatado.

Harry Peverell era la belleza personificada. Atrayendo miradas a donde quiera que fuera.

Su primera aparición fue dos semanas antes del inicio de las clases en el Callejon Diagón. Camino con paso elegante y seguro hacia el banco Gringotts y más de una mirada lujoriosa se colocó n su cuerpo. Muchos alumnos se encontraban haciendo sus compras escolares y las hormonas se encontraban más alborotadas.

-Estos jóvenes de hoy en día - dijo Lady Magia con una sonrisa

-Por eso es que mueren tan rápido

Aquel espectro andaba pegado a Harry como una garrapata. No es que Harry se quejara, su presencia le parecía extrañamente recorfortante. Lo que no le gustaba de tener dos personas casi todo el día junto a él es que más nadie podía divisarlos, por lo tanto no podía comentarles nada sin parecer sacado de un psquiátrico muggle.

Al llegar a la entrada de Gringotts Harry leyó el gran emblema dándose cuenta que solo una vez había venido al banco y fue a sus once años. ¿Qué hacia Dumbledore con su dinero? ¿Acaso le pagaba a sus amigos? Tal vez si hubiera aceptado la amistad de Malfoy no tuviera estas incognitas.

-Buenas tardes - hizo una pequeña reverencia al goblin frente suyo - Vengo para ver mi herencia.

- ¿Nombre? - dijo con voz gruesa.

-Harry Peverell

Como era de esperarse los cuchilleos empezaron. La familia Peverell se había extinguido, aunque sea su apellido. ¿Cómo es que ese muchacho lo porta? El goblin, como todos en la sala, se mostró bastante sorprendido, pero dado que ,lamentablemente, su trabajo es ayudar a los magos no le quedó más que gruñir y llevarlo por los pasillos de porcelana.

Una puerta de roble con grabados de oro se encontraba al final de ese pasillo después de tantas vueltas que Harry no pudo recordar. Del otro lado un goblin de aspecto anciano y cansado se encontraba detrás de una mesa alta y de una madera preciosa.

- Señor Peverell...¿a qué debemos su visita?

-Hola Grik

Los goblims se mostraron bastantes sorprendidos de que Lady Magia acompañe a un ser humano insignificante, según sus pensamientos. Eso solo significaba que la razón por la que estaban ahí era de suma importancia y debía permanecer en silencio absoluto guardado bajo las protecciones y encantamientos más poderosos.

-Lady Magia..¿En qué podemos servirles?

-Una nueva identidad para el señor Peverell. Saben todo lo que eso convella.

Los goblin asintieron y como si le hubieran dado una dosis extra de cafeína comenzaron a moverse por toda la habitación. Millones de papeles, plumas, llaves, dinero. Harry no entendía que era lo que estaba sucediendo. Le pidieron tambiún un poco de su sangre y ,con un asentimiento de Lady Magia, se las brindo.

-Bienvenido a Gran Bretaña, señor Peverell

El hombre le brindo una llave y supuso que seria de su bóveda.

-Pero Lady Magia...No soy un sangre pura

Se escucho la risa estridente y tranquila de la muerte, como si esa conversación ya la hubieran tenido más de una vez. LadyMagia solo se abstuvo de chasquear la lengua como una niña pequeña. Le había dado a esos simples humanos la opción de poseer algo tan valioso como la magia y ellos piensan en eso de sangre puras, mestizos e hijos de muggles.

-Magia es magia Harry.

-Pero...

-No deberías preocuparte por eso. Cuando dos magos, sean meztizos, sangre puras o hijos de muggles tienen un hijo este es sangre pura porque viene de la unión de dos magos.

El chicos se mostro sorprendido ante la revelación. Todo este tiempo los sangre puras casándose unos con otros para no extinguirse cuando podían haber tenido descendencia con cualquier mago.

-Además, ¿nunca te has preguntando porque todos los Black tienen...

-¿Pequeños problemas mentales? - termino el chico - Es porque se casan unos con otros solo por mantener la pureza.

-Correcto.

-Eso explica porque Nymphadora era un poco más tranquila e inteligente.

La mujer asintió cuando el chico comprendió que a veces tanta pureza e incesto podía acabar con la magia y la cordura de las familias. Ahora mismo se preguntaba porque nunca bajo y le puso un pare a todo lo que sucedía en su mundo que no estaba siendo solucionado por nadie sino más bien siendo agrabado por Dumbledore.

-Hemos sacado este dinero de su bóveda señor Peverell para que pueda comprar sus útiles.

-Gracias.

Los goblins se dieron cuenta de lo educado que podía ser el muchacho, agradeciendo por todo y mostrándose respetuoso, por lo tanto no se sorprendían tanto como al principio.

-Ahora iremos por tu uniforme. Hay alguien ahí importante para conocer

La mujer le sonrio dulcemente y luego de realizar una reverencia salieron de Gringotts. Esta claro que las miradas lo seguían mientras caminaba hacia Madame Malkim. Casi quiso rodar los ojos porque nisiquiera en un tiempo diferente podía vivir una vida fuera de las miradas del público.

Una suave campanita sonó al abrir la puerta, pero antes si quiera que pudiera pensar en el uniforme que pediría una escena bastante peculiar se abrio paso ante sus ojos. Aunque tampoco es que le sorprendiera mucho.

-Potter - gruño el pelinegro

-Quejicus - dijo con una sonrisa el ojiplata como si se hubiera ganado la lotería.

-Hola guapo, ¿Hogwarts?

Los Merodeadores junto a Severus, Lucius y Regulus giraron rapidamente sus cabezas encontrandose con un chico de aproximadamente su edad y que hizo a más de uno de ellos enrojecer.

-Si señora.

Harry hizo una reverencia ganándose una mueca por parte de Sirius por su porte sangre pura.

-Que muchachito más educado...No quedan muchos jóvenes hoy en día con esa educación

Sus ojos se dirgieron al grupo que peleaba en su tienda mientras colocaba a Harry sobre un escabel y comenzaba a tomar sus medidas.

-¿Tu casa querido?

-Tomaba clases en casa...Es la primera vez que ire a Hogwarts.

-Oh...No importa.

Un montón de alfileres y medidores comenzaron a pasearse por su cuerpo. Su vista aún estaba fija en el pequeño grupo que se había dispersado por la tienda. En ese mismo instante la puerta se abrió dando paso a Walburga Black. Harry reconocería a esa mujer donde fuera. Sus gritos en Grimmauld Place a través del cuadro eran mas que suficientes.

Su pelo era castaño oscuro tornándose a gris, como en el cuadro, y caía en una cascada por toda su espalda. Su piel era pálida y sus ojos de un negro oscuro.

-Regulus, ¿qué haces en este lugar? - pronunció con asco.

-Lo siento madre.

La mujer dirigio su mirada hacia Harry que se encontraba con sus brazos extendidos mientras algunos alfileres tomaban las costuras de la túnica.

- Buenas señora Black.

Harry inclino su cabeza como muestra de respeto ante la mujer. Walbugar siguió con su porte sangre pura de indiferencia, aunque la curiosidad bailaba en aquellos ojos oscuros como la noche.

-¿Y usted es jovencito?

-Harry Peverell

Los alfileres cayeron al piso haciendo un sonido sordo y los ojos de Walburga se abrieron grandemente, aunque intento guardar la compostura, aquello no era propio de una dama.

-¿La ancestral casa Peverell?

-Si, señora

La mujer asintió, complacida con su respuesta, y luego saco a su hijo de entre tanta escoria. Lucius lo siguió porque sabía que su padre tenía los mismos pensamientos, pero Severus Snape no tenía dinero como para ir a la otra tienda y alejarse de las burlas de los Merodeadores.

-Oye Quejicus, ¿tu madre ya tiene dinero para una buena túnica? - el grupo rio ante el "chiste" por parte de Sirius.

-No debería de reirse de la situacion económica de una persona, joven Black.

-Sangre pura maldito, no te metas donde no te llaman.

Harry levanto una ceja y con pasos suaves se acerco a donde el grupo estaba. Al mismo momento Lily había salido con unas túnicas. El ojiverde casi pierde la concentración al tener a su madre tan cerca.

Era tan, o más hermosa de como se la describían. Su pelo era de un rojo fuego vivo y sus ojos tenían una inocencia de lo que los suyos carecían.

-Nunca dije que fuera sangre pura.

-¿No? Los Peverell, los Malfoys, los Blacks - escupió el último apellido - Todos ustedes son unos amantes de la pureza de la sangre.

-Sin ofender joven Black, pero todos tienen una gran ignorancia del significado de "pureza de la sangre". - Harry se encogio de hombros - Nos veremos en Hogwarts...Señorita - hizo una reverencia frente a su madre haciendola sonrojar.

Al salir de la tienda se encontro con Lady Magia que le sonreía dulcemente, mientras La muerte se encontraba flotando cerca de muchas personas sacandole suspiros de miedo a cada uno de ellos, aunque ninguno entendía la razón

-Tengo que aceptar que el chico dio un buen espectáculo.

-Siento como si en cualquier momento fuera a morir - susurró Harry mientras miraba las Cometa 5 con una mueca.

-Eres el descendiente de la muerte por lo tanto...

-¿Disculpa?- el chico no pudo evitar detenerse a medio camino hacia la libreria.

- Los Peverell eran los descendientes de la muerte. Al tomar su apellido eres descendiente de ellos - explico La Muerte y Harry juraba que podía tener una sonrisa burlona si fuera una persona real.

La campanilla sonó al entrar en la librería. Miles de libros se abrian paso ante sus ojos. Los estantes llegaban hasta el techo y estaban lleno de una informacion que a Harry le parecía interesante dado que ninguno de ellos hablaría sobre su persona. Aunque eso no evitaba que su aparición ya estuvier en labios de todo el mundo.

-Entonces, ¿tu eres el famoso Harry Peverell - dijo una voz suave y relajada. Al girarse Narcissa se encontraba con muchos libros sobre runas, Aritmancia y Defensa Contra las Artes Ocuras.

-Dejeme ayudarle - Harry tomo una gran parte de los libros y los llevo hasta el mostrador.

A veces se preguntaba si a los magos les gustaba pasar trabajo. ¿No podía simplemente levitar los libros?

-Soy Narcissa Black - dijo mientras le ofrecía su mano pensando que la estrecharia como muchos de sus compañeros. Su sorpresa fue mayor al ver al chico darle un suave beso al dorso de su mano.

-Un gusto señorita Black.

- Narcissa...llamame Narcissa. Seremos compañeros de clases, es mejor dejarle la formalidades a los mayores

Harry sonrio y asintió con la cabeza para luego perderse entre los montones de estantes buscando sus libros para el quinto año.

-Alguien se acerca - canturreo la muerte, que lo único que hacia era reirse de las desgracias del pelinegro.

-Oh, lo siento - un color rosado se planto en sus mejillas - No sabía que había alguien aquí.

-La biblioteca es pública,¿no? - dijo sonriendo

-Venga Lily, no puedo creer que prefieras a Quejicus y a ese purista.

-Callate Potter.

Una chica pelirroja dobló uno de los estantes. Su pelo se movía de lado a lado producto del movimiento y tenía los labios en una fina línea por los comentarios de James y su grupo.

Harry tampoco es que estuviera en una situación mucho má favorecedora. Sus deseos por abrazarla, sentir el olor de su cabello y perderse entre el mar de emociones estaba dandole dolor de cabeza. Unas manos en sus hombros relajaron su postura tensa producto del llamado de la sangre.

-Creo que no nos hemos presentado correctamente...Harry Peverell - le extendió la mano

-Lily Evans - tomo su mano y beso el dorso sonrojando a la chica.

-¿Hogwarts también? - ambos chicos asintieron - ¿A que casa van?

Harry comenzaro a mirar las estanterias mientras oía a su madre y Severus conversar.

-Voy a Gryffindor y Sev a Slytherin...¿Dónde desearías quedar Harry? - el chico se encogio de hombros.

-Todas las casas son especiales a su manera y porque pertenezca a una no significa que no puede pertenecer a otra. Puedo ser valiente, pero a la vez muy inteligente o de buen corazón...Realmente no me preocupo por la casa en si, más bien en la magia - comento Harry mientras agarraba un libro de Historia de la Magia.

-¿Crees en la pureza de la sangre? - susurro bajito, temerosa de perder a un amigo.

-Creo que los magos tienen un concepto erróneo de lo que la palabra sangre pura significa - dijo mientras volvía a colocar un libro sobre Adivinación que no le interesaba en lo más mínimo - Los primeros magos eran muggles que se les dio la oportunidad de tener magia...¿Eso quiere decir que todos somos mestizos? No, dos magos, independiendo de su sangre, darán un sangre pura.

-No sabia eso - susurro bajito Lily - ¿Dónde lo aprendiste? - sus ojos verdes brillando como dos luceros

-Legado familiar.

-Oh - se mostro deprimida - Bueno, espero poder aprender bastante de ti, pareces un chico con mucho conocimiento.

Harry solo le sonrio mientras le contaba pequeñas anecdotas de sus antepasados. Más bien las historias eran contadas en su oído por parte de Lady Magia y uno que otro comentario sarcástico por parte de muerte que casi hacia que Harry perdiera la compostura.