Despertar, y darte cuenta de que estás muerto, y peor, estar en el infierno. Fui un asco en mi última vida, creo que este es mi castigo y lo merezco.
Ahora me arrepiento de todo lo que hice,porque del infierno nadie sale.
— Rick ¿eh? — miro al frente y un chico de cabello negro me mira atento con sus intimidantes ojos verdes . — mataste a una persona, vendiste drogas a niños, secuestraste a personas inocentes, y ni contar con lo que hiciste en tu niñez. El altísimo te dió otra oportunidad por qué te ama — dijo lo último burlón — pero fallaste y te mando aquí con la muerte más patética que e visto jamás, te mato un prisionero de la cárcel en la que estabas, a cuchillasos — de atrás de él salió una chica con el cabello rojo el la miro— es miserable ¿no?
— da pena, disfrutaré torturarlo aquí — me miro, y por segunda vez en mi vida tengo miedo. Y con razón es decir ¡estoy en el infierno!
— deberíamos planear algo mejor para este humano miserable. — ambos se alejaron, llendo se a sabe Dios dónde.
Mire a mi alrededor, todo está oscuro, casi no veo nada, solo el suelo, una puerta frente a mi y la silla en la que estoy.
¿No que me amabas?
Me hice esa pregunta mentalmente dirigiendo me a Altísimo. Yo ya pasé por esto y hablé con él, o bueno, uno de sus ángeles. Grabiel para ser exactos.
__Recuerdo__
Conducía a toda velocidad por la autopista, aposte con un millonario a qué no me podía ganar en una carrera. Si yo ganaba el tenía que darme su carro.
Un animal se interpuso en el camino, me desvíe por el susto, si lo llego a ver no me quito, no me importa acabar con la vida de un asqueroso animal. El auto chocó con un árbol y el millonario choco detrás de mí. Por la velocidad a la que corríamos el impacto fue fuerte.
Recuerdo levantarme salir del auto, segundo después, este explotó. Al frente mío había una luz brillante, por algún motivo la seguí, ese día no me encontraba bien, me había drogado y había bebido. Llegué a un bosque hermoso, con arbustos de todos los colores posibles, personas vestidas como en la era de Cristo. Intente adentrarme en una especie de salón que había allí, donde estaban estás personas sentadas a una mesa hablando animados, la luz de antes se interpuso en mi camino y tuve que cerrar los ojos, los abrí y unas puertas se cerraron, las puertas que me impedían entrar.
— no puedes entrar aquí, tienes algo que hacer en la tierra. — me un hombre rodeado de luz.
— ¿el que? — pregunte todo tonto por los efecto de la droga iba más drogado que borracho.
— encontrar a tu alma
— ¿alma?
— la persona que amarás.
— yo no tengo sentimientos.
— vete, el altísimo te ama y tiene fe en tí, no mueras antes de encontrarla, se inteligente y toma el consejo de Grabiel
Fue lo último que escuche, abrí los ojos de nuevo y me encontraba afuera en la calle al lado del auto.
¿Por qué hablo en tercera persona ? ni idea.
__Fin del recuerdo__
la puerta de enfrente mío se abrió dejando que un poco de Luz entre, había una mujer de pie con algo en su mano. No pude distinguir que era hasta que prendió una vela y automáticamente todo el lugar donde estaba se ilumino, era la misma chica pelirroja de antes, con una llave negra en su mano.
— Es hora que empiece mi diversión. — hablo acercándose, no sabía qué rayos iba a hacer.
— ¿que harás? — le pregunte una vez que se puso a mi altura, estaba más bajo que ella, ya que estoy sentado, además en una demonio.
— Mi trabajo, que por cierto es muy divertido — sonrió maliciosa y antes de darme cuenta estaba en otro cuarto o lo que sea, esposado a sabe Dios que, en el suelo. Debería dejar de nombrar a dios, el me metió en esto.
La chica estaba a mi lado con una especie de látigo raro, y ahí me di cuenta que planea golpearme.
mire mi cuerpo por un segundo, con manchas de sangre seca, heridas, sucio, por suerte con ropa. Hice una mueca de asco, volví a mirar a la chica.
— ¿no tendrán un baño por aquí? — pregunte en tono gracioso. E estado aquí poco tiempo, y aunque confieso que al principio me dió miedo, ahora me siento como en casa. Si, soy bipolar lo sé.
— claro que no, estúpido, los demonios no necesitan bañarse, y los condenados no reciben privilegios. — contesto riendose y burlándose.
— Entonces ¿piensas torturarme con esta facha? — me burle yo, de mi mismo.
Me miro detenidamente y sonrió.
— Así estás guapo — fruncí el seño y me mire, traía otra ropa, un abrigo color vino y unos jeans negros, junto con unos zapatos Adidas, rei por los zapatos.
— Adidas, ¿en serio? — no me gusta mucho esa marca y no se por que la verdad.
— deja de quejarte, que insolente — puso su pie en mi pierna hizo fuerza y escuche un crak, pero no sentí nada. — ¿que? — volví a hacer lo mismo, no sentía nada, me estaba empezando a dar cosquillas, me rei y ella me pega con el látigo, luego busco una silla y mientras más me goolpeaba más me reía porque no me dolía . ¿Esto es masoquismo?
— me riendo, no es divertido si no gritas. — al instante desapareció.
Volví a ver mi cuerpo, parecía tener la pierna derecha rota, la moví volvió a sonar como antes y se arreglo. Esto muy raro. Por algún motivo ya no les tengo miedo a ellos.
— hijo — levanté la mirada y había otro hombre, se me hizo familiar su rostro. ¿Me acaba de llamar hijo?
— ¿que?
— Eres uno de mis hijos, eras un infiltrado en la tierra, al cual él quiso salvar — señaló arriba mientras yo lo observaba — falló, enserio creyó que te harías de su lado, es tan.... él. Bueno me presento, soy Satán, el diablo, Abbadon, Lucifer. Llama como quieras, tengo muchos nombres. — sonrió carismático.
— Espera, espera, ¿tu hijo? ¿satán? Si somos familia por qué yo vive en la tierra, ¿por qué? ¿¡por qué una muerte tan patética?! — ahora estaba un poco enojado, estoy en el infierno, aqui puede pasar de todo pero aún así me sorprende.
— Unos ángeles vinieron una noche, me impresiona que se hayan atrevido a entrar aquí, bueno, esa noche fue hace años, te raptaron, te quitaron las hermosas alas que nos caracterizan — escuché un ruido y de su espalda salieron dos grandes alas blancas.
— ¿por qué son blancas?
— ¿no has leído la biblia? Da igual, yo era un ángel, solo me volví rebelde mis alas siguen del mismo color — las guardo.
— ¿vas a permitir que me torturen siendo tu hijo? — pregunte sarcástico riéndome al ver que seguía con su misma sonrisa carismática me confundí un poco — que buen padre
— claro que no. Quiero que me ayudes, ya arreglamos el mal entendido con Darla y Adrián.
— ¿eran los de antes? — el asiento
— bueno tenemos mucho que hacer, levántate. — me quito las cadenas y camino fuera de dónde estábamos yo lo seguí, miraba a mi alrededor, todo raro. Había puertas, el ambiente tenía tinieblas, Se escuchaban llantos y gritos por todos lados.
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Entramos a una de esas puertas, parecía la tierra, el lugar donde nací, me sorprendí y mire a 'mi padre' confundido.
— Este es solo el recuerdo más doloroso de esa mujer, ve y has tu trabajo. — me empujó y entre o salí no lo sé.
— ¿Que ha-— serró la puerta
me acerque a la mujer, la cuál le estaba gritando a unos niños, creo que sus hijos. Antes de que pudiera llegar a ella, la mujer le pegó fuerte a uno de los niños, me pare y puse la mano en mi cara, eso debió doler mucho, hice una mueca de disgusto y continúe mirándo, el niño se resbaló y callo en la calle, un camión lo atropello, el otro niño y la mujer gritaron. Comensaron a llorar, y acercase al cuerpo del niño atropellado.
La gente se empezó a acercar a la mujer.
— ¡Asesina! — le grito la gente.
Ella empezó a llorar y el otro niño igual, luego le lanzaron cosas mientras ella abrazaba el cuerpo de lo que creo que es su hijo mayor muerto.
Me acerque, ella me miro con los ojos llenos de lágrimas y sangre en las manos.
— ayúdame por favor, has que esto pare, ya no puedo seguir así ¡Pieda! — grito la última palabra, mientras trataba de tocarme yo me alejaba y hacia muecas de asco.
— te lo mereces, por asesina. — solté sorprendiendome de lo crudo que sonó eso . La mujer volvió a llorar.
Luego de unos segundos me empecé a cansar de su insoportable llanto.
— ¡Cállate! — le grite y paro por un segundo pero luego lloro más fuerte — ¡Ya no te aguanto! — le quite el cuerpo de las manos y lo lanze lejos, muy lejos, ¿de dónde saque tanta fuerza? a sierto satán es mi padre, ella se arrastro tratando de recuperarlo. Me agache a su altura estaba tirada en el suelo, la tome por el cabello haciendo que me mirara. — tu, nunca saldrás de aquí, mereces sufrir, eres un ser humano despreciable, por tu culpa tu hijo murió y el otro se quedó huérfano. Estoy seguro de que ambos te odian. — dije seguro de lo que decía y con mucha frialdad, como si no me importará lo que sienta, y es que no me importa.
La solté y ella volvió a llorar pero más bajo.
— ¡bien! buen trabajo, me gusta tu actitud — hablo lucifer a mi lado.
— ni te preguntaré cómo llegaste .
— si eres mi hijo definitivamente— me miro ¿orgulloso? me pasó un espejo — mírate.
Me ví en él, mi cabello negro seguía normal, algo desordenado, pero lo que me llamo la atención fueron mis ojos, brillaban en un tono rojo vivo.
— wow — poco a poco fueron cambiando a su color verde. Ahora viendo se a quien se parece él, es que somos muy parecidos en pariencia, claro si es mi padre. — hey, dijiste uno de mis hijos ¿cuántos tienes?
— tu, el mayor y una hija
— ¿tengo una hermana? ¿cómo es?
— ya la conocerás, ahora eres uno de nosotros. ¡Bienvenido al infierno!
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hola! me llamo Yuli y soy nueva aquí, espero que les guste <3