El día tan esperado ha llegado. El joven hebreo, al cual he entrenado, camina en dirección a su destino: la arena de combates de la ciudad de Junkertown. Su objetivo es superar todas las pruebas para ser aceptado como un centinela en esta peligrosa ciudad.
Como es de esperarse de una ciudad hecha de chatarra, la arena de combate no era la gran cosa: no es elegante como los coliseos romanos, sino que estaba hecha de madera y pedazos de metal oxidados que la blindaban. Este "coliseo" era completamente tejado con varas de metal que separaban al publico de los guerreros; el techo también estaba cerrado para evitar que escapen los gladiadores.
En las gradas del coliseo se escuchaban los gritos de emoción y apoyo de los muchos centinelas que se han reunido para apreciar el combate. Algunos vinieron de hinchas por Charlie, otros vendían cosas para comer y otros vendían mercadería del niño hebreo. La agitación de las multitudes es evidentes y eso quizás puso nervioso al muchacho, se notaba en su rostro angustiado la duda e inseguridad.
Hay una gigantesca puerta en el centro, la cual llevaba directo a la habitación en donde esperaba Charlie para ser anunciado ante las multitudes. Kooper, Kenita y yo nos apresuramos para visitar al muchacho y darle nuestro apoyo.
-Tu puedes hacerlo, pequeño -dijo Kooper- Confía en ti.
-Eres más fuerte de lo que crees -dice Kenita- ¡Véncelos!
-Sé que lo lograrás -expresé- ¡Esfuérzate al máximo!
El niño hebreo nos vio con admiración en sus pequeños ojos y, luego de soltar una sonrisa, cobró ánimos para enfrentarse a lo que venia. Rápidamente nos despedimos y corrimos a las gradas para contemplar el examen de Charlie. La voz de un animador se escuchó hablar desde viejos parlantes, el cual presentó a Matusalén, a Charlie y a los invitados especiales, los cuales eran unos misteriosos hombres de trajes elegantes. El animador continua hablando para presentar a los rivales de Charlie:
"¡PRIMERA PRUEBA: GOLEM DE ROCKY!"
La tierra comenzó a temblar, el polvo del coliseo se retiraba del suelo y las rocas se acoplaban unas con las otras: un monstruo de roca surge para iniciar el primer duelo.
Esta gigantesca criatura superaba en tamaño a Charlie por muchísimo: es como si un chihuahua tratase de pelear con un rinoceronte. Charlie temblaba al verlo, sé que no debe ser fácil para el luchar contra un enemigo fuerte... después de todo, sigue siendo un niño. Antes de que la batalla comience, aproveché el completo silencio de la multitud que veía al gigante de piedra para gritarle a Charlie: "¡No temas su tamaño! ¡Tu eres más fuerte que él!". Tras acentuar con su cabeza, el niño hebreo demostró más confianza en si mismo y se puso en postura de combate.
-¿¡Listos?! ¡A PELEAR! -exclamó el animador.
La bestia intentó aplastar al niño, pero él era mucho mas rápido que sus grandes y pesadas manos de roca. Gracias a su pequeño tamaño y velocidad, Charlie esquivó todos los golpes del monstruo, logrando agotarlo en los primeros minutos del enfrentamiento. El desnivelado terreno hizo que el Golem pierda equilibrio y caiga al suelo durante unos minutos, eso le dio tiempo al muchacho para atacarlo hiriendo parte de su tobillo. Utilizó un martillo forjado por mi para triturar las piedras que conformaban sus tobillos, de esa forma el Golem ya no podía mantenerse en pie. Sin embargo, la criatura se voltea para sentarse con las rodillas cruzadas, de esa forma compensaría la perdida de sus pies.
Tras fallar cinco golpes directos, el monstruo comienza a gatear para perseguir al niño, pero eso fue un grave error pues expuso su vientre. Charlie se deslizo por el suelo para llegar al pecho de la bestia, en donde se encontraba una peculiar piedra angular que sostenía el cuerpo de todo el Golem. El niño tomó esa piedra, hizo fuerza con sus brazos y piernas hasta lograr sacar esa piedra del cuerpo del monstruo, causando que se desplome y se convierta en polvo.
Todos exclamaban con voz fuerte "¡CHARLIE! ¡CHARLIE!"
-¡LO HA LOGRADO! -exclama con emoción Kenita.
-¿Viste ese movimiento? -dice Kooper- Yo se lo enseñé.
-Ja ja ja... seguro... -dije sarcásticamente.
Charlie fue llevado de vuelta a su habitación para que descanse y pueda recuperar fuerzas para su siguiente prueba. Estuvimos esperando un buen tiempo sentados mientras conversábamos sobre lo muy bien que entrenamos al niño... sabíamos que podía ganar.
Luego de esperar unos minutos, se anuncio el siguiente rival:
"¡SEGUNDA PRUEBA: VARÁN!"
Conozco a ese centinela: Varán, un simpático centinela que todos conocen por ser amigable. A pesar de eso, ha sido elegido como la segunda prueba de Charlie.
Varán camina en dirección al muchacho para hacerle una oferta:
-Oye niño -comentó- Me caes bien y realmente deseo que pases las pruebas... pero no quiero hacerte daño... así que solo te empujaré para sacarte de la arena.
Charlie no parecía estar dispuesto a dar marcha atrás y Varan cumplirá con su deber.
Por más increíble que parezca, el primero en arrojarse al combate fue Charlie. Esto fue tan inesperado que Varan no tuvo tiempo para reaccionar, fue completamente sorprendido con la guardia baja y eso le costó un golpe directo en la cara. Luego de ese golpe, hubo un completo silencio en la arena... todos estábamos sorprendidos de que un niño humano se moviera más rápido que un centinela. Pero no solo eso, sino que Charlie además le ha causado daño a Varan ¡Un niño ha dañado a un centinela!
-¡Este muchacho es asombroso! -dijo Varán mientras se acariciaba la mejilla.
Al ver que ese niño era un digno rival, Varan dejó de contenerse y comenzó a girar varias veces sobre el mismo lugar a gran velocidad. Poco a poco, se iba levantando del suelo: empezó a volar. Rápidamente se creó un tornado, siendo este el ataque especial del centinela. Muchas cosas comenzaron a ser destruidas y atraídas al tornado, como polvo, rocas, piedras, trozos de metal y algunas galerías. Afortunadamente, gracias a que usaba su máscara, Charlie no le afectó el polvo que fue levantado por el viento. Tuvo que esquivar varios objetos que volaban en dirección al tronado y eso le trajo una idea: se sujetó a una de las piedras y, cuando los potentes vientos lo llevaron al interior del tornado, Charlie buscó a Varan y al localizarlo arrojó un martillo contra el centinela derribándolo al suelo.
Los vientos se calmaron y las cosas que fueron levantadas fueron arrojadas a diversos lugares. Charlie corrió hasta llegar donde Varan y comprobar de que este fuese derrotado. Varán fácilmente pudo continuar con la batalla, pero no lo hizo: el dijo con voz fuerte "Me rindo". La multitud gritó con emoción por esa victoria. Kenita no paraba de aplaudir, Kooper festejaba con los que estaban alrededor y yo veía con orgullo al niño hebreo vencer a sus enemigos.
Bueno, eso fue fácil... pero los otros centinelas a los cuales se tuvo que enfrentar fueron a Longhand y Scrab, siendo ambos los centinelas más agresivos de Junkertown. Al escuchar sus nombres, nos asustamos con los chicos. La victoria en ambos combates dependía de usar la inteligencia y no la fuerza bruta, siendo la agilidad y audacia los elementos más importantes para ganar:
Longhand es un centinela grande y musculoso posee dos látigos con los cuales intentó azotar en varias ocasiones al muchacho. Sin embargo, es muy difícil apuntar bien con los látigos, por lo que Charlie tuvo que ser más rápido que los ataques del centinela. Finalmente le ganó al engañarlo: levantó polvo para cegarlo y, al lanzar su látigo, le hizo creer que lo atrapó cuando en realidad había atrapado una gran roca. Cuando Longhand atrajo su látigo, recibió un poderoso golpe de una roca en la cara, lo cual dejó noqueado al centinela.
Scrab puede cavar bajo tierra y crear túneles subterráneos con mucha facilidad gracias a su cuerpo fibroso. Su combate fue a ciegas y solamente podía verlo cuando emergía de la tierra. Como no sabia exactamente donde iba a emerger, Scrab chocó con muchas piedras y con murallas, fracasando en sus intentos de atrapar a Charlie. Finalmente terminó por salir de la cancha, quedar descalificado y cederle la victoria al niño hebreo.
-¡Vas de racha! -exclamaba Kenita con aplausos.
-¡Dale con la silla! -grita Kooper.
-¡Lo haces bien! -grité con felicidad.
Creímos que Charlie lo lograría pues ha demostrado tener la fuerza y el coraje que ningún humano ha demostrado... pero al escuchar el siguiente rival, comenzamos a dudar.
"¡PRUEBA FINAL: GREGOR!"
El centinela más respetado de Junkertown caminó lentamente para presentarse ante el público. Hubo un silencio total en el coliseo... era evidente que las cosas se han puesto bastante serias y complicadas. Al verlo, Charlie colapsó en emociones. No pudo contener todas las cargas emocionales que llevaba en su corazón.
-¡¡Tu no crees que sea fuerte!? -exclamó- ¡TE DEMOSTRARE MI FUERZA!
Guiado por un ataque de emociones, el niño hebreo se arrojó a atacarlo de frente, siendo este su más grande error hasta ahora. Gregor actuó tan rápidamente como un fantasma: lanzó un cuchillo tan rápido que Charlie no lo vio venir. La navaja se clavó en la pierna derecha del muchacho, derribandolo totalmente... ha caído derrotado al suelo.
-Oh no... -dijo preocupada Kenita mientras apoyaba sus manos en las rejas de metal. Esto ocasionó que las rejas se oxidaran por accidente, permitiéndome entrar en la arena y detener a Gregor. Corrí desesperadamente para salvarlo, como un padre en rescate de su hijo. En lo único en que pensaba era en proteger al muchacho y no dejar que lo sigan dañando; al llegar a la escena del crimen, me puse frente a Charlie y creé una muralla de piedra que lo protegería de cualquier ataque.
Gregor se notaba más enojado que nunca. Pude comprender que a eso se refería cuando dijo que los humanos son mucho mas débiles que los centinelas: una simple herida y pueden morir, aunque ya era demasiado tarde para comprender las advertencias.
-¡Un medico! -exclamé mientras sostenía al niño en mis manos.
Gregor se sentó frente a nosotros, nos veía con una mirada fría y sin emociones. La audiencia estaba en completo silencio, lo cual nos permitió escuchar sus palabras.
"Este niño es asombroso... nunca he visto a un humano darle pelea a un centinela hasta hoy. Lo entrenaste bien, pero no lo suficiente... no puede vivir en Junkertown, pero eso no significa que no pueda vivir fuera de la ciudad. Si Matusalén lo desea, Charlie puede seguir viviendo en la casa que le construiste para que siga entrenando y volviéndose más fuerte... pero esta vez, yo lo entrenaré para que pueda aprender a derrotarme".
Esos halagos fueron inesperados. Creí que nos echaría de la ciudad sin remordimientos, pero no lo hizo. Nos ha dado una oportunidad de quedarnos con el niño, con la condición de que vivía fuera de Junkertown y que definamos quienes serán parte de su familia. Si yo era capaz de cumplir con esos términos, entonces Charlie seria bienvenido.
Unos médicos llegaron para sanar la herida. No tardaron más de un minuto en curarlo. Luego de abrazarlo, entendí que no volvería a dejar que hirieran gravemente a este niño... no volveré a fallar como le fallé a Atomfist. Ahora tengo un nuevo objetivo: hacer que Charlie se más fuerte, formar una familia que realmente lo proteja... y, en cuanto a mi, aprender nuevas cosas para refinar el héroe que debo ser.
Seré un héroe al cual, Charlie pueda admirar con orgullo.