Beso mi abdomen y Piernas mientras iba bajando mi pantalón hasta dejarme en ropa interior, a pesar de mi excitación me sentía apenada de que me viera así y él lo notó suspendiendo un poco la acción y colocando ambas manos sobre mi cara y acercando su frente a la mía diciéndome "eres Perfecta", eres más de lo que había imaginado y todo lo que pasé vale la pena por este solo momento, y ahí me volvió a besar, pero este beso fue suave, dulce, me hizo erizar la piel hasta el punto que las emociones sobrepasaron mi entendimiento y sin más las lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, asustandolo un poco y haciendo que él se separara en el acto.
Su cara era de sorpresa, nunca me había visto llorar, siempre fui fuerte pero por alguna razón en este momento me sentía vulnerable y él lo sabia, se le veía inquieto y rápidamente me abrazo, eso me hizo sentir una paz inmensa y volvió a besarme pero esa vez bajo sus manos hacia el broche del brasier soltándolo dejando mis pechos al aire, con sus manos comenzó a acariciarlo volviendo a subir nuestro libido, el beso volvió a ponerse intenso y bajo hasta mi aureola y comenzó a rozarla con la lengua de forma circular y dando pequeños chupetones en el centro, lentamente me volvió a recostar nuevamente en la cama y repitió el acto con el otro seno, verlo era una obra de arte, era tan perfecta la forma en que sujetaba y succionaba mis pechos que me llevaba a cerrar los ojos y disfrutarlo, era un placer inmenso, tanto que me traslade a un espacio oscuro donde solo veía como colores de una aurora boreal bailaban sin parar, hasta que bajo una mano y comenzó a rozarla encima de mi ropa interior sobre el clítoris, mis gemidos no podían ser controlados y a él parecía emocionarle verme así, corrió mis pantis a un lado y siguió frotando piel con piel revelando completamente la humedad entre mis pliegues, me cogía de las cobijas apretándolas fuerte ya que sentía como dentro de mí explotaba algo haciéndome temblar, hasta que en un grito ahogado me vine, la cara de él era de completa satisfacción al ver lo que había logrado con mi cuerpo, mientras que yo me sentía agotada, complacida y feliz, me sentía como si mi cuerpo pesara y a la vez me sentía como una pluma.
Mientras me encontraba ida en esa sensación que aun me embargaba sentí que la cama se movió un poco y lo vi terminando de bajar mis pantis y comenzó a besar desde mi pies subiendo por mis muslos y deteniéndose sobre mi vagina, parecía que la contemplaba casi "admiraba" y mi cara no podía estar mas rojas, pensé que él se atrevería a bajar hasta esa parte así como me encontraba de húmeda después de haber experimentado un orgasmo me hacia templar de pena y cuando lo vi con la intención de bajar para posicionarse le detuve en la frente gritándole "NO", cosa que hizo que él se sintiera extrañado...
- Lo siento, no quería gritarte así, es que .... pues... esta muy mojado, sucio, déjame bañar y podemos continuar - dije entre pena
- Nena, jamás dejaría que me hicieras eso, quiero probarte en todo tu esplendor, ese orgasmo que me dices que es sucio lo provoque yo, y me siento muy orgulloso de eso, eso lo hace incluso mas dulce para mi de lo que jamas podrías pensar, déjame deleitarme en ti, por favor no me prives de eso- me dijo mirándome a los ojos esperando esa respuesta como un niño que espera un dulce
- Pero.... estas seguro?... que tal si no te gusta - me sentía nerviosa, asustada como si esta fuera la primera vez que alguien me hacia un oral - baje un poco la mirada y casi en un susurro dije "si quieres hacerlo no te voy a detener"
- Nena me haz hecho un hombre muy feliz
Comenzó de nuevo a descender y como me paso en mi primera vez mis piernas comenzaron a temblar cual gelatina, el sonrió y beso cada piernas y las acaricio tratándome de calmar, de ahí bajo hasta mi clítoris y comenzó a succionarlo bajando su lengua hasta ponerla en mi entrada y ahí la insertó y comenzó a penetrarme con ella succionando a la vez, fue algo maravilloso.
Andres:
Sentir su piel mas delicada en mis labios era glorioso, más de lo que imaginé, sus jugos sabían entre salado y dulce, no me quería despejar de ahí, era la primera vez que lo hacia, ella no lo sabía, pero me emocionaba ver como ella respondía, me sentía el dueño del mundo y todo por ella y lo haría todo por ella, de eso no me cabía duda, por lo menos mientras durara, no la dejaría partir.