Se sentía suave y delicado. Como una suave ventisca que acaricia tu rostro en medio del caluroso verano. Todo era blanco, pero no un blanco cegador, era claro y puro, lleno de vida. Abrió sus ojos color esmeralda encontrándose con una gran masa de algodón, o aunque sea, eso es lo que parecía ante sus inoncentes ojos.
-Hola Harry.
Su cuerpo giro rapidamente encontrándose con la figura de una mujer. Su piel era pálida, pero se veía suave al tacto. Un pelo platinado que rivalizaría con el de los Malfoys. Sus ojos eran de un color morado dirigiendo toda tu atención hacia ellos. Labios rosados y finos te brindaban una sonrisa agradable.
-¿Dónde estoy?
Harry se levanto rapidamente y, aunque era un acto reflejo producto de los años, no tomo su varita ni su mano se dirigio al lugar donde esta reposaba.
-Demos un paseo Harry.
Con pasos suaves la mujer comenzó a caminar por ese lugar echo de algodón, es como si estuviera sobre nubes suaves y esponjosas, aunque el nunca tuvo la dicha de llegar a tocar alguna.
-¿Estamos en el cielo?
La mujer rio. Era una risa suave y que te brindaba a oirla por horas. Como un suave canto en un día tormentoso.
-Algo así Harry...Estamos donde la magia nació.
Era el borde de un acantilado, o eso pensaba Harry. Debajo suyo, a más de kilómetros de distancia, aunque Harry podía observarlo como si fueran pocos metros, un campo de Quidditch se abría entre las nubes y un gran castillo surcaba los cielos. Era una vista preciosa a ojos de Harry.
- ¿Es Hogwarts?
Sus ojos Avada se dirigieron hacia la mujer que asentía con la cabeza.
-Pero...si miras bien, es diferente.
Dirigió su mirada al lugar y realmente se veía diferente. Es como si el lugar estuviera lleno de esperanza y vida, color y amor. Algo que con el regresó de Voldemort se había perdido en muchos estudiantes.
-¿Dónde estamos?
-Muy inteligente Harry...porque no miras más de cerca.
Harry intentó mirar más de cerca y como si fuera una muestra en cámara lenta le mostraron a su padre con los Merodeadores molestando a un chico de Slytherin. Lo giraron de cabeza mostrando su ropa interior como si fuera algo divertido. Ni si quiera Harry seria capaz de hacer eso con el estúpido de Malfoy.
-¿Qué hacen?
-Abusando del poder que les ofrece Dumbledore.
-Debería encontrarse ya abajo
Una voz siniestra, con un toque de malicia y seducción. Invitandote suavemente a que vengas a sus brazos, pero solo aquellos con miedo a su presencia sentirían el olor a muerto que emanaba y lo grotesco de su voz.
-Necesita saber la verdad - dijo, aun observado desaprobatoriamente las acciones de sus hijos
-No, no lo necesita
-Volverá a caer en las manipulaciones de él y Tempus no nos permitirá una segunda oportunidad.
-Bien
Aquel espectro con una capa negra y desgastada se alejo lentamente de ellos. Su cuerpo flotaba a una distancia de la esponjosa superficie y Harry sabía de antemano quien era. La Muerte.
-No te preocupes por él...siempre es así de frío.
El chico asintió sin pensar en nada más que correr por donde se había ido ese espectro. No entendía porque le llamaba tanto la atención. ¿Tal vez por qué era algo nuevo y desconocido?
-La muerte te parecera hermosa si no le tienes miedo a ella o si has sufrido mucho....No te preocupes por eso.
Asintió nuevamente y regreso su vista al abuso que se encontraba viendo. Harry podía decirte facilmente lo mucho que odiaba a los abusadores. Vivió once años de su vida con tres que le hacían su existencia imposible. Que su padre y amigos hayan sido unos solo lo hace sentir avergonzado. Ahora entendía claramente porque Snape odiaba tanto a los Merodeadores, aunque si te fijabas mejor, Harry no era tan parecido a su padre, tenía muchos rasgos de su madre o hasta una combinación de ambos.
-No deberias perderte nada Harry.
Al regresar al lugar que se encontraba pudo ver que aquel abismo se convirtió en una pantalla gigante que le mostraba la oficina del Director Dumbledore, con sus cachibaches y cosas raras que a Harry le hacían gracia. El fuego crepito en un color verdoso y Pettigrew apareció entre las llamas y con pasos apresurados se detuvo frente al Director.
-¿Caramelo de limón, mi muchacho?
-No gracias Director - el pequeño hombre se mostraba claramente nervioso - Quien-usted-sabe me ha amenazado Director. Irá por mi madre sino le digo donde se encuentran los Potter.
-Así que usted es el Guardián - el hombrecillo asintió rapidamente - Pensé que sería el joven Black.
-Sería muy obvio profesor Dumbledore...¿Qué hare respecto a mi madre, señor? Jamás traicionaría a mis amigos, pero es mi madre - dijo soltando algunos sollozos.
-Imperious.
El hombrecillo se mostro sorprendido de que el Director usara una maldición sobre su persona, aunque luego sus ojos se pusieron vidriosos y cualquier pensamiento o sensación contra el Director se desvaneció
-Irás y te unirás a Voldemort, serás su espía, pero siempre me contarás sobre sus pasos...Dentro de una semana traicionarás a los Potter.
Peter se encontraba en un estado de trance y con pasos suaves se dirigio al fuego y se perdió entre las llamas verdes. Albus Dumbledore comía un caramelo de limón feliz de como todo estaba sucediendo, dentro de muy poco Tom estaría muerto y el sería recordado como el mago más poderoso y luminoso del mundo.
-E-eso es imposible - murmuro Harry.
Todo este tiempo había creido fielmente que Peter Pettigrew los había traicionado, que no tenía ni un poco de fuerza de voluntad como para poner a sus amigos de vida por delante del miedo.
-No todo es lo que imaginamos, Harry.
La pantalla, como pensaba llamarla Harry, se volvió de un color negro mostrando otro recuerdo o hecho. Parecía un pensadero. Se encontraban nuevamente en la oficina del Director hablando con un hombre barbudo y pequeño.
-Aún sigo sin entender porque Gryffindor tiene que odiar a Slytherin - dijo con voz chillona y el entrecejo fruncido - Eso nunca ha pasado en años.
-Mi querido amigo, necesitamos derrotar a Tom
-¿Y para eso tienes que poner la vida de unos niños en peligro? - preguntó, claramente molesto
- Muchos de ellos pueden servir de espía - el hombre levanto una ceja interrogante - Severus Snape, su amor obsesivo por Lily nos ayudaría. Haría cualquier cosa por la pelirroja...¿Caramelo de limón mi querido amigo?
-No, gracias.
-Tambien el joven Black.
-¿Sirius?
-Oh,no...su hermano. Él no tiene fuerza de voluntad, se dejaría influenciar por cualquiera...Y también Narcissa...esa muchacha haría cualquier cosa por su familia. Solo espera a que tenga un hijo con el joven Lucius.
-P-pero...¡Dumbledore! - chilló el hombre - Esta poniendo sus vidas en peligro...Sino mueren durante la guerra tendrán una sentencia a Azkaban directa.
-Cosas que hay que sacrificar mi muchacho.
La pantalla se volvió de un color oscuro como la noche y poco a poco terminó cediendo dejando un vacío lleno de esponjas del blanco mas puro.
Las lágrimas bañaban su rostro, haciendolo brillar bajo la intensa luz y Lady Magia le dedicó una mirada comprensiva. Enterarse que la persona en que la tu más confiaste, aquella por la que harías cualquier movimiento que te dictara con los ojos cerrados, había sido la causa indirecta (o directa valga la redundancia) de la muerte de sus padres .
-Puedes elegir Harry.
-¿Elegir?
-Te hemos dado una oportunidad...De regresar al quinto año de tus padres y cambiar muchas cosas. ¿Qué eliges?
Harry lo pensó con tranquilidad, cerrando sus ojos e imaginándose como sería el futuro si aceptaba. Podría salvar a sus padres, aunque nunca fuera a llamarlos papá o mamá, por lo menos los vería vivos y sonriendo. Peter no traicionaría a sus amigos bajo la maldición imperius y podría ayudar a muchos Slytherin a no sucumbir a la oscuridad.
Antes de que su respuesta fuera dada Lady Magia sabía perfectamente su decisión. Era la mas sabia y correcta. Elegir un futuro mejor para todos, lejos de guerras y viejos manipuladores.
-Quiero ir a 1975
La mujer sonrio con cariño.
-Sabia decisión Harry
Antes de que pudiera cuestionar algo más se vio envuelto en una bruma negra con algunos destellos de colores. Varios episodios de la vida pasaron frente a sus ojos. Sus padres casándose, Snape buscando ayuda en Dumbledore, el nacimiento de Harry. Todo fue en cámara lenta a ojos de Harry y, cuando quiso darse cuenta, se encontraba en una gran casa de aspecto antiguo, comenzando una nueva vida.