-Y bueno, se terminó, oficialmente todos hemos grabado nuestra despedida antes de la Segunda Bajada -dice Máximo mientras aplaude con una alegría inexplicable.
-Sigue siendo el peor nombre que le pudieron poner esto -responde Claudio.
-Bueno, ¿cómo le pondrías tú? -pregunta Mariela.
-¿Alguno de ustedes ha leído sobre las Cruzadas? -pregunta Claudio.
-Yo sí -digo.
-Yo también -dice Ángela.
-Yo no -dice Alejandro.
-¿Qué es una cruzada? -pregunta Sebastián.
-Cierto, olvidé que la mitad de nosotros somos imbéciles por estar casi 7 años en Spirithia y no haber recibido educación. Me sentí pésimo solo cuando descubrí que había fallecido Michael Jackson -responde Claudio.
-¡ESPERA, NO ME JODAS QUE MURIÓ MICHAEL JACKSON! -grita Alejandro.
-Ese no es el...
-¡NO, NO, NO! Juraba que seguía vivo, ¿o sea que pudimos habernos cruzado con Michael Jackson ahí abajo y no lo hicimos? -Alejandro se encuentra histérico.
-Mal ejemplo, gringo -dice Lorein.
-A lo que iba, hasta cierto punto las cruzadas fueron una excusa de la iglesia católica para recuperar "tierra santa" de los supuestos enemigos musulmanes y así poder evitar que se imponga una nueva fe -explica Claudio.
-Pero eso no tiene tanto que ver con... -dice Máximo, pero es cortado por Kimberly.
-De hecho tiene mucho que ver. La iglesia nunca quiso aceptarlo, pero detrás de las cruzadas hubieron muchos intereses personales: económicos, políticos, ideológicos, la iglesia usó las cruzadas como excusa para mantener el control y utilizó mucha gente para su cometido -responde Kim.
-Es un poco hipócrita de nuestra parte decirlo pero por momentos no sabíamos que estamos jugando del lado de los malos, quizás Dios nos estaba metiendo en su cruzada -dice Camila.
-No lo sabemos con exactitud -responde Cynthia.
-Cierto, pero hasta que lo sepamos, quizás tengamos permitido esta vez ser nosotros los que hagan su cruzada -digo-. En todo caso, esta vez no hay reglas, chicos, no hay credos, no hay leyes, no hay ejércitos. ¿Y saben por qué? Porque ya destruimos todo eso, porque matamos a la mayoría de los que se oponían a nosotros y pasamos por encima de la ley. No queda nada. No salió como esperábamos, pero puede restaurarse, incluso mejorarse.
-Alex, las últimas veces fueron una cosa, pero esto es completamente distinto; además, esta vez no hay una vida extra, si se acaba aquí, se acaba -comenta Mariela, con mucho miedo en su voz.
La mayoría de los chicos están temblando, saben que lo que está por pasar podría empeorar las cosas, incluso aquellos que están motivados a hacerlo tienen una incertidumbre que se percibe en el aire a su alrededor.
-Realmente jamás pensé que llegar a decir esto, pero no quiero perderlos chicos, son la mejor familia que pude haber tenido -dice Lorein.
-Técnicamente somos la primera -dice Claudio.
-¡Ohhh, te pasaste de hijo de puta! -grita Cynthia.
-A veces me hacen cuestionar quién es el verdadero espíritu de oscuridad en este grupo -dice Alejandro.
Golpeo una roca que está cerca y la rompo al punto que una parte de la piedra se convierte en piedras del tamaño de las que encuentras en la playa. Todos quedan paralizados por unos segundos porque saben que no acostumbro estallar de esta manera.
-¡CHICOS, BASTA! -grito.
-Perdón, Alex, no quise malograr el momento -se disculpa Claudio, con una voz más sincera de lo usual.
-Miren, todos tenemos miedo, no tengo y no conozco ninguna manera de quitarles ese miedo. ¿Creen que si no hubiera alguna otra manera de arreglar las cosas no la hubiésemos intentado ya? No hay. Y el que no quiera aceptarlo puede quedarse. Es más, el que no está cien por ciento seguro de que esta es una oportunidad de cambiar el mundo, váyase, no se le juzgará.
Todos inmóviles.
-¿Creen que no sé lo que piensan? Sé que yo los conduje a esto, sé que no estoy capacitado para llevar el equipo y sé que la mayoría de ustedes lo piensa. Y me da igual, porque sé que no soy un líder, ya no. Antes me hubiese dañado hasta la médula el sentir que no era aceptado por los demás, pero la vida pese a todo me ha enseñado una o dos cosas. ¿Quieren saber qué duele? Cargar tantas muertes en la espalda.
-Alex, no tienes que...
-Por favor, Max. Todos los días, cuando recuerdo algo de lo que hicimos, se me parte el alma porque estoy seguro de que pudimos haber tomado caminos diferentes a los que escogimos. Pero a pesar de todo, aquí estamos, seguimos juntos, seguimos pensando que podemos depender del otro cuando estemos en apuros. No importa si el mundo entero está contra nosotros, por lo menos nos tenemos a nosotros.
Miro a todos, uno por uno, todos están mirándome fijamente, Sebastián y Mariela empiezan a llorar.
-He querido rendirme y acabar con mi vida en dos oportunidades, lo peor es que sé que tengo el poder para hacerlo, pero por más que lo pienso, no puedo evitar detenerme en el último momento porque sé que todavía puedo continuar. Al final, entendí que lo que mi alma quiere no es la meta...
Los chicos cambian su mirada por una más esperanzadora. Pongo mi mano izquierda a la altura del corazón y hago la seña que ha sido característica de la familia. Es increíble que yo la haya acuñado.
-...Lo que mi alma quiere es un viaje, una aventura, no quiere descansar. Sé que todavía puedo avanzar un poco más y sé que ustedes piensan igual, en el fondo. ¿No era esa la idea? ¿Luchar por un mundo donde podamos vivir una eterna aventura cuando nos toque descansar? Yo aún quiero eso. Estoy consciente de que el camino fue difícil, estoy consciente de que hemos dejado atrás un camino muy manchado con sangre, pero creo que podemos volver a encontrar luz al final del camino.
Alejandro me mira fijamente, no con odio, sino con compasión, empatía, como si hubiésemos conectado después de tantos años y al fin estuviéramos en la misma frecuencia.
-Hermanitos, somos libres de hacer lo que queramos ahora, pero tenemos un trabajo que hacer. Y no sé ustedes, pero yo estoy dispuesto a volver una vez más a poner mi vida en riesgo con tal de saber que seguí mi camino. Esta vez no quiero ir a la cabeza, esta vez quiero compartir el liderazgo con cada uno de ustedes y corregir mis equivocaciones, sé que les he fallado antes, sé que he fracasado como hermano, pero les prometo que de aquí en adelante...
Enciendo mi mano, como una linterna, con la otra mano disparo una luz al cielo y enciendo el cielo nocturno que nos estaba cubriendo. El cielo se disipa y se pueden ver estrellas como en una noche en el campo.
...seré la luz que les alumbre el camino al descanso que están esperando. ¡¿Quién está conmigo?!
Algunos se secan las lágrimas, otros sonríen, pero había logrado darles una pequeña luz de esperanza a todos. Esa, en el fondo, es mi pequeña habilidad especial, esa que no puede medirse con el poder elemental que emana mi alma, esa que no puede ser vencida con una espada o un rifle. Esa luz que aprendí a usar para ayudar y no para matar. Eso quiero creer que soy: luz, mi elemento natural. Durante mucho tiempo pensaba que nuestro destino había sido en un principio causar destrucción y desbalance. Llegué a pensar que Spirithia estaba bien antes de que llegáramos, pero con el tiempo entendí que las cosas pasan por algo, y que hay cosas que simplemente escapaban de nuestras manos.
Pero estábamos a punto de agarrar al destino por los cuernos y no pensábamos soltarlo. Había logrado que todos abran los ojos y vean esa luz que necesitaban, esa luz que nadie te puede quitar: esperanza. Esa luz que no veía hace tantos años. Y la estaba viendo en mi familia.
-Bueno, no tenía intenciones de morir con arrepentimientos -dice Camila.
-Y yo no tenía intenciones de seguir viviendo con culpa, así que supongo que si vamos a morir lo haremos con dignidad -dice Logan.
-Oye -le responde Cynthia.
-¿Qué quieres? -le responde Logan con un tono muy a la defensiva.
Cynthia le extiende el puño y le sonríe.
-Bien dicho, hermanito -ambos sonríen y chocan sus puños.
-Incluso en el fin del mundo eres una máquina de cursilería -Mariela se acerca a abrazarme y por primera vez en bastante tiempo siento la fuerza de su abrazo, hay una carga de afecto muy fuerte ahí.
-¡Bien! Estamos todos motivados ahora, ¿qué sigue entonces? -dice Kimberly.
-Camila, ¿puedes encoger las maletas de todos? -pregunta Máximo.
-Puedo, pero no tanto, cada uno deberá guardar sus cosas en alguna mochila, bolso o lo que sea -responde Camila.
-Servirá, la cosa es que seamos lo más prácticos posible -comenta Sebastián.
-Chicos, una cosa más... -Máximo nos frena antes de empezar a ordenar nuestras cosas.
-¿Tiene que ver con los videos? -pregunto.
-Sí, necesito bloquear ahora lo que han hablado ahí para que ninguno pueda husmear, incluyéndome. Solo necesito su confirmación de voz y su elemento dicho en español y en Soularen. Es importante que usen el nombre con el que quieren ser conocidos, sea con apellido humano o espiritual -Max es muy bueno dando explicaciones, va al grano.
Todos vuelven a formar un círculo casi perfecto. La máquina que usamos para grabar nuestro registro ahora flotaba al medio. Era una esfera como de un metro de diámetro que se encogió hasta solo 15cm. Se podía sentir que emanaba alma de todos nosotros. Ahora solo faltaba darle el toque final.
-Mariela Nusfal, aire, ventioz.
-Logan Barfhau, hielo, eisetto.
-Claudio... Kareki, electricidad, Ilektrum.
-Lorein Pardo Meroena, agua, aquisser.
-Sebastián Maunatan, tierra, thananua.
-Ángela Fuugen, fuego, Ignezna.
-Cynthia Jara Tolofar, hierba, yerbväxiu.
-Máximo Griamur, metal, metharios.
-Camila Salazar, materia, rellrum.
-Kimberly Raykumu, mente, anicormenthius.
-Alejandro Lesark Rivera, oscuridad, darkej.
-Entonces, así inicia la historia del fin del mundo...
...Alex Ryver Seminario, luz, lumi.
Y así empezó todo, la esfera se apagó, cayó al suelo, Máximo la recogió y aseguró que la guardaría en un lugar seguro antes de empezar. Todo estaba listo, ya nos habíamos presentado, el camino estaba trazado y la meta se había dibujado sobre el mapa. Pero faltaba un pequeño detalle. Habíamos hablado del futuro todo este tiempo, pero todavía no les habíamos explicado del pasado que nos trajo hasta aquí. Pero como siempre, mi hermano ya tenía todo planeado. Todo estaba listo para contar la historia más grande de nuestras vidas, pero también la que no queríamos recordar. Era el sadomasoquismo más grotesco de todos, pero teníamos que recordar una vez más por qué estábamos aquí. Llegó el momento.